Partida Rol por web

Las palabras de Ide Zhuo me hacen recordar cosas que había oído en mi juventud, cuando la Mancha de las Tierras Sombrías era un riesgo siempre presente entre los míos y le contesto, intentando calmar sus miedos e inseguridades:

 - "Existen hechizos que los Shugenjas pueden invocar que demuestran la presencia de la Mancha en las criaturas. La familia Kuni se especializa en ellos pero muchos los poseen. Si es usted el objetivo de un hechizo que afecta solo a criaturas manchadas, se sabrá que está contaminada por más pequeña que sea la mancha."

Entonces vemos a esa mujer, cantando en medio del pantano. Escucho las palabras del hombre Unicornio y miro bien a la mujer. Los zombies no cantan y no parece ser un fantasma sino una mujer real. No emito opinión mientras la examino, pensando quien o qué es para estar allí.

Es posible que nadie se haya fijado en tan insignificante detalle, pero, aunque la doncella está sentada (en posición seiza) no se le ven los pies. Por lo tanto es un fantasma sin duda alguna.

La cara de vergüenza no la puedo ocultar. ¡Cómo puede ser que no me haya dado cuenta de tal herida! Rápidamente inclino la cabeza y le pregunto. - ¿Cómo te encuentras? ¿Qué sientes Ide Zhuo-Sama? - Intentando discernir con sus palabras si tal caso fuera posible. - Mis hechizos te pueden sanar las heridas, pero la mancha... se de remedios que realentizan su avance, pero nunca he oído sobre algo que la quite. De todas formas aún no sabemos si estas manchada. - Dudo un instante sobre la propuesta que pensaba, pero quizás ella necesite saberlo. - Tengo un hechizo que nos podría indicar si estas manchada, pero en caso de estarlo el hechizo podría matarte... - En ese momento lo recuerdo, ¡los dedos de Jade! - Pero, - digo cambiando radicalmente de tono. - si eres capaz de sostener uno de los dedos de Jade que nos dieron sin quemarte, significaría que no estas manchada. Por favor compañeros dejadle uno. - Y aguardo nerviosa y expectante el resultado de la prueba.

— Me encuentro igual que ayer. Con ganas de matar a ese maho tsukai. Y siento ganas de terminar rápido. Con vuestro permiso Mausuko-sama no me haré ilusiones al respecto. La Mancha siempre ha sido una amenaza muy fuerte en mi clan, en la familia Moto. Había un riesgo y ha sucedido. No os preocupéis por mi. La Mancha tardará en convertirme en un monstruo, meses, tal vez años. No pensemos en el mañana, sino en el hoy. Y hoy tenemos que pensar en destruir a ese maho tsukai antes de que nuestra gente no pueda tener otro mañana. Preocupémonos de morir por la espada honorablemente y lo que tenga que ser, será. ¡Adelante!. — Dijo tratando de quitar importancia a la Mancha, ciertamente para que esa enfermedad la preocupara tenía que sobrevivir. Eso era lo importante, que sus compañeros sobrevivieran.

Las palabras de Ide Zhuo me impresionaron. - Eres honorable Ide Zhuo-Sama, sea así pues. - Digo con una inclinación de cabeza. En ese momento recuerdo la mujer que habíamos percibido en la lejanía. - Entonces avancemos en sigilo para no llamar la atención, mientras antes encontremos al Mao-tsukai antes podremos acabar con su vida. - Digo en un susurro haciendo gestos a mis compañeros para que avanzaramos en grupo.

El unicornio siguió a la cangrejo convencido de que había que dejar en paz a aquella dama. Alguien así no debería estar en ese lugar y eso solo suponía un retraso y posiblemente complicaciones.

Es posible que nadie se haya fijado en tan insignificante detalle, pero, aunque la doncella está sentada (en posición seiza) no se le ven los pies. Por lo tanto es un fantasma sin duda alguna.

Entonces veo el detalle en la mujer que canta y no dudo en indicárselo a los demás:

 - "La mujer no tiene pies. No se nota mucho pues está sentada pero no posee pies. Es sin duda un fantasma y lo mejor que podemos hacer es irnos y dejarla en paz. Quizás alguien de Fe podría comunicarse con ella e intentar ayudarle a llegar a Meido, pero no es algo para lo que yo esté capacitado."

Miro a la shugenja, por si desea intervenir, para que sepa que estaría sola. Yo no soy un hombre de Fe y no tengo ninguna habilidad que pueda ayudar en este caso. Por regla general, no soy capaz de brindar descanso a nada que no le afecte un corte de Ono.

Las palabras de Oruno me hacen dudar. Por un momento dentengo el paso y me giro ante el Ronin. - Tenéis razón, quizás sea un espíritu perdido, por ello te voy a pedir una cosa Oruno-San. Recuerda por mi este lugar, ya que parecéis más duchos que yo en el arte de la navegación. Así, cuando terminemos nuestro cometido con Shosi Kumako-Sama podremos volver e intentar ayudar a este espíritu, si este es nuestro sino. - Y con estas palabras continuo el camino con la esperanza de poder volver algún día y ayudar al espíritu, siempre y cuando sea este su estado y no una simple trampa de un Bakeneko juguetón.

Honra la intención de la Hiruma: Ayudar a un alma descarriada o caída en desgracia.
Mi sonrisa quizás me delatara, pero todo tenía su momento y aquel no era para esa bonita acción.

-"Si podemos evitarlo....tratemos de pasar por alto este encuentro. Quizás a la vuelta....si seguimos con vida, tal vez podamos saciar nuestra curiosidad y ¿por que no? También aumentar nuestras buenas acciones por estos lugares." dije son desviarme del supuesto sendero que seguíamos.

Perfecto, entonces vayamos a cumplir nuestro deber y de regreso ayudemos a las fortunas o espiritus una ves dicho eso, Genji continuo su camino acompañando al resto de los miembros de la compañia.

Continuais camino siguiendo vuestro instinto y alejándoos de aquél ser que no debería estar en este mundo. Quién sabe porqué su alma permanece aquí. Sin embargo la acuciante maldad del lugar y de las incursiones en la tierra del unicornio deciden por vosotros continuando siempre hacia adelante.

Pasa el tiempo. El barro mancha vuestras ropas, los mosquitos pululan a vuestro alrrededor esperando una oportunidad de darse un festín con vuestra sangre y el olor a agua estancada y podredumbre tardará varios días en desaparecer de vuestras mentes. El sol pronto llegará a su término. Kumako propone buscar un lugar adecuado donde defenderse y, si se puede, descansar.

Ella hará el primer turno de guardia.

La samurái unicornio miró a su alrededor en un intento de recordar el lugar o algún punto de referencia. Cuando se anunció que harían un alto para dormir, pensó que sin duda alguna serían atacados mientras dormían. Así que no retrasó ese momento.

— Despiértenme cuando toque mi turno. Me da igual cual. — Apenas dijo ésto, buscó el lugar menos húmedo y trató de buscar una postura algo cómoda para dormir con la armadura puesta y las armas desenfundadas. No iba a vivir mucho, así que tanto daba morir cansada que fresca como una rosa.

— Mausuko-sama. Si tiene dudas de si un monstruo ha ocupado este cuerpo mío, pregunteme por la cicatriz de mi mano derecha. Me la hice en mi gempukku junto a mi juramento de lealtad. — Le confesó a la shugenja. Se sentía maldita, y no quería que su maldición salpicara a su mejor amiga hasta el momento.

Genji escucho aquellas palabras sobre la cicatriz y las guardo a buen resguardo en su mente...

En silencio busco un lugar adecuado donde pudiese tumbarse (sentado) un rato, el arco y carcaj a la mano, dudaba mucho que pudiera dormir propiamente dicho, pero al menos algo de meditación para poder descansar el cuerpo y la mente.

Hagamos los posible por descansar, por mi parte despiértenme para la ultima guardia...

Nos alejamos del fantasma mientras la shugenja desea volver, cuando volvamos de nuestra misión, para intentar ayudar a aquella alma en pena. No estoy del todo seguro de si es lo apropiado pero alabo el compromiso de la mujer con el deber y su buen corazón por quien no ha encontrado el descanso después de la muerte. Asiento con la cabeza y comienzo a caminar.

Después de un rato, es hora de poner el campamento para descansar esta noche, asunto que debemos hacer sin descuidar nuestra seguridad y tomando la precaución de mantener siempre una guardia.

La Soshi se ofrece para la primera guardia, Ide Zhuo-sama para hacer cualquiera y el Tsuruchi para la última, por lo que me ofrezco también:

 - "Yo haré la segunda guardia."

Pongo mi tienda de campaña, así como mi estera y mi manta para descansar esta noche. Me acuesto con mi armadura puesta y mi ono en las manos, listo para dormir y despertar a luchar si es necesario.

Con los turnos de guardia ya establecidos os disponéis a dormir. Kumako ha elegido una pequeña isleta, rodeada de agua profunda con un único punto de acceso de entrada, fácil de defender y contener una seria amenaza. Además está seca y la hierba crece en el lugar proporcionando un confort extraño.

Los turnos de guardia se suceden hasta que llega el último, el de Tsuruchi el cual os despierta a todos cuando sale el sol. No ha habido incidente esa noche, y además habéis descansado bien sintiéndoos con fuerza.

Tras despertar a todos los compañeros de viaje, tomo algo rápido de desayuno de mis raciones (lo mínimo necesario, las rindo en caso de que el viaje se nos alargue).

Buen dia para todo, que Amateratsu guíe nuestro camino... (Esta era la manera común en la que Genji daba los buenos días, ya todos deben haberla escuchado en algún momento).

En lo que todos estén listos continuo el camino, como siempre en silencio y atento a mi entorno.