Partida Rol por web

Tomando un respiro en Bastión, vuestro cuartel general, meditando sobre todo lo que habéis descubierto y lo que os ha llevado hasta aquí. Os sorprende la visita de un viejo conocido.

El sonido familiar de los dados en un cubilete os advierte de la presencia de la delgada figura del semi kender, Rasca. El erudito Calantino está sentado en su característica posición con las piernas cruzadas a varios metros de distancia, sonriéndoos con ironía conforme vuestros ojos se entrecruzan -. ¡Y aquí estamos! -, dice tocando una página en su desgastada copia del libro de Calantina:

Cinco cráneos de oscuridad, cinco cráneos de luz,
diez serán reunidos
con la fe y el cráneo y el ladrón a trasluz 
Exacto es el precio que el coraje ha reunido.

 El semi-kender apunta a Gilthanas e inclina su cabeza a un lado -. ¿Sabéis?, pensé que sería más alto.

Os dais rápidamente la vuelta para sorprenderos por la presencia del Señor Elfo. ¿Cuánto tiempo llevaba allí? ¿Qué intenciones tiene? Desde luego ahora parece mucho más dócil que en vuestro anterior encuentro. Casi evoca al Gilthanas que una vez fue un héroe para todo Ansalon.

Murgo bebía del odre sumido en sus pensamientos cuando casi se atraganta al oír aquellos dados. Nada menos que Rasca, el misterioso profeta, se había colado hasta allí, sigiloso como un ratón. De nuevo, hablaba en verso como si fuera algo normal. Y con la misma normalidad presentó a Gilthanas.

-¡Tú, maldito!-exclamó el enano-. ¿Te atreves a presentarte ante nosotros, así, sin más, después de lo que has hecho?

Murgo se puso en pié y empuñó la dragonlance, aunque no pretendía usarla, de momento. El elfo no sólo no estaba siendo hostil, sino que casi parecía distinto. Como si fuera otro. Además, Rasca lo había traído hasta ellos, así que el enano quería escuchar lo que tuviera que decir. Eso sí, a la mínima señal de que, una vez más, intentara jugársela, no dudaría en atacar.

Era el momento de luchar contra Escarcha, no había tiempo de rendir cuentas con Gilthanas:

- ¡Un momento, maese Pasolargo! De alguna forma parece que Gilthanas no es el mismo de antes, por mucho que nos deba explicaciones y probablemente no podamos perdonarlo. Rasca, tu también tienes mucho que contarnos. Pero nuestro enemigo no se vence si estamos divididos: ambos grupos queremos lo mismo, ¿y si aplazamos nuestra discusión hasta la caída de Escarcha? Si lo logramos, cosa que aún está por ver...

Tarkdurin se levanta de un salto sorprendido al escuchar la voz de Rasca y se sorprende aún más cuando ve que Gilthanas está a su lado. 

- ¿Qué es lo que quieres Gilthanas? - pregunta Tarkdurin directamente al Elfo, mientras que echa su mano a su maza y coge su escudo.

Gilthanas no medió palabra. Parecía casi paralizado, en pie y escuchando atentamente a lo que tenía que decir el semi kender.

Rasca empieza a agitar los dados en su cubilete enérgicamente,volviendo a llamar vuestra atención y haciendo que os giréis de nuevo hacia él.

Murgo, ahora no... - censura en tono serio -. Ralph, has adquirido un asombroso poder, pero los dioses son inescrutables. Que yo esté aquí, así como la presencia del príncipe elfo no es ninguna casualidad - Rasca guarda silencio por unos instantes.

- Ya ha comenzado... - murmura -. La gran sierpe se está preparando. Está empezando a ... bueno, vamos a acabar con esto, ¿No?

El semi kender dibuja en el suelo lo que parece un copo de nieve de gran tamaño con una vulgar tiza. Después vuelve a agitar enérgicamente su cubilete y saca dos formas poliédricas de él. Una os la entrega a vosotros y otra a Gilthanas.

Lanzadlos dentro del copo - dice Rasca mientras vuelve a ojear su maltrecho libro.

El elfo coge el dado cuidadosamente y, tras agitarlo brevemente, lo lanza en el interior del copo.

Giltahas observa el resultado sin hacer ninguna mueca.

Murgo suspira resignado, toma el dado y lo lanza.

Agua y fuego... - dice Rasca al observar los resultados de los rojos dados de madera -. Así es, necesitaba a Gilthanas para esta lectura pues su fuerte vínculo con Escarcha puede ser también la mayor debilidad del Dragón Supremo - medita pensativo mientras ojea su libro:

El rey del hielo y la ira
Reside en una fría fortaleza
Que una asombrosa tormenta aíra
Viaja a un lugar con certeza

Por los dados de Calantina de madera
Que giran para que vosotros sepáis
El lugar al que desciende la tormenta
El lugar al que ir debáis

Tres centinelas de fuego y cenizas 
Hacen guardia sobre el orgullo de la ciudad
Donde dragones, dioses, y mortales enlizan
Mientras la roca fundida se hunde sin piedad

Ahora aquí reunidos, del ladrón de cráneos su sino
Por los versos de Calantina sellado
Por el hielo y el hueso conocido
El propósito del Rey de Hielo ahora revelado

Una ruta hacia la fuerza, un camino hacia el poder
El Rey de Hielo a todos sus enemigos ante él atrae
ningún futuro se propaga hasta más ver
y con su magia al mundo entero maltrae

Mientras las fuerzas se reúnen, el tiempo se acerca
El poder del Rey crece sin resquicio
Su único miedo lo entrecerca
El precio del valor es el sacrificio.

Una vez Rasca concluye la lectura, se levanta para recoger sus cosas y borrar el copo de nieve del suelo.

Rasca se volvía a mostrar enigmático, quiere que entendamos su galimatías pero también dice que los dioses son inescrutables...

- Gilthanas, ¿qué te dice a ti todo esto? Tenemos tres calaveras y sabes muy bien lo que te costaría quitarnoslas, así que tendremos que colaborar. Si nos das información falsa, estarás fragmentando el poder para destruir a Escarcha.

Gilthanas no parece especialmente sorprendido por las revelaciones de la Calantina. A pesar de ello, el elfo parece contrariado y absorto en una gran preocupación. 

Un halo de oscuridad parece envolverlo, algo que parece estar consumiéndolo por dentro.

Yo... Necesito una oportunidad para hablar... para explicar mi difícil situación y el por qué de mis actos.

Gilthanas no parece el mismo en ningún aspecto si lo comparáis con el elfo que os encontrásteis en la Última Torre.

Aunque Murgo intentó seguir la lírica narración de Rasca, en la tercera estrofa ya andaba perdido. Frunció su espeso ceño y se rascó la barba. Confiaba en que sus compañeros, más inteligentes y sabios que él, consiguieran descifrar el poema. O quizás Gilthanas les ayudara, por una vez.

Precisamente, el elfo demandaba la posibilidad de explicarse.

-Ahora tienes tu oportunidad, Gilthanas.

Desde su posición contemplaba sin inmutarse la escena... Rasca y sus acertijos, Gilthanas... Gilthanas, si realmente eran ciertas las leyendas, en este caso la realidad no supera a la ficción. Si alguna vez fue un héroe, ahora es una sombra de lo que fue. Sonrió enigmáticamente al pensar en ello, pero siguió sin intervenir, hasta que Gilthanas dijo algo que le hizo explotar... 

- Yo... Necesito una oportunidad para hablar... para explicar mi difícil situación y el por qué de mis actos.

Esta vez su sonrisa se hizo más evidente y disfrutando con el dubitativo elfo, no pudo contenerse, habló o más bien intentó atacar donde más duele a un elfo, su orgullo.

- Un antiguo héroe elfo caído en desgracia acude a una improvisada reunión con el elfo que lo persigue - hizo una pausa para disfrutar de sus palabras, ¿estaba siendo agresivo? Quizás, pero lo estaba disfrutando - Un elfo "Qualinesti" quiere explicar sus actos - Intentó refrenar el tono despectivo al mencionar a la raza, sin mucho éxito - Un elfo que lo tenía todo, el amor de una magnifica y única mujer, mujer a la que rechazó; Una Nación que os adoraba y a la que debíais guiar, ¿ahora sois vos los que necesitáis guía?... Siento curiosidad por oír vuestras excusas, el por qué le diste la espalda al bien... porque espero que sean excusas y no suplicas o me haréis disfrutar con ello. Espero por el bien de los que aún os aman que podáis ser salvado, pero debéis saber que vuestros crímenes han de ser juzgados.

Dejó de hablar y clavó su profunda mirada en los ojos del elfo, esperando oír sus palabras e intentando averiguar si su duro ataque había surtido efecto en él.

Yo no podía quedar más sorprendido ante tal situación. 

Por un lado, nos encontramos con el misterioso kender Rasca que nos realiza otra muestra de sus místicas artes como vidente o pronosticador relatándonos un nuevo pasaje en verso que no lograba entender del todo.

Pero no venía solo, Gilthanas se asoma ante nosotros con un aspecto vencido y apagado -¡¿Gilthanas?!..¿Por qué se acerca a nosotros ahora?.. ¿Qué busca?..¿Qué pretende?- pienso mientras muevo mi mano hacia la empuñadura de mi espadón.

Gilthanas agacha la cabeza ante la afrenta de Magus, consciente de que gran parte de lo que ha dicho es cierto. Aún así, el Príncipe Elfo intenta mantener la entereza.

Es por eso, Magus, que necesito que me escuchéis con atención - el elfo mira alrededor de la sala del Ternión Blanco en el que os encontráis -. Es curioso que un Silvanesti sea tan arrogante, más sabiendo todo lo que su pueblo ha sufrido en los últimos años. Pero por favor, dejemos esas rencillas a un lado por el momento.

El elfo parece tener cierta prisa por explicarse.

Hace tiempo que caí en desdicha y me encuentro en el punto más bajo de mi larga y en este momento torturada vida - Gilthanas habla como un anciano, a pesar de su apariencia juvenil -. He venido impulsado por un sentimiento de culpa unido a la desesperanza y la ira, al final me he convertido en un muerto en vida implacable y en el receptáculo de Escarcha en Krynn - la última palabra es pronunciada con fuerza mientras el elfo vuelve a mirar alrededor, como asegurándose de que el lugar en el que os encontráis es seguro -. Irónicamente, esto me convierte en el enemigo más implacable al que os enfrentáis y en el aliado más necesario que podéis encontrar.

Escarcha puede ver a través de mis sentidos, yo nunca quise haceros ningún daño... - dice de nuevo observando a su alrededor -. Este amuleto - señala tocando con sus dedos un colgante que reluce en su pecho - es el amuleto de la purga de los dragones. Contiene los cinco cráneos de los dragones metálicos y también los dos cráneos cromáticos que no habéis hallado - Gilthanas vuelve a hacer una pausa frunciendo el ceño -. No tengo otra opción salvo seguir los designios de Escarcha o nunca volveré a ver a Silvara  - las palabras del elfo titubean y se entrecortan, como si tuviera un nudo en la garganta mientras golpea la mesa con ambos puños cerrados -. Ahora sé que Escarcha nunca me dejará libre, estoy demasiado integrado en sus planes. Sois mi única esperanza para redimirme y liberarme de esta agonía... de esta esclavitud.

Silvara está cautiva y reunir los cráneos de dragón es lo único que tengo para negociar con Escarcha. El dragón supremo no sólo quiere reunirlos, ha elegido pasar por alto el hecho de que esto podría crear un medio para atacar al Tótem de los Cráneos - a pesar de vuestro reciente encuentro, parece que la oscuridad personal de Gilthanas se ha acentuado en los últimos días. Parece realmente furioso y hastiado a la vez.

Ahora os demando una oportunidad para devolver el golpe al Gran Blanco, aunque os aconsejo que no confiéis en mí, pues sigo siendo una amenaza para vosotros y vuestra misión. Es vuestro turno de decidir lo que debéis hacer.

Murgo miraba apesadumbrado a Gilthanas. El elfo parecía en verdad sincero. La tristeza de sus palabras se veía también reflejada en su rosto, en sus ojos y en una especie de oscuridad que le envolvía. Una oscuridad invisible, pero que todos podían notar como una pesada carga sobre su cuerpo y su alma. No obstante, el mismo Gilthanas les advertía que no confiaran en él, pues seguía siendo un esclavo de Escarcha, a su pesar.

-Lamento tu desdicha, elfo, y puedo entenderla. Nosotros también hemos sufrido. Muchos compañeros han caído en el cumplimiento de esta misión. Amigos cuyos nombres quizás se olviden con el paso del tiempo. Aunque si salgo vivo de esta, procuraré que eso no ocurra. Ahora bien, ya habrá tiempo de honrar su memoria si derrotamos a la bestia.

Dices que Escarcha puede ver a través de tus sentidos, pero entiendo que en estos momentos no lo hace, ya que estás aquí abiertamente conspirando contra él. La cuestión es: ¿Cómo lo hacemos? Nuestra idea es solicitar la ayuda de todos nuestros aliados y atacar a Escarcha con toda la fuerza que podamos reunir. Pero tú conoces a Escarcha mejor que nadie de los aquí presentes, de manera que cualquier consejo será bien recibido.

Entonces, el enano miró el amuleto de Gilthanas.

-¿Debemos juntar nuestros cráneos con los otros que guardas ahí? Y si es así, ¿Quién propones que lleve ese medallón?

Ssssh enano... - rápidamente se aproximó a Murgo y le puso una mano en el hombro intentando apretar, sin éxito, a la vez que miraba al resto de sus compañeros. 

- Debemos meditar esto y ser cautos, al otro lado está "El Todopoderoso Dragón Supremo, El Rey del Hielo, Escarcha..." - las últimas palabras intentó hacerlas sonar con miedo, nunca supo si lo consiguió, no era un buen mentiroso - Tienes mucho valor para venir tan abiertamente Gilthanas - habló mirándolo a los ojos - O eres un loco o tus intenciones son reales. Todo eso que dices es muy loable, pero sigo sin tener los cabos atados. Un jugador poderoso, tu amo, creo que está utilizando demasiadas piezas... Tú... Silvara... Todos los pueblos libres que consigue alcanzar... El destino de todo Krynn se acerca... está claro que no podemos confiar en vos, pero antes de que terminéis de decir lo que vinisteis a decir, os haré una pregunta que me gustaría que penseis detenidamente en ella cuando esteis lejos de aquí... 

Guardó unos segundos de silencio, le gustaba demasiado el dramatismo. El elfo tenía razón, le había atacado indiscriminadamente y en el fondo, muy en el fondo, se sentía culpable. Pero quería darle en qué pensar.

- Todo terminará en la guerra más brutal de toda la historia de Krynn, la guerra de las guerras, ¿tomareis la decisión correcta cuando llegue el momento? Pensad en ello y decid lo que aún no habéis contado.

Gilthanas mira a murgo con cierta expresión de esperanza.

Murgo, no soy yo quién debe tomar esas decisiones sino vosotros. Así es, aquí en Bastión, el vínculo que me une con Escarcha ha desaparecido. Supongo que sólo tiene funcionalidad en los límites de Krynn.

Ahora el elfo se gira hacia Magus para intentar responder a su pregunta.

Creo que la cuestión aquí no es si yo tomaré o no la decisión correcta sino cuál es esa decisión. Mi destino ahora está en vuestras manos y sois vosotros quiénes debéis tomar esas decisiones. 

Gilthanas vuelve a tornarse sombrío.

El único objetivo de Escarcha es destruir el mundo. Traer consigo el apocalipsis para renacer como único dios. Así lo interpreto según la profecía de Rasca.

- ¿Sabes dónde esta retenida Silvara y sus demás rehenes?

Murgo esperó a que contestara a la pregunta de Ralph, y seguidamente formuló otra:

-¿Puedes decirnos algo sobre ese Tótem de Calaveras? ¿Qué es y cómo es? ¿Dónde podemos encontrarlo? ¿Hay alguna forma concreta para destruirlo?