Partida Rol por web

Empezais a avanzar a cierta distancia de el "rebaño" y sus "pastores".

No os es problema manteneros a distancia, porque entre el "Sensor" de Fram y el ruido que hace, no es fácil, pero tampoco se hace complicado. Lo que no sois capaces es de manteneros a ella, y cada vez estáis más cerca. En ocasiones, entre los árboles se distingue una gran roca que se alza hacia el cielo.

Lo más gracioso es que tras un rato os da la sensación de que siguen un camino o una pista. No está clara, pero, es como si se usase de cuando en cuando. La vegetación pronto cubre "los daños" del paso de ellos, pero, aún así, algo se nota.

Os faltarán varios días de camino para llegar a ella. (Al menos uno o dos), pero, esa montaña se alza tenebrosa, pelada y como si fuera una roca que ha "nacido" del terreno y ha ido creciendo en el lugar de donde fue parida. También alguien se da cuenta que a pesar de ser de día, los orcos no sufren problemas. O son orcos adaptados, .... o es que la oscuridad del bosque les es suficiente como para no tener problemas.

Fram miraba aquella roca y temía. ¿Qué tipo de lugar era ese?

Debemos descubrir qué se está cociendo ahí. ¿Alguien podría adivinar por el rastro si hay más senderos como este? Quizá podamos enterarnos de más cosas, pero sin acercarnos tanto.

- Podría ser la guarida... - medio habló, medio susurró Raban.

A veces se acercaban demasiado a la caravana y eso era muy peligroso.

- Hemos de intentar confirmar que ése es su destino. Nos arriesgamos mucho siguiéndolos y en cualquier momento podemos encontrar centinelas que estén guardando su refugio y no embosquen. Creo que lo prudente es seguir por nuestra cuenta, observar los alrededores y actuar en función de lo que nos encontremos.

Encontrar la guarida de estos seres sería todo un logro, pero tres personas era a todas luces insuficientes para un asalto. De asegurar la información lo lógico sería regresar al refugio de Radagast o al territorio de los elfos e informar.

- Si en verdad es su guarida, necesitaremos refuerzos. Si es un campamento aún podríamos hacer algo, aunque esos orcos no son normales, hay algo raro en ellos cuando pueden andar tran traquilos bajo la luz del sol.

Busquemos entonces sin acercarnos. Ha de haber rastros alrededor que indiquen cosas. Como yo no tengo ni idea de moverme por los bosques, me dedicaré a vigilar usando mi espada mágica, y mis ojos.

Había caminado e inspeccionado cientos de bosques, pero ninguno era como el que nos encontrábamos. Sería una imprudencia que guiara a mis compañeros sin saber si los conducía por buen camino.

- Creo que tu "antorcha" es nuestra mejor opción, tanto para saber por donde hay que ir como para mantener la distancia con los orcos.

16 de marzo 1812 T.E. XX:XX.  (Perdida la noción del tiempo) -3ºC. Oscuro. (Ya amaneció, pero las copas evitan la llegada de verdadera luz al interior del bosque. Eterna penumbra). Despejado y sin viento. A "medio camino" entre Rosgobel (Bosquecillo) y la Montaña Pelada (Dol Guldur). Gran Bosque Verde (Bosque Negro).

Igual ya era cerca del medio día cuando os disteis cuenta, pero, había como una "cortina" de árboles, y estos, es como que apartaron sus ramas y dejaron pasar al rebaño con sus pastores. Era un tanto extraño. Muy extraño, porque eso de haberse movido un árbol os parece raro. Los que más conocimiento tenían, miraron a las raíces, y aunque a esta distancia fuera complicado verlo, estaban bien clavadas en el terreno, fango y oscuridad que las tapaba. Pero los árboles habían movido sus ramas, seguro. Entre otras cosas, porque ahora, que ya había "atravesado la cortina", estas ramas, unas más frondosas, otras menos,... habían tapado por done habían cruzado con cierta eficacia el "camino" y ya casi ni se les veía.

Hay algo nuevo que detecta la espada. El color es como marrón. Me parece que esos árboles son centinelas. Solamente eso ya me parece una indicación muy clara. Rodeemos esta empalizada de árboles extraños en busca de nuevos signos y rastros, pero no crucemos la barrera que representan, digo yo.

Esos árboles parecían vivos y quizas fueran "parientes" del que estuvo cuidando de él, pero sin más información era muy arriesgado continuar.

- Ojo con los árboles, no son lo que parecen. - Echaba de manos a su amigo el elfo, quizás él supiera qué hacer. De todas formas, si estos árboles eran amistosos o cubrían a esos orcos o lo que fueran, no podían ser considerados amigos.

- Es muy arriesgado continuar, creo que deberíamos volver e informar de ésto. ¿No nos dieron nada con lo que pudieramos contactar con el Mago Pardo? ¿O su gente, sus animales? ¿O con la maga esa, Artli?

- Ahora me acuerdo de las palabras de la maga "Hacen como una cortina al rededor de esa Montaña Maldita, y nadie ha conseguido superar su barrera....y si lo ha hecho alguien, no ha regresado para contarlo."

- Regresemos por donde hemos venido e informemos, no podemos hacer más.

Si, creo que tienes razón. Es mejor volver con poca información que no volver.

Haciendo caso una vez más a mis compañeros, la caza de los orcos debe esperar. No veía el momento de dar su merecido a aquellas criaturas. Pero quizá entráramos en un lugar del que no pudiéramos salir.

El regreso se hizo pesado. Todos los compañeros estaban satisfechos por haber conseguido un tanto de información, pero, cada uno, en su fuera interior, estaba decepcionado consigo mismo, ya que, la información obtenida no era mayor que la que les habían dado. Habían confirmado cosas, pero, nada más.

16 de marzo 1812 T.E. 22:00. -3ºC. Oscuro. (Eterna penumbra). Despejado y sin viento. A "medio camino" (Sin determinar con precisión) entre Rosgobel (Bosquecillo) y la Montaña Pelada (Dol Guldur). Gran Bosque Verde (Bosque Negro).

En un amplio claro, donde dominaba una gran losa de piedra (de unos 12 metros de diámetro, pero no era redonda... sino más bien ovalada. Tal vez en su pante más ancha fueran 15 metros) podían ver el cielo. Se notaba que estaba oscureciendo, y más o menos se pudieron hacer a la idea de la hora que sería. Se dispusieron a comer, pero, algo les llamó la atención. Había como unas pequeñas tumbas en el otro extremo. Más o menos 10, pero estaban tapadas por una lona o vieja piel. Se dieron cuenta ya sentados y comiendo, porque alguien levantó la cabeza, y los "montículos" sobresalían sobre la Gran Losa. (Tendría como dos escalones de un palmo cada una (lo que se meta bajo tierra nadie lo sabe).