Partida Rol por web

Es una noche tranquila de verano, el frescor de la noche permite un alivio al calor sofocante de la mañana y tarde.  Pronto sera la hora de la reunión y el lugar ya ha sido preparado, escondido en un rinconcillo de un bosquecillo ayende del pueblo, solamente los componentes del club saben donde ir  por unas señas que dan su localización y que solo conoceis vosotros,  vais llegando poco a poco. El primero es Frankie un chico nervioso que nunca parece estarse quieto, ahora esta dando vueltas alrededor de la hoguera todavía sin encender colocando y limpiando esperando vuestra llegada, al veros llegar os saluda con la mano:- ¡Buenas chicos! La de hoy va a ser buena, aunque creo que os va a dar malos recuerdos, ahora que estamos en verano jejeje, sentaos pronto que voy a encender la hoguera.-

Tropezando entre la penumbra apareció Lucía, con las gafas mal colocadas sobre la pecosa naricilla. Se las intentó colocar pese a que éstas desde luego eran demasiado grandes para su cara y sonrió con calidez mirando a su alrededor.

-¿Tardaremos mucho en empezar?-se sentó junto a la hoguera apagada y rodeó las flacuchas piernas con unos brazos a consonancia con el resto de su físico, llevándose las rodillas hasta el pecho y apoyando la barbilla entre éstas, haciendo que los mofletes al alzarse levemente elevaran los grandes cristales de las gafas.- ten cuidado al encenderla, Franky-dijo con voz aguda refiriéndose a la hoguera.

Al poco rato aparece por allí David, el cual saluda a sus dos amigos.

Disculpad el retraso- dice- pero me perdí. Creo que me confundí de camino y tuve que volver para atrás- dice, sonriendo. Conocíais la mente olvidadiza del muchacho, por lo que no era de extrañar que se hubiera confundido de camino- pero por lo que veo no soy el último.

Esteban llegó en su flamante bicicleta, que cuidaba como un tesoro.

-Lo sé, lo sé, llego tarde...-refunfuñó entre dientes-,pero puedo compensarlo. 

El chico sacó una bolsa de chucherías que acercó al resto de sus compañeros para que cogiesen. 

-Odio escuchar historias con el estómago vacío.

Estás perdonado- dice David mientras coge uno de los caramelos de la bolsa- al menos, por mi parte. Creo que estamos ya todos. Podemos empezar. Creo que la historia la empieza Franky.

Franky en tanto que vais saludando y demás, prepara los troncos con los que encenderá la hoguera, les ha echado un poco acelerante para que no tengáis que esperar durante minutos a que prenda, finalmente cuando ya cree que esta todo preparado enciende la hoguera, las chispas se elevan en el cielo veraniego. Sus ojos brillan al son de las ascuas, antes de volver a centrarse y sentarse en el asiento, aunque hace un gesto para coger unas cuantas golosinas, que una cosa es que tenga ganas de contar la historia y otra muy distinta que no acepte comer unos cuantos dulces:- Tranquilos, que hay tiempo de sobra. El relato que voy a contar habla sobre las cosas que los lazos que unen a alguien con un lugar...- Cogiendo un puñado de polvo que lanza a la hoguera avivándola dice la formula que se hace antes de cada cuento:- Para el Club de la Hora Bruja,  doy comienzo a esta sesión con el relato llamado "Clases a Medianoche".- Tras un momento de silencio empieza a narrar.

Recordáis el colegio de Nuestra señora, si ese viejo, donde dicen que se suicido ese niño hace unos años. Pues veréis, mi primo me contó algo que le han contado uno de sus amigos, uno de los niños que iba a ese colegio, se había llevado la cámara de fotos de su padre para un trabajo, pero la profesora se la había requisado cuando empezó a juguetear con ella y se le había olvidado pedírsela al terminar la clase. Lo peor del asunto es que no le había pedido permiso a su padre... Ahora se encontraba con otros dos amigos afuera del colegio que se levanta como una gran lapido en medio del patio rodeado de la reja que dificultad la escalada, aunque sería imposible entrar al interior del edificio si no fuera porque hay una puerta que han dejado medio abierta por unas obras, y que han localizado en medio del recreo...

Lucas suspiró ruidosamente mientras sacaba la linterna de su mochila. Todavía no podía creer cómo había llegado hasta esta situación. Nunca tocaba las cosas de papá sin permiso, y para una vez que decidió romper las reglas la mala suerte quiso que quedara al descubierto. Sin embargo, todavía tenía una posibilidad de arreglarlo, una posibilidad que se abría paso en la oscuridad de los pasillos de la escuela.

-Bueno, vamos allá-dijo, casi animándose más a sí mismo que a sus amigos-. Será rápido, sólo llegar hasta la clase, coger la máquina de fotos de la mesa de la profesora y salir.

Seguidamente encendió la linterna y apuntó hasta una de las puertas de salida de emergencia que se dejaron abierta los operarios de la obra.

María se escurrió tras Lucas dándose contra él.

-¡ah! Perdona Lucas...-se oyó atropeyadamente la disculpa de la niña que en la penumbra sólo era una sombra más.-yo... yo no tengo linterna- dijo la María con vergüenza.

Yo sigo diciendo que esto no es una buena idea- se quejó David. A decir verdad, aún no entendía el porque se unió a esta extraña expedición. Pero ahora no quería dar marcha atrás. La idea de que pudieran llamarle gallina no entraba en sus opciones. 

Tranquila María- dice el muchacho sacando dos linternas- pensé que se me olvidó meter la linterna al salir de casa y cogí otra. No recordé que ya la había metido en la mochila, jejeje. Yo y mi cabeza.

Os encontráis enfrente de la verja que rodea el patio, si queréis pasar al interior tenéis que superarla o encontrar un modo más sencillo de pasar adentro, pero por lo menos en la puerta que da a la calle que es donde os habéis reunido para esta particular misión, no parece haber ningún agujero que os permita introduciros en el recinto en las cercanías de esta puerta, pero como sabéis de haber jugado todos los recreos, el patio es grande y podría ser que hubiese alguna estaca suelta. El viento silba fuerte, lo que os permite hablar sin que ninguno de los vecinos os escuche y que no haya moros en la costa para daros una reprimienda o que llamen a la policía, aunque a pesar de todo la situación es muy excitante, una auténtica aventura.

Antes de saltar, demos una vuelta- dice David- quizás encontremos un sitio mejor para entrar- y para salir, mas eso no lo dijo.

Lucas asintió.

-Sí, prefiero la escalada sólo cuando no tengo más remedio-sentenció, y seguidamente se puso a caminar en paralelo a la verja tratando de encontrar un hueco.

María había llegado al otro lado y miró hacia el otro lado.

Se sentía repentinamente sola y veía en cada sombra un monstruo, sin duda a causa de su excesiva imaginación.

-Venid pronto-suplicó con voz temblorosa.

Visto que David no encontraba ninguna otra alternativa, no le quedó mas remedio que encaramarse a la valla y saltar. Afortunadamente para el muchacho, la cosa no se le dio mal del todo y logro cumplir su objetivo.

Bueno, no ha sido tan difícil- dijo

Cuando Lucas se resignó en que no había ningún hueco por el que atravesar la verja, María ya estaba en el otro lado y David hacía lo propio. Pudo escuchar cómo la joven les apremiaba algo intranquila.

Quizás no sea tan complicado... -pensó Lucas, viendo la facilidad con la que habían cruzado sus amigos.

Se encaramó con cuidado y justo cuando giró para bajar por el contrario perdió por un momento el equilibrio. Por suerte, consiguió agarrarse y bajar sin hacerse daño.

-Ya casi estamos dentro-concluyó triunfante.

Al final decidís por lo más rápido aunque podríais haber acabado con los morros en el suelo, pero ahora estáis todos dentro y nadie parece haberse percatado de vuestra entrada en el centro, estáis al lado del edificio pero dentro del recinto, ahora solo tenéis que buscar algún agujero para entrar, sobretodo sabiendo que hay obras en la parte derecha del edificio, seguro que por allí habrá alguna cosa para poder entrar.

Vayamos a donde las obras- dice David- por allí seguro que hay algún sitio por donde poder entrar- no tenían muchas mas opciones, y David quería acabar cuanto antes lo que estaban haciendo allí.

Sin mediar palabra, Lucas siguió los pasos de David enfocando siempre por delante con la esperanza de iluminar alguna posible entrada al recinto.

Os dirigís sin más preámbulos hacia las obras que están en la zona derecha del colegio, una vallas enclavadas por unos bloques de cemento impiden el paso, por supuesto un hombre adulto puede quitarla y abrir un paso, eso si después solo un niño podría entrar en el edificio entre tantas herramientas y bloque, sino fuese porque hay un agujero en la parte más al sur, suficiente para que podáis entrar aunque quizás Lucas lo pase algo mal... Por un momento os parece ver una de las ventanas iluminada, pero solo por un segundo, ¿Sera que otros niños están con sus linternas dentro, o es que el conserje esta dando una vuelta?