Partida Rol por web

Laharpe Street parece por la mañana algo mas dormido que en la tarde anterior, auqne North Rampart bulle de actividad a cualquier hora.

En esta ocasión el casero ya no está en el portal. Accedes por la algo sucia escalera al interior del inmueble. El casero ha terminado ya el mueble para el correo con el que trabajaba el día anterior, que se encuentra colgado (y atado con una cadena) a la derecha de la entrada.

La pared ha sido encalada hace ya por lo menos una década y necesita otro repaso y tapar sus desconchones con cierta urgencia. En algún rincón hay un cepo para ratas.

Calculas que habrá unos 12 apartamentos en todo el edificio, 4 por cada planta. Y por supuesto no hay ascensor.

Empiezo a subir la escalera tratando de que mis manos toquen lo menos posible el lugar (más como una cuestión sanitaria que profesional). Me dirijo al departamento del casero (que calculo que estará en la última planta).

Montague llega hasta el último piso del inmueble. Una puerta a cada lado de la escalera y otras dos enfrente están numeradas con simples y humildes números de latón. (del 9 al 12, claro)
La escalera continúa hacia la azotea del edificio, situada mas allá de una vulgar y de aspecto frágil puerta de madera.

Miro a mi alrededor medio perplejo, honestamente esperaba que hubiera un cartel de "casero" en alguna de las puertas. Voy hacia la puerta más cercana a la escalera que sube a la azotea y llamo a la misma.

Al cabo de breves instantes la puerta se abre con un chirrido. Una mujer de color, con un pañuelo a la cabeza y un delantal del que sobresale un paño de limpieza de su bolsillo, con un bebé en su brazo derecho, y un crio de unos 2 años sujeta su mano izquierda mientras en el interior de la casa berrean por lo menos otros dos. Abrir la puerta en esas condicioens debe de haber sido toda una odisea.

La primera impresión es la de una casa bastante humilde pero mucho mas limpia que el rellano de la escalera.

¿Qué desea? su tono de voz denota cansancio y seriedad.
Si ha venido a venderme crecepelo, o mágicos productos de limpieza, o radios o subscripciones a una revista ya puede largarse

Si me dieran un centavo cada vez que me dicen eso...

Muevo mi cabeza negativamente mientras sonrio levemente. No, señora, no se preocupe que no vengo a venderle nada. Le ruego disculpe la molestia pero estoy buscando al casero.

¿Le vale el tipo de mantenimiento? allá arriba, en la azotea. El dueño de todo este cuchitril debe vivir a kilómetros de aquí y no creo que venga ni para cobrar la renta. intenta señalar con uno de sus brazos la escalera ascendente hacia la azotea, pero los niños se lo impiden, así que señala con un giro en la cabeza.

Abres la ligera puerta de la azotea.

Unos rítmicos golpes de martillo te indican la presencia del encargado de mantenimiento.

Puedes ver al mismo tipo que ayer estaba construyendo un mueble para el correo subido al tejado de un pequeño trastero para guardar trastos variados y herramientas, donde se encuentra reparando una gotera en el tejado de esta pequeña estructura.

Los desconchones en la azotea son incluso mucho mas notorios y la suciedad es tan notoria como en la escalera del inmueble.

Jurarías que ni siquiera te ha mirado según te acercas, pero...
¿Encontró a Modot? dice mientras clava una chapa de metal.

La verdad es que no hubo suerte.

Echo un vistazo a mi alrededor mientras pienso que si yo fuera Modot también me habría largado de aqui.

Me estaba preguntando si habría alguna posibilidad de que me dejara ver el apartamento de Modot para ver si hay algo que me dé una idea de adonde pudo haber ido.

Tiene mi permiso, pero ignoro si tiene el del actual inquilino. Apartamento 8, sres Chamourat. Suerte.

¿Actual inquilino? ¿Cuándo se instaló?

En Diciembre. Los Chamourat... una familia agradable. Honrada y trabajadora, limpia y nada ruidosa. Un modelo para el resto, si señor.
Comienza a liar un cigarrillo.
Y además pagan el alquiler puntualmente, lo cual me evita problemas con el patrón.

Ya veo... Bien, lo dejo que vuelva a su trabajo. Que tenga un buen día. Saludo con la cabeza y me dirijo hacia las escaleras y hacia el departamento 8. Una vez ahí llamo a la puerta y mientras espero que me atiendan busco una de mis tarjetas.

En breves instantes una mujer regordeta, con un pañuelo en la cabeza abre la puerta.
La casa parece un completo desastre, con varios juguetes tirados en medio del recibidor y un montón de ruidos y risas infantiles procedentes del interior.

Según vas a hablar, la mujer sale al descansillo para poder escucharte mejor y alejarse del estruendo que montan ese montón de crios.
¿si?

Me toco el sombreo a modo de saludo.

Buenos días madamme. Mi nombre es Auguste de Montague y soy detective privado. le doy mi tarjeta. Tengo entendido que su familia se mudó a este apartamento en diciembre ¿No es así? Pues bien, resulta que estoy tratando de dar con el paradero del inquilino anterior. Es por un caso en el que me encuentro trabajando actualmente. Querría saber si al momento de mudarse ustedes, encontraron algo, cualquier cosa, perteneciente a este inquilino anterior, que pudiera darme alguna uidea de su paradero actual.

Mira la tarjeta con recelo. Eleva la mirada Está usted bien informado. Vivimos aquí desde hace un par de meses. eleva la voz para alzarse sobre el infantil griterío.
Pero no había nada del anterior inquilino. El tipo de mantenimiento tramita el alquiler, pero el apartamento estaba vacío, a excepción de los muebles, claro.

Entiendo digo alejándome de la puerta un poco. ¿Los muebles estaban aqui cuando llegaron? ¿No encontraron nada en los muebles?

Exacto. Completamente vacío. El tipo de mantenimiento dice que se esfumó como si se le hubiera tragado la tierra de la noche a la mañana.

Oiga, ¿se encuentra bien? dice agarrando tu hombro derecho y zarandeándote ligeramente al ver que te quedas mudo y absorto.