Partida Rol por web

Tranquilos, puedo caminar solo espero. Johnson vigile al señor Hill por favor. Agente Sparks si fuera tan amable de contestar mi movil por favor- Saco el movil y se lo doy con una mano temblorosa que traiciona el tono aparentemente relajado de voz - Sheriff podria ayudarme con el botiquin por favor.

En cuanto sacas el móvil podeis ver en la pantalla que se trata de Jules.

Mientras tanto Hill no deja de vocear. De hecho está cada vez más fuera de sí. Su "discurso" es una especie de soliloquio errático y a voz en grito, sin dirigirse a nadie en concreto y a todos a la vez.

-No, no me sacarán, cabrones, es mi casa, yo la construi, tuve que luchar mucho, bastardos, mucho, fui a la guerra, y así me lo pagan, qué sabrán, hijos de puta, me lo quitan todo, malditos, pelee en Corea, son mis tierras, las trabajé con mis manos, y ahora mandan matones a echarme. ¡NO ME TOQUES BASTARDO!

El último grito va claramente dirigido a Peter. El anciano parece al borde del colapso de tan histérico. No es abiertamente agresivo, pero gesticula mucho y podría herir a alguien con la hoz que lleva en la mano.

La tirada de Psicología un poco justita, pero servirá. Además en esta situación creo que se podría aplicar Empatía.

Por lo que te habían contado y lo que estás viendo, es fácil deducir que este hombre sufre algún tipo de trastorno más allá de la habitual demencia senil (o quizá agravado por esta). Hay claros indicios de Síndrome de Diógenes y cierta paranoia antisocial. Estos enfermos suelen ser gente muy desconfiada y muy apegada a lo que considera suyo. Sacarlo fuera de su casa a la fueza, a parte de ser un poco abusivo, podría ser contraproducente. Seguramente se cerraría en banda.

Salina coge el teléfono y mira la pantalla. Es Jules. Lo descuelga.

- Hola, Jules, soy Salina, perdona... Un momento... ¡SR. HILL, HAGA EL FAVOR DE TIRAR ESA HOZ AL SUELO INMEDIATAMENTE! Jules... ¿Sigues ahí? Perdona, éste no es un buen momento. John no se puede poner, está herido. Nada grave, no te preocupes, pero estamos... un poco ocupados. Luego te cuento. -Cuelga el teléfono sin mediar más palabra. Se guarda el móvil con un rápido gesto en el bolsillo y avanza con la pistola en una mano y las esposas en la otra, hacia el Sr. Hill.- Sr. Hill, queda usted arrestado, tiene derecho a un abogado, si no pudiera pagárselo, se le proporcionaría uno de oficio, tiene derecho a... - continúa explicándole sus derechos, mientras se aproxima a él para esposarlo.

La sheriff suelta un bufido y os da la espalda.

-Será más rápido si voy a buscar el botiquín -le dice a Dwight y se aleja a paso vivo. Pronto desaparece tras la esquina de la casa, en dirección al coche patrulla.

El nerviosismo de Hill va en aumento. Retrocede torpemente, intentando apartarse de Salina y Peter. No deja de maldecir, pero de un modo tan atropellado y confuso que ya resulta del todo ininteligible. Empieza a hiperventilar.

El perro reacciona apoyándose en sus cuartos traseros, el vello se le eriza y muestra los dientes en un gruñido sordo.

Notas que la sheriff murmura algo entre dientes mientras se aleja. No parece muy satisfecha.

- Pete, cuidado con el perro - le avisa Salina, mientras avanza lentamente hacia el Sr. Hill. - Sr. Hill, cálmese, no nos lo ponga aún más difícil. Acompáñenos a comisaría y conteste a unas preguntas... Podemos ahorrarnos llevarlo esposado, pero tiene usted que colaborar con nosotros. Tranquilícese.

Salina baja la voz e intenta adoptar un gesto conciliador. No hagas movimientos bruscos. Despacio. Despacio. A este hombre la va a dar un patatús. No sé quién está más loco, si el perro o el dueño.

Gracias Sheriff. Dwight se apoya en una pared, parece que no le falta mucho para caerse. Agente Sparks, no creo que sea buena idea que el señor Hill nos acompañe. Tranquilicese señor Hill, no tenemos ninguna intencion de sacarlo de su propiedad, y ninguno de nosotros tiene ninguna intencion de quitarle lo que por derecho y por su esfuerzo le pertenece. Asi que por favor si fuera tan amable de tranquilizarse...

Agente Johnson, apartese lentamente del señor Hill y cuidado con ese perro.

Señor Hill, estoy seguro de que quiere que nos vayamos de su propiedad, pero si ha estado en la guerra entendera lo que es tener que cumplir con el deber por doloroso que pueda ser. Asi que cuando se tranquilice, por favor, ¿podria respondernos a unas preguntas para que podamos seguir con nuestro trabajo y poder dejarlo tranquilo en su casa?

Peter no le quita el ojo de encima al chucho. Saca la pistola y aunque la mantiene en la mano con el cañon hacia abajo no deja de pensar para si...muevete perrito...venga bonito ven...ven que te voy a dejar seco...

Sin dejar de mirar al perro. - Será mejor por su bien que cambie su actitud Hill y lo intente tambien con su perro, porque aunque no tenemos nada contra usted no nos lo está poniendo nada fácil y eso no es bueno para sus intereses. Colabore con el agente Sparks y no tendrá que lamentarlo.- En pocas ocasiones se puede escuchar a Peter en un tono serio o grave, esta es una de ellas. La situación se le antoja ya un tanto surrealista y la paciencia hace tiempo que comenzó a escasear.

La situación no mejora. Vuestras amenazas parecen haber hecho una profunda mella en el anciano, Salina y Peter no logran comprender por qué. El viejo ni siquiera da muestras de escucharos. Sigue retrocediendo con paso trémulo, mientras niega con la cabeza y farfulla apresuradamente. Su respiración entrecortada impide entenderle, aunque por algunas palabras sueltas deducís que sigue con lo de que esta es su casa y nadie le va a sacar de ella.

El perro se interpone entre Peter y Salina, manteniendo su postura agresiva. El único que está fuera del alcance del perro es John.

- Peter, será mejor que retrocedamos... Así no llegamos a ningún sitio y este hombre está al borde del colapso. Un tranquilizante para... cualquiera de los dos... nos vendría de perlas. Supongo que la Sheriff no tendrá algo del estilo en su botiquín, ¿no? - le dice Salina a Peter, en un tono susurrado para que sólo él pueda oírla. Empieza a retroceder, muy despacio-. Tranquilícese, Sr. Hill, mire, mi compañero y yo vamos a retroceder. Cálmese. Por favor, cálmese. Le haremos unas preguntas sencillas y nos marcharemos - añade en voz alta y clara, intentando que el Sr. Hill, que parece estar al borde de un ataque de nervios, la entienda.

El teléfono vuelve a sonar. Es Jules de nuevo.

Dwight va retrocediendo lentamente, dejando espacio al señor Hill para que se vaya tranquilizando, mientras aprieta el brazo herido contra el cuerpo. Sparks mire a ver si la sheriff tiene algun tranquilizante para el señor Hill. Jhonson apartese despacio del perro y procure no disparar si es posible.

Mientras la sheriff me trae las vendas, cojo el telefono y contesto.

Sullivan soy Dwight, dime

-¿DONDE ESTÁN? ¿QUE DEMONIOS OCURRE?

Estamos en una granja del pueblo, hemos venido a hacerle unas preguntas al dueño, pero su perro me ha mordido. Nada muy grave espero. Ya esta todo controlado, pero al dueño de la granja parece que le esta dando un ataque de ansiedad. ¿Te importa si te llamo en 5 o 10 minutos cuando se calme todo un poco? -el tono es extrañamente tranquilo pero delata cierto nerviosismo en que parece ser una de las pocas veces que Dwight tutea a alguien del equipo. Tampoco ayudan mucho los ladridos y gruñidos de un perro, que se oiran a traves del telefono.

Ok, es que antes hable con la agente Sparks y me puso nervioso su conversación. Yo estoy ahora en comisaría, ¿Donde estáis vosotros exactamente? - dice sullivan ya más calmado.