Vinacci rie - La comida esta pedida hace unos minutos, el chhef estará preparando su excelente comida. No se impaciente señor Bauberg, su plato llegará en breve. El chef es muy meticuloso con sus platos y si no mire la deliciosa pinta del Carpaccio de Barceló
Respecto a lo que debemos hacer o dejar de hacer creo que si nuestro amigo el soldado puede conseguir el permiso de la señorita Merriweather para entrar en el desvan nos ahorrariamos posibles problemas en el caso de que algo ocurra y nos descubran dentro. No quiero depositar mis huesos italianos en una cárcel por asaltar un desván buscando los restos de una antigua secta, o lo que quiera que formen los amigos del profesor.
Creo que lo del continente de Mu puede estar bien, aunque me huele a que es un gancho para futuras aventuras...
Por otra parte yo, una vez terminemso la cena, acudiria a mi local a ver las fotos terminadas...Tengo una corazonada.
Perdón, pensé que se daba por asumido que os habían tomado nota y estábais disfrutando de unas delicatessen, a vuestra elección.
¿Ms. Marrow y Mr. Washiskowaho tienen nada mas que añadir?
Así es, es lo que dije antes, Sr. Vinacci. - asiente con una sonrisa, recorriendo el perfil del plato vacío con un dedo.
Nada más que decir por ahora, señores.
¿les molesta si fumo? pregunto despues de terminar mi plato, ofreciendo un cigarrillo a mis compañeros, y recostandome un poco en la silla para atender a los contertulios
El diligente camarero que andaba colocando las mesas os tomó nota my educadamente, y en efecto, no había vino. El maitre, Alessio, resultó ser un afitrión extraordinario, nada empalagoso, pero siempre cerca para satisfacer vuestras necesidades. Las carnes extraordinariamente tiernas y concinadas con maestría, la pasta deliciosa y los pescados muy frescos y de agradable sabor y textura.
La cena ha resultado deliciosa y la conversación cuanto menos interesante. Poco a poco mas gente va entrando en el local, hasta el punto de casi completar el aforo, aunque no resulta excesivamente ruidoso. Incluso, una pequeña orquesta de cámara, como todos los jueves noche ofrece música en directo para amenizar la velada desde un rincón del restaurante.
Vinacci acepta el cigarro ofrecido por barceló y se dispone a relajarse, recostado en la silla, cafe cortado en mano, al tiempo que escucha la excelente música que mana de la orquesta
Sigo en mi posicion atendiendo a lo que dicen , pero sin interrumpir...
Bueno pues propongo terminar esta agradable velada en su estudio, para comprobar esas fotos, luego tal vez me dejen llevar la pieza a mi tienda para que la estudie en profundidad.
Se recuesta en la silla después de haber arramplado con un tiramisú de aquí te espero.
Tal vez mañana pueda pasar por la biblioteca a buscar algunos libros.
si necesitas ayuda, amenudo hago trabajos para la biblioteca, con shalma la hija del profesor doy una calada a mi cigarrillo y exalo una bocanada de humo antes de proseguir ¿creeis que la estraña enfermedad del profesor esta ligada a alguno de los cachibaches que estaba estudiando?
Paul se permite una carcajada bastante destartalada.
Pues no, no creo que ninguna enfermedad se deba a esos "cachibaches". Las antiguedades no son patológicas, salvo por el precio, claro esta...
Una vez con el estómago lleno, degustando unos cigarrillos con el café y pagada la cuenta (que asciende a apenas US$ 5,00) ultimáis los planes finales para el día siguiente, y os preparáis para ir al estudio de Vinacci a comprobar lo que su cámara ha revelado.
Alessio estrecha fuertemente la mano a todos los caballeros y muy educadamente se inclina para besarsela a Lindsey, mientras en un inglés correcto pero con un acento muy marcado os agradece la visita.
Salís a la fresca noche. La cercana iglesia emite sus últimos tañidos de campanas del día. Las 20 horas. La fina lluvia vuelve a hacer acto de presencia, mientras a lo lejos, en direción Norte (Curioso, en dirección Salem) se dibujan unos finos relámpagos en el cielo. Las farolas proyectan la sombra de las ramas de los árboles, como una maraña de nudosos dedos que ansían agarrar vuestros tobillos. El repiqueteo de la lluvia a su vez se ve rítmicamente acompañado por los tacones de Lindsey, los únicos sonidos que se oyen a éstas horas en el barrio.
Apenas unos minuos después llegáis a Atelier Vinacci. Jean Philippe saca la llave de la cerradura y ésta se abre con un crujido.
No te fíes. El padre de un amigo mío es restaurador de muebles. Una vez le hospitalizaron por no se que bacteria que le pudo haber provocado una neumonía en el peor de los casos y que se cultiva en el polvo y suciedad centenaria.
Mientras espera a que Vinacci gire la llave, Lindsey, con los brazos cruzados por la fresca de la noche, hace un comentario para romper el silencio.
La comida estuvo deliciosa, no me cansaré de repetirno. Bueno... *suspiro* a ver qué podemos ver en esas fotos
Veremos que dice mi pequeña cámara - Dice Vinacci con una extraña sonrisa en su cara al tiempo que hace girarla cerradura y abre la puerta.
Pasamos de escena???
Uno a uno vais pasando a la sala de revelado.
Una enorme habitación en penumbra, rodeada de estanterías y armarios con bastantes productos químicos, colorantes, papel de revelado, un par de pilas para sumergir las fotografías, varios filtros de luz, etc. se amontonan y se apilan en las viejas estanterías de madera con un pulcro y perfecto orden.
Colgadas de una cuerda y puestas a secar en una de las paredes se encuentran varias láminas de papel fotográfico, que apenas muestran una silueta brumosa y grisácea. Lástima que la luz sea tan tenue. La única iluminación corresponde a una pequeña bombilla a la que se ha aplicado una gruesa pantalla rojiza para mitigar la cantidad de luz.
Vuestros ojos se fijan en la silueta que se va formando.
Te da la impresión de que la brumosa silueta se está moviendo. Se agranda y se contrae ante tus ojos, como si fuera una inconmtrolada nube de humo.
Te da la impresión de que la brumosa silueta se está moviendo. Se agranda y se contrae ante tus ojos, como si fuera una inconmtrolada nube de humo.
Te da la impresión de que la brumosa silueta se está moviendo. Se agranda y se contrae ante tus ojos, como si fuera una inconmtrolada nube de humo.
Paul guiña los ojos en un intento por ver mejor la fotografía, como si su visión le engañase.
Por los Clavos de Cristo, ¿Alguien más ve lo que yo?
La verdad que apenas veo nada... - Dice un nervioso Vinacci- De todas maneras esto esta seco ya, podremos encender la luz.
Enciendo la luz para ver mejor siempre y cuando esto no estropee las fotrografias
Eso depende de lo que veais......
No veo una mierda......
Esfuerzo por mirar pero mi vita no alcanza en tal lastimables condiciones....