Partida Rol por web

Asiento en respuesta muda a la propuesta de mi compañero.

—Hagamos así, pues-respondo en alto élfico-. Pero me gustaría saber de dónde sacó este dunlendino el puñal, ¿te fijaste?

Permanecía pensativo intentando recordar el sonido que utilizaba el líder de mi unidad para comunicarse. Pero por más que busco no consigo encontrarlo. Aunque bueno, supongo que podemos ir a la zona y buscar una patrulla.

Entonces las palabras de la sacerdotisa me hacen reaccionar. Lo cierto es que solo vi que lo saco de su ropa. Es decir, lo llevaba encima. Pero su origen lo desconozco.

Tras dejar con cariño al animal muerto sobre el suelo, y acariciarle tanto el lomo como la mejilla, con lágrimas en los ojos, miró al otro animal. Este último superviviente lamía la herida del recién apuñalado, sin miedo, pero con mucha pena, intentando reanimar al pobre. Ya habían dos muertos, pero el dunlendino haría lo propio con el siguiente.

Te parece una salvajada. Pero, como elfo, el robar una vida, sin sentido, te parece algo deprorable.

Como elfo, el robar una vida, sin sentido, te parece algo deprorable, pero, como sacerdotisa y devota de la sanación, lo que estaba haciendo te hacía constreñir el corazón hasta tal punto que incluso observar aquello, sin hacer nada te hacía hasta sentir mal...

Yo creo que os toca, pero si no le veis ... "gracia" a la partida, la cierro definitvamente.

Y yo espero a besnaya, que postee yo el último.

No lo puedo soportar más. Cuando veo que va a asesinar al segundo animal, extiendo la mano y digo con voz firme en Oestrón:

—No, no lo hagas. El animal está libre del influjo de ese fantasma. Si no quieres llevarlo contigo de vuelta a tu hogar, al menos déjalo libre. 

El hombre llora, pero estando a punto.... gira el rostro hacia los elfos. Está claro que sus sentimientos lo tienen roto por dentro. - ¿Perro Limpio? No Corrupción ¿Tú segura? Sus palabras se rompían en llantos con cada sílaba. La mano de la daga temblaba como si fuera un abanico. Sostenía aquel metal crudo por muy poco, y lo raro es que no se hubiera perdido ya entre las hierbas que hacía de lecho en su "sentada". Estaba medio lleno de sangre del otro animal. Del que acababa de asesinar. El mastín restante le lamía el rostro. Era como si para aquella fiera, se hubiera parado el tiempo y hubiera estado una larga temporada sin su humano, sin su dueño. Era como un cachorrillo amoroso, feliz por estar con aquel hombre. Costó entenderle, ya que su dominio del idioma era un tanto limitado, pero ... parecía que aún estando en su mente la intención de liquidarlo, no quisiera. En vuestro corazón se había roto algo. Había sacrificado, sin dudarlo, a uno de sus amados perros por la corrupción. Por evitar que se siguiera expandiendo aquel mal ... y no hubiera sido necesario. Para evitarle al animal aquel sufrimiento. Seguro que si se enterase de lo que había hecho no tenía sentido... tendría una herida profunda en el corazón que le acompañaría incluso más allá de la tumba.

Me acerco al apenado hombre. Me siento sobre los talones a su lado y tomo sus manos entre las mías con delicadeza, depositando con cuidado el afilado arma al lado sobre la hierba.

—Está limpio. La corrupción necesita mucho tiempo para anclarse de forma permanente en un alma. El espectro ya no está. Todo está bien. Tu animal está bien. 

El dunlendino cede ... y se abraza al cuello del animal, que ha aumentado la efusividad de su alegría. Las babas llegan a más de un metro de aquel "reencuentro".

Siento como algo de todo lo que hemos hecho, de todo lo que ha pasado, no está bien. Observo que la sacerdotisa se arrodilla para intentar consolar al dunledino, pero al mismo tiempo sé que ha hecho algo innecesario. Quizá por no comprender nuestro idioma.

Permanezco de pie mirando la escena, casi sintiéndome como un extraño, cómo alguien que no debería ver eso. Lanzo un suspiro sintiendo pena por los animales pero también por el hombre y su debilidad espiritual.

Me agacho donde Besnaya soltó de daga del hombre con la intención de poder verla más de cerca. Sobre todo me interesa saber si es de manufactura élfica, aunque no creo que haya muchos más capaces de manejar el mithril más allá de los elfos.

Mientras tanto dejaré que ellos hagan lo que quieran, aunque sigo sintiéndome triste por lo que ha pasado. Igual debí mostrarme más agresivo para impedir que lo hiciera, pero la vida es una canción que no se detiene y que nunca retrocede. No hay nada que se pueda hacer salvo enterrar los cuerpos.

Podría ser élfica, pero entre babas, sangre y trocitos de planta es difícil de saber.