Partida Rol por web

Perdido en medio de la inmensidad semi-silvestre de la frontera entre Alemania y Holanda, buscas un modo de llegar a Rotterdam. En realidad no es tan difícil, dado que estás junto a una importante vía férrea y no tardas en localizar una carretera que discurre casi paralela a la misma. Allí, en no muchos minutos, un amable camionero te recoge cuando le haces señas y comienza una cháchara interminable que a él le sirve para ahuyentar el sueño y a ti para coger cierto dolor de cabeza.

El viaje hasta el gran puerto holandés dura en torno a una hora, y el camión no iba mucho más lento que el tren, así que puedes suponer que habréis llegado a la par. Ahora queda ver qué haces.

Bajo del camión con cierto mareo, no por el viaje sino por la larga perorata de insensateces y chorradas que decia aquel tipo, que encima hablaba una mezcla de alemán y flamenco que no había por donde coger... Observo a mi alrededor la zona y sin mucho más que hacer por allí, empiezo a correr con dirección a la estación de trenes, donde debía volver a encontrar el rastro de aquellos cabrones. Esa puta mole de metal no iba a poder esconderse en cualquier sitio.

Ahora tienes un problema. Como te puedes imaginar, algo como ese robot y Siete, llaman bastante la atención (lo que es bueno para ti), por lo que tratarán de viajar lo más discretamente posible (lo que es malo para ti). De esta manera, no ves nada surcando los cielos de Rotterdam que pudiera parecerse a aquellos dos. Ruta terrestre...

En unos minutos llegas a la estación de trenes de Rotterdam. Bueno, la primera. A la que llegas es la de pasajeros y no te sirve, aquí no vienen los trenes de mercancías, o al menos no los que son como el monstruo de casi un kilómetro en el que te subiste. Esos van a la estación del puerto. Bieeeen, ahora sólo tienes que cruzar media ciudad, ciudad que no conoces, llegar hasta la estación de trenes del puerto y buscar en el puerto más importante de Europa. Pan comido.

Había visto una moto aparcada fuera sin el manillar bloqueado... La gente es muy descuidada con sus cosas y yo necesito un vehículo que me de velocidad y me facilite pasar por atascos, en caso de haberlos. No iba a ser facil encontrar a aquellos dos en Rotterdam.

Tras hacer un puente a la moto salgo de allí como un loco intentando seguir las vías ferroviarias para llegar a la estación del puerto cuanto antes. Una vez allí a ver si podía alcanzar a aquellos dos antes de que desaparezcan para siempre.

Será toda una sorpresa para el propietario ver el hueco de la moto, pero no la misma, pero tú tienes prisa y la vida es muy dura. Un acto como este es más que perdonable, teniendo en cuenta que podría ayudarte a salvar numerosas vidas. Además, qué demonios, que aprenda a proteger mejor sus cosas...

Tardas una considerable cantidad de tiempo en llegar a la otra estación, mucho más del que te gustaría, pero el tren que buscabas sigue ahí cuando por fin consigues entrar en las instalaciones. Ha pasado demasiado tiempo para que estén todavía aquí, y hay demasiado movimiento de carga y descarga como para que fueran a bajar todavía ahora. Seguramente aprovecharon los primeros momentos de la llegada para apearse y desaparecer. Pero no son simples pasajeros, son mucho más, seguro que han dejado alguna pista... Y así es, tardas más de media hora en encontrarla, pero por fin encuentras unas manchas de sangre y unas muescas en un vagón y en el suelo junto a él. Sin duda la sangre es de Siete y las huellas del gigante de metal. Y una furgoneta sobrecargada de eje amplio abandonó el lugar hace poco, a juzgar por las huellas.

Bueeeeno, ¿y ahora qué?

Tras hablar en inglés (muy mal por cierto) con varios operarios que había por allí y conseguir una descripción más o menos fiel de la furgoneta y de la dirección en la que se marcho, vuelvo a encender la moto y a continuar con mi persecución, estoy algo cansado ya... Llevo casi dos días sin dormir y aquel bicho empieza a ser tremendamente pesado de matar, no consigo ver ninguna furgoneta similar, pero tambien han podido realizar ya varios kilometros desde que se marcharon, solo hay que seguir buscando algo mas...

Ya estás a punto de marcharte, montado en la moto, cuando un chaval, de esos sin un rumbo claro en la vida (entre otras cosas está aquí, despierto a estas horas), se acerca a ti buen paso, decidido. No parece amenazador, aunque lleva las manos embutidas en los bolsillos de su chaqueta de cuero.

-Estás buscando a los tipos del robot y el tipo verdoso, ¿verdad? -dice en un inglés más o menos aceptable y que logras entender sin demasiados problemas, aunque tenga un fuerte acento más afrancesado que el tuyo- Yo de ti no me metería en problemas, son criminales, de los de verdad. Tienen armas, robots de esos... son gente muy peligrosa. Y si haces muchas preguntas te encontrarán ellos a ti.

- ¿Ah si? - pregunto asintiendo con una media sonrisa - Estaría encantado de que me encontrasen, pero preferiría ser yo quien los encuentre a ellos.- sentencio con un pie apoyado en el suelo y la moto en marcha - ¿Sabes donde puedo encontrarles? - pregunto de nuevo ladeando la cabeza y esperando ver que me dice.

-Emmm, bueno, de hecho sí -dice el chico mirándote de arriba a abajo- Pareces el tipo de persona que busca problemas y sale de ellos con la cabeza bien alta. Tienen una manzana de casas en Oostdijk, Tempeststraat (1). Captaron a mi primo, hazselo pagar, ¿de acuerdo? -dice muy serio.

- Bien, gracias. - digo al chaval tras asentir con la cabeza levemente y alejarse con la moto a toda velocidad.

Si esos cabrones eran criminales, seguramente solo pensaban hacer lo mismo que sus antiguos jefes... Reproducir aquella mierda o algo peor. Me pierdo por las calles cercanas a la costa, observando los diques del puerto y los nombres de las calles.

Tardas bastante rato en localizar la calle. Es de noche, tienes que preguntar las direcciones en inglés, hace un frío que pela... lo raro es que no esté nevando, tal vez el hecho de estar tan cerca del mar tenga algo que ver. Pero ya llega esa hora de la noche en la que se forma una película de hielo por todas partes. Un tiempo genial para pasear en moto, eso seguro.

Cuando por fin localizas la calle, tienes que mirar el cartel 2 veces, porque te parece una calle bien normal. Pero claro, si no pareciera normal no serviría de gran cosa esconderse ahí, ¿no?

Por la descripción dada de la furgoneta, era bastante grande y no podría estar en cualquier parte, tras dejar la moto una calle más arriba y subirme el cuello de la gabardina, camino por la acera izquierda con las manos en los bolsillos, fingiendo tener más frío del que tengo, mientras observo las casas y busco la furgoneta y/o alguna pista que me pueda ayudar a encontrar a aquella mole de metal y a siete.

Si lo que quieren es investigar el suero con aquel monstruo, a lo mejor tienen un laboratorio camuflado en alguna casa, por lo que tambien ojeo el cableado eléctrico por si hay algún empalme dirigido a alguna estructura en particular poco común.

Te frotas las manos, exhalas una bocanada de aire que se transforma en una simpática nubecilla de vaho y de una tacada y en poco más de dos minutos, consigues todo lo que te habías propuesto. Encuentras la furgoneta, aparcada en el lado derecho de la calle a no más de 20 metros de ti. Es una furgoneta verde oscuro de las grandotas, un poco machacada por el tiempo (fácilmente pasará de los 10 años), con matrícula y todo normal, al menos mirándola por encima. Te acercas hasta ella sin demorarte demasiado y todavía puedes ver marcas de metal contra metal en la chapa y una escama con sangre seca. Dios, qué repugnante que es Siete... Bien, están aquí, ahora la cuestión es dónde.

Levantas la cabeza buscando el cableado, alguna chapuza... no, todo normal, en regla, aunque tampoco eres un experto. Luego reparas en que aquí deben estar, en alguna parte, las infraestructuras del viejo puerto, probablemente enterradas en alguna parte, seguro que no las sacarían para construir estas casitas bajas... Es decir, que si han hecho reformas, seguro que han encontrado la manera de conectarse a la red a lo grande sin que nadie lo viera.

Por último, reparas en una sombra que se dibuja contra la ventana. Han sido lentos, pero no por ello han dejado de verte. Ves la silueta del hombre hablando por un walkie. Mierda. Esto puede ponerse feo muy deprisa, te han descubierto.

Apoyo la espalda en la furgo e intento averiguar por donde van a venir a por mi, o si hay algún acceso al subterraneo del viejo puerto. Que me hayan visto no tiene porque ser malo, así al menos sabré de donde salen y podré ubicar a Siete... O al menos eso espero...

Visto que te han descubierto, aprovechas la cobertura de la furgoneta mientras buscas una ruta de escape, un acceso a los subterráneos. Tapas de alcantarilla, haberlas, hailas, aunque podría ser una ratonera, razonas. Si te metieras ahí podrías estar avanzando hacia la boca del lobo. Estratégicamente es poco razonable, ellos son muchos, están establecidos aquí y todavía no has causado un verdadero incidente. Lo mejor sería una retirada discreta y volver con el factor sorpresa. O estudiarlos desde la lejanía, acercarse puede haber sido un error, aunque te ha servido para asegurarte de que han traído aquí a Siete.

Y necesitas descansar, hace ya un buen rato que la adrenalina te dejó como si te hubieran dado una paliza. Un baño tampoco estaría nada mal, oh no, nada mal...

El sentido común me dice que me vaya de allí y la verdad es que mi sentido común suele tener razón casi siempre, empiezo a caminar de manera acelerada entre callejones para evitar ser un objetivo fácil hasta llegar a la moto que cogí "prestada" y me alejo de allí un par de manzanas. A lo mejor por aquí cerca hay una pensión o algun sitio donde me pueda hospedar, aunque tampoco haría ascos a una casa en alquiler o a la venta, si es que está vacia...

Como era de esperar, tampoco la han emprendido a tiros contigo en pleno vecindarios, porque sí. Esta zona de la ciudad tampoco es que tenga muchos callejones ni nada, todo calles bastante rectas por la reurbanización de los terrenos, pero aún así te cuelas en la estecha calle vecinal entre dos edificios bajos de la acera de enfrente, tuerces hacia arriba y luego reencuentras la moto en perfecto estado. Pasando rápidamente por la calle de la manzana de la supuesta base secreta todavía aciertas a ver a un "vecino" sacando la basura. A estas horas, sí, ya...

Rondas cerca de la zona un rato en busca de un lugar donde poder darte un baño, dormir y comer algo, y tienes suerte, una casa de huéspedes tipo casita de chocolate tiene un letrerito de neón en holandés e inglés que pone "habitaciones disponibles". Tienes que esperar un rato hasta que empieza a amanecer y ves actividad en la casa, pero parece merecer la pena: una habitación arriba de todo (lo que fuera el desván), acojedora, de madera y bien caldeada, derecho a baño con horarios establecidos, desayuno incluido y comida y cena caseros incluibles por un precio bastante razonable. Ahora mismo sólo tendrías que compartir casa con la vieja propietaria, su hija (una mujer madura soltera que se encarga de la cocina y la limpieza) y un muchacho de la familia que se encarga de tareas de mantenimiento además de desayunar allí. Como te dicen ellas mismas, no es época para viajar ahora mismo...

Sin mucho más que saber o decir, la verdad es que no me gustaba hablar demasiado, pago a la mujer por dos días. Es probable que esté solo hoy, pero por si acaso mas vale prevenir que curar... Tengo la moto una calle más abajo, no quiero que la posible denuncia por robo que probablemente ya esté puesta lleve a la poli hasta delante de donde duermo y espero que a primera hora de la noche pueda volver a echar un vistazo a aquel lugar.

Estoy metido en la bañera con el agua casi rebosando, está muy caliente, pero desde que me inyectaron el suero, el calor y el frío son muy relativos para mi, como tantas otras cosas. Pienso meditabundo en todo aquello del robot o armadura de combate y en como llegar hasta aquel lugar sin que alguien se ponga esa mole de metal o la activen en caso de que sea teledirigida... Quizá pueda mirar en internet si hay planos o fotos viejas de aquel puerto y encontrar un punto de entrada, pero eso después. Ahora voy a dormir un par de horas... Me tumbo en la cama y cierro los ojos, tan solo uno, como nos enseñaron en las fuerzas especiales, a dormir sin estarlo.

Tras aquel corto pero reparador sueñecito salgo de la habitación con todas mis pertenencias encima, no me fiaba un pelo de dejar mis cosas en un sitio mientras yo no estaba en él, la misma casita tiene un ordenador de esos que van a monedas para los huespedes, algo viejo y lento, pero útil para mis planes. Echo dos monedas de un € y empleo los cuarenta minutos que obtengo en internet para buscar algún plano y/o foto que me facilite un poco la vida.

Desgraciadamente mi maldito holandés es una mierda y eso sumado a mis pocas capacidades informáticas hacen que no haga más que perder el tiempo, excepto los últimos diez minutos que se me abre una ventana a una página porno de la que disfruto un rato, total ya me ha quedado claro que no iba a encontrar nada...

Después decido hablar con la dueña de la casa que al tener ya una edad es posible que conozca muy bien la zona, pero no habla inglés y el holandés me vuelve a joder la vida... Por lo que tras coger una chaqueta con capucha y una bufanda que estaban por ahí, me doy un paseo hasta la zona del viejo estuario. A ver si puedo reconocer el terreno un poco.

La chaqueta me quedaba un poco justa pero al menos no era la misma ropa con la que me habían visto horas antes, además con la bufanda y la capucha me podía cubrir la cabeza y cara casi por completo, con la excusa de aquel frío.

Camino por la zona colindante con el mar, tratando de no llamar la atención mientras observo y busco algo que me sea util para cuando decida realizar mi pequeña visita nocturna en busca de mi viejo amigo siete, confiando en que mi disfraz me ayude a no llamar la atención.