Partida Rol por web

El estadio es, sin duda alguna, la mayor estructura de la ciudad. Tiene una forma ovalada y con la parte superior al descubierto. Desde el exterior, no detectas ninguna anomalía en él. Las puertas de entrada, aunque bastante grandes como para permitir la entrada de tu Rapier, se encuentran cerradas en estos momentos.

Caminaba castigando la escarcha y el hielo hasta que conseguí acercarme lo suficiente a aquel estadio. Las comunicaciones estaban fallando, algo bastante lógico con aquel temporal, así que bajé el volumen de la radio y me concentré en las pantallas.

Me coloqué delante de la entrada principal y observé las puertas cerradas.

Mmmm, abrirme paso a lo bruto no sería lo idóneo si quiero ver que hay dentro y sorprenderlo.

Di un par de pasos hacia atrás y cogí algo de carrerilla, una vez estaba mas cerca de la fachada activé el retropropulsor y me encaramé a la pared para intentar escalarla ayudado por los espolones.

Con un salto prodigioso logras alcanzar la parte alta de las gradas y quedarte enganchado en el lado exterior para poder asomarte y ver qué hay dentro del estadio.
Como suponías, éste está vacíod e espectadores o deportistas y en su lugar solo ves nieve. Mucha nieve. El grosor en la zona de juego puede alcanzar cuatro o cinco metros, ya que las primeras filas de sillas están completamente sepultadas. Pero lo que realmente te llama la atención está en el cielo. Invisible desde el exterior del estadio, puedes ver desde aquí como una enorme espiral tormentosa que gira sobre el centro del campo, y como si las mismas paredes del estadio fueran su catalizador, se contrae y se expande como el latido de un corazón viviente, arrojando rayos, viento y nieve a toda la ciudad y alrededores. De vez en cuando se generan corrientes eléctricas que van desde el centro de esa espiral hasta algo que se halla oculto en la nieve justo en el centro del estadio.

Observo atentamente el torbellino y si sigue alguna cadencia en sus movimientos.

Luego comienzo a caminar por la parte alta del estadio con el cañón fijado en el objeto oculto por la nieve. Cargo los retropropulsores por si he de hacer alguna maniobra y comienzo a descender en busca de aquel objeto escondido...

Lentamente desciendes por las gradas hacia el campo. Tus pasos, aunque silenciosos de por si, hacen crujir los asientos ocultos bajo la nieve, levantando pequeñas nubes de hielo en polvo. Debes avanzar con mucho cuidado, ya que un resbalón podría tener como consecuencia una aparatosa caída.

Comienzo a bajar por las escaleras enterradas en la nieve y por un momento creí que había perdido el centro de gravedad, pero con apretar un poco el pedal del retropropulsor consigo volver a una posición natural.

-¿Qué demonios será eso?

Llegas sin contratiempos a la parte inferior del estadio y compruebas que la capa de nieve es extremadamente gruesa. Tus sensores están alerta y no detectan nada mientras te acercas al centro del estadio donde has detectado la presencia de algo sospechoso. Pero cuado estás a unos pocos metros del lugar, todas las alertas se encienden de golpe.
Luces rojas parpadeantes, paneles de información de emergencia y demás iluminan el interior de tu cabina cuando algo aparece justo detrás de ti. No puedes verlo, pues se oculta bajo la capa de nieve que parece estallar de repente, pero sabes que es grande, más que tu Rapier, está pilotado y se acerca a ti a gran velocidad.

Las luces se iluminaban y reflejaban en la visera del casco cuando comencé por instinto a mover los mandos intentando realizar una maniobra de huida que me proporcionase cierta distancia para que el ser saliese de debajo de la nieve:

-Maldita sea...

Se me escapó mientras intentaba dar un salto hacia atrás con los retropropulsores. El cañón hacia rato que estaba preparado fundiendo la nieve que se acercaba a el mientras los espolones brillaban recubiertos de hielo...

Lo que aparece de entre la nieve es un mecha migou, el terrible "Hormiga de fuego". Casi dobla en tamaño a tu Rapier y es una máquina perfecta de combate urbano debido a su enorme velocidad por tierra, además de su movilidad mejorada.
Tu computadora realiza un rápido escaner sobre tu enemigo y te informa de que, por algún motivo, no cuenta con uno de sus sistemas característicos: El generador de niebla. A pesar de eso, el peligro de enfrentarse a un rival así, es su capacidad para abrir mechas como si fuesen latas de conserva con su soplete y sus mandíbulas ácidas.

Al ver como se levantaba aquel mecha enemigo entrecerré los ojos a la vez que iba retrocediendo por la nieve.

El primer disparo derritió todo el hielo que había alrededor del cañón laser, saliendo no tan bien como me hubiese gustado, pero el segundo, cuando ya estaba bien estabilizado esperé a que la mirilla roja de la pantalla se transformase en verde, y un cañonazo del averno salió directo hascia el enemigo.

Sin perder la calma di un trago a mi bebida isotónica.

Tu primer disparo alcanza al mecha migou de refilón y el haz de luz destructora es desviado por el blindaje de tue nemigo. El segundo disparo, en cambio, impacta directamente en uan de sus patas y logra atravesar la armadura, dañando levemente su estructura.
A pesar del impacto, la hormiga de fuego mecánica no pierde velocidad y se lanza sobre ti. Cuando se halla a pocos metros, un chorro de llamas, concentrado como un soplete, trata de abrir tu mecha por el pecho en un intento de exponer al exterior la cabina donde te alojas, pero una hábil esquiva impide que lo logre. la temperatura interior, sin embargo, sube hasta límites casi alarmantes.
Un segundo ataque, esta vez con las mandíbulas contra tu brazo armado con el láser, falla.

Las luces rojas parpadeaban como si fuese un strobo y con el golpe recibido se activó el aire acondicionado. Los ventiladores rugían y entonces pulsé el pedal del retropropulsor a fondo intentando colarme por debajo de mi enemigo.

Espero que la nieve y el hielo me ayuden a patinar...

Con un hábil uso de tus propulsores te deslizas por debajo de la hormiga gigante levantando una enorme nube de vapor y emerges justo detrás de ella para saltar sobre su espalda y te aferras a ella con las piernas dispuesto a atacar desde arriba.
Pero el piloto del mecha migou parece estar acostbrado a lidiar con estas situaciones, ya que con un hábil arqueo del lomo lorgra hacerte salir volando y te estrella contra las gradas, destrozandolas y hundiendote hasta el interior de lo que parecen ser los vestuarios.
Junto a ti, una docena de hombres desnudos y completamente congelados, te observan con la mirada vacía.
Te incorporas justo a tiempo para evitar un chorro de llamas que entra desde el exterior y que reduce a cenizas inmediatamente los cuerpos de los atletas.

Desde el suelo mientras las luces epilépticas parpadean sin cesar y el aire se va parando poco a poco aprieto los dientes y junto a ellos el gatillo del cañón.

Los dos disparos parecen dar aunque no sean muy efectivos.

Kosmoss, piensa algo rápido...

Tu enemigo irrumpe en los vestuarios tratando de alcanzarte con sus mandíbulas ácidas, pero eres capaz de desviar su cabeza con un golpe y eso hace que simplemente te arrolle. Toda el ala norte del estadio queda destrozada.

En un descuido estiro uno de mis brazos y le agarro la pata superior izquierda, entoncez pulso el botón del retro hasta el fondo intentando doblar el brazo de forma antinatural hacia su espalda.

¡Pssss! -sonó el retro al accionarse al máximo mientras creaba una nube de vapor debajo del chasis-

Si no se le parte al menos estará en una posición nada cómoda para el... -o al menos esa era mi intención-