Partida Rol por web

El Ojo de la Nishoba

1.Alt.-La Casa Junto al Río

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17/01/2017, 17:19
El Caminante

    Ya casi habían transcurrido más de dos años desde que Erethia perdiera a Gareth, por todo aquel tiempo la joven había vagado por el mundo tratando de sobrevivir siguiendo lo mejor que podía el código que su padre la había enseñado. Pero aquello no era una tarea fácil, nunca lo era, pues el fuego no puede contenerse de modo alguno. De este modo se había forzado el llevar la vida de nómada hasta que meses atrás, uno de sus anteriores patrones, Gnorflin Oropel, un gnomo explorador que había pagado sus servicios como guardaespaldas, la hubiese ofrecido como recompensa a sus servicios el vivir en su viejo taller mientras el regresaba a ocupar su puesto en la escuela de magia.

    El taller era una casa junto al río repleta de cachivaches que escapaban a la comprensión de Erethia. Lo bueno era que se encontraba a un par de millas de la aldea más cercana y que era una zona con buena caza y si le faltaba de algo siempre podía llevar un par de piezas al mercado o alguno de los trastos de Gnorflin para llevarse unas monedas con las que comprar lo que le viniera en falta, pues el gnomo la había dado permiso para ello ya que la única condición que la había impuesto era que la casa se mantuviese en pie y que sus libros y cofres cerrados con llave continuasen allí si algún día regresaba.

    Por desgracia, una vida estable acabó por transformarse en sinónimo de una vida aburrida, en su interior una parte de ella añoraba el regresar a su anterior vida pero los recuerdos de su padre le venían a la cabeza una y otra vez haciendo que se replanteara el tomar aquella decisión.

    Aquella mañana de otoño Erethia despertó sobresaltada en su cama, intuitivamente se llevo la mano a su pecho donde reposaba el símbolo de la mano plateada de Torm, la deidad de la justicia a la que su padre había dedicado su vida hasta el final. Torm no era un dios que despertase la atención de Erethia lo más mínimo, pero para Gareth si, por lo que la chica lo había conservado durante todo aquel tiempo como un recuerdo.

    Al margen de aquello, el cambio de estación se la venía encima y debía de prepararse, el druida local, que no vivía muy lejos de allí, había anunciado que aquel invierno sería especialmente duro así que no estaría de más asegurar provisiones antes de que la caza comenzase a escasear.

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17/01/2017, 18:01
Erethia

Tragué saliva mientras trataba de contener mi respiración. 

Aún con mi mano sobre el colgante de mi padre, lo único que me quedaba de el, intenté recordar lo que siempre me decía de niña " El que sonríe en vez de enfurecerse, siempre es el más fuerte " intenté forzar a mis labios a curvarse hacia arriba en esa sonrisa falsa que tan ensayada tenía, pero hoy, sencillamente no me salía ... y tampoco había nadie que pudiera verla.

Me levanté de aquello que llamaba cama y me acerqué a lo que podía definirse como ventana, me froté los ojos y tras soltar un pequeño gruñido típico en mi, me asee, porque era una costumbre que aunque mucha gente no tenía en cuenta, mi padre había trabajado duro en inculcarme.

Sentada sobre cualquier cosa que le pillara bien y mirando los extraños artilugios de Gnorflin, los cuales ya había desistido por entender, me plantee, como cada mañana desde hacía algunas semanas, si aquello era lo que quería. Ya de niña mi padre había luchado contra mi carácter rebelde para que asumiera que lo mejor era quedarme junto a el, en aquella aburrida aldea haciendo nada, tras el ataque y ... mi explosión de rabia contenida, me había convertido en una trotamundos, viajando de un lado para otro y ganándome la vida como podía y eso me hubiera hecho "feliz" si es que yo conocía ese sentimiento, si mi padre me hubiera acompañado pero no había sido así.

No tenía claro porqué había decidido quedarme en aquel taller, cuidado de aquellas pertenencias que no eran mías. Supongo que el recuerdo de mi padre y lo que quería para mi, pero el ya no estaba.

Soltando otro pequeño gruñido me puse en pie y empecé a recoger algunas cosas que quería llevarme a la aldea más cercana para conseguir algunas monedas, intentaba no tocar nada de Gnorflin, aunque el me hubiera dado permiso pero realmente, tras tocar aquella cosa y no encontrarle utilidad alguna pensé que algún idiota podía darme por ello lo suficiente para comprar algo de pan, el pan no se cazaba y hacía bastante desde la última vez que había comido pan, me apetecía.

Guardé los artilugios inútiles (a mi parecer) en una bolsa, cogí mi hacha y tras coger una manzana que había sobre la mesa y salí en dirección a la aldea que quedaba más cercana.

Según salí al exterior me di cuenta de que el druida local tenía razón cada vez hacía más fresco, sería bueno empezar a almacenar algo de caza para cuando viniera el tiempo frío de verdad.

"Siempre puedes ir a un lugar más cálido, sabes que el frío no es lo tuyo" me contestó esa vocecilla de mi cabeza que identificaba como mi conciencia.

" Pero estoy bien aquí ... " mi parte más racional me indicaba que era cierto, allí estaba bien, tenía un techo, había caza abundante, la gente no me molestaba y no tenía que ensuciarme mucho las manos.

" Padre no está, no puedes quedarte encerrada en ese cajón de madera esperando a que pase la vida " mi conciencia me contestó con enfado, ese enfado que siempre estaba ahí, respiré profundamente intentando que no me afectara, no quería ponerme de mal humor ya desde primera hora de la mañana.

Patee una piedra para descargar algo de mi frustración y decidí que ir a la taberna a desayunar algo más consistente que una manzana me pondría de mejor humor, porque negociar con cosas que no sabían como funcionaban con cara de pocos amigos solo haría que no me dieran mucho dinero.

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23/01/2017, 18:55
El Caminante

    La brisa de la mañana acarició el rostro y los cabellos rojizos de Erethia con su toque gélido, aquello no había sido suficiente para hacer que se estremeciera de frío, pero si lo suficiente para hacer que se replantease el por qué seguía en aquel lugar. Decidida, inició su marcha hacia la aldea, aunque algo en su interior parecía alertarla de que aquél no iba a ser un día tranquilo.

    Avanzando por el sendero que a duras penas guiaba hasta la calzada que llevaba hasta la civilización la bárbara inició su paso. De pronto, un sonido la alertó, haciendo que intuitivamente llevase su mano al pomo del arma, pero tras un rato se dió cuenta de que aquella respuesta había sido exagerada, pues solo se trataba de una rama quebradiza que debía haber sido pisada por alguna alimaña que había corrido a ocultarse tras un matorral al detectar la presencia de Ertehia. Regresó su vista al frente, se había dejado llevar por sus instintos de un modo tan desmedido que casi llegó a sentirse estúpida, pero seguía habiendo en el ambiente que la impedía relajarse y eso estaba empezando a provocar que la llama que ardía en ella comenzara a avivarse.

    Fue entonces cuando la oyó por primera vez, como un susurro arrastrado por el viento, era una voz, una que la resultaba muy familiar a la par que imposible, la llamaba rogando que fuese en pos de su emisor. Aquello la inquietó mucho más que la alimaña y de un modo irrefrenable se lanzó a la carrera en una búsqueda desesperada de aquella persona que la llamaba de una forma tan personal. Corrió y corrió por varios minutos, adentrándose en a floresta, alejándose de senderos y del murmullo del río, avanzaba velozmente y de una manera imprudente, pero aquello no la importaba, pues si no se equivocaba, merecía la pena correr aquel riesgo.

    Finalmente la llamada cesó, ante ella se alzaba un roble centenario inmenso, sus hojas habían comenzado a adoptar el espectro otoñal, pero seguía teniendo cierta majestuosidad. Resultaba extraño, nada en aquel bosque la había llamado nunca la atención, los árboles eran los mismos que los de cualquier otro sitios y la fauna era de lo más mundana y sin embargo, aquel roble... Se aproximó a él, de nuevo siguiendo su instinto, el mismo que se había forzad por reprimir por tanto tiempo, pero ahora estaba cansada de seguir así, por una vez su naturaleza no se sentía como una violenta explosión de llamas, si no como una energía que fluyese en sintonía con los espíritus de aquella especie de santuario. Un paso y luego otro y así hasta quedar a escasos palmos del tronco, extendió su brazo para posar su mano sobre la rugosa corteza... y una segunda mano apareció para cubrir la suya y después tomarla y arrastrarla hacia atrás haciendo que girase sobre si misma. En cualquier otra ocasión aquello hubiera sido más que suficiente para que Ertehia tomara las armas y liberase su rabia, pero no allí, la calidez que había sentido en ese momento en el que sus pieles se rozaron la retrajeron a una época que ya había enterrad y cuyo recuerdo provocó que su visión se nublase impidiendo que viese con claridad al hombre que había tras ella, pese a que no la hacía falta verlo para saber de quien se trataba.

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23/01/2017, 22:39
Gareth

    -No llores mi pequeña flama.- El hombre acercó su otra mano a la mejilla de Erethia para ayudarla a enjugarse las lagrimas, pero aquello solo logró hacer que cientos de otros recuerdos la asaltasen de nuevo, su padre había muerto hacía un año, ella misma lo había enterrado y sin embargo ahora se encontraba de pie ante ella, sosteniéndola entre sus brazos como si aquellos hechos jamás hubieran ocurrido y susurrando el nombre por el que siempre la llamaba antes de desearla felices sueños. -Siento todo lo que has pasado, una niña nunca debería pasar por lo que tu pasaste, pero ahora estoy aquí... Ojala pudiera quedarme.- La voz de Gareth vaciló al decir la última frase y la joven pudo intuir que a su padre igualmente le pesaban sus sentimientos. Aunque no debía de tratarse de solo eso, al parecer estaba teniendo alguna clase de lucha interna en aquel momento sobre algo que debiera hacer a continuación. Finalmente, el clérigo retrocedió un paso y se inclinó ligeramente para mirar de frente a su hija. -Resulta increible todo lo que has crecido en este tiempo... Perdona de nuevo, pero ellos me han enviado para advertirte y no disponemos de mucho tiempo, ellos vendrán a por ti, tratarán de llevarte con ellos, ten mucho cuidado. Pero hay alguien a quien ellos tienen, una persona quien capaz de detenerlos, aunque aún no lo sabe, aquel capaz de mostrar cien rostros pero incapaz de hacerse con ninguno, el vendrá a ti y tendrás que ayudarlo para que luego el pueda ayudarte...- La voz de Gareth había comenzado a debilitarse y su figura cada vez se volvía más translucida, en su rostro se pinto un cariz pesaroso que denotaba lo que sentía al saber que debería volverse a alejar de su niña. -Busca el viejo templo de Kael, ese será el punto de partida...- Al terminar aquella frase su cuerpo casi había desaparecido por completo, como el polvo arrastrado por el viento. -...te quiero, mi pequeña flama.-

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23/01/2017, 22:57
El Caminante

    Las últimas palabras de Garteth resonaron en la cabeza de Erethia que ahora sentía todo el peso del mundo caer sobre sus hombros, de qué le había advertido su padre o el contenido del mensaje que a duras penas había logrado transmitirla eran algo de lo que ella debería sacar sus propias conclusiones. El santuario natural ya no parecía tan reconfortante como le había resultado momentos antes, pero aún lograba ejercer parte de su magia para ayudarla a pensar un poco sobre todo aquello. Nuevos pasos la alertaron de que alguien se acercaba y esta vez no se trataba de animales, si no de una persona. Miró en la dirección de la que provenían aquellas pisadas...

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23/01/2017, 23:01
Aenur

    ...y de inmediato pudo ver al semielfo que la observaba con cierta curiosidad desde las lindes del claro. Estaba claro que el druida había hecho aquel ruido a propósito para ser percibido, los habitantes del bosque sabían como hacer para no ser vistos en la que consideraban su casa, pero al parecer había decidido que Erethia sintiese su presencia e lugar de aparecer como otro fantasma.

    -Buenos días Erethia ¿Ha pasado algo?- Aenur parecía curioso y extrañado por la escena que aparecía ante él, seguramente se tratara de que nunca hubiera situado a la "salvaje" como una adoradora de los espíritus del bosque como para que estuviese allí realizando alguna ofrenda o rezo. -No quisiera entrometerme, de hecho me dirijo a la aldea, pero creí sentir que alguien estaba en el santuario y me acerque a ver y nunca te había hecho como una fiel a los dioses de la tierra. Bueno, como dije no quiero molestar, tengo que llevar estas plantas a la casa de Hans, al parecer su hijo contrajo el mal del gusano de la madera y le prometí a su padre ayudarlo a mejorarse.-

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24/01/2017, 16:26
Erethia

Cuando la fría brisa de la mañana acarició mi rostro sentí como me espabilaba, si bien era cierto que odiaba el frío extremo, un poco de frescor me revitalizaba. Aquella temperatura aún era aceptable, pero sabía que poco a poco aquel sitio se volvería más gélido y yo no estaba hecha para vivir en sitios donde tenía que frotarme las manos para conservar el calor.

Inicié la marcha hacia la aldea mientras pensaba en el lugar donde me había criado, intentando obviar el recuerdo de mi padre. Mi hogar, o lo que había sido mi hogar, era un sitio tranquilo con una temperatura cálida casi todo el tiempo, era un sitio agradable ... o había sido un sitio agradable hasta que aquellos seres habían aparecido.

El recuerdo doloroso de la muerte de mi padre me hizo ponerme alerta, según avanzaba por el sendero, el fuego de mi interior iba creciendo, la rabia al recordar como una mañana, como otra cualquiera, había terminado cambiándome la vida por completo. El crujir de una rama hizo que llevara mi mano al pomo de mi arma de manera instintiva, sentí como todos los recuerdos desaparecían y esa sensación de alerta se apoderaba de mi ... pero tras unos segundos respiré, quizás había sido una reacción exagerada, empezaba a soplar el viento y quizás solo había sido una rama quebrada o cualquier criaturilla intentando buscar refugio.

Tomé una bocanada de aire fresco y relajé mi mano, volví a mirar al frente pensando que debía calmarme o al final terminaría volviendo a mis pesadillas. Me había costado mucho superar ciertas cosas y no podía volver a caer presa del descontrol.

Comencé a caminar de nuevo cuando mi corazón dio un vuelco, me paré en seco y me giré hacia mi izquierda afinando tanto como pude mi oído, estaba segura de haber escuchado un susurro familiar, pero era imposible, sabía que era imposible.

Inquieta, mi corazón se aceleró de tal manera que cuando quise darme cuenta, me encontraba corriendo por el bosque tratando de localizar de donde había venido ese susurro, esa llamada que no podía ser, pero que estaba siendo. Corrí durante varios minutos hasta que todo quedó en silencio y yo quedé quieta, con la respiración agitada, ante un inmenso árbol que supe reconocer como un roble.

Mi mirada ascendió de las raíces a las hojas y allí me encontré acariciando la rugosa corteza como si ese árbol fuera quien me hubiera llamado de una manera tan intensa, pero los árboles no hablaban y sabía que aquel susurró no existía, solo era producto de mi desesperación.

Noté una presencia tras de mi y una mano se posó sobre la mía de manera suave, me giré sobre mi misma y sin recordar que tenía armas, quedé completamente desarmada al ver aquel rostro por el que había llorado durante muchas noches y que aún me dolía al ver en sueños.

Sabía que no era posible, que no era real, ni si quiera veía con claridad, pero su presencia, sus facciones ...

- Papá - jadee con un nudo en la garganta mientras notaba como una lágrima recorría mi mejilla, intenté tragar saliva para deshacer ese nudo pero fue imposible. 

"No llores mi pequeña flama." Las palabras, el tono de voz ... Flama ... - Papá - jadee de nuevo con ganas de dejar caer la bolsa y abrazarle, pero su mano se extendió sobre mi mejilla para secarme las lágrimas. Millones de recuerdos me asaltaron de nuevo, incluso algunos que ya había olvidado de cuando era niña, porqué así volví a sentirme, niña por un instante, sin miedo, sin preocupaciones, sin dolor.

" Siento todo lo que has pasado, una niña nunca debería pasar por lo que tu pasaste, pero ahora estoy aquí... Ojala pudiera quedarme. "

- Quédate, no puedes irte - dije a modo de contestación rápida y nerviosa, no quería que se marchara, fuera real o no, quería, necesitaba más tiempo. El retrocedió un paso y me miró fijamente, como hacía cada vez que tenía que decirme algo importante.

" Resulta increíble todo lo que has crecido en este tiempo... Perdona de nuevo, pero ellos me han enviado para advertirte y no disponemos de mucho tiempo, ellos vendrán a por ti, tratarán de llevarte con ellos, ten mucho cuidado. Pero hay alguien a quien ellos tienen, una persona quien capaz de detenerlos, aunque aún no lo sabe, aquel capaz de mostrar cien rostros pero incapaz de hacerse con ninguno, el vendrá a ti y tendrás que ayudarlo para que luego el pueda ayudarte..."

- ¿Ellos? ¿Quienes son ellos? ¿quien va a venir a por mi? - las preguntas salían atropelladas de mi boca, mi cabeza iba más rápido que mi lengua - Mil rostros, papá no quiero que te marches no puedo volver a perderte - di un paso hacia adelante para acercarme a el, pero se había vuelto casi traslúcido.

" Busca el viejo templo de Kael, ese será el punto de partida..."

- ¡NO PAPÁ! - alcé las manos para intentar retenerle pero había desaparecido "te quiero, mi pequeña flama", fue lo último que escuché antes de darme cuenta de que estaba sola, que estaba llorando y que el dolor que tanto tiempo había intentando ocultar había vuelto.

"te quiero, mi pequeña flama", aquellas palabras resonaron en mi cabeza, agité mi cara de un lado a otro intentando librarme de aquel pesar y tratando de convencerme de que había sido una alucinación, debido al sueño... o a cualquier cosa que pudiera inventarme.

Escuché unos pasos y alcé la mirada para ver al semielfo Aenur mirarme desde los lindes del claro. Sabía que el debía haberme oido porque si no, no tenía sentido que hubiera hecho ruido para que yo le viera a el

"-Buenos días Erethia ¿Ha pasado algo?-" me preguntó, carraspeé y con disimulo me sequé las lágrimas volviendo a adoptar el rostro serio y tosco que solía tener - No - dije de manera seca recolocándome bien la bolsa y el arma.

-No quisiera entrometerme, de hecho me dirijo a la aldea, pero creí sentir que alguien estaba en el santuario y me acerque a ver y nunca te había hecho como una fiel a los dioses de la tierra. Bueno, como dije no quiero molestar, tengo que llevar estas plantas a la casa de Hans, al parecer su hijo contrajo el mal del gusano de la madera y le prometí a su padre ayudarlo a mejorarse.-

- Yo solo soy fiel a una cosa - había pasado de la pena al dolor y del dolor al mal humor en cuestión de segundos, con pasos grandes y firmes caminé hacia la linde, donde Aenur se encontraba - No molestas ya me marchaba, terminé lo que estaba haciendo - me mordí la lengua para no seguir hablando, Aenur no era el culpable de mi dolor ni de mi mal humor - Yo iba también hacia la aldea - cuando llegué casi a su altura me detuve - Aenur - mi voz se volvió ligeramente  insegura - Tu que sabes de estas cosas más que yo ... te suena de algo un sitio ... un templo, un templo - me aseguré intentando recordar las palabras que segundos antes habían intentando decirme algo - Kael, el templo de Kael - arrugué mi frente intentando no parecer demasiado interesada.

Si mi padre se me había aparecido en una visión, podía ser fruto de mi desesperación, era consciente ... pero decirme un lugar, sin duda significaba algo y quizás era solo mi excusa o mi desesperación para irme de aquel lugar y buscar un sitio mas cálido ... pero si ese sitio existía, debía ir.

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28/03/2017, 20:40
Aenur

   Aenur quedó parado y en silencio por un momento quedando por un momento tentado de examinar a Freya con curiosidad y responder a la pregunta de Freya con muchas otras cuestiones. Sin embargo supo contenerse y evitar hacerlo, aunque Freya fue capaz de notar la inquietud del druida y este a su vez se percató de lo mal que había escondido su interés, por ello trató de cambiar la situación retomando con paso ligero el camino y disponiéndose a responder.

    -Kael... hacía mucho que no oía ese nombre, al menos no para referirse a la deidad de la que proviene.- El semielfo recobró el control de la situación y con ello su voz comenzó a sonar más centrada y confiada. -En la lengua antigua era conocido como Khea-Dailan "El que cerró las puertas del Infierno desde dentro". Representaba a la venganza y el rencor, la justicia retributiva.- El druida dejó de hablar por un momento e hizo un gesto con las manos como si tratase de atraer su concentración, aquellos amaneramientos eran propios de su raza. Justo después volvió su mirada hacía Freya y la sonrió con cierta complicidad pero sin ocultar intenciones de ningún tipo, solo por lo cómico que le resultaba lo que acababa de recordar. -Disculpa, estos temas siempre me han atraído, como es habitual entre los de mi raza, y no me he dado cuenta de lo que te estaba contando algo por lo que no me has preguntado. Pues bien, el culto a ese dios desapareció durante la edad heroica y con él casi todos sus templos, el único de sus santuarios que aún sigue en pie se encuentra bastante lejos de aquí, en el desierto de Calimshan... No se si lo preguntas porque te planteas viajar hacia allá pero ese viaje puede llevar facilmente más de una luna.- Aenur se encogió de hombros con su respuesta, dispuesto a responder a Freya si es que le pedía más información sobre aquello y ocultando su interés por saber que había llevado a la bárbara a preguntar por aquel tema.

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28/03/2017, 21:14
El Caminante

    Freya y Aenur caminaron juntos camino a la aldea mientras el druida respondía a la pregunta formulada por la joven. Ambos avanzaron con paso firme por cruzando la floresta, sus zancadas eran amplias y eso sumado al saber del druida hizo que pronto alcanzasen el final del camino sin casi darse cuenta para cuando el semielfo acabó de responder. Ahora se encontraban en las afueras de la aldea desde donde se podían contemplar los campos de cultivo que la rodeaban aprovechando el agua del río y las primeras casas más alejadas de la plaza.

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29/03/2017, 10:20
Erethia

Intentando ocultar mi interés y esperando que Aenur no me preguntara de donde venía mi curiosidad, miré al frente entrecerrando los ojos, adoptando mi típica cara de mal humor. Así que Kael era una divinidad, maravilloso, pensé para mis adentros sin demasiado ánimo.

Cuando me contó que era conocido como "El que cerró las puertas del infierno desde dentro" di un pequeño respingo y me giré a mirarle de forma curiosa, borrando la expresión de mal humor de mi rostro - ¿Me estás diciendo que un tal Kael entró en el infierno para cerrar las puertas desde dentro? - alcé una ceja y puse cara de incredulidad - ¿Porqué haría algo así? - ladee la cabeza intentando pensar en las razones que le llevarían a hacerlo, si es que era cierto.

- Calimshan - murmuré volviendo a mirar al frente - No es que me plantee ir allí - mentí, obviamente, iba a ir allí. Miré hacia atrás para mirar el camino que habíamos dejado, preguntándome si volvería o mis impulsos me llevarían a partir hoy mismo, volví la mirada al elfo - Pero si quisiera ir allí - Dejé caer con disimulo, pensando que engañar a Aenur sería fácil - ¿Cual sería la mejor manera de hacerlo? - Yo había viajado lo suficiente como para saber que un buen mapa podría llevarme a donde quería, pero si Aenur sabía como ir, igual podía darme algún atajo.

Con rapidez, llegamos a la entrada de la aldea, apenas había tenido la sensación de andar dos pasos, carraspee para concienciarme en ser la chica arisca que allí todos conocían y miré de reojo a Aenur esperando su respuesta, lo había decidido, partiría hacia Calimshan.

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29/03/2017, 10:46
Aenur

    Aenur sonrió de nuevo, complacido y agradecido por el interés mostrado por Erethia. -Según los mitos de las gentes que habitaban Calimshan, los dioses habrían creado el mundo desconocedores de la existencia de los demonios, o al menos al margen de estos. Por lo que cuando el infierno tuvo constancia de la existencia del mundo mortal trato de apoderarse de dicho reino por la fuerza sin mostrar temor alguno antes las deidades. Los dioses contemplaron aterrados como por primera vez alguien se atrevía a oponérselos con semejante ferocidad y en un primer momento no supieron cómo reaccionar. No fue hasta que Khean planto cara a la amenaza, que se decidieron a luchar. La batalla fue terrible e hizo peligrar el sueño de los divinos que a duras penas lograron contener a los Demonios devolviéndoles al abismo.- Aenur hizo una breve pausa para asegurar que Erethia lo seguía atendiendo. -Sin embargo, muchos sospechaban que aquella victoria resultaría efímera, pues eventualmente los demonios recobrarían fuerzas en el Averno y retomarían sus asaltos con fuerzas renovadas. Y fue entonces cuando Khean, Kael, realizó su mayor gesta, a sabiendas de que era el único entre las deidades con poder suficiente para enfrentarse a las fuerzas del infierno, decidió sacrificarse y adentrarse en el reino de los demonios para dar comienzo así a una lucha eterna por la seguridad del mundo mortal. Muchos ilustran esta escena como que el dios cerró las puertas del infierno una vez dentro para asegurarse de que los demonios no pudieran escapar y por ello Kael fue una de las principales deidades del panteón de Calimshan por cientos de años.-

    Dando por hecho que ya habría satisfecho la curiosidad de Erethia con respecto al mito, el druida espero a que la joven formulase el resto de sus preguntas. Una vez más, Erethia logró hacer que Aeunur sonriera, aunque en esta ocasión su sonrisa vino con una repentina carcajada, de todos modos trató de seguir el juego de Erethia como lo había hecho hasta aquel momento. -Bueno, si alguien estuviera interesado en realizar tan largo viaje, desde... no se... donde nos encontramos ahora, por ejemplo, haría bien en preparar una buena cantidad de provisiones duraderas y dirigirse hacia el sur. Aunque también podría optar por viajar con lo justo para un viaje de tres días con pocos descansos y abastecerse en Dorwinion, aunque posiblemente aprovisionarse allí podría resultar algo más caro a causa de tratarse de un poblado más transitado.-  El semielfo pasó a abandonar su postura pensativa y mirar directamente a la pelirroja con cierto tono de sorna pero sin alejarse del papel que había decidido realizar. -La ventaja de esto sería que podría hacer el primer tramo mucho más ligero, especialmente si lograse hacerse con un caballo, luego debería de abandonar Dorwinion y seguir rumbo al sur por los viejos caminos, allí la temperatura sería bastante mayor que la de aquí y las fuentes de agua comenzarían a escasear, a parte de que el paisaje iría volviéndose más desértico hasta que unos cinco o siete días de marcha llegara a Kaleshia, la última ciudad que podría ver en dicho trayecto. Allí debería de hacerse con un guía experto que supiera del folclore local, especialmente del paradero del templo, pues está alejado de la civilización y en medio del desierto, lo que complicaría bastante la última parte del trayecto que con facilidad podría llegar a durar más de diez días y eso con tiempo favorable.- Aenur se frotó el mentón orgulloso de haber sido capaz de reconstruir el viaje con tanta facilidad, algo complicado para un druida élfico que vivía en un bosque tan alejado de aquel lugar.

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29/03/2017, 17:22
Erethia

Escuché con atención la historia que Aenur me contó, noté como en alguna ocasión, mi boca se abría ligeramente, era un gesto involuntario que me pasaba desde niña, cuando mi padre me contaba historias me pasaba y el siempre sonreía, me acariciaba la barbilla y yo volvía a cerrar la boca ... recordé lo que acababa de pasar con el, esa alucinación o ... ¿visión? había sido real y me había revuelto algo por dentro. 

Había desconectado ligeramente de lo que Aenur me contaba pero hubo algo que me devolvió a la realidad y a su historia - Las batallas siempre son terribles - repetí su ultima frase para que viera que le estaba atendiendo, ahora puse más interés. - ¿Y crees que aún sigue luchando? - pregunté con cierta curiosidad, los mitos y leyendas siempre me habían llamado la atención, pero más aquellos que tenían que ver con pelear.

Mi padre siempre me había dicho que era especial y que algún día, la gente me recordaría, siempre había querido ser alguien que hiciera algo justo como eso, quizás no cerrar las puertas del infierno desde dentro, pero darle un sentido a mi vida ... si.

- Sería una faena si Kael fallara en su lucha eterna, porque entonces las puertas se abrirían, los demonios volverían y ... ¿quien les plantaría cara ahora, eh? - me di cuenta de que me estaba dejando llevar mucho por mi curiosidad y opté por volver a poner cara tosca.

Cuando Aenur soltó aquella carcajada sentí que me había descubierto, me limité a mirar al frente como si la cosa no fuera conmigo, tomando notas mentales - Dorwinion - repetí para mi, sin darme cuenta de que lo había dicho en alto. Aenur me miró y traté de mantenerle la mirada - Me suena esa ciudad, Kaleshia - dijo para recordar el nombre - Vaya yo solo tenía curiosidad por si no se, quizás algún día me aburriera aquí y decidiera ir, pero me has dado un mapa de ruta bastante completo, ¿ya has estado por allí? -levanté una ceja con cierta curiosidad, había descrito el camino, con varias opciones y todo, como si el mismo lo hubiera hecho.

Dio un paso al frente para continuar hacia la aldea pero se detuvo - Yo no soy de pedir favores, ¿pero puedo pedirte uno? - se notaba que estaba un poco incómoda con el tema - Si ... tuviera que irme no se, hacia el norte - dijo como para despistar ya que Aenur le había hablado del sur - ¿Podrías ver de vez en cuando que la casa de Gnorflin Oropel sigue en pie?, le prometí que cuidaría de ella y no me gusta faltar a mis promesas - aseguró - Pero solo en el hipotético caso de que no me veas en unos días - volvió a alzar una ceja a modo de disimulo

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02/04/2017, 11:59
Aenur

    -Supuestamente, cada vez que sientes un temblor o un volcán entra en erupción, es porque la lucha de Kael se ha recrudecido. Aunque si el mito fuese cierto me preocuparía más que algún día el emergiera del abismo para ver que ha caído en el olvido, las tradiciones hablan de que a los dioses no les sienta muy bien el saber que han sido olvidados.- Respondió el druida a la pregunta planteada por Erethia. 

    -Y no te preocupes, puedo velar por la casa de Gnorflin si es que te ausentas por un tiempo, el gnomo será un ingeniero, pero siempre ha tratado de mantener una armonía con el bosque que lo rodea.- Estaba claro que el elfo había sorteado discretamente la segunda pregunta de Erethia apresurándose a contestar la última, quizás estuviera omitiendola por algún motivo del mismo modo que ella jugaba a hacerlo creer que su interés era fingido o quizás simplemente fuese que no le había dado importancia. Fuera como fuese Aenur parecía tener cada vez más claro que había llegado el momento de separarse. -Bueno, Erethia, me ha encantado poder compartir este momento contigo, si en cualquier momento tienes otras dudas sabes que de vez en cuando vengo a la aldea o de lo contrario puedes buscarme por el bosque si no tienes miedo a perderte.- La frase fue claramente con tono burlón a sabiendas de como reaccionaría la bárbara a que pusieran en duda su valía. -Yo ahora debo de ir a ver al hijo de Hans como te dije, luego seguramente me acerque a la taberna por si te queda algo pendiente.-

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17/04/2017, 09:40
Erethia

- Bueno tampoco se si ha sido olvidado como tal, tu le recuerdas, pero igual los dioses son un poco ególatras y les gusta que su nombre se pronuncie muchas veces - suspiró encogiéndose de hombros un poco molesta por ciertas actitudes de los dioses ... o de las que había oido, porque tampoco había conocido nunca a un dios como para comprobar si era cierto que se comportaban así.

- Gracias - murmuró intentando no hacer mucho énfasis cuando Aenur le comentó que podría vigilar la casa del gnomo de vez en cuando.

- Yo no tengo miedo a nada - mintió, para ella mostrar miedo era una debilidad de la que la gente solía aprovecharse, así que intentaba siempre ocultarlo a toda costa.

- Si yo también tengo cosas que hacer, gracias por el paseo - murmuró, su padre le había enseñado a ser agradecida y educada aunque a veces le costaba tener buenas palabras y parecían más gruñidos que agradecimientos.

Empezó a caminar en dirección al centro del pueblo, perdida en sus pensamientos sin saber muy bien que hacer, recordando las palabras de su padre y la información que Aenur le había proporcionado. De ese modo llegó a la taberna, necesitaba un trago, de lo que fuera, algo que le refrescara o al contrario, le avivara la llama, por un lado, sabía que quería partir, tenía la necesidad de hacerlo ... por otro lado, estaba aterrada porque en este tiempo, asentada, había aprendido a que no se vivía tan mal teniendo un techo que la cobijara cada noche ... pero no, ella era así, debía partir.

Entró en la taberna teniendo su propia discusión mental.

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25/04/2017, 13:04
El Caminante

    Los caminos de Erethia y Aenur se separaron dejando a la joven con más dudas en la cabeza con las que lidiar. Camino a la taberna vio que estaban comenzando a levantar algunos puestos para el mercado, el cambio de estación llevaba consigo una pequeña feria en la que pasar un buen rato para aprovechar los últimos días de bonanza y poder de paso abastecerse de cara al otoño y el invierno. La bárbara también observó a más de una carreta de mercaderes extranjeros, pero lo que llamó su atención fue una pareja de desconocidos que parecían ajenos al resto de la escena, iban encapuchados y parecían estar buscando a algo o a alguien, sintió un escalofrío en la nuca. Quizás aquello fuera una advertencia o tal vez era una simple sensación equivocada, apenas había empezado el día y ya había vivido mucho más que en todo lo vivido desde que se instaló en la casa de Gnorflin.

    Poco después llegó a su destino "El Buen Cerbero" o al menos eso era lo que la habían dicho que era el nombre de la taberna pues Erethia solo podía comprender la parte del cartel en la que se veía dibujado un gran perro de tres cabezas sonriente, algo ciertamente contradictorio considerando que los mitos hablaban de aquellas bestias como guardianes temibles.

    Pero aquello era lo de menos, sus pasos la habían traído hasta aquí para otros menesteres que discutir sobre mitología, atravesó el umbral para encontrarse con el salón principal de la taberna. No era la mejor en la que había estado pero también distaba bastante de ser la más mugrienta y aunque su cocina dejase bastante que desear, los dulces de manzana eran los mejores que había probado nunca y siempre usaban productos frescos de las granjas cercanas. Por las horas que eran apenas había gente, salvando al viejo Pete que se encontraba en su esquina habitual comiendo un dulce acompañado con vino, solo estaban Elias, quien regentaba el local, y ella. Lo más seguro sería que los parroquianos habituales estuviesen trabajando hasta más tarde y en cuanto a las gentes de fuera de la aldea, estaban ocupadas con los puestos.

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27/04/2017, 16:22
Erethia

Entré en la taberna con la mente tan enredada como mi cabello al amanecer, los días en aquel pueblo habían sido tranquilos, muy tranquilos y justo la mañana que me planteo si quería seguir allí o no ... la visión con mi padre, la charla con Aenur, la visión de aquella pareja encapuchada ... sentí un escalofrío y sacudí la cabeza para descartar todos los pensamientos. Estaba en esa taberna por una razón, los dulces de manzana, comer me ponía de buen humor ... a veces.

- Buenos días - dije, mi padre me había enseñado a ser educada, caminé hasta la mesa más alejada, a pesar de no haber nadie más, era costumbre buscar el sitio donde más sola podía estar. Me senté allí y me crucé de brazos, con enfado, pero no estaba enfadada, estaba confusa ... ¿me iba? ¿no me iba? ¿como no me iba a ir? mi padre me había dado unos datos, debía saber que significaba ... ¿o había sido una alucinación por no desayunar antes de salir?.

Solté un pequeño gruñido y chisté la lengua.

Esperé a ver al regente del local para pedir un dulce de manzana ... bueno dos, tenía hambre y si me iba lejos, iba a tardar en probar esos dulces otra vez, así que mejor saciarme.

- Así que ... la feria - dije intentando iniciar una conversación con el regente - Eso trae siempre gente extraña - murmuré recordando de nuevo a la pareja encapuchada, ¿quienes serían? ¿que o a quien buscarían?

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03/05/2017, 00:07
Elias

    El tabernero no tardó mucho en satisfacer los deseos de Erethia, apenas había gente y, aunque la hubiera, el tabernero sabía del temperamento de la barbara lo suficiente como para no hacerla esperar. -Ya, parece mentira que este año sea tan pronto, bueno, al menos esa es mi sensación.- Elias sonrió, buscaba ser agradable con su clienta habitual y si de paso podía combatir el aburrimiento y olvidarse por un rato de lo achispado que andaba Pete, tanto mejor. -Pero bueno, eso revierte en beneficio de toda la comunidad, creo que las cosechas de esta temporada fueron generosas, así que podremos lidiar tranquilamente con el invierno y de paso llenar un poco nuestros bolsillos, solo espero que no se excedan con la fiesta, bueno, o no, a fin de cuentas eso me beneficia a mí al que más ¡Jajaja!-

    En ese momento, Elias pareció caer en la cuenta de la pregunta que habías dejado en el aire y que había pasado por alto. -Oh, cierto, las gentes de fuera, no se, apenas los he visto aún, empezaron a llegar ayer y al estar preparando las cosas con mi mujer no he tenido tiempo para verlos, creo que la mayor parte vienen de fuera de la región, supongo que habremos ganado algo de fama de años anteriores... disculpad, creo que tenemos visita.- Elias levantó la vista, al parecer alguien había atravesado la puerta mientras hablabais aunque sin hacer ruido alguno, sin embargo, la presencia del recién llegado era perceptible por otro medio un tanto insesperado... el olfato. Su olor era extraño, ciertamente desagradable, pero irremediablemente familiar, aunque no lograbas caer en la cuenta del modo en que lograba esa parte. Como acto reflejo, volviste la mirada...

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03/05/2017, 00:37
Desconocido

    Y allí se encontraba, para en la arcada de la puerta, inmóvil, bloqueando la salida. Llevaba una capucha que cubría por completo su rostro y el resto quedaba igualmente oculto por una capa de cuero oscuro. Una sombra tras él parecía señalar que no andaba solo. El bueno de Elias  se aproximó hacia el recién llegado temiendo que no se atreviese a entrar por algún motivo desconocido. Sin embargo, en cuanto el tabernero se encontraba a medio metro escaso, el extraño lo apartó a un lado estampando la palma de su mano en el pecho del hombre.

    -Ella esta aquí, espera aquí, iré delante.- Ante la mirada atónita de Pete y Elias, el desconocido se adentró tras habar con su compañero, no cabía duda que el extraño se dirigía directamente hacia Erethia. Era algo difícil de creer, pero conforme se aproximaba, la temperatura pareció aumentar y con ella la tensión, pues había algo completamente sobrenatural en aquel ser que se aproximaba a ella que la hizo ponerse en estado de alerta. -Lidrotni-Eldur, debéis de venir con nosotros, nos han ordenado llevaros de regreso así que salid fuera y partiremos ahora mismo.- Por si las palabras no transmitían con suficiente fuerza el mensaje, el ser extendió su mano para tomar el brazo de Erethia y arrastrarla fuera.

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03/05/2017, 10:11
Erethia

- ¿Acaso no es siempre igual? me pierdo con estas cosas - dije negando con la cabeza refiriéndome a que la feria parecía haberse adelantado. - En ese caso espero que tengas muchos beneficios - intenté ser amable, eso era bueno para el, ¿no? que tuviera beneficios, al fin y al cabo, era de lo que vivía.

Entonces alzó la vista y vio a alguien en la entrada, encapuchado. 

Sentí una sensación desagradable, como si reconociera algo de ese desconocido y no me diera buena espina. Inmediatamente, para tranquilizarme, bajé mi mano a mi arma para comprobar que estaba ahí, respire lentamente, como me había enseñado mi padre, no debía dejarme llevar por la sensación de peligro porque para mi, todas las sensaciones eran siempre de peligro y a la más mínima andaba repartiendo hostias ... y eso no era lo correcto, al menos, de primeras.

El tipo se acercó cada vez más, no iba a salir corriendo, yo no era una cobarde, le di tiempo para cambiar de opinión pero aquel estúpido ser encapuchado no solo no cambió de opinión si no que quiso imponerme algo.

Lidrotni-Eldur, debéis de venir con nosotros, nos han ordenado llevaros de regreso así que salid fuera y partiremos ahora mismo.-

Alcé una ceja - Perdona creo que te equivocas - dije buscando un rostro bajo la capucha - A mi me da igual quien te ordene que, no pienso ir contigo a ningun lado - hice un gesto esquivo para que no me tocara - Te advierto una cosa - notaba que empezaba a perder la paciencia, me puse en pie tirando la silla tras de mi sin ningún tipo de cuidado y retrocediendo un paso para poner la mesa entre medias de yo y ese desconocido - Me he levantado de bastante buen humor hoy, no me cabrees - advertí cogiendo el un trozo de dulce y metiéndomelo en la boca sin desviar la mirada de aquella silueta encapuchada.

- Te recomiendo que te largues de aquí y le digas a quien quiera que te de las órdenes que te han indicado mal, yo no soy la persona a la que buscas, largo - notaba mi sien palpitar.

"Cálmate, seguro que es un error y te ha confundido con otra peliroja" me decía a mi misma "Coge tu arma y déjale claro que no vas a ningún lado y si se pone tonto, le muestras de lo que eres capaz" ya está, ya tenía esas dos vocecitas dándome dolor de cabeza, la que me decía que me calmara y la que gritaba que atacara y me impusiera.

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03/05/2017, 11:45
Desconocido

    -No hay error alguno, Lidrotni, ven con nosotros de una vez y dejad de comportaros como una cría, Magmarion dijo que os llevásemos de vuelta y no tenemos pensado desobedecerlo.- Con un movimiento rápido el desconocido logró prever el movimiento de Erethia, agarrándola por el brazo dispuesta a sacarla de aquel lugar por los medios que fueran necesarios.

- Tiradas (1)

Notas de juego

    Te han tomado por el brazo y tiran de ti hacia fuera, es una tirada enfrentada de fuerza, tu "rival" ha sacado 13, así que antes de responder haz un chequeo de fuerza (es decir, tira 1D20 y sumale 4 que es tu bono por tener fuerza 18). A partir de ahí puedes responder en consecuencia:

  • Si obtienes menos, te seguirá arrastrando hacia fuera, aunque solo tendrás impedido tu brazo derecho (y tendrás que hacer una segunda tirada para tratar de soltarte en el turno siguiente)
  • Si sacas 13 os quedáis en el sitio forcejeando sin moveros (y tendrías que hacer una segunda tirada para el siguiente turno)
  • Si sacas más podrás librarte de la presa y actuar con total libertad.

Si te liberas o por lo que sea, decides atacarlo, la dificultad para acertarle es de 12, cualquier duda, tienes el chat del Ojo para preguntarme o por privado