Partida Rol por web

Rolan se levanta de su silla

Disculparme, necesito tomar el aire

Rolan se va hacia la puerta y sale de la posada

Rolan se encuentra al límite, nota como la voz se ríe de el en su interior por albergar la esperanza de encontrará alguien como el, furioso, dolido por casi sentirse identificado con la historia de Nex y luego ser una broma es como si se hubiesen reído de su pasado presente y futuro. 

Camina hasta salir del pueblo se adentra en los bosques, se quita las vendas hasta la altura del hombro y contemplar las marcas en su piel, que brillan con inusual intensidad, se queda contemplando las marcas largo rato tratando de serenarse

Sigmus, afinando el oido, consigue escuchar la corta conversación entre Nex y Rolan:

Siento decepcionarte, Rolan, pero la historia es en efecto falsa. Yo no fui más que un simple sepulturero... - susurra Nex - ¿Por qué lo decías, acaso buscas a Serenade?

- No se quién es Serenade, Nex... - responde Rolan, claramente abatido.

La voz de su interior parece aparece tan oportuna como siempre:

*¿Que ocurre pajarito? ¿A caso vas a llorar?... ha ha ha ha ha... está cada día más cerca el momento en que te consumiré del todo... y tu cuerpo y tu mente serán mios...*

Válgueras observa la situación y no le gusta nada. Decide levantarse y dice:

Bueno ¿Quién se toma otra ronda? Yo invito.

Sigmus, ¿Te importa ayudarme con las jarras?

Tras esperar un poco y ante la invitación de Valgueras, Sigmus acaba de un trago la garra de cerveza con una sonora y una sonora onomatopeya - Lo siento mucho ya que hace tiempo que no probaba una cerveza tan buena... pero también hace tiempo que no me meaba tanto JAJAJAJA. Si me disculpáis nuevos y viejos amigos, mientras hace un leve cabeceo a Válgueras, voy a ver si meo y de paso veo que hace mi querido Rocinante. A ver si lo cuidan bien y se va a costumbrando a este frío del demonio. 

Según se cierra la puerta de la taberna Sigmus se para e intenta ver a Rolan para ver a donde se dirige e intentar hablar con él

Siendo de noche no consigues ver a Rola, pero si encuentras unas pisadas frescas en la nieve que parecen dirigirse hacia el pequeño bosque cercano al pueblo.

La mente vuelve a jugar malas pasadas a Rolan. Un sentimiento de cansancio y nauseas recorren su cuerpo. Sin fuerzas para oponerse al demonio, pierda la vista en una nube oscura y tenebrosa.

...Pero la nube no viene sola... De entre la oscuridad y los vahos de quietud se intuye una sombra. Una criatura astada, oscura... peligrosa... El cuerpo de Rolan se siente atraído hacia la bestia, pese a los esfuerzos impotentes de la mente del muchacho... Rolan mira a la Bestia y la Bestia mira a Rolan. Sus cuerpos se acercan... inexorables... Y cuando parece que se van a unir sin remedio...

Rolan recupera la vista. Sudores fríos cubren su cuerpo. Parece que los tatuajes han dejado de brillar... por el momento. Frente a el, una muchacha, una doncella. La Sacerdotisa...

- Debes responder -dice, críptica- y seré tu escudo. ¿De quien es el corazón escamado que habita en el interior de la mas grande montaña? ¿De quien es el corazón que arderá de gozo en llama helada cuando se reúna con su amada? Si me lo dices yo te serviré.

Sigmus alertado por unas huellas frescas decide seguirlas con cautela y más en esas tierras que no conoce. Por ello disimuladamente hecha mano a la empuñadura de la daga que lleva en los riñones

Pronto tendrás tu respuesta Sacerdotisa, aun la desconozco... 

Rolan agacha la cabeza, se apoya sobre sus rodillas, y respira profundamente, alza la cabeza, mira a fijamente a los ojos de la Sacerdotisa y dice

Gracias... 

Cuando Rolan se prepara para irse escucha pasos que se acercan hacia él por el bosque. Parece ser Sigmus, que se mueve con cautela entre los arboles, parece que buscándole.

Rolan tiene tiempo de cubrirse antes de que llegue el caballero errante.

Rolan saca su navaja de herboristería y se agacha, para simular que busca plantas

Sigmus, siguendo las pisadas en la poca nieve que queda, llega a donde Rolan se encuentra en el interior del bosque. Este, con su pequeña hoz en la mano, parece buscar flores silvestres o plantas medicinales, pero a la poquísima luz que permite pasar el follaje de los árboles parece un esfuerzo vano.

Al ver que Rolan esta buscando plantas, Sigmus levanta las 2 manos a una posición visible para tranquilizar a Rolan y comenta -Extraña hora para buscar plantas no? Al darse la vuelta Rolan ve a un caballero guapo, alto, musculoso y con ancha espalda. Una persona que viste correcta pero se aprecia que no dedica excesos a su ropa. Debajo de la túnica se aprecia un jubon y un pantalón de viaje. Siento molestarte y asustarte, no era mi intención pero desde que os vi queria hablar contigo ya que hay una duda que me corroe. ¿Como alguien dedicado al estudio, por lo que veo de la naturaleza, que lleva un libro más grande que él y que contempla habitualmente, ha acabado con dos elementos como Nono y Nex? La verdad que hacéis un grupo muy variopinto, y mira que tras tantos años de caballero creía haber visto de todo. 

La mesonera, viendo a Valgueras rascándose la cabeza tratando de calcular como coger las cinco enormes jarras de cerveza decide ayudarle. Con un arte que bien requiere de estudio e investigación, la muchacha coge todas las jarras de madera por las asas, usando la otra mano para ayudarse por debajo, y las lleva a la mesa que comparten los aventureros. Tras dejar los brebajes, dedica una dulce sonrisa al hombre que aún se está preguntando como ha podido cogerlas todas sin derramar una gota de hidromiel.

Rolan se gira y mira a los ojos al desconocido, en su rostro se puede ver una expresión calmada, la misma calma que precede a la tempestad, con voz seca y mirando fijamente a los ojos del caballero responde:

​​​​​​¿Y tu eres? 

Mantiene la mirada con intensidad

Rolan lo sabe, esta al límite, aun no se ha serenado y cualquier contratiempo podría resultar en la pérdida de control, y por experiencia eso sería como mínimo los muerte de ese caballero recién Unido al grupo, debe actuar cortante, frío, distante... Aunque el no suela ser así tampoco le cuesta mucho aparentar esas emociones, puesto que en ese momento las siente. 

"Lárgate, maldita sea, entiende mis señales, no es un buen momento, no quiero que El te mate"

- El pelo...no...se regala...se gana...se gana ganarlo...confianza... - Nono hablaba solo y en voz baja mientras seguía concentrado en su colgante.

Cuando consideró que había acabado su trabajo de restauación, volvío a coger su pequeña mochila y guardo sus aperos para sacar otros bien distintos. Una aguja de hueso, cordel y varios trozos de cuero enrollados en un amasijo. No tenía ni idea de coser más allá de sus limitados conociemitnos en medicina y las prácticas de sutura que había realizado durante sus entrenamientos,pero el cuero era mucho más duro y complejo que coser la carne, y sin ninguna guía que le permitiese avanzar más rápido, Nono aprendía por medio de ensayo y error. No había tenido niguna suerte encontrando bandanas que le valieses para lo que se precipitaba sobre ellos en unos días, pero si era capaz de coser algo que le hiciese un apaño hasta entonces, sería mejor que nada.

Aunque estuviese concentrado en su tarea, no podía dejar de quitarle el ojo a todos los que a su alrededor se encontraban. Estaba en su naturaleza y formación el estar vigilante ante todo lo que potencialemnte pudiese matarlo, y eso podía ocurrir en cualquier lugar y momento. Pero a pesar de ello, sacaba tiempo para sumergirse en sus pensamientos.

"Es raro...no tiene pelo, cuenta historias de demonios que le hacen gracia, y juega con la sangre de los demás...incluso la bebe...es un ser extraño y desplazado, seguramente esté solo...solo...y..." En ese momento Nono paró y se quedo concentrado mirando el trozo de cuero con el que trabajaba, como si esperase que empezase a hablarle y le sacase de sus pensamientos. Miró a Nex y miró el sitio vacío de Rolan. Su mirada se movía entre ambos asientos, clavando sus ojos durante largos periodos de tiempo. Entonces dejo el cuero y se acerco hacia Nex hasta estar a medio metro suyo. Se quedó mirándolo fijamente con los puños cerrados y el gesto serio.

-En...otras...otras circunstancias....con otra suerte...Sí, suerte...Lo mismo, no tuvo...claro. Eres...feo...tus dientes...tu pelo...no, tu no...no pelo, tu piel...tú así...tú podrías haber formado parte de...la Madre, como yo...o como Nono, osea yo. Tú también eres...como...Nono, como yo, como los dos...como...todos. Pero...no fue...no. "La Madre cuida...La Madre cuida de todos nsootros, y nosotros cuidamos de ella, del Padre y de la hermandad."

Nono se atusa el pelo que le queda alrededor de la coronilla, peinándoselo mientras inspira con tranquilidad y ojos cerrados, como imprimiéndole solemnidad a sus palabras. A continuación extiende su puño palma arriba hacia Nex y lo abre frente a su cara. En ella varios pelos de 4-5 dedos aparecen revueltos.

-La Madre...Madre no puede...no...sin pelo no puede...No puede cuidar de ti...pero...No es tarde para ti. Nono puede...oh ¿sí que podemos no?...sí...cuidar de ti, de Nex y de la Madre. Tú cuida de Nono. Nono cuidará de ti y de...Madre...Nono es fuerte...y yo también.

Nex observa algo preocupado cómo Rolan se marcha, pero decide dejarle a solas y termina la cena. Mientras apura el último trago su hidromiel, se acerca Nono para hablarle. Nex le escucha con atención, ya que después de todo lo ocurrido en la Garganta de la Niebla, de haber pasado tantos días apoyándose los unos a los otros, le tiene afecto.

Al enseñarle sus pelos, le contesta:

- ¿Quieres que yo guarde tus pelos para protegernos mutuamente? - Nex abre su mano por si Nono quiere dejarle sus pelos. Nex no se atreve a coger él mismo los pelos, ya que sabe que Nono los adora y no quiere hacer ningún movimiento que le incomode.

Ante la mirada incierta de Rolan, Sigmus se pone en alerta. Soy Sigmus tu nuevo compañero. Con el que llevabas sentado un rato a la mesa hasta que Nex te ha decepcionado