Partida Rol por web

El mundo de los ladrones

Khristos el Guardia

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04/11/2011, 14:44
Khristos

Notas de juego

Pero imagino que no hay rastros de yesca y pedernal ¿verdad? Y dudo que Khristos lleve algo así encima.

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04/11/2011, 18:39
Director

Notas de juego

Pues al lado de las antorchas hay.

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07/11/2011, 07:06
Khristos

Finalmente, tras un apresurado examen de los alrededores, Khristos tanteó en la oscuridad lo que parecía un gabinete pequeño o algún tipo de mueble semejante. Todo hacía indicar que se trataba simplemente de una alacena donde guardar porquerías, o quizás una despensa donde los antiguos dueños almacenaban los trastos viejos. En cualquier caso, no parecía haber movimientos o ruidos de alimañas, así que era bastante improbable que se tratara de comida.

Sin perder tiempo, el inexperto guardia palpó durante algunos instantes la polvorienta superficie del armario, intentando encontrar alguna forma de acceder a su interior. Para su sorpresa, las puertas no estaban trabadas ni tenían llave, y no ofrecieron la menor resistencia cuando el joven se dispuso a abrirlas.

Un profundo gesto de sorpresa cruzó el rostro de Khristos cuando descubrió el misterioso contenido del siniestro gabinete, aunque la viscosa oscuridad reinante impidió que alguien más lo notara. No había allí trastos viejos, ni cacharros olvidados. Ni siquiera comida en mal estado o restos de alimañas. Había antorchas, y unas cuantas piedras que de inmediato provocaron una sugestiva sonrisa en el circunspecto guardia.

Nadie guardaba piedras en una alacena. Y menos junto a un buen puñado de antorchas. Había un buen motivo para todo ello, y Khristos tuvo la impresión de que había dado con algo más que un simple sótano abandonado.

Tomó una de las antorchas y se la puso entre las piernas, presionándola con ambas rodillas para mantenerla erguida. Luego, comenzó a chocara las piedras, intentando producir alguna chispa. Había oído que muchas antorchas se hacían con resinas extrañas, traídas de lugares lejanos, y que también se les aplicaban misteriosos polvos y aceites que les permitían resistir las condiciones más duras.

No había forma de saber si este era el caso. Aunque no sonaba tan descabellado después de lo que había descubierto en la planta alta. En definitiva, lo más probable era que el tiempo y el olvido las hubieran inutilizado por completo, pero de todos modos valía la pena intentarlo. Además, tampoco tenía demasiadas opciones…
 

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07/11/2011, 10:15
Director

Al cabo de unos cuantos intentos, la antorcha se enciende revelando que te hallas en una pequeña cámara, que da por un lado a la escalera por la que has bajado, y por la otra, mediante un pesado rastrillo, a lo que parecen ser las cloacas de Santuario.

Otra palanca al lado del rastrillo parece ser lo que opera el macanismo de apertura.

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07/11/2011, 16:06
Khristos
- Tiradas (1)

Motivo: Buscar

Tirada: 1d100

Dificultad: 60-

Resultado: 74 (Fracaso)

Notas de juego

Ahora con la antorcha, Khristos le echa una buena mirada a la habitación, sobre todo al interior de la alacena.

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07/11/2011, 16:23
Khristos

La antorcha prendió tras algunos intentos, y el guardia la alzó en alto con su mano izquierda para alumbrarse mejor. Dejó las piedras de nuevo en la desvencijada alacena, y de inmediato se puso a investigar con mayor detenimiento el lugar donde se encontraba.

No encontró nada de interés en la sencilla recámara, y pronto llegó a la conclusión de que aquella sala no tenía otro propósito más que comunicar la construcción de arriba con el sistema de túneles que había bajo la ciudad. No parecía utilizarse como depósito, pues ni siquiera había restos de cacharros olvidados. Pero el lugar estaba bien provisto de antorchas y medios para encenderlas. Como si alguien hubiera puesto un gran esmero en mantenerle su particular funcionalidad a la pequeña salita.

Khristos observó también la antorcha que crepitaba en su mano. La estudió detenidamente durante algunos instantes, fascinado con su misteriosa factura. No tenía forma de saber cuánto tiempo había permanecido olvidada en aquella alacena. Pero seguramente habían sido meses, cuanto menos, y el hecho de que aún funcionara era ciertamente remarcable. Si al menos pudieran contar con algunas de ellas en la guardia…

De repente, un sugestivo pensamiento asaltó la mente del joven oficial. No eran solo las antorchas. También estaba el mecanismo de arriba, y la reja que daba a las alcantarillas. Habían puesto mucho esfuerzo y dinero en aquel lugar desvencijado y abandonado. Quien quiera que hubiera sido su anterior propietario, había poseído quizás más recursos que la propia guardia de la ciudad… y también más ingenio.

Con una creciente sensación de preocupación recorriendo su espalda, Khristos accionó el mecanismo que debía abrir la reja.

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08/11/2011, 19:46
Director

Sin apenas ruido, el mecanismo levanta el rastrillo que concede acceso a las cloacas. Asomando la cabeza puedes ver que dl otro lado hay una palanca idéntica, por lo que el retorno parece asegurado.

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09/11/2011, 04:38
Khristos

Muy lentamente y tomando los mayores recaudos, Khristos consiguió finalmente asomar la cabeza por la abertura. Observó durante unos momentos a un lado y al otro, y luego, tras confirmar que efectivamente había un medio de abrir la reja desde el otro lado, se dispuso a internarse en el tenebroso complejo de túneles que corría bajo la ciudad.

A decir verdad, siempre había imaginado que Santuario debía de contar con un gran sistema de alcantarillado. Después de todo, sus habitantes producían una enorme cantidad de inmundicia, y de alguna forma conseguían disponer de ella día tras día.

Lo más lógico era que todo eso terminara en el mar, o quizás en el río. Pero Khristos también sabía del enorme negocio que se había montado alrededor de los desechos de Santuario, y que las pocas familias que se encargaban de tan desagradable tarea vivían como reyes. Al menos eso decían los rumores que corrían por ahí.

En cualquier caso, era evidente que se necesitaba mucho más que un puñado de hombres para limpiar la mugre de la ciudad. De otro modo, las calles estarían siempre atestadas con interminables hileras de sujetos transportando su mierda en pequeñas carretillas.

Pero nunca, en toda su vida, había encontrado acceso a un lugar semejante, y no sabía de nadie que lo hubiera hecho. Ya casi pensaba que era otro de los grandes mitos que circulaban por la Ciudad de los Ladrones. Sin embargo, en aquellos precisos instantes, luego de casi 30 años de vivir en la más absoluta ignorancia, el inexperimentado vigilante confirmaba sus sospechas. Ciertamente había un sistema de alcantarillado en Santuario. Y era decididamente asqueroso.

Sin saber muy bien por qué, Khristos desenvainó su espada. El lugar parecía tan desolado como la vivienda que acababa de abandonar, y no había indicios de amenazas cercanas. A pesar de ello, el frío contacto del metal le devolvió cierta tranquilidad, y le dio fuerzas para seguir adelante.

Así, con su mano izquierda sosteniendo en alto la antorcha y la derecha portando su espada corta, el joven prospecto de vigilante se internó por los sombríos corredores de lo desconocido…

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09/11/2011, 15:39
Director

El sistema de alcantarillado de Santuario es tan laberíntico como sería de esperar, si bien debe respetar algo tan sólido como las leyes de la física. Por lo tanto, si se quiere que el agua corra, las alcantarillas deben hacer pendiente en dirección al mar (que coincide con el sur), y eso es relativamente fácil de ver. Por contra, la dirección este-oeste es más difícil de juzgar. Por lo que ves, harían falta semanas de recorrer las cloacas con lápiz y papel para poder siquiera trazar un esquema básico. De hecho, recuerdas que en el Laberinto siempre hay a la venta mapas (evidentemente falsos) de las cloacas.

Notas de juego

Tira Idea.

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09/11/2011, 15:52
Khristos
- Tiradas (1)

Motivo: Idea

Tirada: 1d100

Dificultad: 65-

Resultado: 47 (Exito)

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09/11/2011, 16:00
Director

Te das cuenta de que no vas ni con mucho preparado para una exploración de este calibre.

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09/11/2011, 16:09
Khristos

Notas de juego

Ja,ja !!! Confieso que me despistó la tirada de idea. Pensé que tendría algo que ver con la puerta de rejas. Que era una trampa o algo así.

De todos modos, buena aclaración. Aunque ya lo imaginaba. Solo quería internarme unos pasos, como para ver si había alguna abertura en las cercanías. Y también fijarme un poco en ciertos detalles. Básicamente, que tan concurrido estaban aquellos pasadizos (en el sentido de "abandonados"), si eran lo suficientemente anchos como para llevar un escudo (y ya puestos, para ver si era posible luchar con ellos o no), y si había antorchas en las paredes, o brazos o salientes preparadas para dejar linternas de algún tipo.

Khristos no va a internarse demasiado, pero quiere asegurarse de conseguir toda la información posible para hacerlo en otro momento.

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10/11/2011, 10:15
Director

A la luz de la antorcha, y tras explorar unas decenas de metros, te das cuenta de las cloacas de Santuario son otro laberinto, no menos complejo de navegar que el de la superficie. Tú has salido a lo que parece una cloaca principal, que es un túnel bien construido (de unos 2 metros de ancho) y que discurre en línea recta de este a oeste, pero a este van a dar túneles menores a intervalos irregulares, que parecen excavados a posteriori con métodos más rudimentarios. Aproximadamente cada cuatro manzanas hay una reja a la calle por la que el agua y la porquería caen, siendo arrastradas hacia el mar cuando hay suficiente presión de agua. Cuando no llueve, la porquería se acumula. No hay antorchas en las paredes, ni argollas para colgarlas. Es evidente que no está prevista la iluminación. No hay señales de circulación abundante de personas, pro sí se ven huellas aquí y allá.

 

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12/11/2011, 06:21
Khristos

Khristos ya tenía suficiente. Había avanzado mucho más allá de lo que aconsejaba el más estricto sentido común, y había recabado toda la información que necesitaba para una buena exposición de su caso. Ya podía probar, fuera de toda duda, su estadía en la vieja casa embrujada, y de paso se había hecho con un premio extra. De seguro a sus superiores les interesarían enormemente sus nuevos descubrimientos. Quizás a otros también. No había nada más que ganar allí, y tentar aún más a su suerte era sencillamente una estupidez. Además de todo, no le pagaban para tanto.

Rápidamente volvió sobre sus pasos, retrocediendo por el siniestro túnel a una velocidad varias veces mayor a la utilizada para hacer el camino de ida. Esto no se debía tanto a su nuevo conocimiento del terreno, sino más bien a la creciente desesperación que comenzaba a embargarlo. El guardia necesitaba salir a la superficie cuanto antes, y respirar el inmundo aire viciado del “Laberinto”.

Atravesó como una exhalación la reja de metal, y la cerró abruptamente a sus espaldas. Luego, se apoyó algunos instantes en la pared, mientras intentaba recuperar el aliento. La carrera había sido ridículamente corta, pero Khristos sentía que sus pulmones estaban a punto de estallar.

Cuando finalmente consiguió serenarse, apagó con gran esfuerzo la antorcha que tenía en su mano y la depositó cuidadosamente en el piso. Aquel había resultado ser un utensilio extraño, incluso traicionero, y el guardia aún desconfiaba de sus propiedades. Hubiera sido arriesgado devolverla a la alacena, donde alguna chispa tenaz podría haber hecho arder todo el gabinete. Era mejor dejarla afuera.

Así, desprovisto ya de todo impedimento, el agobiado guardia se dispuso a trepar de nuevo por la gastada escalerilla, aún atento a las sorpresas que todavía podía depararle la casa del enigmático Lahboo Puñofuerte.

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14/11/2011, 10:05
Director

Accedes a la superficie sin problemas, donde te recibe la semifantasmal casa de Lahboo. 

Por la luz que entra, parece que pronto será mediodía.

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14/11/2011, 13:39
Khristos

Con exagerada cautela y exasperante lentitud, el joven guardia alzó finalmente su cabeza por el hueco de la escalerilla, echando un furtivo vistazo a la habitación. Su inspección de la sala contigua duró apenas unos instantes, pues de inmediato volvió a refugiarse en la húmeda oscuridad del conducto.

Aguardó allí uno momentos, inmóvil y en completo silencio, escuchando atentamente lo que ocurría en las inmediaciones de su posición. Al no percibir reacción alguna en su entorno, decidió repetir aquella iniciativa, y volvió a atisbar por la abertura que daba a la planta principal de la construcción. Esta vez, su vigilancia se prolongó un poco más, aunque aún no se decidía a abandonar su lugar en el hueco de la pared. Siguió aferrado a los peldaños superiores de la escalerilla durante largos instantes, mientras observaba cuidadosamente cada rincón de la dependencia aledaña.

Todo parecía tranquilo. Exactamente igual a como lo había dejado. Conciente de lo precario de su posición, Khristos se apresuró a abandonar con premura el túnel descendente. Con todo, y a pesar de las prisas, tuvo la delicadeza de limpiarse un poco las botas antes de pisar nuevamente el polvoriento suelo de la casa abandonada.

Varias veces pateó los oxidados peldaños de metal, intentando que toda la porquería acumulada durante su expedición se desprendiera de su calzado. Sabía bien que era imposible liberarse por completo de aquella mugrienta viscosidad, pero al menos debía intentarlo. No podía darse el lujo de dejar huellas por todo la casa.

Así, con las suelas de sus botas más o menos adecentadas, abandonó finalmente el estrecho conducto. Para cerciorarse de que no dejaba pista alguna sobre la existencia de la misteriosa abertura, recorrió varias veces la habitación de un lado a otro, de modo que fuera imposible seguir sus pisadas.

Tras ello, se dirigió hacia el rincón de la habitación donde estaba el hueco que ocultaba el mecanismo de apertura. Accionó de nuevo la palanca y el aceitado panel volvió silenciosamente a su posición original, convirtiendo la tenebrosa boca negra en una sección más de la inocente e inexpresiva pared de la habitación.

Luego de ello, ajustó la tabla que ocultaba el complejo sistema bajo el entarimado, poniendo especial empeño en asegurarse de la prolijidad de su trabajo. Había sido muy difícil descubrir aquel prodigio, y debía asegurarse de que se mantuviera así.

Finalmente, recogió su propio escudo, que había dejado a solo unos palmos de distancia del tablón flojo y se dirigió a la puerta de salida. Su lanza seguía apoyada junto a la pared de la entrada, así que enfundó su espada corta y la tomó. Al menos ya disponía nuevamente de todo su equipo. Le hubiera costado meses de rondas extras reponer alguna pérdida.

Por último, se asomó cuidadosamente al exterior, observando con atención a uno y otro lado de la calle. No tenía motivos para volverse descuidado de repente, y menos ahora, que comenzaba lo peor.

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14/11/2011, 20:39
Director

Notas de juego

¿Qué dirección tomas desde aquí?

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14/11/2011, 21:08
Khristos

Notas de juego

Seguirá por la "Serpentina", en la dirección por donde esta lo lleve. No se cuanto recuerda Khristos de sus pasadas rondas por el Laberinto (probablemente muy poco), pero en todo caso intentará imitar la ruta que tomó la última vez que pasó por delante de la casa de Lahboo Puñofuerte (hice mención de ello en algunos de los post).

Si no recuerda nada, supongo que simplemente seguirá la avenida principal. No obstante, si este es el caso, procurará seguir la senda que lo lleve más hacia el Norte. Aún no es demasiado tarde, y quizás pueda darse una vuelta por el Vulgar Unicornio. Si consigue encontrarlo, claro (digo el Norte pues supongo que Khristos se haya en algún lugar indeterminado al Sur de esta zona).

 

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21/11/2011, 11:40
Director

Echas a andar por la Serpentina y pronto llegas al Unicornio Vulgar. Desde aquí es más fácil orientarse para ir al Bazar (que es  donde querías ir originalmente) y te parece que podrías llegar en unos minutos.

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22/11/2011, 20:11
Khristos

Poco a poco, escrutando con minuciosidad cada rincón del camino y sin bajar la guardia en ningún momento, el tenso vigilante se fue abriendo paso lentamente por la sinuosa “Serpentina”.

Tardó bastante en superar las primeras cuadras, pues se movía quizás con demasiada cautela, tomándose todo el tiempo del mundo para atravesar los más sórdidos callejones. Adivinaba emboscadas tras cada esquina y no podía evitar detenerse a cada rato para echar furtivos vistazos a sus espaldas, seguro de que alguna terrible amenaza lo sorprendería de un momento a otro.

Sin embargo, a pesar de sus sombríos resquemores, las calles se fueron sucediendo sin sobresaltos. Los recelos terminaron por acallarse, y poco a poco, incluso los miedos más profundos fueron abandonando el corazón del arriesgado vigilante.

En verdad, el sereno paraje había tenido una enorme influencia en este cambio de actitud. La diáfana luz del mediodía tardío caía sobre las angostas callejuelas, espantando la lobreguez natural de los escabrosos pasillos. Además, la atmósfera era apacible y tranquila, y parecía desmentir por completo la escalofriante reputación de la inhóspita barriada. Sugería más una perezosa modorra que auténtico pavor.

Todo parecía en calma. Tal ver era una calma chicha, de esas que suelen preceder a las más terribles tormentas. Pero calma al fin, y eso ya era toda una bendición en aquel tétrico paraje.

Pronto, los pasos de Khristos se volvieron más firmes, a medida que el guardia ganaba en determinación y confianza, y las calles se fueron sucediendo a mayor velocidad. No tardó demasiado en encontrar la fachada del “Vulgar Unicornio”, y un cierto alivio inundó sus facciones al divisar por fin el famoso comercio. Aún estaba lejos de casa, pero al menos empezaba a acercarse a los caminos más frecuentados.

Sin detener su marcha, se encaminó directamente a la entrada de la posada. No había probado bocado en todo el día, y su estómago se lo hacía notar a cada instante. Quizás pudiera demorarse algunos para tomar algo. Después de todo, aún era temprano, y solo le restaba una corta distancia para abandonar el “Laberinto”.

Notas de juego

Por cierto ¿algún detalle sobre la zona que ha recorrido? Me refiero a si hay gente, si lo miran mal, si está algo desierto, etc.

Otra cosa, Khristos también toma nota de los puntos salientes del camino, de modo que le sea posible volver a recorrerlo en el futuro. No solo para volver a la casa de Lahboo, sino para empezar a hacerse una idea de como moverse por el Laberinto. Es solo lo básico, lo que se ve desde la Serpentina, pero es un comienzo.