Partida Rol por web

Entrecerré los ojos observando a Pyotr, tratando de analizarlo y ver si me estaba contando aquella historia lacrimógena de sus padres para ablandarme. Si había alguna intención oculta detrás de ello era incapaz de decirlo. Quizás había topado con una persona sincera. Las leyendas cuentan que aún quedan algunas de ellas.

- En ese caso tus acciones te honran Pyotr y si queréis mi ayuda para encontrarlos, os la ofrezco una vez regresemos a Santa Lucrecia. – dijo con seriedad y solemnidad – Aunque el qué hacen vuestros padres en este confín del mundo perdidos en la selva es otra historia que seguro merece ser escuchada con una jarra de vino cuando regresemos.

Los milagros de Theus no son desconocidos y tal vez, Theus haya tenido a ha bien de salvar el pellejo del Buen Piotr para que tuviera a bien llevarnos el mensaje de donde se encuentra el navío de nuestro ladrón. Y además ante tan honrosa misión como buscar a sus padres cualquier deidad digna de tal nombre ayudaría.

Ahora en marcha y resolvamos cuanto antes el negocio que tenemos entre manos, crucemos la selva con el mayor sigilo posible y tomemos por sorpresa nuestro objetivo.

 Luego Tehus dirá aunque es de agradecer que uno cumpla con su palabra.    

En el bote habían ya un par de cuerdas y ganchos para escalar, así que seguisteis bordeando la costa en la dirección que indicaba Pyotr.
Su discusión con Lola centró la mayor parte de la atención, y Oleg decidió decir la suya mientras remaba.
En Ussura todos aprender a sobrevivir en naturaleza. Yo cuando tenía cinco años, mi padre dejar en las montañas y sobrevivir cazando liebres y durmiendo con pieles de jabalí a que maté.
Si no puedes sobrevivir en naturaleza extrema, no eres Ussuro. dijo, todo orgulloso.

En esas que habíais avanzado ya un buen tramo de costa, llegando a una zona sin playas y con altos acantilados. Pyotr la recordaba de la otra vez.
El sol se comenzaba a poner, cuando detrás de una de esas altas paredes naturales, y en una especie de golfo natural, había efectivamente un barco.
El barco que todos recordabais de la otra vez en alta mar.

Estaba anclado y aún estabais demasiado lejos como para observar movimientos en cubierta. Oleg y Wilfred dejaron los remos y se quedaron expectantes a vuestra decisión.

En marcha pues primero debemos escalar el acantilado saliente y después bordear hasta llegar a la zona de botes ¿no?

¿Que ves con el catalejo Lola? ¿Puedes ver cuantos componen la guardia?

¿Wilfred recuerdas aproximadamente cuántos erais en la tripulación?*

-¿Per que no abordare il barco ahora?- El Vodaccio comenzó ha hablar después de un rato callado, algo raro en él. -Non están en il barco, e solo tre guardia vigilan. E mejore asegurarse di que non este il artefacto en il barco.-

Agradecí las palabras de Lola y comenté un discreto -Ya...- cuando habló del motivo que había llevado a mis padres a recorrer medio mundo.

Escuché las palabras de José. Estaba claro que era más religioso de Lola, así que podía ser más peligroso. Aun así le agradecí las palabras de confianza y conteste -Si. Veremos lo que nos depara el futuro.-

Tras esto habló Oleg y sonreí -Así es Ussura. Aunque yo la prefiero a otros lugares que he visitado.-

Llegamos al barco y parecía que lo habían reconocido. No estaba seguro de si tenían claro lo que hacer ahora... La verdad es que mientras siguiéramos en el bote tendríamos que ir todos juntos, pero parecía que José quería acercarse al acantilado para ir por tierra y el vodacco hablaba como si entendiese lo que decía. -Falta poco para que se haga de noche. Nuestra idea es acercarnos cuando eso suceda ¿no?-

- ¿No estabas tan seguro de que habrían bajado el orbe a tierra? – le preguntó al vodaccio clavando su daga verbal entre las costillas.

- Normalmente estaría de acuerdo con vos José, pero el sol se está poniendo y bajar por el acantilado con luces revelaría nuestra posición en seguida y hacerlo al amparo de la noche probablemente sea tentar a pisar mal una piedra y rompernos la crisma… - comenzó diciendo parándose a mitad – por otro lado, si lo conseguimos será prácticamente imposible que los vigilantes nos vean bajar y si al final decidimos asaltar el barco podríamos aprovechar los botes que tienen anclados en el acantilado y aunque nos vieran acercarnos al barco en la oscuridad no podrían diferenciarnos de sus compinches hasta que estuviéramos en el mismo barco…- siguió diciendo con tono meditabundo.

- ¿Qué decís? – preguntó dirigiéndose a José y Pyotr - ¿Nos arriesgamos bajando por el acantilado o intentamos acercarnos al barco en el bote al amparo de la noche? Mi voto es para bajar por el acantilado.

- José, ¿qué sabe el avalonés de este sitio? ¿Sabe que hacen ahí esos botes en el acantilado?

-E quien quere il orbe si il orbe vene a vos. Robare el barco, non tenen salita da isla, e negocciamos. Orbe per barco. - Luca lució una de sus sonrisas mientras levantaba las cejas. - ​​​​​​Faccile. 

-Eso no lo puedes saber. Pueden tener otra via de escape y esto no es una isla, es una bahia del continente de Atzlan. Pyotr y yo discutiamos hace un momento su deseo de regresar a Santa Catalina por sus medios a través de la selva, así que aún tendrían esa salida como mínimo.
- Tambien podrian estar esperando refuerzos de sus compinches o comprandores con otros barcos y no sabemos si pueden tener cañones escondidos en tierra para defenderse, lo que nos pondría en fuego cruzado - volvió a clavar su daga verbal en otra costilla de Luca, retornando su atención a los demás, a quienes se había dirigido anteriormente.
- Aunque robarles el barco al marcharnos con el orbe me pareceria interesante. - concedió finalmente con un leve gesto de indiferencia.

La discusión estaba en si intentábamos asaltar el barco o ir donde estaban los botes. En un principio mi idea era ir por el acantilado. Ya me había mojado suficiente. Pero parecía (ya que no tenía claro lo que había dicho) que el vodacco había propuesto apoderarnos del barco. La idea me pareció curiosa. La verdad es que tenía que seguir una pista tierra adentro y eso era incompatible con ir en barco. Pero formar parte de la tripulación de un barco que no estuviera atado a nadie me parecía una idea muy buena.

Miré a uno y a otro de los que iban hablando en el bote y al final me pronuncié -A mi me gusta la idea de quedarnos con el barco. Aunque no se si será posible...-

Wilfred miró a José y le respondió en su avalonés con fuerte acento de las Highlands.
Eramos algo más de unos cuarenta hombres. Creo que al menos una docena cayeron en el asalto al Santa Catalina, y dudo que hayan podido reponerlos. Así que debe quedar algún número entre 20 y 30 hombres. explicó.

Zelinda escuchó las propuestas de unos y otros, y miró a Luca enarcando una ceja.
¡Maldito bribón! le gritó con mal humor. ¡Es una buena idea! Si nos quedamos su barco, podemos canjearlo por el Orbe, o quizás le interese a Rodríguez. O venderlo, quien sabe.
No me gustan los barcos, odio el mar, y odio la idea de tener que hacer de marinero. dijo con su tono tajante.

Oleg bostezó y se hizo crujir el cuello.
Miró el barco a lo lejos y se rascó la cabeza.
Pero a ver, complicando las cosas mucho. Solución fácil. Esperar a oscuro, nadar hasta barco, subir, matar a vigías y ya está. dijo, encogiéndose de hombros.