Partida Rol por web

El doctor respira agitadamente pero parece que las palabras de Sullivan le tranquilizan aunque solo momentáneamente. Sin embargo, aunque algo más calmado, no responde a las preguntas del forense. Su vista sigue puesta en el campo, sus pupilas están completamente dilatadas y balbucea palabras inconexas. Fuera, Sparks, se ha acercado al vehículo al ver la reacción del doctor.

Siguiendo la línea de visión de Richard, podéis ver los mismos campos de maíz que os acompañaran durante el viaje y un poco más allá, un espantapájaros que se sacude suavemente por el viento que sopla. Estáis a punto de de dejar de mirar en esa dirección cuando captáis algo distinto. Os cuesta distinguirlo en un principio por el tamaño de los tallos, pero el contoneo del viento os permite que la forma se dibuje claramente. Entre la plantación hay una ranchera roja, aparentemente abandonada.

En cuanto mandas el mensaje, contemplas el cielo que va apagándose por momentos a medida que el sol se pierde en el horizonte. Sullivan y Sparks tendrán que cenar fuera, pero vosotros todavía tenéis tiempo para llegar a la hospedería y disfrutar de los platos de la señora Norm. Así mismo, os encontráis en la tesitura de que deberéis dar vuestro informe al director Rockstone sin vuestros compañeros. Solo esperáis que llamen antes de que tenga lugar la reunión para al menos poder poner en orden las cosas.

Tranquilamente, disfrutáis de la caminata hasta la casa de huéspedes, sumidos en vuestros pensamientos sobre el caso. En tan solo unos minutos, llegáis ante el edificio, sin embargo, comprobáis que hay alguien apoyado contra la valla del jardín. Viste una gabardina Beige, camiseta blanca y una larga bufanda anudada al cuello. Su barba, su expresión burlona y su sonrisa de suficiencia no deja lugar a dudas de quien es.

Al ver venir a los agentes, el periodista Andrew Laponei se incorpora y se aproxima a ellos. Cuando está a su altura, extiende la mano derecha a modo de cortesía hacia Dwight.

-Buenas noches agentes. Ya me imagino que ha sido un día duro y estarán deseosos de descansar un poco, sin embargo, su compañero aquí presente- Esto lo dice señalando a Johnson -Y yo, llegamos a un mutuo acuerdo que espero que sepan cumplir. Por si su amigo no le ha informado, me prometió exclusividad en la noticia e información diaria sobre el caso. No me mire así, yo por mi parte, no publicaré nada hasta que ustedes crean oportuno.- Con rapidez, mete la mano en su bolsillo, hurga en el mismo unos instantes y extrae de él una libreta y un bolígrafo. -Hagámoslo rápido y así todos podremos ir a descansar, cuéntenme ¿Ya tienen algún sospechoso?-

El periodista os observa con avidez esperando la respuesta.

Vaya, qué sorpresa más inesperada, dice Dwight rezumando ironía.

Luego mira a Johnson y arquea una ceja,esperando que se explique.

Se limita a encogerse de hombros con cara de circunstancia, no es que hubiese podido hacer mucho más que llegar a aquel acuerdo.

Toco el cristal del coche y me llevo instintivamente la mano a la pistola.

- Sullivan - le digo señalando en dirección a la ranchera

Miro el mensaje de Dwight y le contesto

"Estamos de camino, consigue* para el doctor, lo necesita*

Siento un escalofrío recorrer por mi espalda  y de pronto no me siento segura. Golpeo la ventanilla del doctor.

- ¿Qué sucede ahora? - le pregunto, tal vez nos aclare algo... esto es demasiado siniestro.

Sullivan, que también había visto el vehículo abandonado, hizo una señal a Sallina dejando claro que no podían dejar al doctor solo. Desde fuera era visible que estaba fuera de sí en ese momento, pero el forense no quería arriesgarse a decirlo en voz alta y que el hombre se saliese de control. No estando encerrado con él en el interior del coche.

Aunque claro...¿cuando podría ser? Tenían ordenes de llevar al doctor a custodia y de volver cuando antes. Y Dwigth no parecía aceptar tonterías últimamente...

Bueno, Laponei, continúa Dwight.

No insultaré su inteligencia afirmando que me alegro de verle, pero ya que estamos en un baile, habrá que bailar. Le supongo al corriente de lo que ha trascendido por el momento: dos muertos de forma violenta, y un modus operandi peculiar. Es pronto para hacer un perfil del SuDes*, y ni siquiera para poder establecer correlaciones entre las muertes, más allá de que han coincidido en lugar con algún día de diferencia. La victimología es aun difusa, y acabamos como quien dice de empezar a interrogar gente que, por cierto, no está mucho por la labor como ha podido ver esta mañana en la iglesia.

Su turno: ¿Qué ha oído Vd. por ahí?

Laponei abre los ojos sorprendido por la reacción de Dwight.

-Debo decir agente, que me sorprende su actitud, supongo que al final si aprendió la lección después de todo.-

Esta frase en un principio sin sentido para cualquiera, cobra total significado para el agente John y el periodista. Todo se remonta al momento en el que se detuvo al asesino de la Polaroid, cuando Andrew consiguió llegar hasta los cuerpos mutilados de los agentes caídos y les hizo una foto. Por aquella falta de respeto por sus compañeros, Dwight se le encaró y terminó golpeándolo en la cara en un intento por evitar que se llevara la cámara. Como resultado, Laponei recibió el premio Pulitzer y demandó al FBI por agresión, costándole al departamento varios miles de dólares y un buen escándalo.

-Pero eso está bien, si dejamos que cada uno haga su trabajo todos sacamos algo. Sin embargo, antes de compartir lo que yo tengo, hay algo que me escama y que no me ha comentado. Dice no tener ningún sospechoso, sin embargo, se de buena tinta, más que nada porque discretos no fueron, que se han llevado detenido al Doctor...- Comprueba el nombre en el bloc que lleva en la mano -...Richard Stevenson. ¿Hay algún motivo para tanto secretismo? Además, muchos testigos aseguran que fueron algo violentos y lo último que queremos es otro escándalo ¿no creen?-

Laponei observa inquisitivamente a los agentes esperando la respuesta.

Tras mandar el mensaje, el ambiente queda totalmente en silencio, tan solo en el interior del coche Sullivan escucha el constante balbuceo del doctor. De pronto, una fuerte ráfaga de viento sacude los campos de maíz agitando los ropajes del espantapájaros. Sorpresivamente, algo aparece cerca de Sparks saltándole a la cara. Apenas le da tiempo a taparse la cara cuando ve que las figuras negras la esquivan y alzan el vuelo. Una bandada de cuervos graznan mientras se alejan del lugar. La agente respira aliviada por el susto tan tonto cuando de pronto en el interior del coche todo se dispara.

Como activado por un resorte, el doctor Richard comienza a gritar mientras sacude los brazos contra Sullivan. Mientras golpea, solo grita una cosa "Dios mío, está aquí, la muerte está aquí".

Aunque le pilla por sorpresa, Sullivan consigue parar los golpes con el cuerpo y evitar daños, sin embargo, el enfermo sigue fuera de sí. con una expresión de absoluto terror.

Cuando veo que el maizal se agita me llevo la mano a la cintura buscando mi pistola.

Vaya... sólo son pájaros... pájaros de mal agüero... pero pájaros.

Voy a tranquilizarme cuando el viejo parece entrar en una especie de fuera de si y comienza a golpear a Sullivan. Me quedo muerta. La visión de los cuervos era horrible... pero igual ha visto algo más. Igual era un presagio...

- Sullivan, agárralo, yo conduciré, vámonos, este lugar me da muy mala espina - digo mientras me coloco en la puerta delantera del coche para entrar. Saco el movil y escribo:

"Conseguid la medicina, nos vemos en el punto de reunión, están sucediendo cosas muy extrañas" 

Pero no lo envío, espero por si a Sullivan se le ocurre algo más.

Miro atentamente a mi alrededor y saco una linterna (supongo que tendré una linterna y que es algo de noche) para ver mejor.

- Hemos sabido, como seguro usted ya sabe también, que el doctor formó parte de un escándalo hace un tiempo, los locales no le guardan mucha estima y no deseamos que sea declarado culpable por estos y atacado, - explica al tiempo que saca su teléfono y lee el mensaje de Sparks - es por eso que el agente especial Dwight ha decidido ponerlo bajo custodia en Joshua Tree, pero no está acusado de nada ni se le considera sospechoso por el momento. - sonríe con amabilidad a aquella jodida hiena - Es una prevención, nada más.

El primer golpe del doctor dolió más por la sorpresa que por el verdadero daño, pero el forense reacción e intentó poner freno al doctor no solo para evitar que le hiriese...sino para evitar que se hiriese a sí mismo. Sallina gracias a Dios había reaccionado rápido, y estaba ya montado en el asiento del conductor cuando Jules le increpó visiblemente atorado.

- Este hombre necesita claramente su medicación. replicó Sullivan con esfuerzo mientras intentaba mantener al doctor, que se agitaba violentamente intentado agredirlo, agarrado.

Y, pese a la evidente molestia de que un hombre por mayor que fuese intentase golpearle repetidamente, Sullivan estaba encandilado por el mantra de miedo que gritaba continuamente el doctor. La muerte está aquí. Está aquí. Por supuesto que lo estaba. La muerte estaba en todas partes donde había vida, acechante, esperando su momento para actuar. Estaba en todos los lugares donde alguien miraba una tumba con miedo o se preguntaba por su final, temeroso. La muerte era el miedo a ella misma.

- ¿Por qué dice eso? preguntó al doctor con un tono suave, como un profesor pidiendo a un alumno que justifique su respuesta. No era una verdadera duda: el sabía que era verdad pero...¿que había abierto los ojos a ese hombre? ¿Era solo la locura?

Si fuese así...quizás se había equivocado de profesión, y Sullivan tuviese que vivir rodeado de locos...

Lo de la violencia vino más bien de su parte, y fue sobre todo verbal. Le hicimos un favor al sacarle de aquí, porque empezaba a oler a linchamiento, y ahora está fuera de peligro a la espera de que le traslademos a San Diego.

Laponei sonrie socarronamente.

-Curiosa forma de "proteger" a la gente, pero en fin ¿quién soy yo para cuestionar a las fuerzas del orden? Al fin y al cabo, mi deber es informar, no dar juicios de valor-

Tras tomar unas cuantas notas más, cierra su libreta.

-Sin embargo, ustedes han cumplido su parte y yo cumpliré la mía. Guardaré todos estos datos hasta que reciba su visto bueno para publicarlos. En cuanto a mis investigaciones, podríamos decir que el doctor no era el único que podía tener algo contra las víctimas. El dueño del restaurante, Tom Simpson parece que no está pasando por un buen momento económico. Por lo visto tenía grandes deudas con Elmore que era quien le proveía de ciertos artículos y por lo visto estaba a punto de denunciarle. Así mismo, se que pidió un préstamo al banco, un préstamo que aun no ha devuelto y que provocó que el señor Bale le amenazase con quitarle la propiedad del local. Por supuesto, no estoy diciendo nada y solo me limito a informarles de lo que me han contado por el pueblo. Les dejo el trabajo detectivesco a ustedes.-

Tras terminar de hablar, se atusa la chaqueta que lleva y les entrega una tarjeta a sus dos oyentes.

-Bueno agentes, un placer poder colaborar con ustedes, aquí les dejo mi teléfono para que puedan contactar conmigo en caso necesario. Agente Dwight, agente Johnson, buenas noches.-

Con estas últimas palabras, se despide y da media vuelta para marcharse del lugar.

Gracias a su gran tamaño, Jules consigue sujetar al doctor el tiempo suficiente como para que se calme. Sin embargo, aunque ha dejado de zarandearse, su respiración es muy agitada y tiene las pupilas dilatadas, con la mirada fija en el exterior.

El agente Sullivan trata de sacar algo del enfermo haciéndole una pregunta, a la que este no contesta. Es necesario hacérsela tres veces para que finalmente Richard reaccione.

Aunque algo más calmado, el doctor Stevenson está lejos de encontrarse en plenas facultades. Sin dejar de balbucear, mira con absoluto terror el paisaje y enormes goterones de sudor resbalan desde su incipiente calva, remarcando aun más sus arrugas. Cuando Sullivan le repite la pregunta por tercera vez, Richard gira la cabeza lentamente hasta que sus ojos entran en contacto con los del forense.

-Porque puedo verla. Sin mis medicinas puedo ver a la muerte, ver como viene a por todos, a por él y algo me dice que... a por mi.-

Una vez Laponei está lo suficientemente lejos como para no oírle, Dwight dice a su compañero: Vamos Johnson, busquemos la farmacia, nuestro buen doctor necesita su medicina.