Partida Rol por web

Rodeáis la pequeña zona boscosa para acercaros a la puerta de entrada de la casa de la familia Júpiter. Para cuando llegáis a las inmediaciones de la entrada y atravesáis el pequeño camino que se adentra hasta la misma pista de despegue y aterrizaje, el biplano ya ha tomado tierra y parecen haberlo guardado en el granero, que es la única construcción suficientemente grande para albergarlo. La casa de los Júpiter tiene tres pisos, siendo el tercero una especie de torreón. Las paredes son de sucia piedra gris, cubierta de plantas trepadoras. De pronto, desde algún lugar de la casa se escucha un fogonazo y una nube de polvo se levanta a vuestros pies. De nuevo, se repite. Fogonazo y nube de polvo. Son disparos.

Mientras Hans y Madeleine marchan por el sendero que bordea el pequeño bosque y los perdéis de vista, vosotros os dirigís a la valla. La valla que separa ambos terrenos tiene un par de metros de altura y de madera. Observando de cerca comprobáis lo que Madeleine ya os ha advertido hace unos instantes: una zona de la valla ha sido reparada recientemente puesto que tiene listones recién puestos y pintura que aún no ha secado del todo. Los árboles ocultan la casa de miradas curiosas y desde vuestra posición no podéis ver nada de lo que sucede al otro lado de los mismos.

Con esta valla recién pintada si nos ven sabrán que hemos intentado saltarla; deberíamos buscar algún punto en el que la pintura se haya secado.

Anne sigue el camino de la valla, y sin necesidad de alejarse demasiado, se encuentra con una zona en la que aún están los materiales como maderas, martillos y botes de pintura están esperando a ser utilizados. Hace una señal a sus compañeros para señalarles que por aquí es por donde han de ir.

El rostro de Hans reluce una mueca de Terror cuando  mientras observan la edificación escuchan dos disparos- Madeleine es mejor que demos la vuelta,esto al final no parece una gran idea, podriamos ir a la policia de nuevo, igual nos hacen mas caso y investigan a fondo -comenta consternado esperando que la muchacha le haga caso, mientras intenta discernir rapidamente algo mas sobre los disparos por si alguien aparece  con intención de hacerlos objetivo

La mirada que me dirige Madeleine logra irritarme ¿No ha hecho ya su elección? ¿Por qué se divierte jugando con mis sentimientos de este modo?

Enfadado, no digo palabra y me pongo en movimiento con mis compañeros tratando de encontrar un hueco por el que colarnos

-Un auténtico caballero, David, pasaría primero a ver que hay al otro lado. No podemos relajarnos, podría ser terreno hostil.

Mira a David dedicándole una burlona risa

Bien bien, pero no os quedéis atrás

Y con una agilidad felina Anne utiliza el apoyo de David para saltar la desgastada valla

-Demasiado para la presunción de inocencia - Se agacho resguardandose contra la pared de la casa y tirando de la chaqueta de Hans para que se escondiera con ella. Mirando hacia la dirección de donde creía provenían los tiros intentó distinguir a quien tenía esa tan "amable" forma de recibir a sus visitas. -Agachate - Susurro empujandolo hacia abajo, intentando desaparecer de la visión del tirador. -Quizás podamos ir al granero...

Es imposible para Madeleine encontrar el origen de los disparos. Su única certeza es que no provienen del torreón, pues tiene sus ventanas cerradas a cal y canto.

De inmediato, los ocupantes del biplano, que ya lo han metido en el granero, asoman unos rifles de una esquina.

Escucháis disparos provenientes de la casa, al otro lado de los árboles que hay tras la verja.

-Me cago en la puta, vamos.

Sin perder un instante cruzo la valla y guio a mis compañeros por el terreno, avanzando rápido pero sin perder el factor sorpresa.

Atravesáis la pequeña zona boscosa intentando no hace mucho ruido. Cuando llegáis al otro lado, desde detrás de unos arbustos que os mantienen fuera de la vista de los Júpiter, veis la casa de los Júpiter. Tiene tres pisos, siendo el tercero una especie de torreón. Las paredes son de sucia piedra gris, cubierta de plantas trepadoras. Un poco más cerca vuestra, al otro lado de la pequeña pista de aterrizaje, los dos hijos de la familia Júpiter están resguardados por el granero y armados con dos rifles. El biplano está ya guardado junto a ellos. Disparan de vez en cuando contra la entrada del camino a su terreno, justo al lado del buzón, donde intentan resguardarse de los proyectiles Hans y Madeleine. Además, también están recibiendo fuego desde algún punto de la casa que no conseguís identificar.

Hans se vio arrastrado al suelo sin mucha resistencia , colocandose bien las gafas y el gorro despues del tiron  echo una pequeña ojeada- hay unos rifles en la esquina  deberiamos irnos pero es resto esta dentro puede que los tiroteen, ¿que hacemos seguimos con el plan normal?, yo prefiero volver a la policia pero es que con los otros dentro- Hans estaba dubidativo no queria arriesgar su pellejo innecesariamente pero sus amigos estaban dentro ya y no podia dejarlos a merced de los usuarios de los rifles , quizas  llamar a la puerta para crear una distracción era lo mejor

-Podríamos devolverles el favor - Mumuró tanteando la pistola en su cartera, pero eso sin duda arruinaría cualquier intento de platica, si no estaba arruinado ya. Además de que estábamos en su territorio, quizás tener un tiroteo en la puerta de su casa no fuera lo más inteligente. -Quedate abajo, golpearé la puerta si ves que me apuntan directamente disparales - Indicó saliendo cautelosamente de su escondite y confiándole su vida a Hans. Se acercó en cuclillas hasta el marco de la entrada y se escondió tras este cuidando de no convertirse en un blanco perfecto. Con la espalda pegada a la puerta golpeo con la base del puño tres veces, esperando que quien fuera que abriera la puerta tuviera más migas que aquellos tipos.

- ¡Largo de aquí! - Suena la voz adulta y con extraño acento del que se supone es el pater familias de los Júpiter. - ¡Fuera de mi casa o dispararé!

De atrás, otra voz procedente del granero, más joven, grita en el mismo tono.

- ¡Vuelvan por donde han venido o dispararemos! ¡Ésta es nuestra casa y estamos en nuestro derecho!