Partida Rol por web

Cuando vas a tocar la puerta, la interior, no la mosquitera de fuera, se abre. Por esta, y sin que la mosquitera fuera un impedimento, un hombre, que parece cabreado y mayor, sale con una escopeta paralela. - El niño tiene nombre, y si quieres hablar antes de ir a comer, que sea en otro lugar.

En la distancia escuchas sirenas de la policía, y algunos coches patrulla ya están llegando. Alguno incluso frenan de manera precipitada, frente a la puerta, en el asfalto, con el típico chirrido de ruedas. Cierto policía, ya conocido, hace acto de presencia entre aquellos vehículos.

Liam levanta las manos y retrocede.

- Sin problemas, nos vamos.

Viendo que la policía que llega al sitio en varios coches, decide separarse de la casa y observar desde cierta distancia.

- Vamos a ver qué pasa, puede que vengan por nosotros, en cuyo caso ofrecer resistencia sería inútil con tanto despliegue, o puede que vengan por algo mejor. No hemos hecho nada más que caminar, sin entrar en ninguna propiedad privada ni nada por el estilo.

De todas maneras Liam sacó su comunicador* para llamar al cuartel donde estaban residiendo, por si necesitaban algún tipo de asistencia.

- Otra vez usted. Te espeta el mismo agente que ordenó vuestra detención. - ¿Quién si no va a ser? Se pregunta a si mismo, como si se amonestase a si mismo.

Cuando ve que llevas la mano al comunicador que tienes en la oreja, directamente saca el arma y te encañona. Sigue avanzando hacia ti y te espeta: - Esta vez si. De esta no te salva nadie. Queda detenido, por lo mismo que la otra vez, y en esta ocasión, con intención de agredir a un agente.

Sin moverse Liam enseña el intercomunicador al policía.

- Ni le ataco ni le amenazo... ¿ahora de qué me acusa? No hemos hecho nada.

- Si, claro. Como la última vez.

Estaba claro que te había pillado inquina.

- Chicos, esposadles.

La fuerza en contra era excesiva para intentar algo.

- Espero que esta vez nos permita llamar a un abogado de la armada.

Sin resistirse se dejó capturar.

- No hará falta, ya le está esperando en la comisaría.

Esta vez sus gestos para esposarte no era de temor como la vez anterior. Ahora los agentes desprendían odio.

- HAAAAAAA. Era un grito de dolor de la niña.

De inmediato el hombre de la casa disparó dos veces con su escopeta. Desapareció el cristal de uno de los cochea de policía, y en ese momento todos se tiraron al suelo. Todos menos Elisse, que ya estaba esposada, y tú, que solo te habían engrilletado la mano derecha.

Liam empujó a la niña al suelo para protegerla de los disparos mientras él mismo se tiraba al suelo.

Dudaba en usar sus poderes de telekinesis para mover el cierre de las esposas de la niña, pero consideró que mejor no añadir más leña al fuego.

- Este hombre está loco, cúbrete. Y no te preocupes por las esposas ni intentes quitártelas, solo empeoraremos la situación.

Por otra parte tampoco iba a ayudar a los policías, solo necesitaban una excusa y verlos en acción sería suficiente para encerrarlos, era su problema.

Os terminan de esposar y os meten en el coche patrulla.

El agente que os tiene tanta tirria se queda insultando al tipo de la casa.

- ¡¿Pero eres idiota...?!

- Yo también vi que estaba usando sus poderes y tengo que defender a mi familia. El tipo, pensando que lo había hecho bien, alzaba, agarrada por la mitad su arma. El muy idiota, al tocar el cañón caliente, se quemo la mano y la dejó caer. Esta se disparó otra vez.

Todos se tiraron otra vez al suelo.

Los cristales del lado izquierdo  del coche donde habían metido a Elisse desparecieron. Se oía a un agente gritar de dolor. No se veía a nadie dentro del vehículo.

El agente corrió hacia el tipo y del zamarrazo que le propinó en la cara lo tumbó de espaldas, tirando también al niño, ambos, en el interior de la casa, sobre el suelo de madera, que retumbó pesadamente. Un silencio extraño se hizo cuando el hombre dejó de gritar. Muchos policías corrieron hacia el dañado coche.

Liam permaneció impasible mientras reducían al idiota aquel. No confiaba en absoluto en la justicia de este planeta, pero al menos ahora tendrían un abogado.

Haber seguido el camino de devastación dejado por aquel ser solo les había ocasionado más problemas. De todas formas la presencia del ser era aquí más intensa pero no se atrevía a usar la telepatía por si tenían algún tipo de detector.

Daría la misión por fallida y continuaría a otro lado...

Los policías que acuden a socorrer al compañero reciben una repuesta que te hiela sangre.

- Estoy bien, estoy bien. Mirad a la niña.

Ninguno de los policías contestan. El policía tiene múltiples impactos de perdigón. Lo ayuda el que se ha acercado por ese mismo lado a incorporarse. Sangra por mil lugares que no llegas a entender. Otro, por el lado contrario llama por la emisora del vehículo. - Solicito asistencia médica inmediata. Agente herido por postas...y una niña también.

En menos de 10 segundos aparecen dos camilleros. Había ya una ambulancia aparcada allí, por si acaso. Detrás viene un doctor y otro facultativo. Todos ellos cargando con equipo médico. No puedes ver más. El coche donde estás se aleja, pero parece que arrastran un cuerpo irreconocible fuera del coche todo ese personal de emergencias.

Liam fue consciente en ese momento que Elisse había sido alcanzada por los disparos del tipo aquel.

- ¡¡ Elisse !! - Por un momento pensó en liberarse de las esposas y freír el cerebro de aquel tipo convirtiéndolo en una masa babeante, pero lo primero era que atendieran a su compañera.

- ¡ Atiendan a la niña o les juro que desearán estar muertos ! - Liam había perdido los estribos y se esforzaba por no atacar. Eran muchos policías, demasiados, y lo importante ahora era que atendieran a su compañera.

Histérico llegas a la comisaría, y los agentes intentan reducirte en varias ocasiones. Se lo pones bastante complicado y cuando te consiguen bajar del coche una persona está allí. Era una Comandante del Servicio Jurídico Naval. Te quedas tan paralizado como perplejo y esta mujer comenta: - ¿Coronel? ¿Es usted el Coronel a cargo de la "Mindala"?

- Sí, yo mismo. - La rabia que sentía en ese momento era difícil de contener aún con el esfuerzo de los policías. Aún no había usado sus capacidades para no empeorar la situación, simplemente para que atendieran a su compañera.

Miraba con agresividad al comandante - dónde estabas la última vez que nos detuvieron - mientras a duras penas contenía su pensamiento.

Abrió el carpesano que portaba en las manos. Uno bastante rohido, castado, con el cuero protector reclamando una "reparación" y sobre todo, con una solera que demostraba una experiencia inmensa: - Señor, le recomiendo declararse culpable y solicitar clemencia, que podemos conseguir... Se arregló las gafas, que se escurrían por su sudorosa nariz ...que se genere una limitación de no regresar jamás a este sistema, parar una multa y salir hoy mismo, tras la vista de esta tarde en el juzgado.

Los guardias te conducían, entre tus achaques de rebeldía al mismo lugar que la vez anterior, mientras la comandante jurídico te acompañaba...unos pasos por detrás.

- Primero quiero saber cómo está Elisse. - respondió al abogado de forma cortante, augurando en su mirada que nada bueno iba a pasar.

Contestó muy aséptica y distante. - Ha sido evacuada a un Crucero de Escolta Estalar Clase Sloan. Allí se le practicarán las mejores atenciones.

Liam asintió, mucho más tranquilo.

- Le dejo libertad de acción, llevé el caso como mejor lo estime, lo único que quiero es salir de aquí e ir junto a mi compañera.

Asintió cuando le comentaste que le dabas "carta blanca" y empezó a salir para dar resolución a tu caso y mientras contestó: - Daré orden de que le den el tarro de sus cenizas al crucero. Y se marchó, mezclándose entre la multitud que abarrotaba siempre esta comisaría. En tus oidos los ruidos desaparecieron. Notabas un extraño frío que te incomodaba en todo momento. Era como que o te hacías pequeñito o el mundo creía por momentos.

- ¿Me está diciendo que Elisse ha muerto? - el rostro de Liam cambió - Creo que ya está bien... es hora de poner las cosas claras, orden revocada.