Partida Rol por web

-Bien, se agradece el aviso. Se que nos será de ayuda estar prevenidos- vaya que así sería, sobre todo por lo fragiles que eran aun. -No obstante temo que no solo has venido por eso o si?, bien pudo habernos llegado ese aviso por otros medios eventualmente, no creo que nuestra alianza este en una situación desesperada como para tener aqui con urgencia, ¿no es así?-

Magnus, cruzado de brazos y apoyado contra la pared, constituía un impresionante telón de fondo para la conversación. Aunque no daba señal de estar atendiendo en absoluto, en realidad estaba procesando mentalmente cada palabra. No sólo entendía la conversación, además era un mago de pleno derecho con ciertas nociones de lo que estaba pasando y porqué. Cosa que no estaba en absoluto dispuesto a desvelar a una extraña, especialmente a una boina roja.

Con aire ausente, el gigante siguió haciendo como si no estuviera allí mientras trataba incluso de memorizar lo que Bangej iba revelando.

- Os equi... -

El intento de responder a las preguntas de Noah por parte de la joven Boina Roja se ve interrumpido por unos insistentes golpes en la puerta de la sala. Cuando dais vuestro permiso para que la persona que se encuentra al otro lado pueda acceder, ésta se abre bruscamente, y vuestro senescal entra con la cara empapada en sudor, y la respiración entrecortada.

Después de pedir las consabidas disculpas por haber interrumpido vuestra reunión, os dice:

- Mis Señores, creo que deberían acompañarme. Hay un asunto urgente que requiere de su atención. - Sabéis que el Senescal, hombre conocido por su prudencia, no dirá nada más sobre lo que ha ocurrido mientras se encuentre en presencia de vuestra visitante

- Creo que mi tiempo aquí ha concluido. - Os dice Bangej una vez el Senescal ha terminado de hablar, mientras se levanta. - Está claro que hay asuntos fuera de esta sala que no pueden esperar, y yo debo regresar al sur para informar a la Praeco, y para recibir nuevas órdenes. - La joven hace una pequeña reverencia. - Ha sido un placer conocerles. Quizá nuestros caminos vuelvan a cruzarse en un futuro. No es necesario que me acompañen al exterior. Conozco el camino. - Dicho esto, la muchacha abandona la habitación.

Mientras acompañáis al Senescal, podéis escuchar el sonido provocado por un caballo que se aleja al galope.

Durante el recorrido, vuestro acompañante os informa de que uno de los campesinos se ha topado con un cadaver que se encuentra varado en la ribera del río, junto a los campos. Al parecer, se trata de un mujer joven, y se encuentra totalmente desnuda.

Cuando llegáis, os encontráis con que algunos soldados y labradores se ha reunido en el lugar. Varios de ellos murmuran sobre las desgracias que caeran sobre la hacienda por culpa de tal funesto descubrimiento, mientras otros no pueden apartar la vista de la escena que se muestra ante vosotros. Tal y como os ha explicado el Senescal, el cuerpo de una muchacha se encuentra embarrancado en el río. Las ramas cubren parte del cuerpo desnudo, mientras que el negro pelo cubre por completo su rostro.

Camino junto con mis camaradas hacia el lugar de los hechos, escuchando atentamente lo relatado por el senescal. Al llegar al lugar observo una congregación de guardias y labradores en torno al punto donde parecía que habían encontrado a la muchacha. Me adelanto un par de paso a los demás y levanto la voz con autoridad. - Escuchad todos. La feria no ha llegado al pueblo, no es un espectáculo, así que volved a vuestros quehaceres. Solo quiero dos guardias aquí, los demás seguid con vuestro día a día. Hay campos que labrar y guarniciones que requieren vigilancia. - Caminé con decisión hasta el lugar, esperando que la multitud se dispersase.

Me acerqué entonces al cuerpo, para observarlo más de cerca, haciéndole una señal a mis compañeros para que se hacercasen. - ¿Qué creeis que puede haberle pasado? - Pregunté, tratando de averiguar algo.

El gigantesco Gorka asiente a las palabras del señorito y señala al que sabe, de todos los guardias presentes, menos propenso a soltar la lengua. La discreción puede ser una gran virtud dependiendo de lo que descubran, así que no sería nada sabio el despreciarla. El soldado hizo guardia mientras Gorka echaba un vistazo alrededor. Pisadas, ramas rotas, rastros de sangre. Podía haber mil cosas que les dieran una pista de lo que había pasado. No era un experto, pero cosas evidentes no se le escaparían así como así.

La joven miró asustada el cadaver de la muchacha que se encontraba en el río, preguntándose si habría sido ella la causante de aquella muerte. Las lagunas mentales eran lo peor de todo. El no recordar lo que había hecho.

Escuchaba hablar a Maximilien, pero, sumida en sus pensamientos, no entendía lo que éste decía.

- No, hace mucho que la Dama de plata dejó de brillar con fuerza en el cielo. - pensó, intentando tranquilizarse, y soltó un fuerte suspiro.

Una vez estaba más calmada, la maga vio como los campesinos, y la mayoría de los soldados, se marchaban de allí. Entonces, dijo:

- Creo que lo mejor será que la saquemos de ahí, y que la llevemos a nuestros lugares de trabajo. Será la mejor forma de intentar averiguar lo que le ha pasado. ¿Qué os parece? -

Noah no parecía muy interesado en el acontecimiento, había muchas circunstancias por lo que aquello había ocurrido, y en la mayoría de aquellos casos, pocas circunstancias tenían que ver con ellos. -Como deseen, pero me parece un asunto menor, que tiene mas carácter administrativo. No obstante, si quieren investigar el asunto, al tiempo que investigan su cuerpo, habría que mandar a algún cazador rio arriba para ver que descubre, y preguntar entre los pobladores de la villa respecto a si nadie le conoce o le ha visto sería otra buena manera de empezar-.

-El cuerpo debió llegar por el río, no hay rastros. ¿La llevo a dentro? -se ofreció el gigante. Sin duda alguien de su envergadura y musculatura apenas debía notar el peso del cuerpecillo de una mujer.

- Por mí, sí - dijo la muchacha, ante el ofrecimiento del enorme mago. - A diferencia de Noah, creo que es importante que examinemos el cadaver, y que intentemos averiguar qué es lo que ha ocurrido, antes de enviar a ningún lado a ninguno de nuestros grogs. Si no hay nada extraño en la muerte de la chica, tendremos tiempo más tarde de poder hacerlo. Si descubrimos algo fuera de lo normal, siempre será bueno contar con esa información antes de dar el siguiente paso. - La joven calló durante unos breves instantes. - Tú, ¿qué opinas, Maximilien? - preguntó la maga, queriendo saber la opinión del único de sus sodales que todavía no se había pronunciado.

Después, dándose cuenta de que era una completa ignorante en relación a las tierras que rodeaban la Alianza, preguntó:

- ¿Alguno de vosotros sabe cuál es la población más cercana río arriba? -

- El asentamiento más cercano, mi Señora, remontando el curso del río, a uno o dos días de distancia, es el pueblo de Vezay - responde uno de los guardias que se encuentran con vosotros.

- Gracias - dijo la joven maga, después de que el guardia, a pesar de que no le había formulado a él la pregunta, le diera la información que buscaba.

Inspiré profundamente mientras reflexionaba. Estaba escuchando las ideas de mis compañeros, y mientras tanto me agaché junto al cuerpo de la joven. Comencé a retirar las ramas y maleza que la cubrían, apartándolos con otra rama caida, y a retirar el pelo que le tapaba la cara. Tal vez, con una inspección del cuerpo pudieramos averiguar algo más sobre ella. - Estoy de acuerdo con Delfinna, será mejor llevar el cuerpo dentro y, cuando sepamos algo más, comenzar a seguir las pistas que encontremos. Dadme un momento para examinar el cuerpo "in situ" y lo trasladamos al interior. - Dije, tomandome el tiempo necesario para apartar todo lo que cubría su cuerpo. 

Después, una vez al descubierto, examiné el cuerpo concienzudamente. - También me preocupa que se cree revuelo entre la población. Podrían estar intranquilos, creo que deberíamos reunirlos esta tarde para tranquilizarlos. - Comenté, mientras terminaba mi examen. Una vez finalizado hice una señal a los guardias. - Bien, llevemos el cuerpo dentro. - señalé a los guardias.