Partida Rol por web

A la chiquilla de la miedo y te mira con ojos de cordero degollado. - Por algo parecido nos descubrieron la otra vez. Te lo dice superando sus miedos y timidez. No quiere faltarte al respeto ni que se le tache de desobediente, pero lo teme. - ¿Lo intento?

- La otra vez nos detuvieron porque me presenté ante el policía pensando que podría ofrecer mi ayuda, pero los fanáticos y el miedo a lo extraño han dominado este mundo. Se discreta, no apliques ningún poder activo, simplemente déjate llevar a ver si percibes algo. - dijo Liam para tranquilizarla.

La verdad es que este mundo no lo gustaba y prefería que la niña no encontrase nada para poder presentar un informe final y largarse de este planeta.

Elisse se dejó llevar. Era como si la música flotase por el aire. Tú también notabas algo. En la anterior ocasión era tan poderoso que ni si quiera lo notasteis. Simplemente os atrajo. En esta ocasión era como un dulce aroma. O más bien la peste de cuando notas que están cortando metal. Una sensación que a muchos agrada, a otros repugna, y la la mayoría, aunque se quejen, no son capaces de taparse la nariz, porque quieren seguir disfrutándolo. Te habías dado cuenta, por los ojos cerrados de la niña que había algo. Tú también lo "olías".

- Don Liam. Noto algo... y selaño en una dirección en la que sólo había edificios. - Y es hacia allí.

Tú pensabas ... lo mismo.

Liam se relajó, había algo en el ambiente, cierto, pero no podía precisarlo tan bien como su pupila.

- Vale, vamos a seguir ese rastro o percepción... pero recuerda que ante la policía somos unos "bichos raros" y además posiblemente sospechosos. Haremos como que simplemente paseamos con naturalidad.

No quería que su aprendiz se preocupara pero era bastante probable que la policía les siguiera. Cualquier intento que pudieran entender que usaba su fuerza mental seguramente acabaría de nuevo con su detención, y no sería por tres días.

Liam podría aguantarlo mientras el ejercito negociaba su liberación, pero no quería que Elisse tuviera que pasar de nuevo por ello.

- No uses de forma activa tus poderes, simplemente deja tu percepción abierta y relájate. No demos a los policías ninguna excusa.

Y, si encontraban al activo... ¿cómo lo sacarían del planeta? Cada cosa a su tiempo...

Hacía más de una hora que caminábais y la ciudad se terminaba. Las últimas casas estaban junto a vosotros. Habiais pasado entre dos casitas pequeñas que distaban poco más de un metro, y las ventanas quedaban un poco por encima de vuestras cabezas. Ambas, de madera, y pintadas de azul, parecían humildes y viejas. Al salir de entre ellas, campos de cultivo se extendían ante vosotros. Algo parecido a maiz, de casi la altura de Elisse crecía allí, y nada más aparecer al descampado podísteis ver que un amplio y poco cuidado jardín separaba de otro par de edificios, que antes de arder, debieron, si no idénticos, muy parecidos a los que habías dejado unos pasos atrás.

Elisse preguntó inocente: - ¿Está muy lejos? girándose un poco hacia a ti, pero justo tras eso, lanzó la mano hacia una de las ventanas traseras de la casa. Un nene, de no más de ocho años, cotilleaba entre las cortinas. No sabías que responder, ya que tú seguías notando que "eso" estaba en la misma dirección, pero el gesto rápido de la nena te puso en alerta, presintiendo algún peligro.

Liam asintió, estaban cerca pero ahora era muy difícil determinar la dirección. Observó de reojo al niño tras las cortinas, ya que habían llegado tan lejos no podían regresar sin ninguna información. Las casas quemadas tras el jardín parecían el objetivo obvio, pero Liam no tenía prisa. Si ellos habían podido seguir una pista tan tenue estaba muy claro que cualquiera con un poder similar al suyo hace tiempo que sería consciente de su presencia.

Había que asegurar dos cosas, las primera es que nadie les había seguido. Tras andar tanto tiempo sería complicado que alguien que hubiera caminado en su misma dirección no se hubiera delatado ya. Por otra parte quería ser visto de forma amistosa. Tenía que evitar como fuera presentar cualquier forma de intimidación o enemistad.

Estaba complicado, pero quizás lo mejor sería ir de forma descubierta.

- Elisse ¿crees que alguien pueda habernos seguido? - preguntó a su pupila mientras se dirigía a la puerta de la casa en la que vivía el niño. - Presentémonos y preguntemos, que sepan que no tenemos nada que ocultar.

Una vez frente a la puerta, llamó.

La chica, cuando le decías que si os habían seguido mira tras, entre ambas casas y pone cara de extrañada. - No Don Liam. Creo que no. Pero sonaba tan extrañada que entendías: - Señor, no tengo ni "puñetera idea".

Dais la vuelta, entre ambas casas, y tocáis el timbre de la puerta principal.

Es una puerta doble. La interior de madera, y la exterior, una simple mosquitera. Tras unos ruidos de dentro escucháis una voz infantil. - No puedo abrir. Y explica: Mis papas dicen que no le abra a nadie que no conozca. Tenías bastante claro, aunque no lo vieses. Era el niño que estaba en la ventana.

Liam le dio un ligero empujón a Elisse. Puede que no confiara en él y eso estaba bien, pero quizás sí lo haría con la niña si es que le inspiraba suficiente confianza.

- No hace falta que nos abras, aunque Elisse está muy cansada y necesitaría un poco de agua... ¿puedes decirnos algo de las casas del fondo? ¿sabes cómo se quemaron?

El coronel intentó hablar de la forma más calmada posible. Quizás el niño no fuera el activo que buscaban, pero estaba muy cerca y quizás lo protegía, convenía ser amable.

Elisse te miró asombrada. Durante unos instantes no entendía, pero enseguida te sonrió.

La voz del niño pareció temblar durante un momento: - Esqueeee…. Luego dijo. - Hace unos días una luz cruzó por aquí y hubo una pelea. Mucho ruido de libélulas, y todos escaparon hacia los campos, incluida la luz.

La niña le dejó hablar y tras el comentario de crio esta preguntó: - Si, un baso de agua, por favor. Te sonrió.

Liam asintió a Elisse y se retiró de la puerta para dar confianza al niño a ver si le daba el vaso de agua a la niña. Solo quería ganar un poco de confianza con el chico, no tenía intención de entrar ni asustarlo.

- Buscamos a esa luz - dijo con precaución por si alguien más estaba escuchando - creemos que podemos ayudarla. ¿Sabes por dónde fue o dónde podríamos encontrarla?

El sentido de Liam le decía que estaba muy cerca, pero era incapaz de localizar la fuente exacta de lo que sentía. Además, por mucho que la armada le presionara hasta ahora siempre había presentado voluntarios y no iba a cambiar eso. Ese era uno de los principios fundamentales del coronel y el que más problemas le había acarreado siempre.

- La luz se fue hacia el oeste....y a varios kilómetros pareció estallar. Mucho ruido y un helicóptero se estrelló.

Parecía que os contaba una película de aventuras o de guerra. Era como si un gran ejército fuera hacia un punto en el que todo convergía y allí ... estalló. Luego añadió.

- Y puede encontrar agua en el grifo de la manguera junto al lado norte de la casa. Teníais que haber pasado por delante.

La niña hizo un gesto como de desaprobación.

- Gracias. ¿A qué hora regresarán tus padres? A lo mejor luego nos pasamos a preguntarles.

Tras la respuesta* del niño, Elisse y Liam se separan de la casa y siguen un rato en la dirección que el niño les ha indicado.

- ¿Sientes si nos alejamos o acercamos al objetivo? - preguntó a su pupila.

El crío contestó todo decidido: - A las Trenitiquince.

Elisse contenía la risa por la respuesta obtenida, pero se la cortaste al preguntarle. Pasó a una decepción que no era capaz de explicar. - La verdad es que no. Reconoció.

- Vamos a separarnos más de la casa en la dirección que indica el niño. Si notas algo del rastro, sobre todo si se atenúa, dímelo.

Continuaron andando un poco en la dirección que el niño había indicado, buscando pistas de la batalla que les había descrito.

Entre los dos vais centrando el punto. Tal vez, por vuestro caminar, os torcéis un poco, pero parando y poniendo vuestros sentidos … el niño os había dicho lo que había visto. Llegáis a una esplanda extraña. Toda ella carbonizada como si hubieran habido explosiones que no han creado cráter, y en el centro de todo ello, unos escombros de un edificio que no es más que un montón de cemento roto, volcado y "zapateado".

¡Estáis en el sitio!

Por fin habían llegado al final de la pista. Tal y como el niño les había contado el escenario parecía una batalla en toda regla, pero la ausencia de cráteres indicaba que el intercambio seguramente se había hecho con armas de energía.

Si había alguna pista adicional, solo podía estar entre los restos del edificio carbonizado.

- Elisse, ¿percibes algo? - comentó a su compañera mientras él mismo se esforzaba y se acercaba al montón de escombros.

- No Don Liam. Es como estar en un huracán. Justo en el centro. Cuando pasa la tormenta, y luego regresa. No es que la tormetna se hubiera apagado, y hubiera regresado después, es que justo el centro de esta ha pasado sobre donde estabas. Así es como te sientes. - Aquí no siento nada.

Liam dudaba. Aquí había tenido lugar una gran lucha, pero ya no había nada. Intentar encontrar más pistas parecía inútil y ya habían llegado al final del camino.

- El único testigo que hemos tenido es el niño que hemos visto antes. Vamos a regresar a su casa a ver si han venido ya sus padres porque no creo que podamos sacarle nada más. Además, es el punto donde hemos sentido más energía psíquica.

Sin más dio la vuelta para regresar a la casa en la que habían visto al niño.

14:30 del día 12, año 1034. Arrabales norte y campos adyacentes Andorian City. LIIKHAM (2911) - Sector Fornast - Subsector Sanny.

Toda una mañana de pateo os está haciendo empezar a tener hambre. Por muy psíquicos que seais, un cuerpo es un cuerpo y hay que darle lo que hay que darle.

Llegáis a la parte de atrás de la casa.

Liam fue directo a la puerta y llamó de nuevo. Esperaba tener suerte de que ya hubieran llegado los padres del niño o lo dejaría y se buscaría un sitio para comer.

- ¡¡ Niño !! Somos nosotros otra vez ¿Han llegado ya tus padres? Solo queremos hablar un poco antes de ir a comer a algún sitio.