Partida Rol por web

Para que engañarnos. Katsu apenas era un chico humano. Vale, habia madurado mucho en los ultimos meses pero seguia siendolo. Y aun teniendo el corazon ocupado (y pegado con Blutac), a los juegos de Melissent... pues no era de acero. Aparto un poco la mirada... si, era un poco pudoroso a veces. La verdad es que Melissent le recordaba un poco a Yui, esa inocencia, esa amabilidad... se parecian un poco, y aquello era bueno, o eso queria creer el chico. Tenia que dar explicaciones a Melissent, no se lo reprochaba, casi era un milagro que no le tomaran por loco, o que hicieran el esfuerzo de disimularlo:

-Es complicado... y si, es un sitio que esta muy lejos... pero no se ni como he llegado aqui... por eso busco a quienes os he dicho... son personas muy cercanas a mi y quizas puedan decirme que ha pasado. La verdad es que estoy bastante confundido... o quizas solo este preocupado por ellas... no lo se, pero de verdad, son mis propios demonios interiores.

Tenia demasiado frescos los sucesos del Valle. ¿Qye demonios hacia en Vermas, que habia pasado con ellas y que habia pasado en el Valle? Todo era confusion. Maldita sea. Tenia que concentrarse y no podia. En momento asi, solo podia hacer una cosa:

-Dejadme solo 20 segundos... quiero probar una cosa...

El chico se paro en medio del camino. Cerro los ojos e intento concentrarse. Ralentizo su respiracion. Inspirar por la nariz, expirar por la boca. Su manos estaban juntas una encima de la otra y los dedos pulgares juntos haciendo un circulo. Y el Ki fluyo, a sus alrededores... no deberia a ver nadie mas por los alrededores:

-Juraria que estamos solos...mmm no hay nadie mas por los alrededores...

Todo aquello resultaba muy... oriental. Aquel ejercicio le funcionaba muchas veces, y le ayudaba a concentrarse en lo importante...

- Si hubiese alguien Almare ya lo habría detectado hace tiempo, por eso no debes preocuparte... - dijo el elfo al ver al muchacho usar su habilidad, y suspiro al darse cuenta del rubor que causaba Melissent al chico, aunque en parte no podía evitar comprenderle, sin saberlo el también se vio influenciado por ella rápidamente tras conocerla.

Vale, no habia nadie por alli. No era por los elfos, era solo que... queria comprobar como funcionaba su Ki. Todo en orden. Y bueno, para que engañarse intentaba no cruzar demasiado su mirada con la de la elfa, que la verdad le incomodaba un poco que... fuera tan ligera. Carraspeo. Tenia la mente clara de nuevo, despues de aquella concentracion.  Habia tenido tiempo de reflexionar en el Valle.  Lo primero de lo primero, respiracion, respiracion abdominal,  tenia que cogerlo como habito y hacerlo de manera inconsciente. El Qijong tenia multiples beneficios:

-Ok, solo queria asegurarme... es que... ejem, tu compañera es un poco... perturbadora.. bueno, quizas esa no sea la palabra...

Y miro a Rufus, al bueno de Rufus, estaban caminando ¿no? 

Esbozo una levísima sonrisa. Es muy posible que me encuentre ante una hechicera. No es sorprendente viniendo de una Shanjim.

-La nobleza no procede de la sangre, mi señora. Procede del conocimiento.-digo bajando la mirada hacia su libro.-Permitid que me presente.-vuelvo a mirarla y llevo la mano libre al pecho.-Mi nombre es Sycnus, hijo de Sedios.-no conviene revelar mi condición de nigromante. No aún. No en todas las partes del mundo ven bien a las personas que reviven a los caídos. Lo comprendo, en cierto modo, no todo el mundo puede encajar con facilidad que el esqueleto de sus allegados sea usado como mula de carga, por ejemplo.-¿Es descortés preguntaros el vuestro?-concluyo cogiendo mi bastón con las dos manos, fijando mis ojos, sombríos por la capucha, en la mujer, evitando mirar a su obvio guardián.

El taberero sonrie y dice:

- No te preocupes por el dinero muchacho me has gustado

Le dice con un gesto que se acerque y añade:

- Por lo que tengo entendido hay una caravana comercial que necesita guardianes porque van a Drasenloft y el camino es muy peligroso, asi que si te interesa ve  a la puerta norte mañana en cuanto amanezca y diles que te envian de la taberna el caballo atronador

Al contacto con Belyye parece que la niña reacciona, poco a poco comienza a moverse, el demonio puede ver como lo que el en un principio pensaba eran ropas es una gran tunica con capucha, la niña de palida piel no suelta el libro, aparentemente es algo muy importante para ella, siendo el libro bastante grande, aun tumbada mira a su alrededor desorientada, al ver al demonio con una voz infantil, pero al mismo tiempo sonaba misteriosa y muy baja en volumen:

- Donde estoy? quien eres?

Ducky sonríe amablemente y agradeciendo la generosidad del tabernero le da un sorbo a la cerveza. Le queda algo de espuma en la boca y le da un aspecto bastante cómico mientras añade:

- Muchas gracias, allí estaré.

Sale por la puerta despidiéndose del tabernero y sin haberse terminado la jarra de cerveza. Pone rumbo hacia la puerta norte, está algo excitado y no cree que hoy vaya a dormir. "Lo mejor será que localice esa puerta y me quede por los alrededores hasta que amanezca".

El hombre mira al mercenario y añade:

- En cuanto a pasar sus pertenencias no habra problema alguno ya que yo mismo le proporcionare un transporte seguro para salir sin problemas del reino.

El hombre suspira y añade:

- No le oculto informacion como comprendera deseo que se haga todo con la mayor discreccion y sobretodo con la mayor velocidad posible, por lo que cualquier cosa que necesite digalo

Si, sabes eso que es el reino del desierto

Gabriel enarca una ceja, y suspira.

- Si es así, entonces puedo partir esta misma noche. No tiene porque preocuparse, soy el mejor en el rubro en estas islas. ¿Desde donde saldrá el transporte? ¿Debería de reunirme con alguien en Drasenloft al llegar? O es que acaso tampoco allá hay alguien competente que este recolectando datos.

El camino poco a poco va mejorando, aunque sigue siendo de tierra, tras algunos minutos el elfo dorado consigue ver una construccion, es un edificio de dos plantas, la primera planta esta hecha de piedra y la segunda sin duda es un añadido de madera a la blanta baja. La puerta esta abierta y sobre ella reza un cartel el texto "El descanso del peregrino"

Un establo en la zona de atras parece llena de caballos e incluso un par de carretas pueden verse en una zona algo mas apartada, del interior se escucha el ruido que producen muchas personas, ademas un agradable olor a carne asada sale de la chimenea de la construccion

Mientras Eliddor tocaba la flauta la chica de aspecto arisiana que esta cerca de el en la barandilla se queda observandole, cuando termina se acerca y con una voz amable dice:

- Hola, disculpe pero me gustaria decirle que su musica es muy hermosa

La chica se queda unos segundos callada y añade:

- Disculpe mi descortesia, mi nombre es Yui, encantada

El grupo sigue caminando durante un tiempo, mientras caminan Rufus se queda cayado sonriendo a la mayoria de los comentarios que escucha, el hombre finalmente habla cuando no estan muy lejos de la aldea:

- Chico, quizas deberias decirle a tu amigo que baje o al menos que no llegue de pronto a la aldea no se como podrian tomarselo los habitantes, aunque seguramente se quedarian fascinados mirandolo.

Comicenza a caminar de nuevo y dice:

- Bueno, pues ya esta qui la aldea, es la pequeña aldea de Kinna una aldea Keruban bastante pequeña.

Todos pueden ver como la aldea esta formada por apenas 10 casa, una pequeña posada que debe tener apenas 2 o 3 habitaciones y en el centro una capilla que no es mas que un altar con un pequeño techo

Bastante apurada responde:

- Disculpe mi descortesia, mi nombre es Beremode Arunaide reg.. es un placer conocerle.

Sonrie ampliamente y añade:

- No sois Shanjim pero veo que pensais como uno de nuestros ideales sobre el conocimiento

El hombre hace un gesto al camarero que se acerca, aparentemente esta pidiendo algo ya que segundos despues el camarero coloca un baso de cristal y deja caer vino sobre este marchandose tras esto hacia el interior, la zona reservada al servicio de la nave, por los ruidos y los olores ya no faltaba mucho para que la cena se sirviera

“Curioso que preguntes eso” Eso fue lo primero que dijo Belyye mirando a la misteriosa niña mientras sus amarillentos ojos la examinaban con cuidado, sin duda parecía ser que no pensaba separarse de aquel libro, aun que el joven peliblanco tampoco tenía intención de facilitar aquella separación, había cosas mucho más importantes que tratar allí, como por ejemplo como había llegado una niña hasta allí con las penurias que había pasado el para alcanzar aquel lugar…

Así que tras unos segundos de pensar en una respuesta a sus preguntas le tendió la mano mientras solo las luces danzantes de su conjuro eran las que iluminaban la extraña sala llena de grabados, posiblemente los examinaría según lo que dijera la niña.

“Creo que sobre la pregunta de ¿Quién soy? También tengo derecho a hacértela… Pero primero, ahora mismo te encuentras dentro de unas ruinas Shanjim y bastante antiguas, tendría que decir que la gran mayoría de maneras como puedes haber llegado aquí es mediante métodos fuera de lo natural, pero dejare esas especulaciones a parte” El tono del demonio no resultaba agradable pero tampoco incomodo. Era un tono sereno y con una leve musicalidad que emanaba una extraña sensacion de tranquilidad, a pesar que en su interior normalmente era todo un caos, no acostumbraba a modificar su manera de hablar ya que para el era raro expresarse verbalmente más de lo “estrictamente necesario” porque no muchas veces tenia posibilidades de entablar una conversación.

“¿Quieres que te ayude a levantarte? Sobre mi nombre... Es Belyye Geist o Espectro Blanco si le buscas el significado al nombre ¿Con quién tengo el honor de hablar?”

Vaya, después de todo quizás no habia sido tan buena idea llamar la atención antes de aterrizar. Me hubiese gustado tocar un poco mas antes de cenar, pero asi ya no creo que pueda. La chica parece amable, y de aspecto dulce. Es muy bonita. Y puede que una agradable compañía. Voy a contestarla antes de que piense que soy mudo.

Em... hola. Se lo agradezco mucho señorita Yuri. Suelo tocar en mis ratos libres para relajarme. Ya son muchos años y tengo algo de práctica. Mi nombre es Eliddor. (Con una suave reverencia de cabeza) Mucho gusto.

Observo el edificio con calma, como si no hubiera nada mas interesante en el mundo. Muchos entre otras razas se sorprenderian al verne asi, segun tengo entendido. No comprenden la paciencia y la calma que guian las acciones de un verdadero elfo. Son seres que viven con prisa, como si no hubiera un mañana, y pierden la perspectiva.

El edificio es tosco y burdo, construido sin clase y, sobre todo, sin un plan. Una construccion de ejecucion improvisada. El nombre del letrero me hace dudar. Si es punto de reunion de peregrinos no estara bien visto portar armas, pues estos son beatos desarmados. De todos modos no conozco las costumbres del lugar, es de suponer que sere informado al entrar.

El olor a comida hace que finalmente me decida a acceder al lugar. Ya puedo saborear las magnificas exquisiteces del lugar, seguramente no tan elaboradas como las de la alta cocina de mi casa, pero cuando uno tiene hambre no es an exigente.

Entro en el local y trato de buscar con la mirada a quien parezca llevar el negocio, o en su defecto a cualquiera que este sirviendo. Me acerco y me presento como corresponde.

Bienhallado seais, gentilhombre. Mi nombre es Saryllion Lionforge y quisiera que se dispusiera una mesa para poder degustar su mejor cocina.

Bueno, pues si, era un sitio tranquilo, aquel pais. Ni un ataque ni nada de nada. Lo agradecia. Las ultimas semanas, en especial ultimos dias, habian sido fatigosos, llenos de violencia. Aquello le pesaba en el animo. Tantas cosas por hacer, tantas cosas que pensar y... tantas cosas que enmendar. La tarea se le antojaba titanica. En fin, comeria, haria un poco de ejercicio y, a la mañana siguiente seguiria su camino. Puede que fuera a la capital del reino, en las grandes ciudad siempre habia oportunidades, o templos, o bibliotecas que visitar... o ojala, encontrara alguna pista en aquel pueblo, pero sinceramente, lo dudaba:

-Bueno, me la esperaba un poco mas grande... pero servira... esto en mi pais se le llama aldea, no pueblo, Rufus... pero tiene una taberna, me gustaria pasar la noche aqui... comer y descansar, mañana ya vere que hago... pero ahora mismo tengo hambre y ganas de comer... creo que te debo una bebida y una comida ¿no?

Se lo habia prometido y cumplia. Le habia prometido que si le llevaba hasta un sitio civilizado, le invitaria a una bebida y una comida. El dinero no era problema. Tenia una buena parte de aquella minimision en el Valle... lo otro lo habia invertido en equipo. Se giro a los elfos, seguramente ellos seguirian su camino o harian su camino. Habia sido breve, pero bueno, habia sido un buen rato, solo queria saber lo que iban a hacer, por si podia ayudarles en algo:

-Bueno me imagino que seguireis por vuestro camino ¿no? Os deseo lo mejor, que el Dragon dorado guie vuestros caminos y destinos... vamos Rufus, te debo una muy grande!!

Quizas habia un poco derrotista. La gente que estaba cerca de el, acaba yendose y demasiado a menudo se hacia daño. Ellos no tenian culpa de sus cargas o decisiones, era mejor que fuera asi. Pero el chico no era de piedra, y en su expresion facil habia un deje de melancolia, de algo perdido... Esa manera de pensar se habia instalado hacia muy poco, y por sucesos aun mas recientes...

La verdad es que desde la "ruptura" con Yui, las cosas no habian ido bien. Habia sacado fuerzas de flaqueza en el Varander y su hermana estaba cerca. Habia hecho aquello por las tres chicas, porque creia en ellas y en un futuro mejor.Por Hiromi, su hermana confiaba de nuevo en el y se habia jugado su vida por el, le habia enseñado a no rendirse y perseverar. Por Elenaide, le habia enseñado un poquito de artes marciales, pero sentia un profundo respeto por ella, ella le habia enseñado otro significado de respeto, de tener paciencia y seguir adelante (aunque a veces olvidaba alguna cosa). Y sobretodo por Yui. Ella habia sido su pilar durante los ultimos meses, sino fuera por ella, se habria derrumbado. Y el mundo habia sido injusto con ella, por ser una vampiresa, aunque ni lo habia pedido. Era una persona amable, calidad y muy buena persona. Todo lo contrario de lo que se suponia que eran los vampiros.

Y lo habia rechazado, aquello era lo que mas le habia dolido. Solo despues de hablar con Elenaide y Hiromi, habia decidido darle un poco de margen. No lo daria perdido... lo suyo. El Varander habia sido una oportunidad de cambiar las cosas, de demostrarse a si mismo, que las cosas pueden cambiar... y luego mostrarselo a ella. Yui ya venia de repetir una misma situacion y habia leido no se que en la biblioteca... bueno, el queria demostrar que las cosas podian cambiar, que habia una oportunidad para ellos... y luego, ya se dedicaria a los pequeños detalles.

Pero ¿como estaba el chico ahora mismo? Solo. Desorientado.Siempre habia habido alguna a su lado, que era su sosten. Pero ahora se habian ido. Le costaba mantener la esperanza pero... algo habia cambiado. Era ambivalente. La parte negativa era que estaba solo, quizas fuera su sino... vagar, estar con alguien y volver al camino. Ruroni era la palabra en arisiano... lo bueno, era que tenia esperanza, se conocia mejor asimismo y habia ganado dotes de combate. Habia avanzado bastante...podia concentrarse con mayor facilidad y apartar pensamientos por un rato...  Ahora, todo era diferente, por eso intentaba mantener un poco las distancias con los elfos, pero la verdad es que si, queria estar con ellos y tener alguien que le diera conversacion...¿Que le deparaba Keroun?

Fineas observó al muchacho y le respondió:

- Tenemos asuntos que atender también en esta aldea, nosotros estamos buscando a alguien como tú y es posible que esté en esta aldea, o que sepan algo de ella, en cualquier caso es posible que volvamos a vernos, si no es así, que tengas suerte. - dijo con franqueza el elfo mientras miraba a Melissent, como esperando a que ella dijese algo también.

Después fue a ver a Almare, que ya había descendido y se encontraba en medio de la aldea, empezó a acariciarle algo la cabeza haciendo ver a los aldeanos que no tenían nada que temer de la criatura, mientras que Almare se tumbaba en el suelo como señal de agrado por el trato de su compañero.