Partida Rol por web

A Válgueras el precio le parece una barbaridad. No sabe si son los precios normales de esta zona o no pero desde luego en la capital las katanas se venden por mucho menos.

- Vulksenn, puede que mis compañeros no tengan idea de lo que les está pidiendo. Pero verá da la casualidad de que como artesano conozco de lo que estamos hablando...y no permitiré que engañe así a mis compañeros, ¡ Es un estafador!

Dice Válgueras señalando al herrero con el dedo y mirando a sus compañeros

Jace suaviza levemente las palabras en la traducción pero el dedo acusador de Válgueras deja bastante claro a Vulksenn el tono en el que se lo han dicho. Aunque hace unos momentos parecía asombrado con vuestro grupo su semblante cambia inmediatamente mostrándose serio y enfadado. Pone las dos manos en el gran yunque frente a el, apoyando los nudillos y dice:

- Mira... no os mando a tomar por saco de mi fragua no se ni por que... bueno si, por que este a mentado a una persona muy importante para mi familia y tenemos una deuda pendiente con él. Si por mi fuera os mandaba a todos a paseo ahora mismo, pero he de honrar a mis antepasados. El precio es el que es, y bastante rebaja os he hecho encima. Este de aquí -dice mirando a Kashim- va a venir a trabajar a MI forja, con MIS herramientas, con MI carbón, con MIS yunques, con MIS martillos, MIS pinzas, MI suelo y MI techo sin pagar un puto cobre. ¡Aquí no entra ni mi mujer sin mi permiso!... mecagüen todo ¿A que lo mando todo a la mierda y os vais sin nada? ¡Llamarme estafador a mi! -dice señalando enfadado a Valgueras. Acto seguido apoya de nuevo los nudillos en la forja, suspira como para calmarse y vuelve a hablar- No pienso discutir ni UNA sola moneda de oro del precio. Si no os interesa ya os podéis ir todos a tomar por el culo a pelaros de frío y me quedo yo aquí con mi forja, mi martillo y mis secretos, que poca necesidad tengo yo de esto.

Se pone bien erguido con los brazos cruzados frente a su Hercúleo pecho esperando vuestra respuesta.

Belistar mira a Valgeras con reproche. "Eso nos lo podrías haber dicho a nosotros antes de ofenderle".

Maestro Vulksenn-dono, he estado pensando acerca de mi conversación con Tanaka Raishin-dono. No me explicó con detalles la relación que tiene con su familia, pero si ví en el pesar al hablarme de su ancestro Bjorn-dono. Tantos años de existencia tienen que pasar factura al separarse y ver perecer a tantos seres queridos. He emprendido una larga travesía sin mas arma que esta ya maltrecha katana. Belistar le muestra la katana y se la ofrece con el mismo respeto (y ceremonia) que en tierras orientales se les entrega a un maestro. Llevo mucho camino andado y mayores penurias pasadas, sin ver ningún artesanao capaz de hacer este tipo de armas. Aún menos con cierta calidad. Pero al preguntar a Tanaka-dono sin ninguna duda dijo solo uno: la familia Vulksenn. Cuando lo vuelva a ver espero contarle una buena historia acerca de nuestro encuentro y agradecerle el buén consejo que me dió... Belistar se diene un momento, pensando si es conveniente añadir algo. Finalmente se acerca un poco mas y...

le susurra al oido... en los salones castillo de Medianoche de Hringham.

... Como bien sabrá nuestro pueblo, que sigue la senda del bushido, se consagra al manejo de la katana. Para nosotros es como parte de nuestro cuerpo... Belistar guarda su katana y saca una de las mazas que obtuvo en el Castillo de medianoche, la sostiene entre las palmas de sus manos horizontalmente la hace relucir con ki de fuego (usos de ki: extensión del aura al armas y ataque elemental) ... A veces literalmente. Quizás podamos hacer un intercambio. Belistar deja de emitir ki entrega la maza a Vulksenn para que la examine. O quizás mis habilidades podría ser de ayuda en la forja.

Vulksenn, al escuchar las palabras que Belistar susurra en su oido, se pone tenso y abre los ojos como platos, como si redescubriera una vez más quienes sois y se afianzase en que el grupo es un ente a tener en cuenta. Eso incluso no entendiendo el latín, hay ciertos nombres que no necesitan traducción...

El herrero se calma un poco con las muestras de respeto del oriental, aunque no parece muy sorprendido por el uso del Kí de este:

- Nosotros tenemos a los Frostkolier, pero usan el frío en lugar del calor. Puedo quedarme con una pequeña parte del Pico de Luna, la que no pueda usar con la espada de este -en dirección a Varamyr- y usar en su lugar algo de mio de igual valor, pero que será mucho más útil para alguien que maneje el fuego. Un arma fría como los témpanos de hielo no creo que te fuera de mucha utilidad... 

Acto seguido echa un vistazo a la maza:

- Si, no está mal. Pero yo me dedico a la fabricación y venta de armas. No me interesa comprarlas. Podría comprártela, pero sería a un precio muy bajo. Podría daros ciento veinticinco monedas de oro por cada una.

Belistar toma buena nota de los números y se acerca a Varamyr para hablar a parte.

-¿Que piensas sobre las armas? Doce mil monedas es mucho dinero pero no tenemos mas alternativas: las necesitamos. En pocos lugares saben forjar katanas y menos con esta calidad. A demás sería conveniente tener un repuesto. Tenemos fondos pero quizás sería un poco desconsiderado hacia el resto tomar una mayor tajada. A demás tengo 3 placas mas de metal. Con un poco de suerte nos prodría reforzar las armaduras.

Varamyr llevaba un rato cavilando, aliviado tras la intervención de Belistar que había bajado los humos a Vulksenn:

Con mi placa, sumarían 4.  Debería ser suficiente con ésto para reforzar nuestras armaduras. 

Sobre las katanas... si es cierto todo lo que dicen tanto de Vulksenn como de lo que se viene encima, necesitamos equiparnos, por nuestro bien, y por el resto. Es cierto que es mucho dinero, y no estaría bien gastar esta cantidad sin al menos informar al resto de nuestras intenciones... Bien es cierto que tampoco preguntaron cuando estuvimos en la tienda de Davidoff cuando se gastaron 4000 monedas en libros, y aquí cuando algunos han resuelto sus asuntos, se han marchado sin esperar a que terminásemos los negocios. Nos quedarían unas 6000 monedas para el resto del viaje, debería bastar por ahora... se queda pensativo por un momento y añade-

Además está el tema del pico de Luna. Nadie se ha preocupado por ello desde que abrimos el cofre al salir del castillo, a pesar de mis reiterados comentarios y dudas acerca de su posible origen, hasta dar con Davidoff; así que en ese aspecto me siento con autoridad suficiente para que decidamos sobre su uso. No sabemos si habrá alguien más en nuestro camino que sea capaz de emplearlo en la forja de armas, deberíamos aprovecharlo, o en todo caso venderlo por un buen precio, pero en mi opinión nos vale más empleado en armas que como monedas contantes y sonantes. 

¿Crees que merece más la pena el intercambio que te propone por esa parte del polvo? ¿Si no te he entendido mal, te parecía más interesante participar en la parte de la forja de la katana?

Vuelve a quedarse un momento pensativo y resuelve:

Hagamos lo siguiente:

- Nos ofrecía dos katanas forjadas con pico de luna, una con mayor poder que la otra; o bien forjar una katana con pico de luna y con la otra parte intercambiarlo por algo de igual valor y forjar otra katana ¿Verdad? 
Si es cierto lo que Davidoff dijo, deberíamos poder sacarle un buen intercambio.
Si no llega a ser por ti, no habría opción siquiera de forjar nada (sobretodo después del esperpento de Válgueras), así que te dejo elegir las armas que haremos. Aún con tus entrenamientos del Ki estoy lejos de poder complementar mi arma con ello del mismo modo que tú puedes, pero me las apañaré... Una katana con más o menos pico de luna y forjada aquí será mejor en cualquier caso que la que tengo ahora. 

- Después, en voz alta para que nos oiga el resto, le diremos a Vulksenn el trato que aceptamos,  añadiendo un "si nuestros compañeros no tienen mayor objeción" al final, dejándoles el tiempo justo para que opinen. No creo que pongan demasiadas pegas. Todos tienen ya lo que han querido, Khasim podrá entrar en la forja, y nosotros espadas nuevas con las que poder defendernos (a nosotros mismos y al resto) mientras ellos hacen sus conjuros, sacados de sus libros. 

¿Trato?

Puedo cerrarlo yo mismo... si bien creo que en este momento tienes una posición de mayor autoridad que yo y que nadie en nuestro grupo, ante Vulksenn y ante los demás por salvar los muebles...

Belistar se piensa durante unos segúndos

Acepto el acuerdo por las dos katanas. Si consiguiera que ambas fueran de la mejor calidad le regalaría gustoso las dos mazas. Tienen una historía muy interesante acerca de como las conseguimos. Belistar mira complícemente al herrero. ¿Sabe a lo que me refiero? Dirían mucho de la legendaría maestría de su forja, que por su manufactura, atrae a clientes que dejan atrás buen genéro tan arduamente ganado... -y añade en voz mas baja, para que los trabajadores no le oigan con el rugir de los martillos- de lugares que supuestamente no existen. Rememoranto brevemente y por un discurrir extraño de los pensamientos recuerda que todavía hay un tema pendiente. Belistar cruza brevemente una mirada con Veramyr. "No me olvido de tí compañero" Ah, se me olvidaba, mi compañero Varamyr necesita mas material para reforzar su armadura. Belistar deposita tres placas escamas mas de la quimera en el mostrador. "Menudo material este. Lo que constó abatirla."  Aquí hay tres placas mas. Me gustaría que, a demás de la suya, tratrara de ver si puede tambien reforzar la mía. Belistar deposita tambien su armadura. 

Belistar habla con todo el grupo. ¿Alguien tiene algo mas que añadir?

Varamyr mira con complicidad a Belistar y acerca su escama de la Quimera para añadirla a las 3 de Belistar. Después se quita su armadura y la coloca con cuidado sobre el mostrador junto a la de Belistar y las placas y, con un gesto teatral, encima de las escamas, el saquito de Pico de Luna.