Partida Rol por web

-¡Esperad!- dije al ver que Lola se desnudaba para meterse en el agua. -No creo que sea buena idea que os metáis en el agua. Es un lago... extraño.- dije. Ese lago me daba mala espina y, si tenían que llevar al centro el artefacto para “maldecirlo”, seguro que en el centro era peor.

Si Earl estuviera aquí podría pedirle que oliera el agua. Normalmente los lagos están llenos de vida, y no habíamos visto ningún animal por aquí. Así que me acerqué a la orilla del lago y, cogiendo un poco de agua con la mano, bebí. No me hacía mucha gracia, pero si Lola se metía y combatía era muy fácil que tragase agua, pensaba que era mejor comprobarlo en tierra que en un combate.

El cambio de luz podía querer decir que ya habían acabado el ritual, o que lo estaban empezando... aunque con la ventaja que nos llevaban apostaba por lo primero.

Se hizo un silencio algo incómodo tras tus palabras y fue Zelinda quien lo rompió.
Bueno... primero esperemos a conseguir el Orbe... luego veremos qué hacer. Aunque creo que los aquí presentes estamos de acuerdo en que no tendría porqué quedárselo Lola si con ello sólo sale beneficiada ella... dijo, y hubo un silencio cómplice del resto.

Sea como fuera, ya hacía un rato que se habían marchado y seguían sin regresar a vuestra posición.

Lola decidió ir hacia el peligro que intuía que representaba aquella luz de rojo intenso.
No te dejare ir sola. dijo José, quien también se preparó para entrar en las frías aguas del lago.

Pyotr decidió no seguir el ejemplo y fue de vuelta con el resto de compañeros.

Te lanzaste al agua junto con José.
Como habías imaginado, las aguas del lago estaban frías y la mayoría de doncellas del mundo no habrían aguantado.
Pero tú tenías la madera de los héroes, de las heroínas en tu caso.
Y unas frías aguas no te iban a frenar.

Nadaste con tu compatriota unos metros por detrás, armado con su estoque, sus cuchillos y una pistola en la boca.
A medida que os aproximabais a la luz, el frío era curiosamente menos intenso, y en cierto momento pasó a calor. El cual era agradable al principio, pero ardiente a la que ya veíais la luz bastante cercana.

Desde la distancia a la que estabais, pudisteis ver cómo encima de un par de botes había varios individuos.
Ninguno os sonaba a excepción de cierto inismorés al que habíais dejado malherido en alta mar. Él iba en un bote con diez tipos más cuyo aspecto era claramente el de piratas.

En el otro bote había media docena más de tipos armados con sables y pistolas, así como un par de hombres llamativos.
Uno de ellos portaba una máscara entre elegante y siniestra, como las que se llevaban en los carnavales de Vodacce. A juzgar por su silueta, probablemente fuera una mujer.

El otro tipo con aspecto llamativo era un apuesto hombre vestido elegantemente con cuero negro, con la casaca típica de los corsarios y portaba un florete con una guarda de plata.

Y la última persona estaba, literalmente, de pie sobre las aguas del lago y lanzaba una serie de oraciones en algún idioma desconocido.

Visteis que había algo dentro de las aguas del lago de forma esférica y que era lo que emitía esa luz roja intenso.
Por ahora, posiblemente no os hubieran visto por la distancia y la oscuridad, pero acercarse más sería claramente arriesgado.

Cuando caminabas de vuelta al lugar donde estaban tus compañeros, algo te hizo detenerte.
Te sentiste observado por alguien y te giraste para comprobar que se trataba de un lobo.

El animal se te quedó observando sin parecer tener intenciones hostiles, y te olisqueó a distancia.
Finalmente se dio media vuelta para marcharse.

Iba a volver con el resto cuando vi al lobo ¿Un lobo? ¿En este continente? Bueno, en realidad no tenía motivos para no estar, pero me llamó la atención, me esperaba una fauna más parecida a Earl.

Al ver que no era hostil y que se daba la vuelta para marcharse le dije -Espera.- Esperaba que me entendiera, había hablado con lobos antes. De hecho tenía la piel de uno. Pero también había hablado con humanos y al vodacco no le entendía...

- La de la máscara debe ser la que se puede mover de un sitio a otro, la que se coló en el barco y se llevó el orbe. Tenemos que acabar con ella y con el brujo lo antes posible, pero en el agua estamos en clara desventaja. – le indicó a José – y en cuanto nos acerquemos perderemos la ventaja de la sorpresa…

El lobo iba a girarse para marcharse pero cuando le pediste que esperara, se detuvo y te miró fijamente.
Sus ojos, ahora que los veías bien, te resultaban extrañamente familiares. Su tono azul hielo no encajaba con el tono de los de un lobo.

Sin decir nada, volvió a girarse y se marchó, pero se giró de vez en cuando para asegurarse de que le seguías.
Te llevó a través de los árboles calcinados, alejándote del lago, hasta llegar a un lugar donde la vegetación, en medio del bosque calcinado, crecía.
Una pequeña arboleda de unos diez o veinte metros, con árboles sanos y repleto de follaje así como hierba en el suelo.

El lobo se detuvo frente a uno de esos árboles, y te miró fijamente de nuevo.
¿Porqué has venido? te preguntó... en ussuro. El lobo hablaba tu idioma.

José asintió, pero parecía complicado poderse enfrentar a ellos desde el agua y en clara desventaja numérica.
No creo que podamos hacer gran cosa... quizás tratar de hacer volcar los botes... o dispararle al que está haciendo el rito, supongo que no nos conviene que lo termine... aunque desde el agua será casi imposible... respondió tu compatriota.

El brujo alzó los brazos y siguió entonando unos cánticos en su idioma, y te pareció que el Orbe comenzaba a perder su brillo y a oxidarse como si en lugar de oro fuera de hierro y hubieran pasado décadas.

Seguí al extraño lobo hasta la fértil arboleda en medio de tanta naturaleza muerta. Contrastaba con el resto. Al hablarme en ussuro pensé que puede que Matushka tuviera algo que ver...

-Estoy buscando a Dasha y a Ruslan. Son mis padres y creo que pueden necesitar ayuda.- Había algo familiar en ese lobo. No estaba seguro, pero pensé que decirle la verdad era lo correcto. Tras esto pensé un poco y añadí. -También hemos venido siguiendo unos piratas. Según tengo entendido han robado un objeto sagrado y quieren usarlo para alimentar el poder de un dios de la muerte que controla estas tribus.- No estaba seguro de si mis conclusiones eran correctas, pero valía la pena decir lo que pensaba.

- Creo que nuestra mejor opción es hacer volcar los botes y en la confusión coger el orbe y marcharnos lo más rápido posible. Mientras que estén en los botes tienen las de ganar y nosotros estamos en clara inferioridad. – le contestó a José. A aquello no se le podía ni siquiera llamar plan, pero era lo mejor que tenían dadas las circunstancias. Si todavía estuvieran en tierra firme podrían plantarles cara y gritar para llamar la atención de sus amigos, o usar las pistolas para que les oyeran, pero en aquella situación…

- Dispara al brujo si puedes antes de volcar el bote. Creo que puede ser el más peligroso de todos. Dicen que los brujos de aquí pueden levantar a los muertos, pero no quiero averiguar si es verdad o solo supercherías.

El lobo te miró fijamente. Las facciones de uno de estos animales no estaban hechas para sonreír, pero casi te dio la sensación que lo hacía.
Hacía mucho tiempo que no escuchaba ese nombre... dijo de forma enigmática.

¿Has recorrido medio mundo para encontrarnos? un momento, ¿había dicho “encontrarnos”?

Has crecido sano y fuerte, Pyotr. Me alegro de verte.
Seguro que tienes muchas preguntas, pero como dices, esa reliquia debería ser ahora nuestra prioridad.
Pueden causar mucho mal con ella... afirmó.

Hemos de detenerlos cuando regresen. añadió, esperando tu reacción.

José asintió a tu propuesta.
Bien, prepárate para bucear debajo de su bote. Yo dispararé primero e iré a ayudarte. dijo, sacando la mano del agua para sostener la pistola y la mecha.

Había que actuar deprisa y hacerlo bien, o acabaríais muertos en medio de las aguas.

Lola asintió a José y se preparó para la zambullida deseando con todas sus ganas no morir en aquella mierda de lago en aquella maldita tierra extraña.

¡Encontrarnos! ¿Puede que mi búsqueda hubiera acabado? Me sacó de mis pensamientos con el tema de la reliquia. -Muy bien, vayamos.- le dije sin más y le seguí para recibir/emboscar a los piratas.

Tenía demasiadas preguntas. Preguntas personales, preguntas sobre el otro... pero estaba claro que no era el momento de ponerse a preguntar. Pero no pude evitar preguntar por la charca y el orbe. -¿Qué pasa en esta charca y por qué importa tanto el orbe? Hay tantas cosas que no entiendo...-

José procedió a disparar, algo que flotando en el agua era altamente complejo. Aún así, su objetivo seguía inmerso en el ritual y por lo tanto estaba desprevenido.
El ruido de la detonación de la pólvora resonó sobre los cánticos de la sacerdotisa, antes de que la bala se alojara en su pecho.
Aunque no dio muestras de dolor, el impacto le hizo perder la concentración y le hizo sangrar.

Aquello espoleó al resto, que buscaron la fuente del disparo. Buceasteis para evitar ser vistos, pero alguna bala cruzó el agua bastante cerca de vuestra posición.
Llegasteis debajo de uno de los botes y era el momento de hacerlo volcar.
Aunque no sería sencillo ahora que estaba al tanto de vuestra presencia.

Buceé poniéndome en posición con José. Una cosa era pensar en volcar un bote y otra hacerla, más cuando no eres alguien fuerte como yo. Noté como el bote estaba a punto de volcar pero no lo lograba del todo… hice un último esfuerzo poniendo toda mi voluntad en ello y… ¡el bote volcó!

Era el momento de bucear lo más rápido posible para coger el orbe y salir de allí.

El lobo contestó sin mirarte.
Según las creencias de los Kuraq, es el sitio donde nació su Dios, Urkulkak. Según yo creo, es un sitio con residuos mágicos por alguna razón y estos pueden neutralizar cualquier objeto.
Creo que pretenden neutralizar las defensas del Orbe para luego extraer su poder.
No conozco las propiedades exactas del Orbe, pero es una reliquia de la Iglesia y que posiblemente posea propiedades mágicas.
Lo que está claro es que los Kuraq no pretenden hacer nada bueno con él, y hay que impedirlo. afirmó el lupino.

Poco después llegabais a la orilla del lago donde Luca y el resto esperaban al regreso de Lola y José. Aún no habían regresado.