Partida Rol por web

El mundo de los ladrones

Khristos el Guardia

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23/11/2011, 10:58
Director

La gente en el Laberinto es famosa por ocuparse meramente de sus asuntos, por lo que no suele fijarse demasiado en los demás transeúntes salvo que puedan representar una amenaza. Nadie te mira dos veces, y además, de día el barrio no parece excesivamente peligroso.

La puerta del Unicornio está tentadoramente cerca, y un olor a comida inunda el ambiente.

Notas de juego

He supuesto que, en cuanto te diste cuenta de que estabas en el Laberinto, te quitaste la banda que te identifica como guardia y por lo tanto, no vas diferente de la gente normal del lugar.

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23/11/2011, 14:23
Khristos

Notas de juego

Pues, a decir verdad, releyendo un poco veo que había puesto esto en mi primer post:

La banda que le cruzaba el pecho, y que lo identificaba como miembro de la guardia, parecía brillar como un faro en plena noche. A cada instante debía reprimir sus impulsos de arrancarla y salir corriendo.

De todos modos, puedo narrar a modo de flashback que decidió sacársela en algún punto del camino. O tal vez prefieras modificar lo que tenías pensado y que una turba vociferante decida linchar al guardia. Tú dime.

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24/11/2011, 09:55
Director

Notas de juego

Mejor que no la lleves puesta por el Laberinto si vas solo.

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28/11/2011, 05:29
Khristos

Khristos ya se hallaba a punto de trasponer el umbral del “Vulgar Unicornio” cuando una terrible sensación de peligro lo asaltó de golpe, dejándolo completamente paralizado y sin aliento. Un sudor frío corrió por su espalda, y su corazón pareció detenerse por unos fugaces instantes. Aquello era peor que las alcantarillas. Un horror visceral volvió a dominar cada uno de sus miembros, y le impidió avanzar siquiera un paso.

Poco a poco, con sus facciones surcadas por un repentino rictus de inocultable desesperación, el guardia de “Santuario” empezó a apartar su mirada de la desgastada puerta de madera que daba acceso al local. Con exasperante aprehensión, inclinó muy lentamente su cabeza, hacia abajo, de modo que sus ojos pudieran observar con claridad su propia anatomía.

Pronto, la vista del vigilante se posó sobre su pecho, y un suspiro de alivio escapó de sus labios descoloridos por la tensión.

No había nada. Solo su desgastada pechera de cuero endurecido. La misma que le habían dado en el cuartel, y que probablemente había vestido decenas de reclutas antes que él. Estaba bastante arruinada, e incluso le quedaba algo ajustada. Pero era una visión gloriosa. Al verla, Khristos elevó una muda plegaria de agradecimiento.

La banda ya no estaba. La distintiva insignia que le cruzaba el pecho, identificándolo como guardia de la ciudad, había desaparecido. El restablecido muchacho no recordaba habérsela quitado, y por un instante pensó que podía haberla perdido.

Sin embargo, tras rebuscar algunos momentos bajo sus ropas, palpó de nuevo su suave textura, y su alivio fue completo. Solo había una cosa más terrible que portar su insignia en el “Laberinto”. Y eso era perderla.

Quizás la había guardado mientras investigaba la casa de Lahboo. O tal vez se la había quitado para descender con mayor comodidad por el misterioso ducto secreto. Ya no importaba. Estaba segura, y bien oculta entre sus prendas. Era todo lo que necesitaba.

Con el aliento ya recuperado, y con una renovada presencia de ánimo, el joven miembro de la guardia se internó por fin en la amplia construcción. Quizás aún estaba a tiempo de tomar algo. Y cuanto más fuerte mejor. Había sido un día de sensaciones muy movilizantes… y aún no había terminado.
 

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28/11/2011, 11:24
Un pulgar/Lastel

El Unicornio Vulgar: el abrevadero cutre más famoso de Santuario (donde no es que falten los tugurios cutres).

Un olor rancio a vino barato, krrf y comida asalta tus fosas nasales como un uppercut nada más traspasar el dintel. Dentro, una buena cantidad de gente para la hora que es, que mira en tu dirección sin que notes ninguna animadversión particualr. Tu apariencia no desentona de la de los perdedores que se reúnen en este lugar habitualmente. Al cabo de un segundo nadie te mira....salvo el camarero, que te pregunta: ¿qué te pongo?

Notas de juego

¿Barra o mesa?

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01/12/2011, 16:44
Khristos

Los primeros pasos del vigilante por el sombrío ambiente de la taberna fueron toda una odisea. A cada instante debía luchar contra la creciente sensación de pánico que lo invadía, y debió apelar a toda su fuerza de voluntad para mantener la compostura. Su rostro era una máscara imperturbable, pero estaba hecha de la arcilla más débil y quebradiza. En no pocas ocasiones, estuvo a punto de darse media vuelta y salir corriendo.

Sin embargo, poco a poco su determinación se fue fortaleciendo, y su trémulo andar se volvió más firme y decidido. Los parroquianos apenas si reparaban en él, aparentemente más interesados en sus propios asuntos, y eso renovó la confianza del vigilante.

Quizás fuera siempre así. Después de todo, de seguro la gente no iba allí a hacer amigos. Tal vez si no buscaba problemas, nadie repararía siquiera en su presencia. Elevando una muda plegaria para que así fuera, Khristos se acercó a la barra principal.

- Plato del día. – dijo con el tono más ronco y aguardentoso que pudo encontrar en su repertorio – Y cerveza.

Apenas si le dirigió la mirada al cantinero, más preocupado por vigilar sus espaldas que por confirmar si su pedido había sido entendido correctamente. Mientras aguardaba, acodado en la barra, echaba furtivas miradas hacia uno y otro lado, intentando hacerse una idea de la concurrencia que frecuentaba el local. Para evitar llamar demasiado la atención, sus ojos no se demoraban más que unos instantes en cada mesa, y procuraba no tentar demasiado su suerte.

Ya lo había acompañado hasta aquí, pero era mejor no abusar demasiado de ella.
 

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12/12/2011, 11:14
Un pulgar/Lastel

Una de las camareras te trae un plato de estofado y una cerveza. 

Paseas la vista por el Unicornio y ves que nadie te mira más allá de unos instantes. Tiene sentido: el lugar es conocido por ser discreto.

Notas de juego

¿Quieres hacer algo en particular, aparte comer?

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13/12/2011, 14:30
Khristos

Khristos tardó un buen rato en sentirse tranquilo en aquel lugar, y no se permitió bajar la guardia en ningún momento. Parecía que todo el mundo lo observaba, y que hasta el gastado mobiliario tenía sus ojos puestos en él. Ciertamente, no era el mejor sitio para un oficial de la ley. Más bien, se trataba del último establecimiento de todo Santuario donde un sujeto como él debía echarse unas pintas. El joven no podía evitar mirar furtivamente a un lado y a otro a cada momento, encontrando amenazas invisibles en cada rincón. Sus manos transpiraran copiosamente de manera involuntaria, y empezaba a sentir una creciente opresión en su pecho.

Empezaba a pensar que no había sido una buena idea meterse en aquel lugar, y se maldijo amargamente por su estupidez. Seguramente descubrirían su tapadera de un momento a otro, pero ya era tarde para huir. Cualquier movimiento sospechoso solo lo pondría aún más en peligro. Solo quedaba poner su mejor cara. O tal vez la peor.

El guardia estaba centrado en tan lúgubres pensamientos cuando el especiado aroma del estofado tomó por asalto sus fosas nasales. En aquel instante, todo rastro de temor o aprehensión desapareció de inmediato, y en su mente solo hubo lugar para el apetitoso guisado que tenía frente a él.

Pronto, Khristos se sintió tan cómodo como en su propia casa. Quizás aún más a gusto, pues no recordaba que su padre hubiera preparado jamás un plato tan suculento como aquel. Parecía algo simple y tosco, no demasiado refinado, pero luego de andar medio día con el estómago vacío, era todo un manjar.

- Hey, niña !!! – llamó a la camarera luego de un rato, cuando ya había dado buena cuenta de casi todo su plato - Pssst !!! Ven, quiero preguntarte algo…

Cuando esta por fin se acercó, Khristos le habló con discreción, bajando la voz hasta convertirla en un quedo susurro.

- He oído que hay un negocio nuevo por aquí. Uno donde venden armas. Armas extrañas, dicen. Pero muy buenas. Tengo un amigo que está interesado en algo así. ¿Sabes quién puede tener una idea sobre todo eso?

Notas de juego

Perdón, Jefe, pero tengo examen el viernes, así que estaré medio perdido hasta entonces.

Por cierto, la idea era investigar un poco ese extraño comercio que mencionas en el "Bazar".

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19/12/2011, 10:28
Un pulgar/Lastel

Llegas un poco tarde. La tienda estaba por aquí cerca, pero apareció Tempus Thales, uno de los Perros del infierno, acompañado de un mago de la clase Hazard y, sencillamente, explotó. Tempus salió con vida, el mago no.

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23/12/2011, 14:39
Khristos

La repentina aparición del posadero no tomó por sorpresa al vigilante. Ya había supuesto que aquellos temas no pasarían desapercibidos para el astuto patrón, y difícilmente pudieran ser tratados con una simple mesera. Esperaba su intervención de un momento a otro, y apenas si se sorprendió cuando el curtido patrón respondió a sus palabras. Después de todo, aunque había hablado casi en susurros, las paredes de aquel establecimiento eran famosas por tener oídos muy finos.

Con todo, Bledwyn no pudo evitar que una leve sombra de preocupación cubriera por un instante sus facciones. No recordaba haber tenido noticias de semejante movilización de los “Perros del Infierno”. Si aquello era realmente cierto, significaba que el Príncipe por fin había empezado a mover sus piezas fuertes.

Se avecinaban tiempos extraños en Santuario…

- Que diablos… - respondió luego de permanecer pensativo algunos instantes – Supongo que tendrá que conseguir sus armas en otro lado. ¿Tienes alguna idea de lo que pudo haber ocurrido? Había escuchado algunas historias, pero nada tan terrible como para llamar la atención de los “Perros del Infierno”.

- Y por cierto… ¿qué hay de los que dirigían el lugar? ¿Acaso alguno consiguió escapar de los perros? Si aún le quedaron mercancías, debe de estar ansiosos por desprenderse de ellas… puede tener buenos precios…

El tono del vigilante se había vuelto más que un susurro, e incluso había bajado la vista un poco, como si hablara para si mismo. Era plenamente conciente de que se adentraba en aguas pantanosas, y procuraba abordar al posadero con toda la cautela de que era capaz.

- Lo siento, compañero. - dijo luego de unos momentos, intentando alivinar un poco la intrigante atmósfera que él mismo había generado - No pretendo meterte en problemas. No me hagas caso. Solo estoy pasando una mala racha. Si no consigo pronto algunas monedas, puede que no vea un estofado como este en mucho tiempo...

En ciertos lugares, era peligroso preguntar demasiado…

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23/12/2011, 19:27
Un pulgar/Lastel

Por lo que he oído, no salió nadie ni quedó nada. Lo que sí queda son las armas que habían vendido antes de la explosión, que circulan por la ciudad matando al parecer de forma casi aleatoria en manos de quienes las consiguieron. El príncipe-gobernador ofrece una jugosa recompensa por cada una de ellas que se le entregue, sin preguntas. Por contra, quien sea pillado con una de ellas y no la entregue, bailará al extremo de una cuerda.

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23/12/2011, 20:15
Khristos

- Uhm… ya veo… - murmuró el guardia con gesto pensativo, mientras se rascaba su transpirada calva en un puro acto reflejo. – Eso puede ser interesante. Quizás peligroso. Pero interesante… Tal vez pueda conseguir algunas monedas, después de todo…

Luego de rumiar durante algún tiempo sus conclusiones, el vigilante volvió a dirigirse al posadero, manteniendo aquel tono confidente y discreto de siempre.

- ¿Y había alguna forma de reconocer esas armas? Quiero decir, una especie de marca o algo así que utilizaran para identificarlas. Imagino que todo armero que se precie de tal dejaría su firma en una obra tan exquisita. Al menos si eran todo lo buenas que dicen los rumores.

- Además, tal vez aún haya quienes no sepan del peligro que corren. Quizás han adquirido las armas, pero todavía no las han usado. O puede que ni las hayan desempolvado de sus estuches. O tal vez la maldición demora algún tiempo en manifestarse. ¿Quién sabe como funcionan esas cosas?

Khristos parecía hablar casi para si mismo, aunque escrutaba atentamente las reacciones de su interlocutor.

- Si alguien supiera los nombres de los clientes… al menos de algunos… de seguro estarían encantados de verse librados de tan terrible destino…
 

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29/12/2011, 14:10
Un pulgar/Lastel

Por lo que dicen quienes las han visto, llevan todas la runa de Vashanka, el dios de la guerra rankano, dice Unpulgar, al tiempo que escupe hacia un lado.

Quien ha conseguido una y pretende conservarla se está escondiendo muy bien, porque hay literalmente docenas de personas buscándole: desde los perros de Infierno hasta los hombres de Jubal.

Yo me alegro de no tener nada que ver con eso.

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30/12/2011, 06:00
Khristos

- ¿Jubal, dices? – murmuró el guardia con un tono casi imperceptible, torciendo la boca en un gesto de profunda preocupación – Creo que deberé buscar una forma más segura de ganarme esas monedas.  Hay gente demasiado peligrosa tras esto, y no es buena idea andar arruinándoles sus negocios.

- Aunque… ahora que lo mencionas… ¿Por qué querría Jubal este tipo de cosas? Solo parecen traer problemas… - Mientras hablaba, una idea asomó repentinamente entre sus pensamientos, madurando y cobrando forma en la tenue y especiada penumbra de la posada.

- Por otro lado… si Jubal está interesado, quizás pueda pagar bien cualquier información que caiga en sus manos. Mucho más que esos malditos Perros del Infierno, supongo. ¿Cómo podría ponerme en contacto con él? Si tuviera este tipo de información, quiero decir. ¿Acaso tiene una oficina o algo así? ¿Algún contacto por los alrededores?

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30/12/2011, 10:08
Un pulgar/Lastel

Puedo dejar caer alguna palabra en el oído adecuado. Alguien se pondrá en contacto contigo mañana.

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30/12/2011, 16:41
Khristos

Con aire pensativo, Khristos evaluó la propuesta durante unos momentos. Ciertamente, parecía interesante. Aunque quizás era demasiado arriesgada.

El vigilante no tenía ningún interés en darse a conocer abiertamente, y menos aún que los esbirros de Jamal estuvieran rondando cerca suyo. Aquel sujeto tenía recursos, y no tardaría mucho tiempo en descubrir que aquel anónimo mercenario, acuciado por las deudas, residía cómodamente en uno de los barracones destinados a la guardia de la ciudad.

No era una buena idea.

- Hmmm… Podría ser… – masculló entre dientes, mientras intentaba ganar algunos instantes para pensar una salida decorosa. – Aunque todavía no tengo nada. Y no me gustaría meterme con esa gente sin algo bajo la manga.

- Mejor dame un par de días. – dijo finalmente con aire resuelto – En cuanto encuentre algo firme, vendré de nuevo a este lugar y te lo haré saber. Ese será un buen momento para “dejar caer tus palabras”.

- Ahora… - dijo poniéndose en pie – Será mejor que me vaya. Me he demorado demasiado por estas calles, y he oído que no es bueno rondar por el barrio cuando comienza a anochecer.

Khristos acompañó sus palabras con una sugestiva sonrisa, como si se tratara de dos viejos tahúres escondiéndose las cartas. Luego, depositó algunas monedas sobre la mesa.

- Y quédate con el vuelto. No es común encontrar tanta hospitalidad por estos días…
 

Notas de juego

No se cuantas monedas tiene Khristos, aunque supongo que su situación patrimonial debe ser bastante apurada. En cualquier caso, solo deja unas pocas monedas de más. No demasiado. Lo justo como para no ofender.

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30/12/2011, 19:12
Director

Notas de juego

No se cuantas monedas tiene Khristos, aunque supongo que su situación patrimonial debe ser bastante apurada. En cualquier caso, solo deja unas pocas monedas de más. No demasiado. Lo justo como para no ofender.

Tú preocúpate de rolear (que lo haces mucho y muy bien); si este juego NO es alguna cosa, es D&D y sus derivados.

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19/01/2012, 16:34
Un pulgar/Lastel

Como quieras, dice Unpulgar. Siempre estás a tiempo de venir y decírmelo. Si no me ves por la barra, deja el aviso a una de las camareras, y el recado llegará a los oídos adecuados.

Cargando editor
25/01/2012, 15:46
Khristos

- Bien… - comentó el guardia mientras se ponía de pie para abandonar la mesa – Así lo haré. Solo espero no tardarme demasiado. De lo contrario, puede que no vuelva a probar un manjar como este en mucho tiempo… - concluyó casi en un susurro, dedicándole a su plato vacío una pensativa y nostálgica mirada.

Tras ello, y luego de saludar al tabernero con un sencillo asentimiento de cabeza, Khristos se volvió a calzar su escudo en el brazo izquierdo y se dispuso a abandonar el local.

Permaneció aún algunos instantes cerca del porche de la entrada, observando atentamente a su alrededor. Aún no era demasiado tarde, pero no le vendría mal moverse con cuidado. El mediodía había pasado, y pronto comenzarían a surgir rincones oscuros por todas partes. Sería mejor salir de allí cuanto antes.

Notas de juego

Khristos se movera con cuidado, vigilando atentamente cada esquina antes de avanzar. Decime si necesito tiradas para todo eso.

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25/01/2012, 18:51
Director

El cálido sol del mediodía convertía la calle en un horno, y cada pisada en el suelo levantaba una nube de polvo. Así era el clima de Santuario, del invierno al infierno sin paradas.

Notas de juego

No, si fuera de noche todavía, pero a mediodía el Laberinto tiene menos peligro.

¿Dónde quieres ir?