Partida Rol por web

- ¿No me has escuchado? - dije ya empezando a estar molesta, realmente molesta. Iba a soltar una amenaza poco amistosa cuando aquel ser al que aún no le había visto el rostro me agarró del brazo con más fuerza de la que había imaginado y empezó a tirar de mi hacia fuera de la taberna, intenté poner resistencia pero ese tipo era más fuerte de lo que me hubiera gustado.

- ¡Suéltame! - dije forcejeando sin mucho éxito, intenté usar mi propio peso para oponer más resistencia pero aquel tipo tiraba de mi con facilidad, solté un pequeño gruñido - ¿Que tipo de modales te han enseñado maldito idiota? - dije apretando los dientes, mi primer instinto fue sacar el arma y atacar, pero juraría que no estaba solo y las cosas podían ponerse feas, había pensado que aquella persona no iba a poder tocarme y me estaba arrastrando fuera con solo una mano.

Notaba como el calor empezaba a recorrer mis venas, mi sien cada vez palpitaba con más fuerza, mi corazón empezaba a acelerarse y estaba empezando a enfurecerme de tal manera que ni esa vocecita buena iba a poder calmarme.

- Mi nombre es Erethia estúpido, no Litroni o como narices dijeras antes - intenté dar una sacudida mayor para soltarme, pero ni con esas me soltaba.

Ya puestos, intenté quitarle la capucha al tipo para ver su rostro, igual le había visto antes, igual me era familiar ... pero si no me soltaba y seguía arrastrándome como un trapo, iba a terminar haciendo algo de lo que me iba a arrepentir.

    El forcejeo resultó de lo más infructuoso, aquel ser era realmente fuerte y tratar de hacer que te soltase solo hacía que el ambiente se caldeara aún más. Iba directo a la entrada ignorando tus berrinches hasta que tu última frase pareció despertar algo en él que lo hizo reír. -¿Pero de verdad no os han enseñado nada? Para empezar es Lidrotni y no es un nombre es un título...- Su reproche fue la señal que necesitabas para que bajase la guardia y pudieras realizar justo lo que te habías propuesto, un ataque podría haber sido algo arriesgado, pero retirarle la capucha fue bastante sencillo.

    Por desgracia, digerir lo que vino justo después, quizás no lo fue tanto. En cuanto sintió que la capucha no cubría su rostro, el acto reflejo del desconocido fue llevarse las manos a la cabeza liberándote de inmediato, por desgracia aquello te hizo perder el equilibrio y hacer que te aferraras con mayor fuerza a tu único punto de apoyo en ese momento, que era la misma capucha, haciendo que en tu caída arrastrases la capa a la que iba unida. El tirón hizo que ambos golpeaseis el suelo, pero tu captor pareció reaccionar un poco más rápido, siendo capaz de ponerse en pie al momento con su identidad al descubierto.

    La temperatura subió aún más cuando, llamas crepitantes envolvieron a quien escasos momentos atrás había tratado de arrastrarte fuera de aquel lugar y Elias no tardó en huir despavorido tras la barra buscando un refugio. Ya no se trataba de quién era, si no de qué era aquella cosa, su figura era humana, pero su cuerpo parecía estar hecho de lava y llamas. -Maldita niñata estúpida, se suponía que tendrías que haber venido con nosotros sin problemas, ahora has puesto en peligro la misión, ellos no deberían haber visto esto.- Estaba claro que haber rebelado su identidad lo había puesto furioso e iba a hacer pagar los platos rotos a todos los allí presentes. Un garrote hecho de una especie de piedra oscura apareció en su mano mientras un humo negro comenzaba a salir por la comisura de sus labios. -Todo esto podría haber sido mucho más sencillo pero ahora eso será imposible y ellos pagaran por tu culpa.- El pecho de la criatura se inflo y un instante después una lengua de fuego salió directa hacia el lugar en el que Elias había tratado de buscar refugio iniciando un fuego que pronto se extendería por el resto del local.

Tardé unos segundos en digerir aquello.

- Pero que narices ... -  miré a esa cosa ... o persona en llamas, no estaba escuchando lo que me decía pero al ver su acción fue ya cuando me enfadé de verdad - NO TE ATREVAS - dije poniéndome en pie y gritando realmente enfadada, ese hombre hacía los dulces de manzanas mas deliciosos del mundo y no iba a permitir, bajo ningún concepto, que ese culo fogoso me quitara ese capricho.

El fuego había comenzado a extenderse, no iba a poder apagarlo pero igual podía distraerle lo suficiente para que pudieran salir de allí, miré a Elias intentando decirle "corre" mientras sacaba mi arma - CULO ARDIENTE - intenté llamar su atención para que dejara de vomitar fuego - No sabes con quien te has metido capullo - agarré con fuerza mi arma, un ataque por sorpresa hubiera sido efectivo, era consciente y lo sabía pero necesitaba distraerle y dado que escupía fuego y tenía más fuerza que yo, tampoco quería meterme de cabeza a algo que iba a costarme una bonita cicatriz.

- Vale, espera - dije intentando confundirle - Iré, pero antes tienes que decirme quien narices me busca - no solté mi arma pero la bajé un poco - Es que no me voy con cualquier idiota, ¿sabes? - lentamente di un paso hacia atrás, preparada por lo que pudiera pasar - ¿No tienes calor? - pregunté dibujando una media sonrisa en mi boca - Seguro que más de una te ha dicho que eres lo más fogoso que han visto, yo desde luego - no era momento para bromas estúpidas, ¿pero que me pasaba?, lo iba a cabrear aún más, era consciente, pero bueno, ya lo asumiría ... lo que me importaba ahora era que se centrara en mi y Elias y Pete pudieran escapar por la puerta de atrás.

Gracias a tu intervención, el ser llameante aparto su atención de los pobres de Elías y Pete. Una oportunidad que el tabernero no desaprovecho, saliendo disparado de su refugio en llamas para coger a un Pete que se había quedado paralizado por el miedo y huir juntos por la salida trasera con lágrimas en los ​ojos al ver como el trabajo de su vida comenzaba a desaparecer pasto de las llamas.

    El llameante se volvió hacia Erethia desconcertado por su respuesta, parecía claro que no era muy rápido para procesar la información cuando está se salía de lo que esperaba. Entonces un nuevo invitado entró en escena vestido exactamente igual que lo había hecho a quien Erethia dirigía sus burlas ahora mismo.

    -¡Villtur! Pedazo de idiota, se puede saber qué demonios haces, toma a Lidrotni y larguémonos de una vez.- Aquello dejó desconcertada a la joven, tenía bastante claro que "Culo ardiente" tenía un compinche pero en cuanto este se decidió a mostrarse comenzó a hablar en una lengua que ella nunca antes había oído, al menos hasta donde era capaz de recordar, y, sin embargo, la entendía perfectamente. -No te me quedes mirando, pasmarote, usa la maza si es necesario y date prisa antes de que venga más gente.-

    -¡Maldita sea, no es tan sencillo como parece Rex'Ed, la cría sabe defenderse.- Ignorando que Erethia era capaz de entender lo que decían, Villtur respondió a su compañero, aunque temiendo una reprimenda, se volvió de inmediato para acatar las ordenes dadas por el que parecía ser el cabecilla de la pareja.

Miré confusa al tipo que había entrado y al culo fogoso que se llamaba Villtur, alcé una ceja cada vez más confundida, ¿porqué hablaban algo que entendía pero que no había escuchado nunca?. - Genial, otra vela andante - murmuré para mi, en alto.

Di un paso hacia atrás cuando vi que el primer culo fogoso se giraba y me miraba - ¿No podemos negociar? - no, sabía que no iban a negociar y solo iba a poder pelearme con ellos, eran dos ... vale, si me mantenía alejada del de fuera igual podía con el primero, un buen golpe y ... no, salir corriendo no era mi estilo, ah ah.

- Me tendría que haber quedado en casa - murmuré poniendo los ojos en blanco. Bueno, pues allí íbamos.**

    Villtur no dejó escapar la posibilidad de coger por sorpresa a Erethia, menos aún con Rex allí para observarlo, sin pensárselo dos veces golpeó directo con su garrote tratando de noquear a la salvaje, por desgracia el golpe no fue muy acertado, pero al menos sabía que la había hecho daño. Rex soltó un bufido de desagrado ante la incompetencia de su compañero y de un salto se internó en el local que empezaba a arder para ayudarlo a contener a la chica y esfumarse de allí cuanto antes.

No me había esperado que finalmente me atacara pero vaya si lo hizo. Me cubrí con el antebrazo recibiendo parte del daño - JODER - grité furiosa y apreté los dientes - Ya se me ha acabado la paciencia maldito saco de mierda ardiente - dije furiosa. Tomé mi arma** y arremetí contra el que me había golpeado. Era consciente que contra dos iba a ser difícil que pudiera desenvolverme bien a no ser que dejara tocado a uno de ellos y era mi intención.

El local estaba comenzando a arder y eso lo complicaba todo aún más, ¿donde estaba la gente dispuesta a ayudar cuando se la necesitaba? yo siempre intentaba ayudar y no meterme en líos, era lo que mi padre me había enseñado... pero ahora no podía pensar en ayudar, si no en hacerle daño, ¿como se había atrevido a hacerme daño el a mi? maldito bastardo.

   Villtur parecía confiado tras asestar el golpe contra Erethia, pero al ver como esta no solo no retrocedía si no que además respondía y lo sobrepasaba hizo que el temor comenzase a dominarlo apenas siendo capaz de desviar el golpe fatal que la salvaje lanzó contra su torso derribándole. Completamente sobrepasado, el llameante cayó al suelo con el brazo ensangrentado.

    -Pedazo de inútil incapaz de realizar la más sencilla tarea ¡Pero si es una maldita cría!- La rabia de su camarada se hizo más que evidente cuando, literalmente, estalló en llamas haciendo que sus ropas prácticamente se evaporásen e un instante pasando así a mostrar su verdadero aspecto.

    Cuando el humo se disipó Erethia pudo ver frente a ella a una figura bastante diferente a Villtur, resultaba difícil pensar que eran miembros de la misma raza, donde uno poseía un aspecto humanoide salvando el hecho de que sus cabellos eran llamas y su piel era de un rojo crepitante, el otro era una golem de obsidiana y lava, apenas un palmo más bajo que Villtur pero bastante más corpulento y, ciertamente, menos amigable. Rex'Edi no estaba para juegos y deseaba salir de allí cuanto antes, así que sin pensárselo dos veces se abalanzó contra la pelirroja con sus zarpas desnudas.

   Erethia apenas pudo ver lo que sucedía, aquel Rex era rápido, muy rápido, en un instante la atacó cogiéndola por sorpresa tratando de inmovilizarla, la presión que ejercía era lo bastante fuerte como para cortarla la respiración y un sabor a sangre alcanzó su paladar, si no hacía nada aquel bestia lograría someterla...

¿Que narices ...?

Esa cosa se movía más rápido de lo que esperaba y me cogió, me inmovilizó y eso no me gustó lo más mínimo, el otro tipo había sido algo más sencillo y aun así, había podido arrastrarme antes de que yo le golpeara, pero esta roca humanoide tenía más fuerza y peor carácter.

Traté de soltarme pero solo me quedaba sin más respiración.

" Piensa rápido ... piensa rápido " me dije a mi misma sintiendo que mi corazón empezaba a acelerarse. Pero por más que quería pensar lo único que podía hacer era intentar respirar. Escupí para sacar ese asqueroso sabor a sangre y tratar de coger algo de aire. 

" Si no es por las buenas, tendrá que ser por las malas " me tomé unos segundos para intentar tomar la energía necesaria y tratar de soltarme.

    -¡Patán insufrible! Levanta de una vez por todas y rematala, imbécil.- Rex rugió a Villtur para instarle a rematar lo que había comenzado, Erethia apenas podía moverse mientras era testigo de como el "culo llameante" se levantaba del suelo apurado tomando su garrote dispuesto a...

    El mundo de Erethia se volvió más y más oscuro, la cabeza le daba vueltas y sintió que su cuerpo dejaba de responder mientras era arrastrado fuera de la taberna.

    Pronto Erethia pudo sentir como todos sus problemas se desvanecían, parecía como si aquellos asaltantes se hubieran quedado atrás mientras ella flotaba en un limbo que la resultaba de lo más extraño ¿Seguía viva? ¿Estaba muerta? ¿Simplemente habría perdido el conocimiento o había algo más detrás de todo aquello?

    Fuera lo que fuese, ahora daba igual, pensar no la iba a sacar de allí y al fin podía relajarse, o eso creyó hasta que un murmullo la puso en alerta, parecía que algo tratase de alcanzarla, como si la llamase pero de dónde provenía la llamada resultaba era algo imposible de discernir, estaba rodeada de oscuridad y sus sentido parecían aletargados. Pero poco a poco la llamada fue volviéndose más y más audible.

    -...Flama... mi pequeña flama... levanta...- Solo una persona podía llamarla de ese modo, pero eso era imposible. De pronto regresó a su cuerpo, estaba adolorida y las sienes parecían a punto de estallar, la temperatura resultaba abrasadora y sentía como si unas tenazas mantuvieran aprisionadas sus manos tras la espalda. Aunque había algo más, voces, voces que hablaban en lengua común y no eran solo las de Villtur y Rex.

    -Largate de aquí, orejotas, o te vas a arrepentir, de momento solo es una taberna de mierda, pero si nos haces enojar podríamos hacer arder el pueblo entero y tu amado bosque, abrazarbloles harapiento.- La voz de Villtur llegaba desde su derecha, estaba claro que se trataba de él, pero a quién se dirigía. No sin poco esfuerzo, los ojos de Erethia se abrieron, estaban a la salida de la taberna, Rex la seguía teniendo aprisionada y Villtur ejercía la función de escolta mientras trataba de disuadir a un pueblerino que parecía haberse plantado frente a ellos.

    -Y yo os he dicho que no me marcharé hasta que sea ella quien me responda, Erethia es una buena amiga y quiero que sea quien me explique lo que ocurre.- La visión de la pelirroja aún estaba borrosa pero poco a poco fue capaz de ver con mayor nitidez a quien estaba frente a ellos. Se trataba de Aenur, pero resultaba extraño, parecía sonriente como si ver la taberna arder o a aquel par de engendros cargando con Erethia fuera una escena sin más incapaz de perturbarle. -¡Oh, perfecto! Al fin has vuelto en ti, dime entonces, Erethia ¿En verdad quieres irte con este par de amigos tuyos?- El druida permaneció allí, inmutable, incluso permitiendose la licencia de guiñar un ojo a la bárbara para animarla a responderle.

 -¡Patán insufrible! Levanta de una vez por todas y rematala, imbécil.-

Iba a quejarme cuando de pronto, todo mi mundo se vino abajo, esa estúpida mole fogosa me hizo sentir que todo desaparecía. Mi cabeza comenzó a dar vueltas, notaba como estaba siendo arrastrada pero ni si quiera podía quejarme.

...Flama... mi pequeña flama... levanta...-

- Pa ... pa - musité jadeando, su voz, su voz era lo único que no quería perder de vista, me dolía todo y sabía que estaba en una de esas situaciones en las que hubiera corrido a llorar de impotencia abrazada a mi padre si el hubiera estado vivo, pero no lo estaba y yo ya, no lloraba.

Me sentía agobiada, enfadada, acalorada, enrabietada ... quería hacer daño, quería destruir, quería llorar, gritar y sobre todo, quería darle una paliza a esos dos imbéciles.

  -Largate de aquí, orejotas, o te vas a arrepentir, de momento solo es una taberna de mierda, pero si nos haces enojar podríamos hacer arder el pueblo entero y tu amado bosque, abrazarbloles harapiento.- 

 Mis ojos se abrieron para ver a Aenur y nunca me alegré tanto de ver a una persona, aunque temí que pudiera pasarle algo, miré al culo fogoso confusa intentando ordenar las piezas de lo que había sucedido, la voz de mi padre, la taberna ardiendo ...

-Y yo os he dicho que no me marcharé hasta que sea ella quien me responda, Erethia es una buena amiga y quiero que sea quien me explique lo que ocurre.- 

- Aenur - murmuré con la garganta seca, la cabeza me dolía horrores.

-¡Oh, perfecto! Al fin has vuelto en ti, dime entonces, Erethia ¿En verdad quieres irte con este par de amigos tuyos?- 

 Parpadee un par de veces, consideraba a Aenur lo suficientemente inteligente como saber que el sabía que esos no eran "amigos míos", le miré con cierta confusión y entonces caí en algo, Aenur los había distraido y ellos pensaban que yo seguía aturdida, que si, lo estaba, pero tenía demasiada mala leche dentro como para seguir haciéndome la dama en apuros.

- Ae ... - musité cerrando lentamente los ojos, quería que creyeran que iba a perder nuevamente el conocimiento pero solo estaba tomandome un segundo para concentrar toda mi fuerza en mis brazos, intenté calcular a que distancia estábamos de algo lo suficientemente duro como para estampar a mi captor contra ese algo, me daba igual que fuera puerta, pared, tronco de un árbol ... pero iba a darle tan fuerte que disfrutaría si yo sufría también.

Tensé mis piernas y abrí los ojos justo en el momento en que decidí dejar de luchar contra lo que era, me había contenido, había intentando negociar y ahora, Aenur estaba allí, nunca había visto a Aenur meterse en problemas, pero eramos 2 ahora, solamente su presencia me infundía el valor necesario para intentar tomar el control.

- UNA MIERDA ME VOY A IR CON ELLOS - grité con enfado mientras intentaba golpear al culo fogoso contra lo primero que tenía cerca, con un golpe de hombros para arrastrarle contra ese "algo".

    Erethia pudo sentir como la ira del bruto de obsidiana que la tenía sometida aumentaba ante aquel tono del elfo, su rabia hizo saltar chispas de algunas de las grietas de su piel justo antes de que empezara a rugir como respuesta contra el druida en aquella extraña lengua. -Bastardo insufrible ¡Arde!- Una lengua de fuego salió directa en busca del "orejas picudas" sin embargo, Rex no podía imaginarse que para ese preciso instante alguien se encontraba mucho más iracunda que él y cuando Erethia profirió su propio grito de guerra lo cogió por sorpresa haciendo que su arma de aliento se desviase al sentir aquella fuerza incontenible que lo proyecto de golpe hacia sus espaldas.

    Erethia y Rex salieron disparados hacia atrás provocando que el último perdiera el equilibrio y ambos acabasen de bruces en el suelo, aunque el llameante absorbió la mayor parte de la fuerza del impacto quedando incapacitado por unos instantes que permitieron a la salvaje ponerse en pie antes que él.