Partida Rol por web

Un largo silencio que puede cortarse hasta con el espadón en que el gran Nanuk lleva a la espalda se adueña de la estancia. Las palabras del dragón resuenan en cada uno de los recovecos mentales del bárbaro, acomodándose léntamente hasta formar una idea que ha de ser verbalizada - Si nuestro deber sería proteger a las mujeres debiéramos haber ido al muelle. Pero claro, nuestro deber era matar al dragón... Por lo que nuestro deber tiene que cambiar a partir de ahora - Nanuk avanza hacia la reptiliana y viperina presencia del amo de la cueva, con el dedo indice en alto, amenazador - Nanuk irá a inventar los sucedáneos en el muelle. Para descubrir si es cierto que están vendando mujeres o si por el contrario es todo una vil patriótica. En caso de que todo sea una farándula volveré,  y tendremos una conservación en sirio. Si por el contracción es cierto lo que nos cuentas, trataré de poner fin al comercio de eslavas, y te agriaré tus consejos de corazón.

- No concuerda, no concuerda con lo que conocemos de Krystellion... Krystellion nunca tuvo muchos objetos mágicos. quizas asumimos demasiado rápido que era Krystellion, quizas sea otro dragón que haya ocupado su lugar sin que nos demos cuenta, o que haya estado fuera un tiempo y no nos hayamos enterado. Me gustaria darte una respuesta, pero no se a que nos enfrentamos. Por suerte, una cosa es segura, ni siquiera un dragón es capaz de leerse el Tomo de Aether en tan poco tiempo.

Las risas del dragón resuenan en toda la cueva al oir eso.

- Estas muy equivocadaosi crees que puedes amenazarme. Largaos de aqui, ahora, no tengo nada más que hablar con vosotros.

Asiente, aunque realmente no sabia tanto de Krystellion para debatirlo. El tomo, sin embargo, era otra cuestion. Cruza las manos sobre el vientre, pensativa.

-Cualquier criatura capaz de usar magia arcana se volveria sumamente peligrosa con tal libro en sus manos y ese sumum de conjuros, aunque una cosa distinta es que tengan la capacidad de lanzarlos. He sabido sin embargo que ademas tiene otro poder... uno que solo se devela al ser leido por completo. Parece que eso es lo que realmente le preocupa... ¿Acaso usted tiene idea de cual es, señor Aldo?

- Nadie lo sabe, pues muchos lo han leido durante decadas y no han pasado de la mitad. Nadie lo ha leido completo.

-Ciertamente el dragon dispone de una vida mucho mayor que la de un humano y podria lograrlo entonces, pero no hasta dentro de mucho tiempo....+el problema no parecia tan acuciante entonces, eso hacia un tanto extraña la preocupacion del mago... Fairiel eligio cambiar de tema.+ Debo decir que me parece mas inmediata entonces la recuperacion de la princesa. El dragón, en su veneno, alego que ella fue la que se puso en contacto con el y que esta bajo su proteccion... por eso mis compañeros accedieron a entrar a la cueva y hablar con ella... No me creo lo ultimo, pero habria alguna forma de que el dragon se comunicara con la princesa para someterla?

- A decir verdad, el rey nunca la ha vigilado de muy cerca, seguramente la contactó hace mucho tiempo de alguna forma y ha estado preparandolo todo durante mucho tiempo. Los dragones son astutos y pacientes, de eso no te quepa duda.

*Supongo que no todos los padres son iguales... +penso.

-Una lastima.+dijo simplemente+ Bien... entonces no hay forma de comprobar o desacreditar las afirmaciones del dragon. ¿Hay algo que podamos hacer Oswald y yo ahora? Con los otros de su lado, es inevitable que la amenaza empeore...

Os vais de la cueva del dragón y os dirigis al puerto, es una zona muy grande, no sabeis por donde empezar a buscar pero suponeis que alguien debe saber de que barcos salen y dejan de salir y que llevan oficialmente los barcos. Nadie se estaria llevando esclavas oficialmente, desde luego, pero seguramente habría alguien que supiera que llevan "extraoficialmente" esos barcos.

Un largo silencio incomodo llena la sala, Aldo y Vignaard se miran el uno al otro. Se rascan la barbilla y se ponen a pensar, parece que no saben muy bien que decirte.

- Es una puesta arriesgada pero... podría funcionar, los brazaletes...

- Ah claro, los Brazaletes de Magnus, hay rumores de que estan ocultos en las viejas ruinas al este de la ciudad, si vosotros dos me acompañais allí y los rumores resultan ser ciertos...

Los ojos se le estrecharon levemente, pensativa, mientras llevaba un dedo a sus labios tratando de recordar algo sobre lo que mencionaban aquellos hombres. Combatir la magia del dragon no era una cosa de poca monta. Si habia algo asi, ¿porque no lo habian mencionado antes?

-Por vuestras palabras deduzco que es algo importante, aunque nunca he oido hablar de el. Si deseais compartirlo, lo agradeceria...+dijo con suavidad. Estaba preocupada. ¿Un objeto magico tan poderoso como para insuflarles esperanzas y del que ella no hubiera oido hablar?

- Muy poco se sabe de él, por lo que se dice, podría amplificar los poderes de un mago a limites inimaginables pero no sabemos que hace exactamente.

-Un objeto notable...+otra vez la duda, como no era conocido?+ Debo suponer que su obtención, son algo que entrañan una gran dificultad o peligro, sino hubierais acudido a usarlos desde el comienzo ... Pero quisiera que me contarais por vosotros mismos lo que deberia saber de esos brazaletes, si sois tan amables.

En una cosa tenía razón el dragón: él no era ningún héroe. Si los héroes fueran dragones ¿quién mataría dragones? Ahora, que lo de "actuar de forma desinteresada no va conmigo" le había calado a Drokern. Tampoco iba con él, claro. Él tampoco era un héroe. Ni un dragón, tampoco era un dragón.

Cuando salieron de la cueva, suspiró de alivio. Se había mostrado tranquilo, muy tranquilo. Había estado tenso. Muy tenso. Pero estaba vivo. Maldita sea, estaba vivo. Había entrado en la cueva de un dragón, había hablado con un dragón, había exigido cosas a un dragón y seguía vivo. Maldita sea, que se chuparan esa todos los jodidos Drakenssons y su herencia de reptil. No había media docena de ellos que pudieran decir lo mismo.

— Espera... —pensó—, porque esto te plantea un dilema. Mejor, un problema. Un problema gordo. Eres un jodido bardo. Has venido aquí, si acaso tamaño disparate puede tener un porqué, a cantar las hazañas de unos estúpidos aspirantes a suicidas, o como ellos preferirían llamarlo, "héroes". Ahora, si la hazaña la has logrado tú... ¿Qué carajo piensas cantar? Cantar las hazañas de uno mismo no suele estar muy bien visto. No da dinero. No da comida. La gente se emboba y babea cuando cuentas las hazañas del difinto (mejor si es difundo) Sir Kalahan Philippe el Gordo, pero si cantas tus propias hazañas sólo obtendrás crítica y burla, te considerarán mezquino y soberbio...

Otra voz pareció replicarle mentalmente, aclarando sus dudas:

— Mmm ¿Drokern?.... ERES mezquino y soberbio. Un soberbio idiota

Parpadeó los ojos como si empezara a ver desde ese mismo instante, miró a sus compañeros como a unos desconocidos, se frotó los ojos y dijo, con voz gozosa:

— Bueno, ¡está todo solucionado! Estamos vi-vos. VI—VOS. Al próximo que se le ocurra proponer o llevar a cabo cualquier heroicidad prometo darle con el laúd en la cabeza, y os advierto de que no está tachonado por nada. Os diré qué vamos a hacer ahora. Ahora nos vamos a ir muy sosegados y con la cabeza bien alta al primer camino secundario qué encontremos y no vamos a volver a hablar ni a pensar en está maldita ciudad, ni en su rey, ni en su barón, ni en su mago, ni en su ogro, ni en su dragón, ni en el tesoro del dragón, ni en el libro de hechizos derl dragón, ni en la princesa del dragón, ni en cómo narices se las apañan esos dos físicamente hablando hasta que no hayamos recorrido cien leguas. ¿Me he explicado con claridad?

Se acercó al bárbaro. Sabía que su "amigo" no entendía las cosas aunque las explicaras con claridad. Le cogió del pecho y le zarandeó con fuerza:

— ¿CON CLA-RI-DAD? —le gritó con fuerza, aunque sabía que era tonto, no sordo.

Estaba claro que el dragón no se había tomado de buenas maneras las nobles palabras del bárbaro. Su falta del sentido del honor era obvia, pues de ser honorable su respuesta hubiese sido otra. Para nada sus palabras eran una amenaza, pero el mundo sureño era raro. No me cabe en la cabeza qué pudo entender por "conversación en serio"... ciertamente lo tomó como amenaza. Bien, que así sea pues - No hay muchos que se atrevan a amenazar a un dragón en su morada, y Nanuk es uno de ellos - Con una amplia sonrisa en la boca y el pecho henchido de orgullo Nanuk camina lentamente con grandes trancos hacía la salida de la cueva

Una vez fuera un pensamiento cruza por la lenta mente del bárbaro - Claro! Ahora lo entiendo, según las costumbres sureñas no debe ofenderse al anfitrión dentro de su casa. Y se ha tomado como ofensa lo que era tal - Volveré dentro a explicarle que mis costumbres difieren de las suyas. Eso haré..- Gira en redondo, y con paso decidido vuelve al interior de la cueva.

En ese preciso instante escucha el grito del enano. "VI-VOS". Lo que sorprende al bárbaro y le hace girarse. Tras escuchar pacientemente (señal de adaptación a las costumbres sureñas) el enano grita al bárbaro, lo que provoca una violenta reacción - COMPRENDO LA DEBILICENCIA PROPIA DE TU RAZA, ENANO - grita Nanuk para continuar lo que evidentemente es costumbre en aquellas tierras, alzar la voz para llevar razón - PERO VOY A EXPLOTARTE AHORA MISMO LO QUE HAREMOS - Para dar más énfasis a lo que sin duda es un acto social Nanuk aporta algo de su propia cosecha, de sus propias costumbres... Agarra al enano por la barba mientras continúa gritando - Nadie dirá que Nanuk es un irrespetuoso - YO IRÉ A MANTENER UNA CONVENIENCIA CON EL VARÓN (pues presuntamente es hombre) PARA DISCRECCIONAR QUÉ OCURRE AQUÍ (no lugar físico, véase problema actual) Y TÚ CAMINARÁS TRAS DE MÍ PARA CANTAR MIS ANZANDAS DE LA MANERA APROVECHADA - Satisfecho Nanuk procede a realizar otra de sus costumbres bárbaras para cerrar irremisiblemente un pacto. Un cabezazo, frente contra frente. Por lo que se arrodilla, y con una torsión de espalda descarga un portentoso golpe frontal... que deja mucho que desear según las costumbres bárbaras. Al fin y al cabo Nanuk no fue aceptado entre los suyos por este tipo de cosas... Pero este no era el objetivo, sino simplemente sellar un pacto que desde este momento quedaba sellado.

El enano, tranquilo, responde como mandan las costumbres más antiguas. Como todo enano sabe, aunque reniegue de serlo, a un cabezazo se responde con otro cabezazo, tanto si la causa lo merece como si no. Así se sellan muchos de los pactos de los enanos, pero es un complicado juego social en el que el cabezazo puede significar desafío, acuerdo, desacuerdo o tal vez las tres cosas a la vez. Drokern nunca entendió con profundidad la complejidad social de este acto, pero bien aprendió cómo se responde a un cabezazo. Una extrapolación adecuada son los fieles que van a misas impartidas en idiomas perdidos: a las palabras del sacerdote, responden mecánicamente otras sin entender ni qué dicen ellos ni qué dice el hombre santo. De igual modo, Drokern respondió al cabezazo, aunque a saber qué demonios significaba en las costumbres barbáricas.

— Ah, no, no, no, no —dijo tras esto—, no voy a ir tras de ti para "discreccionar" nada, más me parece a mí que me voy a ir con viento fresco para agrado, deleite y salvación de mi persona... Y tú vas a venirte conmigo porque si no le vas a decir alguna tontería al barón o al rey y voy a tener su guardia pegada a mis talones. Todos sabemos que tienes el corazón grande pero la boca más —Y el cerebro pequeño— pensó el enano—.

Es evidente que entre las costumbres enanas persiste la contraargumentación como mecanismo de intercambio de información. Por lo que Nanuk entendió enseguida que dicho cabezazo zanjaba la discusión en favor del enano. Tiempo ha que en las tribus nómadas del norte no se practicaba ya la contraargumentación, y que en respuesta a un cabezazo el rival quedaba conmocionado, aceptando de forma pasiva la argumentación previa. Claro que, el cabezazo de Nanuk había sido lamentable. Por este motivo el bárbaro asumió su derrota, y tal como mandan los rituales se levantó, aspiró aire por la nariz sonoramente y escupió la cara del enano con una bien conseguida flema - Nanuk te honra señor enano. Tu razonamiento es correoso, ejemplo de tu sabiduría. Motivo por el cual te libero de los votos para con el rey, quedando libertino de tu trabajo. Yo por mi parte, me veo obstruido a seguir adelante y visitar al varón (que como se ha citado anteriormente pertenece al sexo masculino) Tienes mi gratuidad enano, así pues ve en paz - Dicho esto el bárbaro se gira y comienza a caminar hacia los muelles - Este enano sería un buen miembro de mi raza, sin duda. Muy confundido estaba, pues pensé que su único objetivo era salvar su vida sin importarle el honor y el obrar por desinterés... Eres demasiado malpensado Nanuk, tienes que ser algo más cándido... algo más cándido.