Partida Rol por web

El Misterio del Sr.Cornthwaite

EPÍLOGO: Huyendo del horror y del crimen

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04/11/2016, 17:33
Guardián

EPILOGO

 

Sebastian encendió su último cigarro Espartero haciendo uso de su mechero S.O.S y saboreó durante un instante su inconfundible sabor. Acto seguido arrancó el motor del vehículo policial perteneciente al ahora difunto sheriff de Gamwell. El vehículo circuló por la desierta carretera del estado de Massachussets con sus cuatro ocupantes sumidos en el silencio, aún había mucho que aceptar, mucho que pensar y superar. Los horrores que aquellos cuatro desconocidos habían vivido juntos les habría marcado para siempre. Lejos quedaba aquella reunión con los abogados Dodge en los que todos se habían presentado de una manera agradable, guardando las formas, y mostrándose colaborativos los unos con los otros. Pronto las tensiones en el grupo avivadas por la adrenalina y los peligros habían hecho en mella en ellos, en algunos caso sacando a la luz el verdadero comportamiento y inclinaciones de sus corazones, y en otros, perturbando sus mentes y liberando sus miedos.

Mientras el vehículo proseguía su ruta de escape conducidos por el frío y duro actor los demás observaban el paisaje desde sus ventanillas. No podían negar su actual condición, ahora eran fugitivos que llevaban un cadáver de un agente de la ley en el capó de su coche. En Gamwell no dejaban atrás una responsabilidad menor, una mansión millonaria completamente derrumbada y un periodista muerto, algo de lo que también les responsabilizarían las autoridades. No, no podían negar lo que ahora eran, puros fugitivos y delincuentes peligrosos desde el punto de vista de la sociedad. Hasta el maldito F.B.I. les buscaría por todo el país, probablemente al día siguiente los diarios de todo el estado se llenarían de titulares acerca de los sucesos de Gamwell. Siempre que ocurrían cosas así pasaba, había muchas preguntas sin respuesta y nadie a quien sentar en la silla eléctrica.

¿Y si explicaban la verdad? Era una opción,  ¿Pero quién creería aquella excéntrica historia en la que Arthur Cornthwaite había traído una espantosa criatura sobrenatural desde sudamérica que había devorado a todo ser viviente de la mansión? Si explicaban algo así acabarían condenados a un asilo psiquiátrico de por vida. La única opción que tenían era huir, ya era demasiado tarde para tratar de hacer las cosas bien, tal vez estaba destinados a acabar así, desaparecidos como Arthur Cornthwaite.

También existía la posibilidad de que Robyn tuviera razón en sus teorías de conspiración del pueblo y que todos hubiesen sido objeto de un macabro plan urdido por los habitantes de Gamwell. Si era así tampoco lo podrían averiguar, al menos a corto plazo, pero aunque todos observaban con lástima el pobre estado mental de la señorita Robyn Adler ninguno de ellos descartó aquella descabellada teoría. ¿Acaso era improbable algo así después de haber sido acechados por un horror innombrable? 

Sebastian frenó el coche cerca de un bosquecillo lo suficientemente alejado de zonas habitadas cuando empezaba a oscurecer. Había llegado el momento. Quemarían el coche con los restos de Withford dentro y luego huirian,  ese era el destino que les deparaba el resto de sus vidas si querían evitar la trena. 

Los cuatro desconocidos ya no lo eran, ahora se conocían entre ellos tal vez demasiado bien, y observaron silenciosos como ardía el vehículo patrulla del sheriff. Aquellas llamas les pareció que quemaban algo más que el coche, quemaban la vida que habían llevado hasta los sucesos de Gamwell...

Notas de juego

NOTA DM: FIN DE LA PARTIDA.... muchas felicidades por sobrevivir chicos. Os dejo abierto para que hagáis los posts finales de vuestros personajes. 

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06/11/2016, 14:46
Sebastian O. Stewart

Sebastian condujo en silencio durante toda la travesía. El horror de lo vivido todavía se antojaba palpable en el cubículo de aquel coche. Robyn Adler se había quebrado como una rama seca lanzada a una incesante hoguera, mientras Mike y James permanecían taciturnos sin apenas emitir el más mínimo juicio. 

El actor cogió su último cigarro habano y lo encendió con su inestimable Zippo. Su fría personalidad, le ayudaba a mantener la calma tras las cosas absurdas que acababan de contemplar mientras analizaba la época de la vida que tenía por delante. Seguramente los cigarros prensados a mano y los excesos de la jetset se habían acabado de por vida, pero no se dejaría pescar por ningún estúpido pies planos. 

Dio una larga calada de su puro y luego miró a Mike. El irlandés, una persona íntegra y de buen corazón, continuaba con la mirada puesta en la carretera, tenso y expectante de lo que pudiera suceder. Stewart le sonrió. Parecía como si el asesinato que hacía unas había cometido no le reconcomiera ni lo más mínimo. ¿Qué clase de monstruo albergaba el alma de ese estrafalario actor?...

Llegó un momento que la carretera comenzó a discurrir por una frondosidad. Sebastian supo que era el moemento. Detuvo el coche y lo apartó del camino. Pidió a todos los acompañantes que salieran del mismo. Robyn continuaba balbuceando y argumentando ininteligibles teorías. Una vez todos sobre el verde pasto, el intérprete roció el coche con el bidón de gasolina accesorio que todos los coches de la época llevaban y lanzó su mechero al interior...

De esta forma, se encargaba de enturbiar el posible rastro que intentara llevarlos hasta ellos. Sebastian se había quedado con el sombrero, el arma y la estrella de Withford, dejando su mechero en el interior de aquel coche que se calcinaba junto a un cadáver... Las autoridades primero tendrían que averiguar, si alguno de los restos biológicos que tenían no pertenecían tal vez a alguno de ellos, pues el paparazzi había sido reducido a huesos y el cadáver del sheriff en breve sería una masa calcinada.

Puede ser cualquiera...- pensaba Sebastian sonriente, pues la Ley no lo tendría tan fácil para achacarles aquellos desastres. Además... la mansión se había derruido por su deplorable estado... 

- La vida como la han conocido, acaba de finalizar.- dijo dando una nueva calada al Espartero Síganme hasta Baltimore. Allí tengo buenos amigos que nos ayudarán a pasar este trance...- añadió con su habitual tono siniestro - No me llamen nunca más Sebastian. Mi nombre es Rogers Boldrum... ¡¿Entendido?!

Mientras esperaba que todos los que allí estaban dieran el sí, el antiguo gángster disfrutó por volver a su antiguo modo de vida. Allí en Baltimore, Rogers se reencontraría con la banda y le ayudarían a desaparecer durante una temporada hasta que todo estuviera más calmado. Sonrió con maldad entre dientes.

El último Espartero de su vida...

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07/11/2016, 12:18
Mike O'donell

Las cuatro personas que hace un día ni se conocían, viajaban juntos en aquella carretera desconocida que les acogía por delante. Ahora ya no eran cuatro desconocidos, habían vivido unos sucesos que quizá uniesen más que los lazos familiares. ¿Eran conocidos? ¿Amigos? ¿Familia? ¿o algo más...potente que todo eso?

Mike giró la vista atrás, vio el humo que salia de donde antes reposaba la majestuosa mansión...la mansión de los horrores. Luego miró a Lucille cada vez más pequeño volcado...¿no serian quizá los cuatro jinetes del apocalípsis? viendo lo que habían dejado atrás...

Mientras el detective irlandés agarraba con fuerza el crucifijo que colgaba de su cuello, observaba de reojo a la joven Adleta. La pobre había echado su cordura a volar. Algo tendrían que hacer con ella.

Mike se encendió un cigarro instintivamente cuando el actor de las dos caras encendió su Espartero. Y así, en total silencio, dejo al humo volar libre mientras su cabeza intentaba hacer lo mismo.

Volar, y dejarlo todo atrás...

El detective volvió en si cuando el actor paró el coche. Todos bajaron de él. Mike iba a ayudar a Adtler pero el bonachón y siempre atento de James se adelantó.

Los tres amigos se quedaron en silenció, mientras Stewart encendía su mechero y lo echaba al coche, después de haberlo empapado de gasolina. Cuando la luz y la relajante ola de calor en medio de aquel frío antinatural les abofeteó la cara, el detective dejo volar su mente una vez más.

Una nueva vida abría los brazos ante ellos, de nuevo, el ave Fénix volvía a renacer. Ya lo hizo cuando Mike casi se pierde con su banda de joven, pero su padre, que nunca tiró la toalla, alargo su cálida mano y lo rescato de el negro abismo en el que Mike se metía sin darse cuenta. Esa fue la primera vez que Mike renació.

Luego entró en la policía con su tío, y fueron buenos años. Hasta que esos malditos italianos a los que Mike había parado los pies, quemaron la iglesia de su padre...con él dentro. La policía le dejó de lado, nadie se atrevió a ayudarle contra la mafia italiana. Así que dejó la policía y empezó a trabajar como detective. Esa fue la segunda vez.

Y como no hay dos sin tres, ese fuego purificador significaba que el ave Fénix volvía a renacer. Otra vez Mike tenia que borrar su vida anterior. Empezar de nuevo. ¿Llegaría eso a ser una constante en su vida?

El Irlandés sacó el paquete, solo dos cigarrillos quedaban. ¿Tenía algo que ver el destino en eso? Cogió uno de los dos, y luego paso el paquete a James. Se quedó observando a sus dos compañeros que también miraban fijamente el fuego. Robyn, tan fuerte y segura que era de si misma, una mujer demasiado moderna para su época y sin embargo algo se había roto dentro de ella. Solo Dios sabía que pasaba dentro de ella. ¿Volvería a ser algún día esa mujer fuerte y segura de si misma?

Luego estaba el bueno de James. Ese escritor algo tímido, pero atento y leal, y hasta caballeroso. EL detective pensaba que ya no quedaban caballeros...¿sería el uno de ellos?

Entonces habló el actor y al detective se le erizo el bello al escuchar esas palabras.

La vida como la han conocido, acaba de finalizar...

¿Casualidad que pensasen en lo mismo? ¿Sería el fuego purificador, que ayudaba a quemar los pecados?

Parecía que el actor estaba acostumbrado a eso, como Mike. ¿Cuantas veces habías cambiado de vida amigo? Se pregunto el detective. Y ese cambio de nombre...¿a caso tus amigos son como los míos de juventud? No somos tan diferentes al fin y al cabo tu y yo?

Observando al actor ¿Cuándo actuaba y cuando era él mismo? Con las llamas reflejadas en su rostro, fumándose el puro, casi parecía como si Sebastian disfrutase de esa situación...

-Voy con usted amigo.- Y sin embargo, parecía la mejor opción. De repente la realidad se había rasgado, habían penetrado el velo de mentiras y había avistado dentro. Parecía que otra realidad, mucho más oscura, aguardaba en el abismo, y los cuatro amigos se había visto reflejados en ella.

Alguien tendría que afrontar a esa realidad “real” Y por su padre, por Dios...el detective se veía en la tarea de afrontarla. Es lo que su padre haría. Ellos habían visto el abismo, y habían sobrevivido. Quizá con el tiempo, convencería al resto para formar una especie de “sociedad” o agencia destinada a afrontar esos males que se escondían entre las arrugas de los sueños de la gente...

La realidad había cambiado por completo.

Notas de juego

La canción saltó después de la tuya y es con la que he escrito esto ;)

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07/11/2016, 15:02
James W. Hess

La carretera iba pasando veloz a través de las ventanillas mientras dentro del vehículo, el tiempo parecía estar detenido.
Atrás quedaban los restos de la mansión en la que tantos días habían pasado ¿O habían sido apenas unas horas? ¿Quíen podría asegurarlo?

Una solitaria lágrima resbaló por la mejilla de James mientras, en el tenue reflejo que aparecía en su ventana se manifestó una figura muy familiar.
¿Era aquello un recuerdo, o un descenso en picado a la locura?
Fuese como fuese, ahí estaba Birgitta, en la puerta de su hogar en Plymouth.
- Qué pronto te fuiste... espérame un poco, ¿Quieres? - el débil murmullo apenas audible escapó de sus labios como un suspiro.

Transcurrida una eternidad, el motor del coche calló y James, siempre en silencio, bajó del auto tendiéndole una mano a Adler. Mirándola, su amada esposa acudió de nuevo a su mente. No, esta vez no sería igual.
La razón de Birgitta se quebró hasta que ella misma buscó la muerte...y la halló.
El bueno de Jimmy, el siempre atento, el afable esposo ni siquiera fue capaz de darse cuenta de que el amor de su vida se apagaba día tras día.

Todo esto cruzaba por su cabeza mientras las llamas se elevaban hacia el firmamento y Hess sólo podía sonreír con cinismo: ¿Dónde estaba el buen escritor? En las llamas, sólo vislumbraba al pusilánime que se dejó arrastrar por el demonio de la bebida. Perdiendo el conocimiento por la noche y negando cualquier tipo de problema por la mañana.
Un cretino, eso era lo que veía en el interior del fuego: su propio reflejo deformado por años de excesos y de cobarde huida.

Fue entonces cuando tomó su decisión. Sabía bien de lo que una mente rota podía ser capaz; no permitiría que Robyn hiciese ninguna tontería. Esta vez estaría atento y preparado. Estaba dispuesto a consagrar su vida por entero a cuidar de ella, hasta que se recuperase.

Rebuscó en sus bolsillos y halló el papel destrozado que se malograra cuando se mojaron al acceder a la casa. En su absurda desesperación, había guardado el papelajo esperando que se arreglase por arte de magia.
Avergonzado por su propia debilidad, arrojó la hoja arrugada a las llamas. La vieja receta que siempre utilizaba para sacar alcohol de las farmacias desapareció entre volutas de humo.
Ahora tenía que estar sobrio, en la nueva vida que le esperaba, no podía permitirse ninguna distracción.

Las palabras que Sebastian pronunció, James ya las sabía. Vivirían siempre huyendo; pero eso era algo a lo que Hess ya estaba acostumbrado. Llevaba años escondiéndose del monstruo que habitaba al fondo de la botella.

Rogers, Sebastian... ¿Qué importaba? El actor no era un buen tipo y haría lo posible por llevarse a Robyn de su lado. La vida que les proponía no haría ningún bien a su dañado juicio; necesitaba tranquilidad y a James se le ocurrió un lugar perfecto para tal fin.

Dirigió de nuevo la mirada hacia la compañera. Se pondría bien, y cuando ese día llegase, podría extender de nuevo sus alas y decidir por sí misma cuál debía de ser su futuro.
Y ese día, cuando su labor hubiese concluido, quizá pudiese acallar por fin esas voces que minuto tras minuto le recuerdan que todo lo malo que le ha ocurrido en la vida no ha sido más que por su maldita culpa. Ese día podría el bueno de Jimmy descansar por fin en paz y volver a ver esos almendrados ojos que hicieran un día que su corazón galopase de puro júbilo.
Con una triste sonrisa, acarició el frío metal del revólver que guardaba en el bolsillo.
- Dame tiempo, querida. Nos vemos pronto...

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07/11/2016, 15:57
Robyn Adler

Ajena a las miradas de lástima de sus compañeros, Robyn se debatía entre la cordura y la locura. Por momentos, parecía tranquilizarse y ser capaz de razonar, pero en otros una sombra cubría sus ojos. Una sombra que parecía indicar que algo no iba bien. La atleta, fiel a su costumbre, fue bastante en silencio durante el resto del viaje, más, en un momento dado, después de ver una figura en medio de la carretera, se asomó por la ventanilla, sacando parte del cuerpo, aun cuando para ello tuvo que pasar por encima de Mike. Había sido un gesto arriesgado, pero tenía que comprobarlo... Stewart había estado a punto de atropellar a Cornthwaite y no se había dado cuenta...o quizás sí pero le daba igual. El caso es que allí estaba Arthur...o el espíritu de Arthur. Amenazandoles. Buscando otro cuerpo donde meterse...y nada de lo que pudiese decir a sus compañeros les convencería de que aquello era verdad.

¿O acaso se estaba volviendo loca?

Nada más hizo o dijo Robyn después de aquella pequeña acrobacia, que ni tan siquiera había desestabilizado el coche. Por una parte, ella no pesaba nada, y por otra, al "actor" no le importaba que se estampase contra un árbol o cayese a la carretera. Es más, si esto último ocurría, Robyn tenía la sospecha de que "volvería atrás" para asegurarse de haberla atropellado. Cuando por fin llegaron a un sitio desierto y, guiados por Sebastian comenzaron a quemar el coche, Robyn comenzó a reaccionar.

Contemplaba sentada el incendio, las llamas que se comían a Cornthwaite...¿o era al sheriff? ...lo que estaba claro es que no era al monstruo. El monstruo era Sebastian. O Roger. O Stewart con t...¿Habría escogido el mosntruo al actor? Era posible, por eso quería llevarlos a todos, incluído a ella a un "lugar seguro". No. Sebastían dejaría a Robyn morir de sed en medio de una inundación, de hambre en un banquete. No movería a nungún amigo para ayudarla. Era el monstruo. El nuevo Cornthwaite. Levantó la mirada y lo vio. Era verdad.
Sebastian era Arthur Cornthwaite disimulando, intentando llevar a todos a la muerte. Pero no se había dado cuenta de que ella lo sabía. La mujer intentó avisar al resto, pero ya era tarde. Mike había tomado partido...se había condenado. Además, nadie la creería, igual que no la habían creído cuando les avisó del peligro que representaba el pueblo o habrían hecho algo para pararlo.

Sebastian. Steward. Stewart. Roger. Boldrum, Corntwaite...¿Cuántos nombres había tenido la bestia? En todo caso no caería en sus garras. Cuando le llegó el turno de responder, la atleta se levantó. ¿Cómo negarse sin ser asesinada? ¿Cómo aceptar sin ser asesinada? En todo caso, tenía claro que no se quedaría con él.  Jamás.

–No. Me voy a casa. –En aquel momento, la mujer parecía totalmente cuerda. Lo suficiente para añadir algo que evitase las suspicacias de Cornthwaite, allí presente–Yo nunca fui a la mansión Cornthwaite. Les pedí que me dejasen a mitad de camino– Dicho esto, la atleta se puso a caminar, no sabía si hacía su casa o a la de aquel doctor alemán. Sus pies se lo dirían. En todo caso, no iría con el monstruo responsable de sus futuras pesadilllas.