Partida Rol por web

- No habrá problemas con el Gobierno, se lo aseguro.- Explica relajado.- Yo soy un miembro del MI-7 y la investigación es del Gobierno, por lo que en realidad intentamos rescatar algo que es nuestro.

Ahora ya sabéis porque se paga tanto. El Tri-Estado, y todos los gobiernos, no suelen escatimar en costes a la hora de realizar una misión. Claro que también todos conocen los riesgos, te pueden dejar tirado en cualquier momento y si les supones un problema, no dudarán en eliminar el grupo mercenario que sea.

- Ya soy algo mayor y la ciencia avanza más rápido que yo, por lo que dejaré las explicaciones científicas al señor Winslow, miembro del grupo de investigaciones del ejército. Por mi parte iré a traer algo de beber…Qué mal anfitrión sería si no ofreciera nada...

- Buenas noches y bienvenidos. Soy el doctor Anthony Winslow.- Se presenta.- Aclararé un poco la situación. Hace poco menos de un año se destinó un grupo destinado a investigar sobre ciertos animales el efecto de un prototipo de procesador que controla los procesos químicos y biológicos del espécimen, aplicando al instante los fármacos necesarios para regularizar su estado.

Los doctores del grupo entienden perfectamente la explicación; al resto les parece demasiada palabrería.

- Se hicieron pruebas de campo en el mismo Yermo, aprovechando sus condiciones ambientales extremas.- Continúa.- El barco, "Darwin", traía los resultados de la investigación y un prototipo ligeramente mejorado del procesador. Su señal se perdió entre el Yermo y la Nación Confederada y desconocemos su posición actual, si ha sido víctima de un asalto, si se ha hundido…Es necesario recuperar toda esa información para no perder todo un año de investigación.

El agente del MI7 vuelve con una bandeja llena de vasos y una jarra.

- Y además tenemos una mala noticia...Hemos conocido hace un par de horas que un barco militar de la Nación Confederada ha partido hacia la zona donde perdimos la comunicación con el Darwin.- Explica pausadamente.- Por tanto es comprensible pensar que el Departamento Gris también intenta encontrar dicha investigación.

Sirve un poco de agua en un vaso mientras le tiemblan ligeramente las manos a causa de la edad, tras lo cual se lo ofrece a Carla.

- No obstante, sólo nosotros disponemos del código del localizador, lo que nos da una gran ventaja a la hora de buscar el barco. Pero nunca hay que menospreciar al enemigo…Nunca...

En cuanto mencionó que la Nación Confederada podía estar involucrada Smith comenzó a dar un paseo por el camarote. Parecía inquieto y en parte lo estaba. Eso podía traerle problemas a él y por lo tanto a su equipo también. Después de todo había pasado años huyendo de ella. Se preguntó si debería compartir algo de su historia con el resto, por su propia seguridad pero en el último momento cambió de idea. Al fin y al cabo, si la operación salía como debía nadie se daría cuenta de que habían estado a bordo.

-El gobierno está tomandose demasiadas molestas para recuperar un simple informe de un estudio biológico. Vamos señores, contarnos de qué va esto en realidad. Sabéis tan bien como yo que en cuanto nos hagamos con el informe lo descifraremos por las buenas o por las malas y acabaremos sabiendo de qué va. Mejor para todos ir con las ideas claras, ¿no?- Contando sus propias habilidades y las de los nuevos cerebritos del escuadrón desencriptar un documento sería coser y cantar. -Ya aceptamos el trabajo y estamos a bordo, ¿Qué más necesitan?-

- El Gobierno ha invertido mucho dinero en esta investigación ya que tiene mucho futuro en bastante ámbitos de la biotecnología.- Explica.- Además, es un proyecto secreto y ya les hemos contado demasiado. Ustedes sólo tienen que darme los datos y el prototipo, no necesitan conocer el contenido de dichos datos.

Parece algo molesto por tanta pregunta sobre el proyecto científico.

- Caballeros por favor, mantengamos la calma.- Intenta sosegar.- Si necesitamos ayuda profesional no es por el contenido de la investigación, sino por el desconocimiento de su estado actual. No sabemos si el Darwin viene de camino al Tri-Estado con la radio estropeada, si está en el fondo del océano o si ha sido atacado por los piratas o los confederados.

Notáis como el barco va cada vez más deprisa, ya debe ir a bastantes nudos.

- Yo sólo sé que el Gobierno lo considera alto secreto y de una importancia vital; por lo que o lo tenemos nosotros o no lo tiene nadie, cueste lo que cueste. Estoy seguro de qué saben a lo que me refiero.

Y se siguen midiendo para ver quien la tiene más grande... Quizás un poco de eso haga falta, no lo discuto pero todo el día la cabeza contra la pared. Veo como discuten sobre la información que a todas luces no nos la quisieron dar en el puerto, tampoco acá y dudo que lo hagan a menos que pase algo en el dichoso barco y calculo que con el apuro que tienen por recuperarlo lo veo complicado más no imposible.

Espero entonces a la parte del diagrama del barco para poder planificar un abordaje de ser necesario e ir sabiendo la disposición de donde está el sector de investigación, el área de personal y demás detalles.

El tipo de las gafas, el tal doctor Anthony Winslow, parece ser el encargado de traer de vuelta al gobierno los datos que se han perdido. Y si fallamos, creo que el gobierno se encargará de que pase el resto de su vida limpiando jaulas de ratones de laboratorio. Para rematar, el señor Black nos comunica que un barco de la Nación Confederada ha partido hacia el punto en el que se supone que se encuentra el “Darwin”. Vamos, que más que una misión esto es una carrera. Me ofrece el vaso de agua y asiento a modo de agradecimiento, tras lo cual le pego un buen trago.

Sin embargo, Smith parece no confiar en nuestros clientes y les exige saber más. ¿No es algo negativo saber demasiado sobre una misión? A más información, mayor responsabilidad, cosa que no deseo en absoluto. Pero Smith parece de otra pasta y necesita la verdad cristalina por delante. Como es de esperar, el doctor Winslow se muestra reticente a explicarle nada más a un grupo de mercenarios y el señor Black intenta apaciguar ambas partes.

Dejo el vaso sobre la mesa y me dirijo tanto al señor Black como al doctor Winslow:

-Sé que no necesitamos saber nada sobre las muestras o los resultados obtenidos en sus experimentos gubernamentales, pero solo aclárenme dos cuestiones: la primera cuestión es… ¿Nos exponemos a algo relacionado con ése experimento si encontramos el barco y nos metemos dentro? Ya saben, algo contagioso, inflamable o con efectos secundarios. Es por saber si necesitaremos máscaras contra peligros biológicos o si existe algún peligro al usar armas, no por saber qué hicieron en sus experimentos. Y la otra cuestión es… ¿Han activado ya el código localizador para dar con el “Darwin”?

Mi tono de voz dista mucho de seguir por un sendero de exigencias; es más bien cordial. Si quieren responder, mejor. Si no, espero que me den la máscara.

Me mantuve en silencio esperando que los nuevos hablaran. Aquella chica, Carla, estaba haciendo preguntas inteligentes. Me gustaba, parecía una mujer práctica.

Aquella gente no parecía a decirnos muchos más, y para ser sinceros tampoco estoy seguro de si yo quería saber más en aquel momento. Sin embargo, ahora sabíamos que aquello era serio, y llegó la hora de hablar del negocio.

-Dos mil -dije, simplemente. Sabía que la oferta era de 1600, pero había que negociarlo. Nos podíamos ganar un enemigo tan poderoso como una nación, o al menos sus peces gordos. No pensaba aceptar la primera oferta.

-Por las malas entonces- Refunfuñé para mí cuando me separaba de la mesa, dejando a Carla con sus preguntas y Stan con sus regateos. Estaba más hablador que de costumbre y sin embargo también más malhumorado. El hecho de que nos pudiésemos cruzar con la Nación me estaba afectando tanto? Yo quería pensar que no, o tal vez quisiera autoengañarme. Para mí no había más que hablar. Cuanto antes terminaríamos con esto antes empezaría la misión y antes nos largaríamos con los bolsillos llenos. Le di una palmada en el hombro a Stan para dejarle claro que yo había terminado y que cuando lo viese claro partiríamos.

- No hay nada contagioso.- Responde a Carla.- Es un dispositivo electrónico que cabe en un bolsillo, además de los informes y resultados en papel o archivos informáticos. Obviamente también habrá material de laboratorio, pero es totalmente prescindible.

El hombre mayor torna su boca en una especie de sonrisa, sabía que este momento llegaría.

- Mil seiscientos era la oferta.- Asegura.- No obstante si recuperamos la investigación aceptaría subir a los dos mil.

Smith sale del juego tras dar una palmada en el hombro a Stan o al menos esa es la impresión que me da, quedándose en un segundo plano. Stan regatea. El doctor Winslow me asegura que no hay peligros de ningún tipo relacionado con el experimento y sus resultados. Veremos. Por otra parte, el señor Black sigue en su precio y sugiere que si lo hacemos bien, ya valdrá la pena subir la cifra. Supongo que el dinero no es suyo, será dinero del gobierno, así que el extra quizás sí venga de su bolsillo. Todo un detalle por su parte. Asiento levemente para mis adentros tras todo lo sucedido para añadir:

-Bien, gracias por la aclaración –les digo tanto al señor Black como al doctor Winslow. Tomo el vaso de agua y miro a Stan interrogativamente. No me quedan más preguntas ni dudas en la recámara, así que espero expectante si tiene algo más que decir o ya hemos terminado el toma y daca con nuestros clientes. Doy un sorbo de agua.

Miré a mis compañeros antes de aceptar la oferta. No parecía un trabajo demasiado complicado si todo lo que nos contaban era cierto. Y así lo creía realmente, pues aquellos tipos nada tenían que ver con gente de la calaña del Gordo o cualquier otro que quisiese jodernos. No tenían motivos para tendernos una trampa, no tenían nada que ganar.

Smith parecía haberlo dejado en mis manos, y los novatos parecían tenerlo también claro, pues habían dejado ya de preguntar. Observé los ojos de Carla clavándose en mí. Estaba esperando mi respuesta, así que no tardé en dársela.

-Delo por hecho, anciano. Y recuerde -dije, mirándole fijamente-: dos mil.

Estreché entonces su mano para cerrar el trato.

Cuando algo pinta tan simple... si lo fuera no deberían contratar mercenarios, con un par de maestras de jardín de infantes que les den un tirón de orejas debería sobrar... La negociación se vuelve a tensar, ya algo que venimos arrastrando desde el muelle y creería que cuando todo termine sin importar como seguirá. Pero hay que admitir que este Stan no es ningún quedado, se puso los pantalones. ¿Quién pueden asegurar si es o no con exceso? El tema es que los tiene puestos.

Tras un par de horas descansando en varias pequeñas habitaciones, os sorprende un pitido constante del barco, una especie de alarma general.

Os adelantáis y llegáis a cubierta, donde varias personas también están subiendo, entre ellos Black.

- ¿Qué ocurre?- Grita.

Un joven le responde de inmediato: "Tenemos una señal electrónica dirigiéndose hacia aquí, dirección Noroeste."

También aparece un hombre con ropa militar y dando órdenes a otro par de marineros. Coge unos prismáticos y comienza a mirar en la dirección indicada. Tras unos segundos señala el aparato.

- ¡Es un dron de vigilancia! Hay que destruirlo antes de que revele nuestra posición.

Un pequeño robot volador aparece en el horizonte y se acerca al barco, para enfocaros con algún tipo de cámara.

-¡Smith, es tuyo! ¡Acaba con esa puta mosca mecánica antes de que nos meta en un lío!

Era el momento de que nuestro tirador se luciera. Quizá fuese, de hecho, el momento de poner en práctica aquella frase sobre las pelotas de las moscas que dije cuando se lo presenté a los novatos.

-Vosotros, agachad la cabeza. No queremos que esa mierda nos saque el jeto en una fotografía y pasemos a ser material de pajas para los mercenarios cuando pongan precio a nuestraas cabezas y además repartan por ahí nuestras bonitas caras -dije, haciendo lo propio e intentando ponerme a cubierto agachado tras la barandilla de protección de la cubierta.

Mientras otros habían aprovechado el tiempo para descansar yo me había limitado a dar vueltas por los pasillos. No podía quitarme de la cabeza el problema de la Nación Confederada. Por lo que pude ver en ese tiempo ni el barco ni su tripulación tenían nada de que sospechar, pero eso no era escusa para abandonar mi rifle entre desconocidos. Di gracias de no haberlo hecho cuando ese pitido, lo más parecido a una alarma empezó a sonar. Ante mi ignorancia por qué debía ser me limite a subir a cubierta como hacía el resto.

Allí quedó todo claro y Stan ya estaba mirando hacia mí para que me encargara de ello. Desenvolví el Remington de la funda, metí el cargador e introduje la bala en la recámara. No sería un tiro difícil. Los drones eran pequeños y escurridizos, pero su trayectoria era fácilmente predecible y ya había realizado tiros más complicados. Aun así me preocupaba el gran alcance que podía llegar a tener esa cámara y que no había tenido tiempo para ocultar mi rostro.

Cuando lo vi claro, disparé.