Partida Rol por web

No quería desaprovechar el primer día de clase, tenía que conseguirlo, el año pasado estubo luchando por ello todo el año, pero nunca lo consiguió. Eso si, su empeño y dedicación sólo flaqueron al final, cuando conoció el amor en los ojos de aquella "niña de la piruleta". Era evidente que aquel amor era amor verdadero, al gigual que el amor que sentía "la chica del pelo morado", "Akane" y "la chica de las dos trenzas". Todas lo amaban, todas eran hermosas y todas querían salir con él. Pero no consiguieron derrotarle en combate.

Las calles pasaban a su lado a la velocidad que se suele pasar cuando alguien va corriendo a la velocidad que va corriendo Kuno, en dirección directa a la Academia.

No puedo llegar tarde!

Pensaba, mientras su kimono azul oscuro volaba a cada paso agintado que daba.

Tengo que llegar el primero.

Corrio y corrio hasta llegar a la acandemia. Delante de él, la verja de la puerta se encontraba abierta y al fondo, el edificio enorme de la Academia. Pero no podía pararse a observar aquel edificio. Sin duda, había conseguido su objetivo,llegar el primero a la academia, para eso se había levantado tan temprano, por eso había madrugado, por eso había desayunado por la noche, por eso...

Kuno apretaba el puño y su mirada se perdía en un mar de lagrimas, observando las pocas nubes blancas como su corazón que surcaban a gran velocidad el cielo.

Bajo la mirada, desafiante y entro corriendo, atravesó las verjas y corrio hasta...

¡Todo el patio estaba lleno de estudiantes!

La expreción se le quedó congelada en su cara y una gota de sudor le recorrio la frente.

¡¡¡Mierda!!!!

Se le escapó un grito.

Lilith se había parado bajo uno ce los cerezos sentada sobre una de sus maletas. Había vuelto a sacar el libro de antes y miró hacia oía algo de ajetreo.
Vaya con la chica, que genio tiene... La observó y miró a su alrededor La chica a su lado parece tranquila y agradable...¿Pero el chico estaba ligando con ellas?
Siguió mirando por el patio y reparó en algo ¿Eso es un cuervo? ¿Sedrá su mascota? Instintivamente llevó su mano a la maleta de su lado y tras comprobar un ligero movimiento volvió a levantar la mirada Vaya, ya tenemos otro macarra. Espero que no de muchos problemas... una gota que había caído de uno de los cerezos impactó contra su mejilla. Se la limpió y justo cuando iba a volver a leer la descripción de la mutilación alguien gritó.
Alzó la mirada fastidiada ¿Mierda? ¿Se habrá esquivocado de Academia? Se apartó el pelo y siguió observando.

Una modesta limusina blanca se para enfrente de las puertas de la Keimei. De ella baja Yui. Una chica rubia, con el larguísimo cabello pulcramente recogido y los ojos azul celestes llenos de paz y tranquilidad. Sonríe educadamente al chofer que acaba de abrirle la puerta, asintiendo levemente con la cabeza. Camina con las manos delante de su regazos, cogidas entre sí, con un aura de elegancia y un porte muy naturales.

Lleva una fina camisa blanca con un lazo azul en el cuello y una falda azul hasta las rodillas. El resto de sus piernas van tapadas con unas finas medias blancas y finalmente, unos elegantes zapatos negros con algo de tacón.

Es una chica realmente guapa... de facciones finas y delicadas... aunque parece frágil a simple vista, tanto por sus movimientos como por su blanda y fina piel.

El chofer saca una enorme maleta con ruedas, blanca, del maletero y la deja justo al lado de su señorita.

Muchas gracias, Shinichi... No olvide despedir a mis padres de mi parte y... cuidar del jardín como yo misma lo haría. Sonríe con ternura, aún sujetándose las manos delante del regazo.

No se preocupe, señorita Nakashima... cuando vuelva estará todo tal y como lo dejó. Es una lastima que ellos mismos no hayan podido venir a traeros. El hombre, de unos 55 años, sonríe tiernamente a la chica y vuelve a dirigirse a la limusina, sacando de ella un estuche de violín y una jaula de viaje de gato. Le entrega el estuche a la chica y coloca la jaula, bien sujeta, encima de la maleta de ruedas. Siento no poder acompañarla hasta dentro, señorita, pero tengo que llevar a sus padres al aeropuerto.

Yui asiente, sonriendo de nuevo.

No se preocupe... Ya ha hecho suficiente trayéndome aquí. Nos veremos pronto, Shinichi.

El hombre llamado Shinichi, entra en la limusina de nuevo y arranca para alejarse de la Keimei, dejando a su aparentemente frágil y delicada señorita en la puerta con una maleta enorme, un gato y un violín.

Sí... es una verdadera pena que no hayan podido venir y que me hayan dejado aquí mientras se van de viaje. Mira hacia el interior de las puertas, observando la gente que hay... Al menos conoceré gente muy diferente entre sí y diferente a las personas con las que he tratado hasta ahora.

Si alguien anda cerca, podrá distinguir una mirada triste en Yui... mirada que desaparece, sustituida por una madura y amable, al cerrar y abrir los ojos.

Con la mano con la que no tiene el violín, coge el asa de la maleta de ruedas y se pone en marcha hacia el edificio, con mucho cuidado para evitar que la jaula de su gata blanca persa caiga al suelo, pero con la misma elegancia y el mismo porte que siempre la acompañan.

Justo después que la limusina de Yui desaparezca, aparece un Mini algo estrafalario, de color amarillo chillón. De él bajan dos personas, un chico que aparenta quizás menos años de los que debería tener para entrar en la academia y su padre. El primero es rubio, bajito y ágil, y baja del coche de un pequeño salto. Se va directo hacia el maletero sin decir nada al conductor. Se lo ve algo enfadado. Su padre baja detrás suyo y lo ayuda a descargar una maleta que es casi tan grande como él. Alex desvía la vista de su padre pero este insiste.

Oye Alex, ya estás preparado para pasar aquí todo el curso? Seguro que es una experiencia muy emocionante! -exclama su padre, gesticulando y moviéndose de forma exagerada. Sonríe e intenta pellizcar a su hijo, pero este le responde- Oye papá... No empieces, ya sabes que yo no quería vivir en la academia... -susurra, hinchando las mejillas a modo de enfado- Porqué tengo que compartir habitación con gente que ni conozco, teniendo una casa casi tan grande como la academia? Y porqué has tenido que llevarme tu? No podía traerme Christopher? Acaso no lo pagas para eso? -le contesta, visiblemente malhumorado.

Su padre, sin hacerle ni caso, le pone la mano en la cabeza y acaricia sus cabellos. Sabes Alex? Cada día me recuerdas más a tu madre... -le responde, haciendo que Alex, al oír ese comentario, gire la cabeza y entrecierre los ojos- Era tan altiva, tan fría y lejana, pero en verdad era muy tierna y afable. Fue conocerla y descubrir como era en verdad. -entonces se arrodilla para ponerse a su altura- Haz el favor de relacionarte con los otros. Necesitas hacer amigos de tu edad. Y por favor, se tu mismo, Alex. Es algo que tienes que superar de una vez. -termina con una sonrisa algo triste, aunque se ve que su intención es animarle. Alex no contesta y desvía la atención hacia su maleta. Sin mediar palabra, empieza a arrastrar su maleta como puede y se aleja lentamente de su padre. Este espera unos instantes con una sonrisa risueña en la cara, y cuando Alex está lo suficientemente cerca de sus compañeros, le grita-

Recuerda no mezclar nunca zapatos claros con camisas negras!!! Sabes que eso ya no se lleva, verdad?

Y habiendo puesto en ridículo a su preciado hijo, se va.

Y Alex, para desviar la atención, mira la academia sin hacer caso directamente a los otros estudiantes y exclama con una sonrisa enorme, aunque algo forzada por la situación

Guaaaaaau, que academia tan grande, verdad??

Para variar, una chica con el pelo largo y marrón oscuro con unos ojos violetas grisáceos aparece por la puerta pedaleando a toda leche encima de una bicicleta roja oscura, llegaba tarde. Frena de golpe justo delante de la puerta.

¡Aivá! ¡Qué peazo de colegio! ¿Ya podrá mi padre permitirse esto? Se recoloca en el hombro una mochila. Su único equipaje. Se baja de la bicicleta y la lleva mientras camina buscando algo. ¿Habrá algun sitio donde dejar la bicicleta? ¡Bah! Si no la ataré a un árbol... Piensa sin darle muchas vueltas.

Ya habían llegado la mayoría, pero ya estaba acostumbrada a ir con el tiempo en el culo. Le divertía ver que había un poco de todo: gente ricachona, que llamaba la atención, gente que no... Le daba demasiada pereza acercarse a alguno de los grupos, así que se dispuso a encontrar algun arbol en el que poder encadenar su bicicleta.

cielos... esto me sucede siempre... por que secillamente no me puedo levantar temprano....

corria a toda velocidad por las calles en dirección a mi nuevo instituto... bueno esa palabra "nuevo" era bastante extraña... iba a hechar de menos el instituto Oranai... sin embargo estar corriendo a toda velocidad, con un pan en la boca y el listón en la mano intentando sujetaro mi cabello a la par que evitaba que mi maleta se callera y mientras hacia un esfuerzo sobrehumano para llegar a la academia... me hacia sentir que me dirigia a aquel ahora incinerado instituto, y que veriá a mis antiguos compañeros....Termine de atragantarme el pan, pues ya veia las puertas del sitio que de hoy en adelante seria como mi hogar... mi madre no me habia permitido llevar las mletas con el equipaje,para instalarme de una vez, las levaria en la tarde...asi veria mi nuevo hogar, est ultimo lo dijo con bastante sarcasmo antes de que saliera de casa, pero bueno cambiaria de ambiente y eso era algo que me tiania de buen humor. Al llegar a la entrada una expresión de sorpresa inundo mi rostro... así que me detuve, hay mucha gente pense observando de forma panoramica la entrada...

Un ir y venir de rostros desconocidos desfilaban por todos lados.. depronto una extrana y diminuta sombra se deslizó velozmente frente a mi, con un agil movimiento de mis manos y sin mucha dificultad atrapé al instante la peculiar sombra; en mis manos y frente a mis ojos una hermosa flor negra reposaba expectante... entonces, mi expresión cambio.. solo una persona sera responsable por quel improvisado detalle de bienvenida.. recorri rapidamente co la mirada multitud... entonces lo vi, allí estaba tal y como lo recordaba... haciendo su triunfal entrada en la nueva academia donde una vez más eramos compañeros...
-Kuno.. el nombre salio de mis labios mientras mi mirada permanecia fija y expectante ante cualquier reacción de mi compañero el cual por un momento parecia ser el unico entre la multitud...

Kuno sacudió su cabello, que tristemente, y no triunfalmente como él quería aparentar, se estaba dejando caer sobre su frente. Su mirada estaba posada al suelo, casi a los pies de Akane. Aquella chica de la cual, Kuno podría afirmar que estaba loca por él, y él quería darle una oportunidad de estar juntos. Quería empezar con buen pie en la nueva academia, asi que había traido una flor negra para entregarsela.

No le sorprendió aquella velocidad de reacción de Akane, no le sorprendio que adivinara que era él, era normal, estaba enamorada. Kuno levantó la mirada y la miro desafiante.

Prometo... comenzó a decir casi gritando, con el puño levantado hacia Akane y con la voz entrecortada de la emoción Prometo... volvió a intentar continuar, pero ahora las lagrimas se deslizaban por sus mejillas como dos rios en primavera. Prometo darte una oportunidad este año para que salgas conmigo. Pero te lo pondré dificil.

una gota se delizo sobre mi cabeza... y mi expresión era de incredulidad, era de esperarse, Kuno aun juraba que el me gustaba... me percataba de que gran parte de los chicos que se encontraban en la entrada de aquel instituto, observan el espectaculo provocado por Kuno, ahora se habian hecho casi aun lado cercandonos y dejandonos en medio de sus miradas... trague un poco de saliva ante aquella bochornosa situación. -No has cambiado en nada verdad? ... vamos Kuno dejate de payasadas, dije con firmeza caminando hacia el, era posible que una divertida pelea se iniciara y veria hasta donde era capaz de llegar mi compañero para seguir llamando la atención.
cuando estuve un poco cerca lanze la rosa denuevo a sus manos con la intencion de distraerle.

So llega a la academia en un coche negro con lunas tintadas, al bajarse mira a la academia con ganas de empezar a dar clases, está impaciente por saber quienes serán sus profesores.

El chofer le baja las maletas y se las da al chico- Bueno So, ya nos veremos y buena suerte. -. El chofer subió al vehiculo y se marchó.

Su camisa blanca y sus pantalones negros le daban un aire bastante intelectual. Miró a un lado y a otro para ver a sus "compañeros". Le llamó la atención una chica vestida de rosa y negro, ¿como puede ir la gente llamando tanto la atención? Bueno, si todo marcha bien, alomejor encontraba a alguien con quien pudiera hablar y hacer los deberes juntos, o que jugara al ordenador por red con el. Eso sería fantastico.

Empezó a caminar con pasos educados, se le notaba que habia sido educado en la alta sociedad. Pasando de todos entró en la academia. Esperaba entrar en su habitacion individual (no sabe que tiene que compartir XD) y conectar todo el ordenador y pasarse toda la noche juando.

La expresión en su rostro fue de completo fastidio, justo tenía que dar con ese tipo de chicas... su mirada demostraba todo lo que sentía... -Pobre tipa... ¿qué se creerá?-

Hizo un gesto de seriedad, que le costaba no volverlo una clase de mueca de desaprobación, pero supo mantenerse, así es que ignoró por completo lo que dijo le señorita, y haría de cuenta que nunca paso... bah a quien trata de engañar...

El joven que tenía todas las ganas de colaborar un poco, ahora se había visto fastidiado por la actitud de la nenita esta...

Sin decir alguna palabra se giró y siguió su camino... mientras sacaba de su saco la lista de clases, re confirmando su lugar a la primera clase.

-Espero no volverme a cruzar con esa tipa.... ¬¬- espetó mientras se alejaba... -Lástima la rubia parecía más amable, pero con esas compañías...-

Se preparaba para colocarse su iPod y prefería escuchar algo de su oscura música que tener que gastar saliva para nada...

Al alejarse y mientras sentía el desvanecimiento del sentimiento visceral, volteó a mirar a ¿Umma? si si Umma se llama así escuchó su nombre... solo serían 3 segundos, hasta recuperar su postura y seguir caminando...

- ... - -¿en que se iría pensando Hyuga?-

Por los clavos de cristo... Que hornada de pijoooooooooooos... Uno, dos, tres, cuatro... Jooooder. Anda, mira, ahí reacciona el gafas al ataque de lady-pink... Bueh, joder macho, contéstala... Y esos dos? Jajajaja Madre mía pero que show!

Se puso de nuevo nuevamente en camino. Andaba despacio, con aspecto de tio duro, pero no en plan cantoso con andares exagerados, no, era todo lo contrario. Era el aspecto tan controlado y sobretodo la mirada tan dura la que le daba ese aspecto de superviviente y luchador nato. Esa era su mejor descripción. Dejaba el macarrismo infantil para los demás. En la calle, si gritas no pegas y si no pegas te parten la cara. Otro rasgo que le diferenciaba, a parte de tampoco ser oriental aunque había otros como él, era su escaso equipaje apenas una mochila macuto y una pesada bolsa de viaje, nada mas. En comparación con el resto era muy poco.

Cercano a la Academia Kaien iba caminando junto a Yuki, su hija adoptiva, caminando tranquilamente y cargando unas 5 maletas pertenecientes la mayoría a su hija, aun así con una sonrisa en los labios y sudando la gota gorda ante tanto peso intentaba llegar a la academia, Vestido con una clase de abrigo que le llegaba hasta un poco más abajo de las rodillas de color beige de un estilo de antaño y dos bolsillos, una camiseta con cuello alto color índigo y unos pantalones negros, Cuando ya logra ver el instituto la esperanza que en él ya se había extinguido de llegar con vida cargando las cinco maletas volvió a aparecer y el camino al instituto comenzó a hacerse menos doloroso. Cuando iban pasando por al lado de un chico y su padre (Alexander) y escuchar la palabra "Papá" un brillo insaciable apareció en sus ojos mientras miraba a su hija y llegaban hasta el arco de la entrada del instituto y dejaba lentamente las cosas en el suelo.

-Hija, ¿Escuchaste eso? Le dijo Papá, ¿Que tal si me dices así? Anda ya veras que no es tan difícil *-*

Dice con un gran brillo con los ojos...

Caminaba con andar despreocupado hacia el Colegio, pensando en lo mucho que habia pasado y en el peculiar incendio, sin contar mi deseo, profundo, de sacar a Onizuka de la carcel, era algo que no le habia confesado ni siquiera a Akane, ya que la vez que hablamos de eso casi terminamos peleando.

Al llegar veo una gran cantidad de estudiantes, pero entre ellos, una figura llama mi atencion, Kuno con el brazo en alo y hablando a una chica que aun no distinguia, al acercarme un poco mas note que era Akane que le devolvia la rosa.

Me hice al lado de Akane rodeando levemente su cintura con mi mano mientras la otra se la extendia a Kuno, Hola Kuno, como estas?... por cierto, aun sigues enamorado de todas las niñas de nuestro anterior instituto?, porque me entere que Saori tambien viene este año y ya dicho esto trato de buscarla con la mirada.

Mientras los coches van dejando a los nuevos estudiantes en la entrada de la Academia,un lujoso coche americano estaciona en la esquina opuesta a la misma.

Tras detenerse,una bonita joven oriental,cuyo pelo color azabache resaltaba contra la palidez de su sobrio vestido color crema,salió del auto y recogió del interior varios libros.
Mientras tanto,un hombre salió del asiento delantero...

Pero Mitsumi,hija!¿Por qué no quieres que te acerque hasta la entrada?Si éste es un coche fantástico,último modelo!!! el fornido japonés hablaba en tono muy alto,y mucha gente que pasaba por la calle,se vilvía al escucharlo.Dándose cuenta,la joven le cogió por la manga y le acercó hasta el maletero.Mientras sacaba dos pesadas y voluminosas maletas con ruedasla joven respondió a su padre,bajando la voz:

Ya te lo he dicho,no quiero que nadie piense que quiero presumir.Este será mi hogar ahora,y prefiero que no piensen que soy un bicho raro...otra vez...

Tras despedirse de su padre,Mitsumi cargó con las maletas y los libros como pudo,hasta llegar a la entrada de la Academia.El edificio la dejó sin aliento,era enorme...

Mientras caminaba hacia la puerta de acceso,pasó junto a una pareja que obviamente se conocía muy bien.El muchacho le regaló una rosa negra a la joven,que evidentemente estaba esperando,pues la pudo coger al vuelo con una velocidad pasmosa...Las palabras de amor del joven provocaron que Mitsumi se ruborizara,y se apresuró a entrar en la escuela.

Caminaba rapido pero con elegancia, Schifezza!! susurro con fiereza, habia estado de viaje por Roma visitando algunos parientes y el vuelo habia llegado en ese preciso momento, no se sentia comoda con la misma ropa que habia utilizado en el avion pero aun asi tenia que llegar al primer dia de clases.

Al entrar a la academia, repare en la gente que alli se encontraba, y no tarde en ver a Akane, me acerque con paso raudo mientras la veia con Tou y alguien que estaba de espaldas, cuando estaba a solo unos pasos repare en quien era el personaje y mi semplante cambio.

Ciao Akane, replique con una sonrisa mientras le daba un par de suaves besos en las mejillas y la abrazaba con delicadeza, Hola Toushiro, como estas?, pregunte mientras me empinaba levemente para darle un beso en la mejilla, cosa que lo dejo levemente sin palabras, y tu... dije mirando despectivamente a Kuno, como estas?

Mi ropa era muy elegante, llevaba puesta una chaqueta de color negro con peluche en la parte del cuello, que llevaba a media cadera, bajo ella llevaba una camiseta de color rojo intenso y una falda que llegaba un poco mas abajo de la rodilla, sin contar unos tacones fnos pero no muy altos.

No me alcance a colocar el uniforme, dije a mis compañeros reparando en mi pinta, aspiro que no haya problema siendo el primer dia.

Umma se quedó observando al muchacho alto frente a ella mientras Setsuna le lanzaba una serie de frases punzantes para que desapareciera del camino. No hubiera sido la forma en que ella trataría a alguien, pero bueno, parecía que su nueva amiga tenía un carácter bastante poderoso… En sus mejillas pecosas apareció un leve rubor ante en entredicho y no pudo más que desear no estar en los zapatos del muchacho, pues se moriría del verano que estaría pasando. Umma apretaba entre sus manos las manijas de la maleta.

Al final el muchacho decidió emprender la retirada y ella lo observó alejarse con gesto más que molesto. Ni modo… La jovencita se encogió de hombros y comenzó a seguir a Setsuna, que ya comenzaba a caminar nuevamente acarreando el resto de sus cosas.

-No creo que haya querido abordarnos. –Comentó cuando estuvo justo detrás de la pelirosa. –Mas bien creo que el pobre estaba bastante desorientado. Seguramente también es nuevo aquí.

Mientras caminaba detrás de Setsuna, Umma se volteó para observar al muchacho alto y de cabellos largos que de ellas se alejaba. “Desune!”, pensó… Y apretó el paso para seguir a su compañera.

Con paso firme y delicado y tan solo cargando una mochila cuadrada (Tipicas de las japonesas) negra y con algunos cintos en ella Yuki se encaminaba junto a Kaien quien cargaba su demas equipaje hacia el instituto, una mirada tenue y tranquila con sus palidos ojos rojos y un uniforme escolar y una falda algo corta pero comoda, sin tomar en cuenta las palabras de cansancio de Kaien quien al ver el instituto comenzo a acelerar el paso como si su vida dependiera de ello (Quizas si dependia de ello), Yuki no hizo más que tambien acelerar el paso hasta llegar cercano a la entrada de Keimei y escuchar un "niño" decir "Papá" una mirada de reojo hacia Kaien y ver como un brillo extraño en los de él hacian que articulara unas palabras en susurro.

-Ya volvera a intentarlo..

Tan solo miraba como Kaien dejaba las cosas en el suelo y comenzaba a pedirle que le dijera dos palabras que ella nunca ha aceptado "Papá" le mira punzante mientras intenta responder ante tantas insistencias...

- ¬¬ Nunca...

Dice con firmesa mientras vuelve a mirar hacia la academia y a paso lento se dirige hacia dentro de ella sin esperar a Kaien tan solo dedicandole unas pocas palabras..

-Si es que aun te quedan fuerzas, te espero adentro Kaien ^^

Observó como el tio se retiraba. Setsuna chasqueó la lengua y sonrió con malicia - Encima cagado, podría haber respondido. - no retiraba los ojos de la espalda del desconocido que hablaba idiomas extraños.

Su mirada se cruzó con la de Alejandro, no tenía rasgos orientales. Y a Setsuna le parecían exóticos. Esbozó una sarcástica sonrisa mientras emprendía la marcha notando como su compañera la seguía.

Se giró hacia ella para prestarle atención - ¿Entonces tú no te quedas a vivir aquí? ¿Vives cerca? - habla en tono de voz normal.

Un reflejo en las gafas de Kaien hacen notar como una tristeza desmesurada aparece en el interior y exterior de él, Su hija le ha rechazado una vez mas al no decirle padre, que gran tristeza es esta, pero aun así esta decidido, intentara nuevamente que ella le diga padre es su gran sueño a alcanzar...pero recordar aquel momento... 1 minuto atrás en donde ella le dijo "Nunca", mundo cruel porque haz hecho esto. Kaien no puede hacer más que dejar sus manos colgar de su cuerpo mientras mira el suelo con tristeza y luego escuchar como ella se aleja y dice que vaya hacia dentro de la residencia para dejar sus maletas, toma las maletas como puede intentando que alguna de ellas no quiebre su columna o otra parte de importancia y camina intentando esquivar muchacho tras muchacho.

- u_u Como me haría bien un poco de café ahora...

Dice para si mismo mientras llega milagrosamente con vida hasta los adentros de la academia.

Ambas muchachas caminaban con paso decidido hacia el lugar donde seguramente estarían las listas que indicaban las aulas donde los estudiantes habían sido asignados.

-No, felizmente puedo decir que no me quedo a vivir aquí dentro. Creo que sería muy tedioso y monótono. Vivo en la ciudad, con mi madre y mi hermano. ¿Tú vienes desde lejos? -No quería entrar mucho en detalle sobre su vida y familia. Por lo que había visto hasta el momento, la mayoría de los estudiantes pertenecían a un nivel económico muy bueno o por lo menos gozaban de un buen pasar, cosa que ella no... Y eso le daba a pensar que si sus compañeros se enteraran, tal vez la discriminarían por ello. Entonces prefería esforzarse y ganar el respeto de todos por ser buena alumna antes que hablaran de ella y su modo de vida simple y sin grandes cosas.

-Hay muchos alumnos aquí. Espero que podamos compartir la misma clase... -Dijo esperanzada. -¿Te has anotado en algún club? Tal vez podamos coincidir en alguno. -Umma no era mucho de sonreir. Más bien llevaba siempre una especie de expresión de indiferencia o distanciamiento. Pero era más para preservar lo que no deseaba que se supiera de ella que por otra cosa.