Partida Rol por web

El Ojo de la Nishoba

1.1-La Torre del Hechicero

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31/05/2018, 11:18
El Caminante

Poco a poco recuperas el control sobre tu respiración. Hasta ahora has sido capaz de localizar varias trampas de la sala y estas casi seguro de que son todas las posibles, pero es muy probable que haya algo más. Conforme se restaura la calma, tus sentidos felinos te ayudan a aclarar tus sospechas. Los hilos de seda convergen en un punto muy concreto de la sala hasta unirse en uno solo que va directo hacia las escaleras.

Notas de juego

Ahora mismo eres capaz de moverte con total libertad por la sala, puedes inutilizar las trampas (recuerda el bono de las herramientas), aunque no puedes elegir 20 en la tirada (pero si 10). Para que el resto se pueda mover deberás guiarlos, al menos hasta que desactives los mecanismos de las baldosas y los adviertas de las sedas. Elegir 10 te asegura el éxito pero te va a llevar más tiempo y no te permite la posibilidad de desmontarlas para llevártelas o examinarlas.

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11/06/2018, 00:06
Serge Leblanc

Por alguna razón, la bestia aquella parecía incapaz de tirar abajo lo que quedaba de la torre del hechicero. ¿Estaría encantada o es que ese grandullón era todo fachada? Cuestiones para más tarde, lo importante ahora era asegurar el terreno para que todos pudieran caminar con tranquilidad por aquella planta y acercarse a la escalera de caracol.

Con sus fieles herramientas en la mano, Serge examinó la disposición de los hilos de seda. Parecían converger en un punto determinado, con hilos “maestros” dando apoyo a otros hilos secundarios. Y el que parecía ser el tronco principal de aquella maraña…

 -Et voilà!

El ladrón aseguró el hilo y desactivó la trampa para luego cortarlo, haciendo que los demás cayeran flojos y sin utilidad.

 -La zona es sécurité siempre y cuando piséis por las baldosas que tienen mis huellas. Y si me dais un momento, haré que el sol sea seguro también.

Tras decir aquello, el ladrón se puso a trabajar para desactivar las trampas ocultas en las baldosas. Fue un trabajo bastante más sencillo que las trampas de los hilos de seda y pudo terminarlo en unos pocos momentos.

 -Listo. Podéis relajaros, ya no hay trampas en esta salle.

- Tiradas (1)

Notas de juego

¡Síiiiii :D! ¡Contempla el único crítico que voy a obtener en toda la partida en una tirada en la que realmente no hacía falta! A causa de ello, me permito un poco de licencia narrativa x3.

¿Qué trampas desactivo? ¿La de los hilos sólamente o la de las baldosas también? Para editar si es necesario.

Edit: Añadí las trampas del suelo rápidamente :3.

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16/06/2018, 14:24
Engra

Al parecer Maverick había encomendado alguna clase de tarea a Engra mientras Serge se dedicaba a desactivar las trampas y él junto con Candance hacían lo propio asegurando la puerta junto con un breve repaso de lo que habían conseguido salvar.

 -La zona es sécurité siempre y cuando piséis por las baldosas que tienen mis huellas. Y si me dais un momento, haré que el sol sea seguro también.-

Tras decir aquello, el ladrón se puso a trabajar para desactivar las trampas ocultas en las baldosas. Fue un trabajo bastante más sencillo que las trampas de los hilos de seda y pudo terminarlo en unos pocos momentos.

 -Listo. Podéis relajaros, ya no hay trampas en esta salle.-

    Al oír las palabras del pícaro, la mestiza volvió la mirada hacia Serge, sus ojos brillaban con un tenue destello purpúreo un tanto antinatural. Pero cualquier posible preocupación desapareció en cuanto la pequeña esbozo una amplia sonrisa de agradecimiento por su esfuerzo.

    -Muchaz graciaz... Gracias, Serge.- Su naricilla se arrugó, había detectado algo que la desconcertaba. -Hay algo aquí... abajo... una una ezpecie de raztro, ez...- La semiorca carraspeó, fuera lo que fuese que iba a decir a continuación quería explicarlo de tal modo que no hubiera lugar a malinterpretar sus palabras. -...es un rastro de un hechizo poderoso de conjuración, como si alguien hubiera contactado con otro plano y la realidad aún estuviera tratando de estabilizarse...- La joven estaba preocupada, el aura de Maverick no parecía ser suficiente para el temor que sentía.

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16/06/2018, 19:15
Maverick

    Maverick apoyó una mano sobre su hombro tratando de calmarla, aunque sentía que aquello no era posible dadas la circunstancias. -Si, eso es algo muy posible, Hron era un caminante de planos, no me extrañaría que algo así hubiera ocurrido y que de este modo esos seres a los que se enfrentaron Serge y Candance junto con lo que salió del bosque fueran otra de las consecuencias de tales actos.- El paladín avanzo hasta situarse en el centro de la sala. -Además temo que las malas noticias no terminaran ahí, desde que cerramos las puertas he sentido algo extraño, en la planta superior parece haber alguna clase de presencia, sea lo que sea debe de estar sellada, pues es un aura demasiado débil para persistir de ese modo sin haberse movido lo más mínimo desde que llegamos.- El caballero descolgó la pesada maza a dos manos de su arnés en la espalda y apoyo la cabeza sobre el suelo, el arma levantó una pequeña ola de polvo. -Aún no sabemos cuanto tiempo tendremos que permanecer aquí, esta sala carece de otras salidas, pero quizás arriba haya alguna salida o lugar que nos permita saber si el gigante se ha alejado. Serge, Engra y Parsian, me gustaría que subieseis y que examinéis con cautela lo que encontréis en ese lugar. Mientras, Candance y yo bajaremos para saber si hay más seres de los otros planos en la parte subterránea ¿Alguien tiene algo que decir?-

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16/06/2018, 19:27
El Caminante

    Parsian pareció dudar por unos instantes entre abrir la boca o permanecer en silencio, su aporte hasta el momento había sido mínimo y eso le causaba cierta amargura. Así que en lugar de expresar queja alguna, pasó a ajustarse su cinturón de cuchillos, una bolsa de herramientas y ajustar su laúd. Candance no tuvo dudas, estaba rabiosa por la emboscada y a ella no había hecho falta calmarla, al menos no por el miedo, simplemente ajustó su arma y avanzó unos pasos hacia la escalera.

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20/06/2018, 17:14
Serge Leblanc

Claaaro, manda a los tres con poco poderío físico a buscar salidas en un lugar de presencias selladas. ¿Y si esa presencia de marras era un monstruo que sabía quedarse muy quieto? Como una araña gigante, con su tela extendida por todas partes, dispuesta a echar el diente a un pícaro guapo y sus dos compañeros…

 -Non, ninguna en absoluto. Exploraremos lo que podamos de la planta de arriba.

Y si se morían, ya irían a atormentar al paladín de la porra por toda la eternidad. Al menos la ventaja que tenían los tres eran sus pies ligeros. Si iban con cuidado, las criaturas de por allí no tendrían por qué detectarles.

 -Allons-y, mes amis. Vayamos a ver si hay alguna salida por arriba. Id en silencio, por si acaso.

Y procurando hacer el mínimo ruido, Serge Leblanc encabezó la pequeña patrulla exploradora hacia las escaleras, listos… Bueno, no tan listos en realidad, pero qué remedio les quedaba. Al segundo piso había que ir.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Buf... Segundo crítico... Tengo miedo D:

Y tiro moverse sigilosamente por si acaso. Nunca se sabe.

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22/06/2018, 21:02
El Caminante

    Al aproximarse a las escaleras, justo antes de que los grupos se dividieran, el pícaro pareció ser capaz de percibir algo, las sedas que tan hábilmente había cortado de tal modo que no dieran el aviso y que convergían en una seda principal, seguían un recorrido directo hacia las escaleras, solo que parecían tomar la dirección descendente. Por un instante, un atisbo de duda se conformo en la mente de Serge ¿Habría sido Maverick consciente de aquello antes de conformar los grupos? Y, de ser así ¿Les habría dicho toda la verdad el paladín con respecto a lo que habría detectado con sus poderes divinos? En cualquier caso, Maverick parecía ser lo que se hacía y además se había llevado a Candance, si el guerrero dorado era tan solo la mitad de bueno que la barbara no tendría por qué preocuparse de ellos, además, ahora un botín lo esperaba y por un rato estaría a solas con él y libre de miradas reprobatorias y discursos moralistas.

    De este modo, se pusieron manos a la obra, el gnomo parecía ser muy capaz en ocultar sus pasos, carecía de la elegancia de Serge pero al menos no daba la sensación de estar siendo perseguido por un depredador acechante que le había transmitido Candance, por lo que era justo. Subieron al piso de arriba con cautele y en silencio señalaron a Engra que aguardase en el hueco de las escaleras. Pronto descubrieron que aquella no era la última planta de la torre, los peldaños seguían el camino, pero a juzgar por lo que había visto afuera y la corriente de aire fresco que venía, seguramente la segunda planta era la última en conservase integra.

    Pero eso ya sería un asunto a tratar más adelante, lo primero que descubrieron Serge y Parsian fue una pequeña sala rectangular bastante oscura en la que las únicas fuentes de luz provenían del hueco de las escaleras y de una puerta entornada que parecía dar a la sala principal. El replicante se aproximó a abrirla algo más pero el gnomo lo detuvo en seco. "No la toques, hay algo extraño en ella. Es una puerta encantada y pareciera estar dormida, por el momento será mejor pasemos por el hueco que ha dejado abierto, observa." El bardo señaló con el dedo hacia la misma para que Serge pudiera atender a los detalles. Al principio no vio nada especial, pero al cabo de un rato comenzó a dar forma a unas lineas en la madera un tanto particulares, de una forma sutil, ciertas zonas del tablón de madera realmente recordaban a un rostro con los ojos cerrados y si agudizaba el oído podía incluso sentir una especie de chasquidos de madera, tan típicos de las casas de campo, que seguían un compás muy similar al de la respiración de un hombre en su letargo. En fin, se encontraban en la vieja morada de un mago, una puerta capaz de echarse siestas era lo menos raro de todo lo que cabría esperar encontrarse.

    Tras unos breves minutos de contorsionismo, ambos lograron colarse por el hueco de la puerta, lo que vino a continuación resulto en cierta medida mucho más asombroso. Era el laboratorio de Hron, sin lugar a dudas, aquí el tiempo no había hecho mella alguna en el mobiliario o la propia estructura del edificio, no había cascotes ni baldosines agrietado, ni siquiera el olor a cerrado tan típico de los lugares que llevan tiempo abandonados y eso era algo notable considerando que no había ventanas de ningún tipo, de hecho el cuarto estaba perfectamente iluminado por algún medio mágico que hacía difícil concretar el punto del que provenía la luz. El suelo es de un blanco inmaculado mientras que cada una de las paredes toma un color distinto del arco iris con salvedad de aquella que se encuentra enfrente de la entrada que esta cubierta por un tapiz con motivos geométricos de diversos colores y formas sobre un fondo negro. En la pared más próxima a la entrada se encuentra el hogar de una gran chimenea que ocupa la mayor parte de esa sección, los "saqueadores" también pudieron detectar un enorme arcón, una estantería repleta de libros en toda clase de lenguas, un ostentoso trono tallado en piedra que parecía haber sufrido alguna clase de daños, un gran espejo fragmentado y un par de mesas de trabajo repletas de viales rellenos de extraños fluidos cambiantes, piedras semipreciosas y restos secados de alimañas de toda clase. Pero eso era solo la parte que no molestaba encontrar, la que hacía a Serge no arrepentirse de haber podido subir, por el contrario había un par de detalles un tanto más... inquietantes, en el centro de la sala se encontraba una estrella de ocho puntas dibujada en rojo carmesí, habían dibujado símbolos arcanos en carios puntos y alrededor había desperdigados restos de huesos de algo demasiado familiar. A parte, la sensación de estar siendo observado no lo había abandonado desde el momento en el que puso su primer pie en el cuarto, y dicho presentimiento era generado por una estatua más alta que él de una amenazante figura humanoide con rasgos felinos y lo suficientemente detallada como para hacerse plantear si aquello era realmente roca o en verdad se trataba de un enemigo a la espera del momento adecuado para abalanzarse sobre ellos.

    En cualquier caso, Serge era un profesional y sabía trabajar bajo presión, la estatua no dejaba de ser un montón de roca, tallada con mayor o menor precisión, pero una piedra puesta sobre un púlpito al fin y al cabo. Tras un exhaustivo análisis, la sala parecía libre de trampas de cualquier clase. Sin embargo había algo extraño, la forma de la planta no era idéntica a la inferior, esta parecía más pequeña, si contaba los pasos desde la escalera a la pared del tapiz seguramente habrían diez menos que en el piso inferior, no era difícil llegar a la conclusión de que aquello podría deberse a que la tela podría estar ocultando algo, pero de que se trataría. Serge se volvió a Parsian, este también había terminado de rastrear la sala y al ver que Serge lo miraba buscando una respuesta se encogió de hombros.

 

- Tiradas (2)

Notas de juego

Puedes dirigirte hacia donde gustes, si analizas al detalle alguna parte de la sala te pondré descripciones más detalladas, no hace falta que tires avistar/buscar, solo tira si vas a llevar a cabo acciones más específicas como algún saber, forzar cerraduras, etc.

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30/06/2018, 14:30
Serge Leblanc

A medida que se acercaban a las escaleras, el ladrón iba siendo más consciente de que en realidad Maverick les había dado el trabajo fácil. Los hilos de seda que conformaban la trampa que acababa de desactivar, confluían en el hilo central que había cortado para desactivarla. Y éste iba hacia abajo. ¿Sería verdad su presentimiento de una criatura arácnida acechando en la oscuridad? Ojalá que no. Lamentaría perder a una guerrera tan estupenda en todos los sentidos como Candance.

Sin embargo, el ladrón siguió con su tarea de explorar el segundo piso en lugar de ir a ayudar al paladín y la bárbara. Después de todo, poca ayuda podría ofrecer él con su escasa fuerza física. Ahora, que si hablábamos de caminar en absoluto silencio… Ahí ya sabía algo más. Junto con el mediano subió las escaleras, indicando a Engra que esperase hasta que vieran si el lugar era seguro. Y a pesar de que la torre aún tenía más plantas que explorar, Serge no prestó atención alguna a lo que pudiera haber por encima de la segunda planta. Un buen ladrón se centraba en su objetivo y al terminar con él, ya entonces buscaba más cosas.

El buen Parsian fue rápido en avisarle de la trampa de la puerta. Y la verdad era que, al fijarse detenidamente, el ladrón fue consciente de el aspecto de la puerta y de las implicaciones que esto podía tener. Con sumo cuidado, el mediano y el replicante cruzaron el umbral para acceder a la estancia principal de la segunda planta. ¡Y por el amor de Olidammara, menuda estancia! Todo estaba sin rastros de polvo o suciedad, como si el mago acabara de irse hacía tan solo unos minutos y fuera a regresar en cualquier momento para continuar sus experimentos.

Serge caminaba despacio, observándolo todo cuidadosamente y con calma. ¿Estaría aquí el orbe que tenía que recuperar? Tras un concienzudo análisis de la sala junto con el mediano, principalmente para buscar trampas, varias cosas habían llamado poderosamente la atención del ladrón. La primera sin duda era la discrepancia de tamaño de la estancia de la segunda planta con la planta inferior. Ese tapiz tan grande tenía escrito “hola, estoy tapando una puerta secreta” con letras brillantes. Pero antes de ponerse a buscar caminos, había que examinar primero todo lo que había a la vista. Y lo primero era aquel cofre cerrado. Bueno, eso y…

 -Parsian, ¿puedes ir a buscar a Engra? Si exceptuamos la porte, la sala es segura y necesitamos a alguien con conocimientos magiques para examinar varias de estas cosas.

Tras decir aquello, el ladrón se acercó al arcón para examinarlo a fondo y luego abrirlo. Ojalá hubiera algo valioso allí dentro.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Joder, otro crítico más. Esto me da un mal rollo que te cagas, voy a fallar todas las de salvación de reflejos pero fijo XD.
 

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03/07/2018, 19:53
El Caminante

    La situación de Serge se antojaba envidiable, una sala llena de tesoros sin nadie que lo molestase, era como aguantar en una taberna hasta quedarse a solas con la damisela de mayor belleza. Pero a esta dama tendría que seducirla cuidadosamente antes lograr que se abriera para él, sacó sus herramientas nuevamente, en verdad en ese día se estaba ganando a base de bien el pan, pero Malk'Evar había prometido pagarle bien el esfuerzo, a parte que podría quedarse con una buena porción de lo que encontraran.

    La ganzúa atravesó con delicadeza el ojo de la cerradura seguida por su compañera, media vuelta aquí, cuarto de vuelta allá, un chasquido como señal de que esa parte estaba completa, perfecto, un sutil tirón, de nuevo girar y un crujido seguido por el suave olor a la victoria... un momento ¿Qué era ese olor? Se parecía demasiado a...

    El pícaro logró saltar en el último minuto, su exceso de confianza se había saldado con un rostro chamuscado, los daños físicos no habían sido gran cosa, por suerte, pero ahora sentía que el estruendo de la deflagración provocaba que la cabeza le diese vueltas y le costara concentrarse, aquello no era natural, qué diantres, las bocanada de las llamas había adoptado al menos tres colores mientras avanzaba a toda velocidad para lamer su rostro y ninguno de ellos era de los típicos colores que adopta el fuego de madera. Cuando el replicante finalmente logró incorporarse observó que la parte superior del arcón había desaparecido y en su interior se observaban diversos objetos, al menos cinco perlas del tamaño de un ojo y gemas perfectamente pulidas, por aquello podría sacar fácilmente más de quinientas piezas de oro, quizás incluso dos mil, y eso suponiendo que no fueran mágicas. Pero también había algo más, una pluma de escritura confeccionada con el plumaje de alguna ave exótica junto con varias anotaciones, seguramente el resultado de los estudios de tal Hron, aunque estos parecían estar encriptados o escritos usando una lengua que no le era familiar.

    Tras recuperar el control sobre su cuerpo, el pícaro volvió hacia la entrada, Engra y Parsian venían a la carrera alertados por el ruido de la explosión, las prisas les evitaron recordar al gnomo que la puerta no debía ser... 

-¡¡GROOOOOOOARRRRRRRRRRRRGHHHHHH!!-

    Un rugido llenó la habitación al tiempo que dos orbes luminosos y rojizos aparecían en la hasta ahora durmiente puerta. Como si de una fiera que acabase de despertar al descubrir a dos insensatos aventureros en su guarida, el portón se abalanzó sobre el pícaro y la semiorca, ambos trataron de saltar para evitar la acometida, pero solo uno de ellos logró ponerse a salvo a tiempo. El gonomo se levantó tratando de apartar a Engra de su agresor, la puerta había lanzado una dentellada a su pierna y la había seccionado a la altura de la rodilla, la chiquilla se encontraba al borde de perder la conciencia lloriqueando mientras Parsian luchaba por retener la hemorragia. La puerta se había sellado y los había dejado sin acceso al exterior y con una joven herida y agonizante.

- Tiradas (5)

Notas de juego

Daño de la trampa: 3pg por fuego, -1 Int temporal

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10/07/2018, 01:25
Serge Leblanc

Maldita sea, tendría que haber comprobado mejor el maldito arcón. El fogonazo le chamuscó la cara y le dejó más atontolinado de lo que le habría gustado. Pero eso no era lo peor. Lo peor era que sus compañeros eran buena gente y habían ido corriendo a ver qué demonios había pasado. Y entonces aquella puerta se despertó.

El rugido hizo que Serge volviera rápidamente a la realidad. Aún sentía su cerebro embotado, pero estaba lo bastante lúcido como para ver lo que había pasado. La explosión alertó a Parsian y Engra, ellos llegaron rápidamente a socorrerle y la monstruosa puerta se había activado, atacando a la pobre muchacha.

 -Bon sang! ¡Engra, aguanta!

El ladrón fue junto a ella para usar parte de las vendas que formaban su vestimenta para tapar la herida e intentar frenar la hemorragia.

 -Parsian, aprieta bien ici, voy a buscar algo para estabilizarle la herida.

Porque estaban encerrados, así que llamar a Maverick no era una opción muy plausible. Y Engra perdía sangre a borbotones, como no encontrara algún ungüento o alguna poción curativa, la muchacha podía acabar muriendo mientras Parsian y él se sentían inútiles. Y él además se sentiría terriblemente culpable.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Malditos dados... Busco para ver si encuentro una poción o algo curativo, pero no sé si encontraré algo x3.

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18/08/2018, 20:16
El Caminante

    Apremiado por la situación el pícaro se vio forzado a pensar rápido y, a falta de una idea mejor, pasó a tratar de cauterizar la herida. Algún quedaban algunos troncos a medio quemar en la chimenea y ayudándose del acero y pedernal, pronto logró que unas llamas aparecieran, tal vez de un modo excesivamente oportuno, pero no era momento de pensar en aquellas cosas, la vida de su amiga corría peligro. Parsian le tendió uno de sus cuchillos de hoja ancha para ponerlo al rojo vivo y Serge lo tomó con presteza.

    Momentos más tarde la semiorca yacía inconsciente, pero al menos la herida del muñón había parado de sangrar y parecía que su vida había dejado de correr peligro. Así que las dos mentes pudieron centrarse en el otro asunto que ahora se les echaba encima, hallar una vía de escape de la sala que los librara de lidiar con aquella puerta demoníaca comehombres. Era cierto que ahora sus "ojos" estaban apagados y volvían a tener el aspecto de simples nudos dentro de la madera, así como el resto de facciones del rostro, pero solo pasar a menos de medio metro de la entrada hacía estremecerse al replicante.

    Mientras el gnomo tomaba la iniciativa rebuscando entre las mesas de trabajo, Serge se dirigió a las estanterías, tras una búsqueda, pudo encontrar tres libros de especial interés, desgraciadamente dos de ellos estaban escritos en una lengua extraña, aunque sus tapas se encontraban adornadas con gemas y estaban confeccionadas con buenos materiales, el tercero, sin embargo, tenía un tacto gomoso, tibio y parecía... ¿Palpitar? Serge no pudo evitar soltarlo de golpe cuando creyó escuchar una respiración pausada del interior de las páginas y no se atrevió ni tan si quiera en devolverlo a su sitio. 

    Mientras guardaba sus dos recientes adquisiciones en la bolsa se volvió para comprobar si el gnomo había tenido algo de éxito, pero este se encontraba absorto contemplando directamente a la estatua demoníaca. Lo cierto es que había belleza en aquella talla, una roca basáltica a la que algún artista había dado con esmero la forma de una criatura humanoide con cabeza felina que parecía estar viva, resultaba elegante a la par que aterradora, de una belleza cautivadora y estremecedora y aquella mirada, esos ojos brillantes, dos perlas enormes que parecían llamarlo... Para cuando Serge se quiso dar cuenta había recortado la mitad del camino hacia aquella estatua y, de no haber recobrado la consciencia, sin lugar a dudas lo hubiera recorrido entero. Agito la cabeza y corrió a abrazar al bardo desde atrás para alejarlo de aquel canto de sirena. Tan pronto como tocó a su compañero el encantamiento pareció esfumarse, pudiendo regresar a sus respectivas tareas.

    Serge se dirigió directamente al tapiz. Sabía que allí podía encontrarse la clave para su salvación, aquello no podía estar dispuesto de ese modo sin ningún buen motivo, pues en aquella sala todo parecía responder a alguna clase de propósito, típico de la aburrida manera lógica de pensar de los magos. Por un buen rato se detuvo a comprobar que no hubiera trampas de ningún tipo, no deseaba repetir errores pasados. Una vez estuvo bien seguro de todo aquello, comenzó a palpar el tapiz por la zona de la cual parecía venir una corriente de aire fresco y tras un tiempo de exploración temerosa, logro dar justo con lo esperado. La entrada oculta se hallaba ante él. Levantó la sección pertinente para ver mejor una puerta de madera entrecerrada que daba paso a la habitación secreta. El cuarto también carecía de ventanas, lo que lo llevo a maldecir para sus adentros, tampoco podrían escapar por allí, pero justo después la frustración fue arrollada por una imperiosa sensación de victoria, frente a él se encontraba el orbe, sin duda debía de ser la esfera de Ohrm y además a su lado había un vial que bien podría valer otra buena paga extra. La fortuna lo sonreía, ni más ni menos que alrededor de quince mil monedas de oro al alcance de su mano esperando a que las reclamara. Sonriente regresó sobre sus pasos para contárselo a Parsian cuando de pronto...

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16/09/2018, 00:02
Parsian Cantoalegre

    El gnomo lo había vuelto a hacer, ignorando las advertencias había trepado por la demoníaca estatua y cuchillo en mano se disponía a arrancar las gemas engarzadas que cumplían la función de ojos. Un escalofrío repentino sacudió el espinazo de Serge, una voz le gritaba desde adentro con fuerza que aquello estaba mal, que debía de detenerlo, pero sus piernas parecían haberse fundido con la roca del suelo y su garganta era incapaz de producir sonido alguno dominada por un pánico incomprensible. Fue entonces cuando pudo confirmar que sus temores no eran infundados, la estatua comenzó a resquebrajarse, como si todo aquel tiempo la roca no hubiera sido más que un mero cascarón de algo mucho más antiguo y maligno. Uno de los brazos se dirigió hacia el pescuezo del bardo y, sin que el pequeño gnomo pudiera hacer nada más que recobrar el sentido para ser invadido por el mismo terror que dominaba al replicante, empezó a gritar desconsolado al ver de cerca su inevitable final.

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16/09/2018, 00:09
Demonio

    Trozos de roca comenzaron a golpear el suelo liberando unas poderosas garrar que empezaron a oprimir al hombrecillo que trataba de librarse de la presa inútilmente retociéndose como podía. Serge jamás había contemplado un espectáculo tan grotesco como aquel, el contorno de su compañero comenzó a iluminarse formando una especie de niebla que empezó a arremolinarse como si una corriente la atrajera hacía las fauces de la bestia humanoides de rasgos felinos. Conforme dicha nebulosa se perdía entre los colmillos de aquel demonio, la piel del gnomo comenzó a marchitarse y arrugarse como si fuera un viejo pergamino.

    Serge tenía la certeza de que Parsian iba a morir y que si intentaba algo para salvarlo el acabaría por caer igualmente, debía de huir de allí, tenía que escapar, esa cosa iba a devorarlos a todos, su única baza era esfumarse antes de que se percatara de su presencia pero cómo iba a lograr algo así.

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16/09/2018, 00:18
Orbe rojo

    ¿Podría ser la respuesta a sus ruegos el orbe? Retrocedió a la desesperada sobre sus pasos luchando con sus sentimientos de culpa para alcanzar el artefacto mágico. La esfera seguía allí, sobre aquella extraña plataforma de base cuadrángular acompañada por el vial. Su pulso estaba acelerado y su respiración entrecortada, rodeó la esfera con sus manos sin acabar de comprender lo que hacía, en el interior del cristal parecía observarse una serie de lineas ondulantes que parecían danzar al son de una música inaudible en torno a una segunda esfera interior de color blanco. En cierta medida eso logró tranquilizarlo, sus párpados se entrecerraron, el sonido a su alrededor ahora parecía mucho más lejano, sus voces internas eran acalladas y el resto de la habitación comenzaba a esfumarse.

    Se estaba relajando, de pronto tenía ganar de dejarse caer y que aquella danza hipnótica se llevara todas sus preocupaciones. Creyó sentir que su visión se nublaba y que algo alejado de su campo se precipitaba y rompía a la par que una gélida corriente empezaba a subir por sus piernas. Sin embargo, eso ya era asunto para otro día, ahora necesitaba descansar.

Oscuridad

    Sus ojos se abrieron de golpe, Serge se encontraba desorientado, tumbado bocarriba sobre un lecho de arenas rojas mirando hacia un cielo nocturno carente de estrellas, desconocía cómo había llegado allí y apenas estaba seguro de cualquier cosa previa a su despertar más allá de su nombre. Se puso en pie y observó el horizonte, en todas direcciones se extendía un eterno erial cubierto de arenas rojas, no había nada, nada más que no fuera él. Comenzó a caminar sin rumbo fijo, incapaz de determinar el tiempo que pasaba o la distancia que recorría, no notaba cansancio alguno, de hecho no sentía nada a excepción de un extraño vacío en su vientre una especie de hambre que lo hacía retorcerse quejumbroso a sabiendas de que no podría saciarse por mucho que comiera. El dolor terminó por provocar que se desplomara contra el suelo haciendo que gritara presa de la desesperación, sentía que lo devoraban desde adentro y, una vez más, acabó por perder la conciencia.

    Cuando volvió en si, el hambre aún lo atormentaba, aunque parecía haberse atenuado. No sin poco esfuerzo, logró incorporarse para descubrir algo tan nuevo como sorprendente. Frente a él había aparecido una esfera luminosa, Serge estaba seguro de que aquello no se encontraba allí antes, su diámetro sería de aproximadamente un metro y parecía alguna clase de forma vaporosa iridiscente de tonos violáceos que giraba lentamente con respecto a su propio eje. De alguna forma sintió que lo llamaba, era una llamada no realizada por palabras, ni por ningún otro medio que pudiera ser explicado de un modo racional, solo sabía que de algún modo ahora estaba conectado a lo que fuera aquello, algo antiguo, muy antiguo que lo convocaba para unirse a él. Sin tan si quiera ser capaz de ofrecer resistencia de ningún tipo, se descubrió a si mismo caminando hacia el orbe luminoso para después abrazarlo y atraer su cuerpo hasta él. Un fuerte destello de luz lo cegó, su conciencia se hizo una con la luz y su cordura se fragmentó en miles de añicos.

    Notó como el velo de la misma realidad se desgarraba, como su cuerpo mortal empezaba resquebrajarse del mismo modo que lo hiciera un cascarón incapaz de contener lo que luchaba por emerger de su interior. Su forma se distorsionó y aumentó de tamaño más allá de toda escala y con él lo hacía su hambre, todo lo que Serge podría haber llegado a ser alguna vez ahora no era más que una gota de agua diluyéndose en un vasto océano...

    -No te rindas mon petit lapin.Una voz parecía tratar de alcanzarlo a través de aquella distancia abismal, era una voz débil y casi inaudible, pero su mensaje logró hacer recordar al replicante quién era en verdad, que su destino no era desvanecerse de aquel modo, ser borrado como si no hubiera sido más que una vaga anotación a pie de página no era su destino, el era Serge y fue entonces cuando descubrió la identidad de quien lo llamaba.