Partida Rol por web

Pues si que le sonaba a Mariona el chico en cuestión, era una versión más joven de su ex. Si no fuera porque esos gestos y esa pose eran verdaderamente Stuarts, habría podido pensar que aquello no era más que una casualidad, uno de los siete dobles que dicen que hay por ahí de uno, pero no, aquel era un Stuart, Borja si no recordaba mal. Un madrileño en medio de una excavación catalana, ya íbamos mal, pero había que templarse, la boda con Patxi estaba en el aire, la pasta, necesitaba la pasta. Antes de poder sacarle los ojos al Stuart el tipo que sujetaba el papelito y que había tomado mucho sol se presentó con un fuerte acento árabe.

- Buenas tardes, bienvenidos a la antigua Tebas, soy Abyr Salah, el jefe de excavación del proyecto XVIII reinas y enviado por el señor Charly y el muy honorable profesor Masfurroll - dijo sin un ápice de ironía, remarcando el gran respeto por el profesor Masfurroll - para ayudarles con sus trámites de aduana y conducirlos hasta el valle de los reyes. Sí? Por favor, siganme, y no se preocupen por los guardias, no son tan malos como parecen.

Los guardas les miraron de mala gana mientras estudiaban sus certificados de penales y sus pasaportes. Limpios, pero aun así parecía que los guardias no lo tenían claro. Hablaban entre ellos en árabe, negando con la cabeza y diciendo repetidamente la palabra La, muchas veces, como si fueran Massiel, La La La. Abyr los miró con una sonrisa y se metió la mano en el bolsillo mientras empezaba a hablar con los guardias, lleno de sonrisas. Tras unos instantes y discusiones unos billetes cambiaron de mano y unos sellos aparecieron en sus pasaportes. Estaban en regla, pero no era la única gestión que les tendría reservada Abyr, pues tuvo que perseguir la guitarra de Enzo, que se había extraviado misteriorsamente, y que había aparecido escondida en un carro porta maletas.

Una vez todos juntos, con todo el equipaje, les guió hacia una furgoneta de 7 plazas algo vieja y en cuanto cerró la puerta se giró con una gran sonrisa a decirles

- Siempre es igual. Es una forma de ganar algo más dinero por la policía, no deben dejarse engañar, es bastante corrupta, pero por lo general es siempre adecuado ir a los sitios con un egipcio, los timos no son extraños. Muchos en su país dicen que la picaresca es española, pero ya en tiempo de los faraones teníamos pícaros en Egipto, y los miembros de expediciones son presas fáciles. - Sonrió como uno de esos guías que se ganan la vida con los turistas y les dijo - El profesor Masfurroll me ha pedido que les enseñe el trabajo que tienen que hacer, así que nos dirigiremos hacia el valle de los reyes. Es un espectáculo, sobre todo ahora, que ya no hay turistas. Yo mismo le haré de guía. Tardaremos unos 45 minutos, cruzaremos el Nilo, y de camino podrán ver los templos de Luxor y Karnak a la izquierda, y los colosos de Mennon a la derecha. Siento que no tengamos tiempo para hacer una visita, pero el profesor Garau ya me ha dicho que les llevará durante el fin de semana.

La furgoneta se puso en marcha recorriendo una carretera atestada de coches, donde las señales y normas de circulación parecían opcionales. Ver a 3 personas en una moto era normal, los intermitentes parecían estar prohibidos y la única ley era la de quien tocaba más veces el claxon. Las ventanas les mostró la magnificencia de un atardecer en Egipto. Una banda estrecha de un exuberante verde rodeada por un desierto, el Nilo dando vida, fecundando el valle de Egipto y la ciudad a su alrededor.

El río estaba lleno de barcos de turistas, pequeñas barcas que hacían las veces de góndola, luces que anunciaban una vibrante noche para quien pudiera pagarla, pero esa noche no iba a ser la suya, tenían trabajo por hacer. Llegaron al valle de los reyes, donde unos guardias les abrieron la puerta y donde avanzaron por los caminos reservados a los peatones hasta el pie de la famosa KV62, la tumba del rey Tutankhamón. Abyr les pidió que bajaran y les repartió unos frontales de minero mientras les decía

- Un par de reglas antes de bajar. Nada de tocar los jeroglíficos, nada de flash y todas las preguntas que queráis hacer. Nuestra responsabilidad será hacer un agujero en la pared, y averiguar que hay detrás de la pared norte....

800 pavos, ni siquiera 1000 por estar trabajando allí como los putos esclavos de Indiana Jones, picando piedra. ¿Que menos que un sueldo mileurista no? Pero bueno, ya se sabe, estudiantes, timo y aprovecharse de la juventud. Con ese dinero Patxi y ella se casarían, invitarían a lo grande a sus colegas de colla/cuadrilla indepe a txakoli y cava, y daría para un buen marmitako y escalivada casera de Mariona. Un convite de puta madre, joder. 

Durante el viaje en British Airways, la chica estuvo pasando el rato ojeando algunos apuntes en su tablet, para ir aprendiendo cosas y refrescando las que sabía, no fuera a parecer una puta ignorante de lo egipcio. Que lo era, básicamente lo era, pero había que disimularlo. 

Ya cuando bajó del avión y encendió el móvil vio el mensaje de WhatsApp que le había mandado Patxi. Iba a quitar el roaming que no quería que la desangrasen y tenía que ahorrar para la boda, pero claro al novio habia que avisarle que había llegado bien, lo típico. 

Abrió conversación y ahí que apareció una foto del novio, todo sexy, posando para ella con un chándal euskalduna de rayas verdes, rojas y blancas, en el muelle de Santurtzi. Que él vivía en Bilbao e iba a la Uni de Deusto, pero su aita pescador era de pueblo y allí que se había ido a pasar el día. Al caserío, a hacer queso y luego al bosque a cortar troncos, lo que venía siendo un día normal en Patxi. 

-aquí estoy pasando el día con el aita. Han venido unos hippies españoles a rodar una película absurda de un sevillano que se enamora de una vasca. ¡Ja! Tiene cojones. Una vasca, vasca en la puta vida se fijaría en un andaluz vago de mierda. 

-te tengo dicho que no me hables ni me escribas en español, Patxi. Que te entrenes con el inglés o el catalán, a ver qué tampoco es tan difícil. Español y catalán son lenguas romances y vienen del latin. 

-¿no me dices nada de la foto? Pues vaya mierda, pensaba que te iba a poner cachonda. Luego dices que no hable en español, pero bien que te gusta mi acento vasco cuando lo hablo. 

-estás muy guapo. Me pones, si. Pero ahora no me puedo distraer contigo, que acabo de bajar del avión y voy a ver si no me han perdido la maleta los de facturación. Confío en British airways pero no en los mindundis estos egipcios que no saben ni lo que es el aire acondicionado, tío. En el museo de El Cairo tienen ventiladores en vez de aire acondicionado. Flipé al verlo por YouTube. 

-venga vale. No te doy la turra. Cuando quieras me llamas. 

-te llamaré, yo que sé, cuando esté en el hotel. Exacto, no me des la turra. Voy a desactivar los datos. T'estime.

Bueno, se había despedido del novio con un te quiero. Después de eso fue a por su maleta, todo correcto, y ya se reunió con el resto de compañeros y el señor "que si some" con fuerte acento árabe. Ella escuchaba todo pero hablar no hablaba. Lo que si se dio cuenta fue del gran parecido que guardaba uno de los chicos con un ex suyo. Se quedó mirándolo fijamente hasta que, hostias, era un Stuart. El hermano de Leopoldo. 

Me cague en la puta... ¿Que fa aquest mandril-enyo per ací? 

Pasando, pasando. Miró al resto del grupito, la chica pelirroja, la morenita y el greñas rockero o heavy. - ¿Vosaltres sou catalans i parleu català? 

Mientras averiguó en qué idioma tendría que comunicarse con ellos, se subió a la furgoneta escacharrada del tío "que si some". Ella ya iba vestida de indepe exploradora, con ropa de mercadillo perro flautista. Se apoyó en la ventana y ala, a disfrutar del paisaje y monumentos egipcios antiguos que fueran apareciendo frente a sus ojos de jovencita que no había visto apenas mundo. Fue preparando su cámara, sacándola de su mochilita. Cuando llegaron al valle de los reyes, no sabía si reír o llorar. Mucha arena, aquello parecía una mina. Escuchó al señor, sobre todo lo del flash. 

¿No flash, WTF? ¿Cómo quieren que saque fotos decentes si no hay buena luz? Bueno espérate a ver como es la luz de dentro.

Antes de salir del aereopuerto, comprobé el estado de mi tarjeta. Aún tenía saldo. Mis padres me dijeron que me retirarían todo el dinero en cuanto llegase a Egipto. Al menos se iban a encargar de mantenerme el móvil con internet y línea por si pasaba algo. Pero me iban a dejar vivir como un currito más en aquellos días. Así pues, antes de salir de aquel lugar e indicarles que estaba en Egipto, hice mi última compra. Una buena cámara de fotos, la cual no tenía ni idea de usar, pero que sin duda sacaría mejores imágenes que mi móvil y... bueno, ya encontraría otros usos que darle.

La recepción la hizo un tipo nativo de allí, acompañado de un chico de nuestra edad que sin duda no era del lugar. Cuando le escuché hablar de aquella manera del maldito Masfurrol no pude evitar que mi rostro reflejase claramente lo que estaba pensando. Desde luego ese viejo ya se había ganado al guía, así que ya irían desapareciendo piezas de la excavación, tiempo al tiempo. - Mira, un buen uso para la cámara. Para llevar un buen registro de todo de manera digital. Ahora sólo me falta un portátil...

- Disculpe, podría ayudarme a comprar un portátil antes de salir de aquí.* - Y que mis padres me cancelasen la cuenta. - La verdad era que jamás había pensado en que me iba a dedicar a ser una especie de investigador privado en aquel lugar. Quizás los rumores sobre el viejo profesor eran solo eso, pero cuando el río suena...

Minutos más tarde tuvimos el problema con mi guitarra. Menos mal que no era la buena de verdad y cuando estaba al borde de la desesperación y el cabreo, pues necesitaba una para disfrutar de la paz cuando la tuviese, esta apareció casi por arte de magia.

El golpe de calor hizo que me colocase la gorra en condiciones, pues se notó la salida del aereopuerto al exterior. Una vez en la furgoneta avisé a mis padres de que ya estaba en Egipto, que había hecho compras de última hora en el aereopuerto y que estaba listo para pasar la prueba de fuego. Dos meses se pasarían volados si me lo montaba bien. En la furgoneta me dediqué a toquitear la cámara de fotos para ver como funcionaba y gastar la poca batería que tenía sacando alguna foto de los lugares que veíamos a nuestro paso, los cuales me maravillaban más que en los libros de historia.

Cuando el hombre nos dijo que allí se timaba más que en España no pude evitar sonreír. - De hecho, el juego de los tres vasos y la bola, usado por los trileros en mi país, donde timan a la gente en la calle, se inventó en Egipto, hace 4000 años. - Le dije al hombre bastante divertido con ese dato. No lo había estudiado, simplemente lo vi en la serie "El Infiltrado" donde Roper, un traficante de armas interpretado por Hugh Laurie, le explica a unos niños el juego de los tres vasos y de donde viene.**

Luego aquella chica mona se puso a hablar en catalán y la miré bastante descolocado. Bastante le costaba al guía hablar nuestro idioma como para que encima se le jodiese con otro que yo mismo desconocía. Así que opté por presentarme, tendiendo mi mano hacia la chica con mi encantadora sonrisa. - Enzo Díaz, estudiante de egiptología en el último curso, de Madrid. - Concreté para que supiese que idioma usar conmigo al menos: el nacional.

No me molestaban los demás dialectos, de hecho me gustaba que se pelease para la conservación de los mismos y que no se perdiesen, otra cosa es que yo los fuese a aprender. Ese ya era otro tema. Una cosa era el patrimonio cultural y otra la imposición a aprender algo que no sea de utilidad. Prefería el inglés o mejor aún el francés o el griego antes que el catalán.

Borja pasó una semana horrible.  De compras constantemente, quedando mañanas y tardes con sus muchas amigas y amigos, jugando al pádel, tomando Coca-Colas sin pisar la Uni ni para jugar al mus. Total ¿Qué iban a hacer, mandarle dos meses a trabajar un país tercermundista, en verano, sin dinero ni amigos?  La verdadera razón de tanta rebeldía, sin embargo, no era protestar hedonísticamente contra el severo edicto Stuart, si no evitar la mirada de mamá, que aunque parecía medio tonta, prima hermana de un florero, una veterana rubia vestida de Prada que calzaba unas merceditas de cuatrocientos pavos y acudía a la pelu tres veces por semana, tenía la astucia de la mismísima zorra de Esopo.  

Llegó el día de que le metieron en un avión e incluso su padre se personó en el aeropuerto, 'abortando' mis tímidos planes para escaquearme del viaje.  Y es que no se podía ser tan majo como Borja sin ser también extremadamente complaciente, tolerante o blandito.  No tenía práctica lloriqueando, quejándose, protestando o haciéndose valer porque todo le venía de cara en la vida.  Como pone en su ficha, estaba jugando a la vida en modo fácil.  Así que no hizo un verdadero esfuerzo en evitar el viaje, convencido de que no podía ser tan malo.

Pero lo era.  El avión temblaba y su asiento daba justo al lado de algún motor, turbina o similar,  provocándole un intenso dolor de cabeza. Por primera vez desde que supo que iba a Egipto, decidió mirar la Wikipedia y un par de guías para moverse por el Cairo.  No le entusiasmó lo que leía y, a pesar de un moderado interés por la egiptología y el impacto económico que la entrada de divisas extranjeras provocaba en el país, supo que tendría que replantearse su plan de salir de fiesta cada noche y conocer a unas cuantas turistas teutonas.  Se adaptaría a un plan más relax, más contemplativo y algo más aburrido, pero no sería tampoco un trauma insalvable.  Eran solo dos meses, se pasarían volando incluso si las azafatas eran representativas de las mujeres que podía encontrarse en las zonas más tolerantes el país árabe.  

También estuvo leyendo acerca de los coptos, pensando que seguramente su mamá se alegraría si le traía algún souvenir cristiano de egipto.  Al fin y al cabo, tras ir de compras, ponerse guapa, ir a todos los saraos y dar faena sin parar a Fernanda, ser religiosa era su mayor afición.

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-Encantado, señor Salah - dijo estrechando la mano del árabe, colaborador en Egipto del  "Masfu".  Por un momento, mientras hablaba, echó una amigable sonrisa a los que le acompañaban, futuros compañeros de fatiga y parpadeó tres o cuatro veces seguida al encontrar la mirada de la ex de su hermano, la mismísima Cabr-Ona que le había roto el corazón en mil pedazos.  Bueno, pensó, solo era cuestión de evitarla lo más posible, hacer como que no la conocía y que esa vez que la vio en bikini en Alicante no había existido.-Hola, soy Borja -saludó en general, sin centrarse en ninguno en particular -¡ Encantado!

El viaje en furgoneta fue ameno, mucho más interesante de lo esperado.  No podía consultar casi nada con el móvil para contrastar la información que Abyr les daba, pero el egipcio sabía de lo que hablaba.

-Eso es TOTAL - dijo cuando pasaron al lado de los templos, estaba contento de estar ahí. -Lo que tuvieron que trabajar para construir todo eso, parece como increíble. Sin máquinas, ni grúas, ¡Vaya místerio!. Pero no comentó muchas más obviedades en el resto del trayecto.  Su interés no estaba, todavía, en sus compañeros y compañeras.   Por increíble que pareciera, toda la atención de Borja Stuart estaba en la entrada del lugar donde iban a 'trabajar', la mismísima tumba de Tutankamón.  Notó como la pierna le temblaba un poco.  Anticipación, nerviosismo, un poco de miedo.

Todo pasó MUY rápido. Estaba buscando una mascarilla en su bolso, porque ni de coña se iba a tragar las arenas del desierto, que eso luego iba directo a los pulmones, y te dejaba fatal, peor que un minero de Astúries. En eso que se presentó el chico de las greñas, dándole la mano, y ella sonriendo, aguantando que le hablase en español. Ya cuando dijo que era de Madrid no pudo soportarlo. Le había dado la mano un mandril-eño, y se sentía violada políticamente hablando, por no decir algo peor, a saber donde había estado esa mano, si no habría acariciado los leones del Congreso de los diputados. Hostias, y tengo que hablar con el en español... Vamos a intentar otra estrategia... -Hi, I'm Mariona, cabr-ona​​​​​​, from Barcelona. I'm studying journalism. ¿Do you speak English, Enzo? I'm improving my English in this trip. -mírala qué cosmopolita y sabía era ella. Que apañada. 

Se puso la mascarilla a conciencia, porque no se la iba a jugar con las esporas de los hongos milenarios de Tutankamon, que ya habían matado a mucha gente en los años 20, peor que el covid, y asintió a "que si some", si es que con las prisas se había puesto nerviosa con lo del flash. Pero dentro iban a tener luz en los cascos de mineros. 

Puso los ojos en blanco al ver a Borja. Si que había crecido, y hasta se le entendía al hablar, que entre tanto osea, total y tope guay o chachi piruli, mucha conversación de lo que hablaba en aquellos días de fiesta en Calpe, no se le entendía una mierda. Putos pijos de Madrid. Al menos Enzo no tenía pinta de llevar polos con el logo cutre del cocodrilo. Eso sí, necesitaba un buen corte de pelo. 

Domingo de resurrección en el coche de Polo. Coche vintage de la família Stuart.

Semana Santa del año... "x" Mariona aún no estaba metida de lleno en el tema de la independencia, le estaban lavando el cerebro poco a poco sus colegas nazis. Había conocido a Leopoldo por Instagram. Era un pijo de Madrid, de familia bien, muy guapo. Demasiado. Una cosa llevó a la otra. Un súper engaño. 

Se acercó al hermanito pequeño, no debería haberlo hecho, pero se sentía CULPABLE. Es que ella sabía perfectamente que durante su estancia en el chalet de Calpe, Borja les espiaba. Le había dado la vida mártir con su bikini, pobre. Y seguramente algo más, envidia de Polo, un guarro pensando que querría estar en el lugar de su hermano. 

-What's up, Borja? How is your brother? - se acercó de buenas al chaval, sin tocarle claro. Y ya llevaba la mascarilla puesta, por si acaso. A ver, que ella había disfrutado mucho con Polo pero todo lo bueno se acaba, esa relación no tenía futuro. 

-¡Ayalga! -se acercó sonriente a la chica. Fue una alegría ver una cara conocida. Aunque en un principio tuvo que hacer algo de memoria, era inconfundible. Qué gracia.

El vuelo se le hizo más corto de lo esperado. Por suerte ocupaba un asiento con ventanilla, algo que le parecía lo más. Al aterrizar no fue difícil localizar a la persona que les esperaba, ya que llevaba un cartel inconfundible. Se acercó mientras enviaba un mensaje a su familia para decir que había llegado bien.

-Sí, em dic Ares, encantada -respondió ofreciendo la mano a Mariona. También se presentó a Enzo y Borja, y sonrió a su antigua conocida.

Sin perder tiempo subieron a una furgoneta desde la que pudo contemplar expectante algunas de las maravillas de Egipto. Al bajar del vehículo, sin prisas esta vez, respiró profundamente, percibiendo el clima y el olor que les envolvía. Aquello era una preciosidad, estaba emocionada, y a punto estuvo de salírsele el corazón del pecho cuando escuchó allí mismo, en la tumba del rey Tutankhamón, que harían un agujero en la pared norte para averiguar qué había detrás.

Esa era la precariedad contra la que había que luchar. Que ochocientos euros hoy en día era una mierda y eso ya debería ser motivo más que suficiente para montar una revolución. Pero claro, sabiendo que en Asturias las probabilidades de encontrar un trabajo con un sueldo decente eran casi nulas, y menos aún con la carrera que ella había elegido, no podía negarse a rechazar aquella oportunidad. Que una cosa era armar la revolución y otra quedarse a pan y agua el resto de lo que quedaba de año. Porque, joder, sí que era cara la vida en Barcelona y con lo que le mandaban sus padres tenía para pagar la residencia y poco más.

Con su mochila preparada, llena de parches de distintos países que había visitado, Ayalga se fue al aeropuerto. Le había jodido tener que quitar la pegatina de la mochila con la bandera, pero le habían advertido que, al ser una cruz, quizás pudiera tener algún problema con los árabes. Que vale, ella era comunista y lo de la religión era una puta mierda, pero la bandera de Asturias que no se la tocara ni dios… Pero, como en tantas otras cosas, tuvo que ceder.

—¡Ares! —exclamó al ver a la inconfundible pelirroja que había conocido en el interrail.

Estaba claro que la vida era un pañuelo porque, quién le iba a decir que iba a volver a viajar con la fiestera de Ares. Que muy mona y todo eso, pero bien que le iba la marcha cuando queria. Mientras esperaban a que arreglaran los problemas que había con los pasaportes, una guitarra o algo así, Ayalga aprovechó para ponerse al día con la pelirroja ya que, una vez en el avión, sus asientos estarían separados.

El vuelo se lo pasó echando un vistazo a un cuaderno que sacó de su bolso de tela multicolor. Había sacado algunos apuntes y anotaciones de todo el material que Charly le había proporcionado. Entre las juergas de despedida, los preparativos y demás, apenas había mirado para ellos así que ahora no le tocaba más que pringar.

Cuando llegaron a El Cairo, puntuales como solo los ingleses saben hacerlo… o eso dicen, Ayalga se unió a los jóvenes que ya se concentraban ante un autóctono del lugar que portaba, todo un detalle, un cartelito la mar de revelador. Mientras se dirigía hacia el hombre observó a los que debían ser sus compañeros de expedición. Salvo Ares, el resto eran totales desconocidos para ella.

Por las pintas de la morenita quizás pudiera hacer buenas migas… quizás. Rediós ye una de ese indepes seguro; con el de la sonrisita y ropa que parecía recién salida de la tienda más cara de París, lo dudaba mucho. Y esti rapaz qué coño perdió aquí. Y vamos… El tío con el pelo años noventa… Joder, paezse al tiu Xuacu en les fotos la universidá.

Cagüen to… Onde metime yo…

Lo peor… aquel calor. Ayalga dudaba que fuera a soportar muchas horas seguidas aquel calor al que no estaba acostumbrada. Si en Asturias cuando pasaban de los veinticinco ya estaban medio muertos… Y la furgoneta… ¡Le encantó! Aquella lata sobre ruedas era genial para una aventura como la que acababa de comenzar. Y ya lo que veía, aquel caos de circulación, el pintoresco colorido. Aquel lugar olía a piedras viejísimas y a historia por los cuatro costados.

Pero había que ser educada y no empezar con mal pie, que una podía tener sus creencias pero ante todo en su casa le habían enseñado respeto. Así que, aparte de atender a los nombres de cada uno, se dispuso también ella a presentarse, intentando hablar en un perfecto español. Algo difícil porque el acento iba a ser difícil disimularlo.

—Encantada señor Salá —saludó primero a su guía antes de, con  una ceja levantada pues, aunque no había entendido bien lo que había preguntado, intuía por donde iban los tiros—. Lo siento pero ni papa de catalán… Estoy en ello —mentira piadosa porque en los días que llevaba poco había llegado a aprender aparte de pantumaca—. Ah, llámome Ayalga —a la mierda el perfecto español, pero… Cómo le gustaba su nombre, sus padres habían sido unos hachas al ponerle ese nombre tan poco común. Solo esperaba que los madrileños no se sintieran molestos por su acento. Que ya era bastante casualidad que en una beca catalana menos de la mitad eran catalanes.

Poco tardó Ayalga en perder el hilo, en especial cuando la morena comenzó a hablar esa vez en inglés. No era para menos, estaba ante la famosa tumba de Tutankhamón, y eso había que paladearlo con tiempo y mucha atención.

—Lo que voy fardar en el chigre cuando vuelva…

Y las presentaciones comenzaron y no pude evitar dejar de sonreír a las tres chicas. La verdad era que si tuviese que decantarme por una en aquel momento, no sabría por cual. Cada una tenía algo especial y la asturiana ganaba mucho con aquel acento, había que reconocerlo. Pero fue la catalana quien más caso me hizo en aquella ocasión, aunque en mi foro interno algo me dijo que pronto dejaría de hacérmelo.

- Sí, hablo inglés. No con la misma soltura que tú. - Le respondí enseguida a la chica, que me dejó perplejo hablándome así del tirón, sin saber si yo conocía el idioma o no. - Pero soy de esas personas que consideran de mala educación hablar un idioma distinto al que todo el grupo presente conoce, salvo que se concrete lo contrario y como no se si el resto de mis compañeros hablan inglés o no, pues... casí que me quedo con el idioma nacional por el momento. - No iba a tardar en ver de que pie cojeaba aquella chica.

- Además, seguramente en la expedición y en el hotel, encontrarás suficiente gente como para practicar el idioma y coger soltura. De hecho, hasta a mí me tocará hacerlo alguna vez. - De eso estaba seguro. Y es que el inglés si que lo aprendí, por la cuenta que me traía, para ligar con las extranjeras cuando venían a España o salía yo a Lóndres o NY.

Miré a la asturiana cuando pronució su nombre. - Ayalga. Un nombre muy bonito y... bueno, jamás lo había oído. ¿De dónde viene? ¿Tiene algún significado? ¿Y el tuyo Ares? A parte de ser un dios... mmmm... ¿de la guerra o del inframundo? Creo que ya sabemos porqué estudié egiptología... - Bromeé.-  ¿De donde viene y que significa?

Abyr sonrió ante el comentario de Borja, señalando hacia Karnak y diciéndole - Todo se hizo con rampas, rampas y cuerdas, mientras se arrastraban los bloques sobre superficies cubiertas de aceite. El primer día que tengáis libre os llevaré a Karnak si queréis, merece la pena. Tiene columnas que se necesitan 7 personas para abrazar, y capiteles donde podría haber hasta 50 personas de pie. Es una maravilla

Llegaron al valle de los reyes y todos ellos empezaron a confraternizar. Aquellos iban a  ser los chicos con los que se iban a pasar picando piedras, tragar polvo y arena y trabajar en un entorno tan estrecho como podía ser una tumba. Abyr se los fue mirando, uno a uno, con parsiomonia, como si pudiera averiguar quien de ellos sería el primero de meterle en problemas. Sonrió, como si aquello no fuera la primera vez que le pasaba y les dijo

- El idioma oficial del proyecto es el castellano, pero muchos de la expedición comprendemos el inglés y el árabe. También tenemos a un italiano y en el campamento del proyecto Djehuty tienen hasta a una japonesa. Es un poco lío, así que, mientras estén en un ámbito privado hablen como quieran, pero si es algo relativo al proyecto, lo mejor es favorecer la comunicación y hablar algo que entienda todo el mundo. - Los miró con una sonrisa y les dijo - Voy a ser vuestro jefe, el más directo que tengáis, porque soy el técnico de excavaciones de la expedición, y desgraciadamente no entiendo el catalán: Castellano, Inglés, Árabe, Persa, además de saber leer hitita, cuneiforme, fenicio, griego... - Fue enumerando los lenguajes para luego encogerse de hombros y sonreír - En el campamento ya tendrán tiempo de discutir sobre esas cosas, es lo único divertido que hacer, contar historias, filosofar y mirar las estrellas. Aunque las riñas más importantes suelen ser por el fútbol...

Miró hacia la tumba y les dijo

- Como alguno de vosotros probablemente no tendrá muchos conocimientos os explicaré lo que vais a ver. Esta es la tumba KV62, la del rey Tutankhamón, el faraón niño de la XVIII dinastía. Supongo que habrán visto su máscara en alguna foto, porque es un faraón relativamente famoso, aunque, en comparación con otros faraones, su papel en la historia es intrascendente. Nada tiene que ver con Ramses II, Ramses III, Seti I, Hatshpesut o Keops, pero es famoso porque su tumba fue descubierta casi intacta, con todos los tesoros sin haber sido saqueados. Se descubrió en 1922 por Sir Howard Carter - dijo dándole a su voz un sentido reverente - y hay mucha leyenda sobre el descubrimiento. Si han leído sobre el tema puedo decirles que la tumba no fue descubierta por un niño aguador, no hay ninguna maldición aunque la muerte de los participantes en el descubrimiento se produjo, y no en demasiado tiempo, y sí, la frase de veo cosas maravillosas se pronunció. No deben preocuparse por su salud, porque esta tumba ha sido visitada por millones de turistas hasta que se realizó una copia idéntica para ayudar a su preservación. -Se tomó una pausa para ver si le seguían y después les dijo - Intentaré reducir mis explicaciones al máximo en la tumba, la concentración de dióxido y carbono y vapor de agua que exhalamos al hablar daña las pinturas. Estamos hablando de una tumba de hace 3600 años aproximadamente, en pleno imperio nuevo, así que, traten con respeto la tumba. No sería la primera vez que las autoridades detienen a alguien por hacer alguna gracia en uno de los muros. - Los miró para ver si lo habían entendido y les dijo - Siganme

La tumba no era muy alta, poco más de 1.85, y las paredes estaban cubiertas de jeroglíficos bastante bien conservados. Tal como les había avanzado Abyr, el ambiente no estaba cargado y no olía a nada extraño, ni siquiera a humedad y es que si prestabas atención se podían escuchar los sistemas de deshumidificación del ambiente. Al acercarse a la puerta que daba a la sala de ofrendas les dijo, agachándose y señalando una hendidura en la piedra de 15 centímetros. - Por aquí fue donde Carter vio sus cosas maravillosas. Llevó más de tres meses pasar desde esta puerta a la sala donde reposa el faraón. Donde vamos a entrar es la sala de las ofrendas, algo muy habitual en las tumbas de la época. En ella se dejaban alimentos, cerveza, vino, perfumen, aceites y todo lo que los egipcios necesitaban para la otra vida. Se cree que los egipcios temían la muerte pero no, no era cierto, amaban la vida y pensaban que la muerte solo era un paso más para la vida eterna.

Les hizo una seña para que le siguieran, dejando la sala de ofrendas y dirigiéndose a una puerta en la derecha, la sala donde reposaba el faraón. No era una sala demasiado ancha y en el centro reposaba el sarcófago del faraón, cubierto de jeroglíficos. La momia no era visible, pero dentro del sarcófago había una suerte de sarcófago interior con la forma del faraón en posición osiríaca. Abyr se acercó a la pared norte, la pared que estaba llena de babuinos y acarició la piedra interior que no tenía nada gravado y les dijo

- Según el radar detrás de este muro hay un pasadizo, y algo más atrás una habitación. Nadie sabe lo que hay, y ese es nuestro trabajo, averiguarlo. Agujerearemos la sección inferior del muro, intentando construir un paso, catalogaremos las piedras y las inventariaremos para poder rehacer el muro de ser necesario. Esto ya se ha hecho, por ejemplo en los templos de Abu Simbel o Philae. Que puede haber? Otra sala de ofrendas, o, tal vez, una sala con los restos de una reina o alguien de la familia real. Hay muchas momias que aun no han sido encontradas o catalogadas, Nefertiti, Hatshepsut, que a pesar de haber sido catalogada aun hay alguna reticencia en aceptarla, Tyi, algo maravilloso, algo maravilloso nos espera detrás de esta pared. - Los miró por si querían hacer alguna pregunta y tuvieron clara una cosa, Abyr estaba entusiasmado con esa tarea, y aquello era algo muy grande, algo que, de salir bien, podía inscribir sus nombres en la historia.

—¡Hey, Mariona! - sonrió el chaval, dentadura perfecta, genuina cordialidad.  No pretendió hacer como si no la hubiese visto antes. -Leo is living in Miami and couldn't be happier —se encogió ligeramente de hombros, solo trasmitía las opiniones de su hermano. —That's what he always says. ¿Y tú? ¿Cómo te va a tí? Te veo bien.

No le importaba hablar en inglés, le era indiferente hacerlo en la lengua de Shakespeare o de Cervantes.  No había pensado que quizás Enzo no supiese inglés, por su reacción, algo que le sorprendió ligeramente ¿Quién no sabe inglés hoy en día? 

Devolvió el saludo a Enzo, estrechando las manos con fuerza y sonrió cuando lo hicieron Ares y Ayalga. 

—¡Ares! —sumó dos más dos, en esa cabeza guapa había bastante culturilla, por lo menos de la de ganar quesitos del Trivial. —Como la virgen de Ares, en Lérida. Bonito nombre.  Se adelantó a dar dos besos a la pelirroja. —Borja. Creo que lo dije antes, jajaja. No lo recuerdo.  

—Ayalga — repitió el nombre, como para memorizarlo pero no preguntó 'de donde es' ni hizo ningún comentario.  También le dió dos besos. —Encantado. Soy Borja...¿Por cierto? Sois todos egiptólogos o algo así? Creía que Mariona empezó a estudiar en otra cosa, pero ni bajo pena de tortura podría acordarse a qué se dedicaba su casi ex-cuñada. 

-molt de gust, Ares. Jo sóc Mariona. - respondió al saludo de la chica, estrechando su mano. Por dentro sonreía, por fuera también. No dejaría atrás su idioma natal por culpa de esta expedición donde ni el tato hablaba catalán excepto ellas dos. "Que si some" era un hacha con otros idiomas. Y el resto, pues, españoles que necesitarían un traductor simultáneo para entender el catalán, claro que no peor que un andaluz intentando pillar al vuelo lo que decían. Los andaluces eran especialmente caóticos para entenderlos. Que se lo contasen a ella, una vez que fue a Granada, que se pasaron todo el día diciéndole no entiendo nada de lo que dices "mi arma". Mariona concluyó en aquel viaje que los andaluces se echaban demasiada gomina en el pelo, y que esta resbalaba hasta sus orejas formando unos tapones imposibles para potenciar la comunicación. 

Escuchó a su compañero Enzo, ladeando la cabeza y muy a su pesar tuvo que reconocer y aceptar que si habían de comunicarse, con fluidez y rapidez, todos debían hablar en el idioma nacional, a no ser que ella estuviera trabajando solo con Ares, entonces ni Amon Ra impediría que esas dos se comunicasen así. -I understand it... - dijo finalmente, pero sin hablar directamente en castellano. ¿Hacia falta? No. Había sido totalmente concisa. Y más con lo que siguiente que dijo. - OK. - ni pa ti, ni pa mi. Aceptaba hablar en castellano si le preguntaban algo sus compañeros. Que sino ella se limitaría a picar piedra y sudar, y todas esas cosas de mineros jóvenes. 

No preguntó que significaba el nombre de Ayalga, porque ya lo preguntó Enzo. Pero no supo porqué ese nombre le hizo imaginar un plato de acelgas. Debía ser porque quitando algunas letras se formaba la palabra "acelga". Si, tenía curiosidad por escuchar de donde provenía el significado, porque tal vez tenía algo que ver con alguna princesa astur. Por el acento la chica era del norte, vasca no. Concretamente de Asturias. Bueno, tendrás que comunicarte en español esta vez, o quedar como una maleducada. -el catalán no es difícil, pero como cualquier idioma ayuda mucho practicarlo y convivir con personas catalanas para aprender. - explicó con una sonrisa a la chica. Si pensaba quedarse a vivir en Cataluña a la larga tendría que aprenderlo. 

Escuchó finalmente a Borja, había preguntado más por quedar bien, porque estaba segura de que no habría pillado una depresión por su culpa. Era demasiado guapo y los guapos arreglaban su corazón y entrepierna con facilidad. -ah, que bien. - dijo un tanto desganada, o quizás era por hablar en castellano, que no le interesaba que su boca hablase ese idioma. Antes como se trataba de explicar a Ayalga algo importante sobre el catalán se había explayado más. 

Y ahí terminó la conversación. Tocaba prestar atención al señor Salah. Mariona escuchó atentamente a sus explicaciones mientras se iban internado en la tumba del faraón. Realmente la sensación era de placer al contemplar un lugar tan antiguo, donde personas sacrificadas se dejaron la piel excavando aquellos túneles y cantidad de metros hacia abajo picando, sufriendo, tragando polvo. Era un lugar sagrado de contemplación y muerte. Sacó su cámara nikon reflex y empezó a sacar fotos, SIN FLASH. 

-todo esto es muy interesante. - que remedio. Castellano. -supongo que ahí dentro no está la Momia. ¿Verdad? ¿Cree usted que si hallamos la tumba de otro faraón o reina, nos puede ocurrir algo... malo? - que conste que no estaba cagada, o bueno un poco si, porque como se les cayera piedra encima y los matase, 800 euros ya ves. Ella tenía mucho respeto por los muertos, y los virus milenarios. Y las maldiciones, si. 

Una vez hechas las presentaciones y después de que Ayalga evaluara, a su manera, a los que serían sus compañeros durante una temporada se dispuso a contestar la pregunta de Enzo. Aquel joven le resultaba gracioso con su aspecto sacado de los años ochenta o noventa, pero parecía majo.

—Es una palabra asturiana. Significa tesoro —contestó, dedicándole al joven una sonrisa orgullosa.

Después vinieron la explicación de la independentista, porque había que serlo y mucho para dar la turra de esa forma con el puñetero catalán y el par de besos del pijo. No podía negarse que hacían un grupo de lo más heterodoxo y seguramente, después de que pasaran los dos meses, o se llevaban de puta madre o acababan a hostias. El tiempo lo diría.

Lo que le resultó curioso, e incluso gracioso, a Ayalga fue comprobar que la indepe y el pijo ya se debían conocer. Parecían agua y aceite, por lo menos a simple vista, aunque nunca se sabía… Quizás Mariona resultaba más pija que Borja y éste mucho más hippie. Aunque viendo la ropita que llevaba…

—Encantada Borja —saludó, mirando aquella sonrisa perfecta, aquel pelo perfecto y aquella ropa perfecta; preguntándose como quedaría don perfecto después de tragar tanto polvo—. No, no... Yo estudio Historia, más concretamente la época medieval.

Pero cualquier apreciación sobre sus futuros compañeros, y esperaba que amigos con el tiempo, quedó relegada cuando el señor Salado comenzó a hablar. El tío controlaba… y mucho. Y todo lo que contaba, aparte de sonarle levemente de lo que había estudiado los primeros años de carrera y lo que había leído en las recomendaciones de Charly, le resultaba a Ayalga muy interesante. Aunque no tanto como para pensar en cambiar de especialidad, que para ella la Edad Media demasiado encanto.

Aquello era una pasada. Ayalga no se podía creer que estaba realmente dentro de una auténtica tumba egipcia; nada de réplicas en museos ni visitas 3D por internet. Una verdadera tumba y encima de un faraón famoso. Que de acuerdo que no había sido muy relevante en la historia, pero ¿quién no había oído hablar de Tutankhamón?

Quizás fuera la forma en la que su guía y jefe hablaba, con tanta pasión y erudición, que a Ayalga le entraban ganas de tirar aquella pared cuanto antes. El entusiasmo del hombre era contagioso y, a cada segundo que pasaba, la joven menos se arrepentía de haberse presentado a la beca. Otra cosa sería cuando pasaran los días y estuviera hasta el gorro de polvo, piedrecitas, calor, pico y pincel.

—¡Ah! Si monta lo de Karnak cuente conmigo —recordó de repente Ayalga lo que el hombre había comentado hacía ya un buen rato—. ¿Era algo normal que enterraran en la misma tumba a dos reyes o reinas? Porque eso de que quizás tras la pared haya la momia de una reina… ¿La madre del guaje tal vez?

Al menos el guía puso las cosas en su sitio, aunque Mariona pareció ser algo peleona. - Disculpe mis modales, al presentarme a mis compañeros no lo hice con usted. Soy Enzo. - Le dije a guía tendiéndole la mano, más aún después de aquel capotazo con los idiomas. No me molestaba hablar en inglés, pero prefería hacerlo con otros fines, pues mi vocabulario estaba destinado a eso, no a la arqueología.

Al final resultó que más o menos todos se conocían entre sí de alguna manera y que yo iba a ser el extraño del grupo. Me sentía igual que cuando llegué a Cataluña. Solo. Donde no tuve manera de hacer amigos. Trabajadores de estudios para mí sí, pero amigos de verdad, nada. Viendo como se trataban entre ellos, me daba que me iba a pasar lo mismo. Con lo fácil que me resultaba hacer amigos en Madrid, lo que se me complicaba fuera... no lo entendía.

En cuanto la asturiana me respondió la sonreí y entorné la vista. - Pues creo que acertaron con él. - La respondí no sin cierto descaro. - Espero llegar a conocerte lo suficiente para confirmarte en su totalidad que fue un acierto ponértelo. Me sigue pareciendo precioso. - No se sabía si había sinceridad, intento de entrar a esa chica o tanteo simplemente por la naturalidad en la que acabé hablando con ella.

Faltaba Ares por responder, aunque Borja no tardó en darme una pista de su nombre. El de una virgen de Lérida. ¿Una mojigata en el grupo? Esperaba que no. Porque con esos ojazos y ese cuerpo, hasta podría enamorarme de ella. Pero claro, eso lo tenía prohibido. Nada de enamorarme hasta pasados los 35. A partir de ahí ya sentaría la cabeza, o quizás los 40...

Y nos movimos hacia la tumba, sin llevarnos primero al hotel a descansar del viaje, darnos una ducha y cambiarnos de ropa. Aquello no me gustaba mucho. Me veía trabajando con las maletas en la furgoneta. Vale que tuvieran prisa por mostrarnos todo aquello, pero... podrían esperar un poco. Seguí los pasos de los demás escuchando la incansable voz del guía y saqué mi móvil del bolsillo. No había cobertura, pero no me preocupaba, lo que quería era la cámara para sacar fotos a los jeroglíficos. Al menos tendría algo con que entretenerme si me aburría allí y no me dejaban tocar la guitarra por su religión o algo. Además, la iba a dejar en el hotel, el desierto no era lugar para ella.

Así pues, le quité el flash al Iphone última generación que saqué de mi bolsillo, algo bueno tenía que tener ser hijo de padres ricos, y mientras que el guía le daba a la sin hueso, iba sacando imágenes de los jeroglíficos del lugar. Vi a la futura periodista sacar una super cámara y sacar fotos, sin duda darían mil vueltas a las mías. Estaba claro que debía hacerme con una cámara y un portátil para aquel sitio.

El guía nos llevó hasta la sala donde descasaba la momia o al menos su ataud y nos mostró la pared a picar. Miré a todos y me quedó claro quien iba a ser el que iba a estar con el pico en la mano todo el día. - Lástima que no hubiese venido un vasco, dos cabezazos y hubiese abierto el túnel él solito. - Pensé para mí. Pero no veía a las chicas con el pico y al tal Borja, nada que no fuese una raqueta de tenis o de padel.

- O podría haber una cámara falsa, vacía, ya saqueada o que el tiempo hubiese hecho que la tierra que la cubría la hundiese y ahora no quedase más que arena y rocas en un pequeño hueco detectado por el radar... O una trampa para saqueadores de tumbas. - Añadí dejándome llevar por la imaginación y las películas de Indiana Jones, buscando asustar a los más susceptible. - Con mecanismos en las paredes y en el suelo que cuando se activen suelten dardos envenenados o grandes bolas de piedra sobre nosotros... o quizás le suelo se abra ante nuestros pies y aparezcan estacas a unos tres metros de caída...

Miré al guía. - Es broma. Están todos muy serios y callados. Necesitaba romper el hielo...

Una vez Salah se puso a hablar del asunto en cuestión, una posible sala oculta en una tumba legendaria construida hace miles de años, el corazón de Borja latía tan fuerte que pensaba que se le iba a salir del pecho. Durante los largos minutos anteriores, el estudioso les había bombardeado con palabras y palabras acerca de las dinastías y las costumbres del antiguo egipto.  Igual podría, si no fuese tan buen chaval, pensar que el tal Salah lo que quería es aprovecharse de ellos de alguna manera.   No había jornaleros, ni grandes equipos y le parecía extraordinario poder formar parte de la historia.  Desde luego su padre tenía una influencia grandísima, no podía negarse.

—Oiga, señor Salah. Me parece genial estar aquí ahora, estoy tope emocionado, esto es..   ¿Podemos empezar ya a tirar la pared abajo? —sus palabras reverberaron en la estancia.  Se ruborizó ligeramente y bajó la voz a un volumen más reverencial  -Con cuidado y catalogando cada fragmento del muro, por supuesto.  No vayamos a... —se reía, le hizo gracia el apunte de Enzo.  Buen chaval, a pesar de sus pintas se notaba que era con el que tenía más afinidad, no por ser un tío, si no por ese 'algo' que destilaba.  No era tonto Borja, puestos a elegir prefería tener más "afinidad" con cualquiera de las otras tres, pero las cosas eran así. —... activar una trampa, como en las películas antiguas.

Sonrió a Enzo cuando le preguntó por su nombre y declaró que no tenía mucha idea acerca de mitología. -El del inframundo es Hades -respondió amable. Iba a explicarle de dónde venía su nombre, pero Borja se adelantó. -Así es -corroboró-, aunque me parezco más al dios, doy más guerra que sermones -rió divertida.

Le sorprendió bastante que Borja supiese de dónde procedía su nombre, y más aún que les plantase dos besos a Ayalga y a ella. En Egipto esas cosas estaban mal vistas, lo que lo hacía más divertido. La primera impresión que tuvo de él era la de un chico paradito, de esos que en la discoteca sujetan el vaso con las dos manos y se esconden en una esquina, fundiéndose con la oscuridad, pero igual estaba equivocada. -Estudio arqueología -respondió a su pregunta. A parte de Ayalga, no sabía o no se había enterado de las especialidades de los demás.

Con ese ¡Hey! Quedaba bastante claro que Borja y Mariona se conocían. A ella le devolvió la sonrisa tras su presentación. Tenerla allí sería como tener un pedacito de su casa. Vio cómo la chica comenzaba a hacer fotos y preguntaba acerca de las supersticiones. Ares no creía en ellas, pero le gustaba que existieran. Cualquier cosa que contribuyese al misterio era bienvenida. Y hablando de misterios, éste lo resolvería Ayalga explicando el significado de su nombre. -¡Qué bonito! ¡Si es que vales oro! -Ares sonrió y entrelazó su brazo con el de ella afectuosamente, y es que le hacía mucha gracia tenerla allí.

Ayalga hizo una pregunta interesante y Ares esperó a conocer la respuesta, aunque tuvo que hacer un gran esfuerzo para no reír cuando la escuchó referirse al “guaje”. ¡Por Dios, qué auténtica era!

Abyr Salah parecía una persona accesible. Sabía de lo que hablaba, pero no era ni distante ni prepotente. Después de unas cuantas normas fue al lío, que es lo que le interesaba a Ares. Ella no había respondido al saludo inicial pero no fue por descortesía, aunque ahora le parecía que un poco mal sí había quedado. Ya le saludaré luego, pensó. Pero Enzo había cometido el mismo error y al ver cómo lo solucionaba, aprovechó ella también la ocasión para enmendarlo.

-Y yo Ares, un placer conocerle -sonrió al guía.

Acto seguido Enzo dedicó unas palabras a Ayalga que hicieron que Ares se sonriera y le soltase con voz tenue en el oído a su amiga un -uiiiiii pícaro y juguetón. Después dejó su brazo libre para que ambas pudiesen moverse libremente por allí.

Escuchó con atención las explicaciones de Salah. Estaba tan emocionada que le costaba quedarse quieta. Flipaba, y todavía más pensando en cómo podían haber concedido semejante oportunidad a su universidad. ¡Era increíble! ¡Era lo más! ¡Era...

Enzo habló de trampas al estilo Lara Croft y como no podía ser de otro modo, tal idea captó su atención. -Pues a mi me gustaría -pensó en voz alta-. Siempre y cuando nadie resultase herido -sonrió, aclarando la situación.

Abyr estrechó las manos de Enzo y Ares con una sonrisa y enérgicamente. Eran manos fuertes, de un tipo que estaba acostumbrado al trabajo manual y de los que no tenían problemas en remangarse aunque tuviera 3 carreras. A pesar de ser una persona que se notaba como cercana no saludó a la española, nada de besos, un apretón de manos, muy propio de un ambiente laboral pero tratándolos de igual a igual, él era su responsable pero los valoraba, y eso era algo que se notaba que le salía de forma natural. Parecía obvio que no era el primer grupo de becarios que trabajaba con él y que le gustaba trabajar con gente más joven.

Les dejó que hicieran unas cuantas fotos, a las que solo pudo sacar todo el jugo Mariona por su mayor experiencia en lugares oscuros, y les pidió con un gesto que les acompañara Con infinita paciencia respondió a sus preguntas sobre la tumba, empezando con Mariona, que había sido la más echada para delante en preguntar

- La tumba del rey Tutankhamon es especial, no solo por su fama sino porque el rey duerme en su sarcófago. - Sonrió mientras le decía - No me gustaría ser demasiado técnico, y no lo entiendan como una crítica a Howard Carter, porque en sus tiempos las cosas se hacían de otra manera pero la momia se quedó aquí porque quedó muy poco de ella en condiciones después del paso de Carter. Su estado de conservación es malo, serraron la momia por ejemplo, y no puede estar expuesta en un museo, se le han hecho todos los análisis habidos y por haber, carbono 14, ADN, TACs, radiografías.... Es una momia que no puede darnos más información, y como deferencia y muestra de respeto del antiguo ministro de antigüedades, Zahi Hawass, se decidió que reposara en su sepulcro. - Sonrió mientras miraba burlón a Mariona y le dijo - Pero si estáis esperando que la momia se levante, que caiga una maldición que acabe con vosotros o alguna tontería de esas deciros que eso solo pasa en Hollywood. Llevo 15 años dedicado a esto y he entrado en cientos de tumbas y nunca me pasó nada malo.

Abyr señaló a Ayalga, asintiendo complacido, y mirándola como solo lo hacen los profesores que reciben una respuesta perfecta. Mostrando su dentadura perfecta le dijo - Durante la XVIII dinastía era normal que en una cámara secundaria hubiera una reina, o una hija, animales del faraón, todo eso era normal puesto que creían que al momificarse juntos vivirían en la otra vida juntos también. - Se encogió de hombros y dijo - Podría ser la madre del, ¿Que es guaje?, bueno, la madre de faraón, o podría ser cualquier cosa, o, como dice nuestro amigo un poco más pesimista podría ser una cámara vacía o abandonada. No era extraño que si una cámara no satisfacía al faraón se tapiara, así que podría ser eso. - Se le salieron los ojos cuando habló de estacas y bolas de piedra y luego estalló en una carcajada profunda y contagiosa - Creo que nuestro amigo ha visto muchas películas de Indiana Jones. En las tumbas egipcias no hay cosas de esas, lo más peligroso es torcerse un tobillo, o que se te caiga el techo encima. - dijo siguiendo la broma de Enzo antes de decir - Sea como sea, hay algo, si hubiera arena o rocas el radar habría detectado otra cosa. Hay un vacío, un espacio en blanco, recto, así que hay algo, y nuestro trabajo es encontrarlo sin destrozar la KV62.

La pregunta de Borja le pilló desprevenido y le hizo fruncir el ceño desconfiado. Se quedó mirándolo y luego sonrió diciendo - Que gran broma, sí, deberíamos tirar la pared ya y acabamos antes, y así podemos estar para el futbol de esta noche... Sería genial, si no estuviéramos entrando en una tumba de hace 3500 años y se tuviera que hacer un estudio de cargas para que no se derrumbe, pero eso ya lo sabe. El profesor Masfuroll me dijo que eras un brillante ingeniero de estructuras, y me pidió que fueras a hablar con él en cuanto llegaras al campamento.

No parecía haberse quedado muy tranquilo. No le cuadraba esa pregunta con alguien que tenía que encargarse de que el techo no se les cayera encima, pero si el profesor Masfurroll decía que valía para el trabajo él no iba a poner pegas. Les pidió que se dirigieran a la furgoneta, se puso el cinturón y volviéndose hacia ellos les dijo

- El campamento está en Dra Abu el-Naga, pero no se preocupen, podrán gozar de todas las comodidades modernas como duchas. El suministro de electricidad es algo más complicado y la telefonía móvil a veces va y otras no va, pero esto es Egipto, hay otras cosas que ver y que hacer. Está muy bien, ya lo verán....

Arrancaron, volvieron por el mismo camino, dejando el templo de Hatshepsut a su derecha, y se dirigieron hacia la cercana necrópolis de Dra Abu el-Naga. Un trayecto de 5 minutos que fue aprovechado por su nuevo jefe para recordarle unas normas básicas de seguridad a las chicas

- Egipto es un país tolerante en general con las mujeres, pero es un país musulmán. Mientras estén en el valle de los reyes no deben guardar ningún tipo de recato y se pueden comportar con normalidad, pero les aconsejo si van a salir por su cuenta que lleven un pañuelo o algo que les tape el pelo, en especial tú Ares. Según nuestras costumbres la verdadera belleza de la mujer reside en su pelo, y el color del tuyo no se ve mucho en Egipto. Les recomiendo que si salen fuera del circuito turístico vayan con hombres y que se dejen guiar por el sentido común. No es peligroso si uno no busca el peligro... ya me entienden. - Aparcó la furgoneta en un parking de tierra desde el que se veían 12 tiendas de campaña, unas muy grandes, otras más reducidas, desperdigadas sobre una extensión de suelo forrada por suelos de madera gastada. Abyr señaló dos de los edificios grandes y les dijo. - El de la izquierda es la habitación de las chicas, el de la derecha el de los chicos, pueden dejar sus cosas allí mientras es la hora de la cena. Esta noche no dormiréis aquí, sino en otro sitio más pequeño, así que si tenéis que llevaros algo imprescindible, pastillas, o algo así preparadlo, es una sorpresa, solo puedo decir eso.

El profesor Garau salió de una de las tiendas más alejadas y al verlos les saludó enérgicamente mientras decía

- Enzo, puedes venir, por favor? Necesito que me ayudes con una cosa.

La posibilidad de que fuera la madre de Tutankhamón, Nefertiti, la que pudiera estar en esa tumba hacía de aquello algo muy gordo, tal vez demasiado para la UAB, una universidad con relativa fama mundial en arqueología. Los franceses, los ingleses, los americanos y los alemanes eran más famosos, tenían más fondos y más experiencia. Aquello les resultaba raro... pero no podían decir que se quejaban, porque sino no estarían allí

La mención a Zahi Hawass les recordó un tema ocurrido 8 años atrás. Hubo un accidente en el museo egipcio del Cairo que se tapó como ataque terrorista, pero según los programas de misterio, tipo cuarto milenio, lo ocurrido en el museo nada tenía que ver con un ataque terrorista.

Las momias se habían levantado, y habían matado a varios miembros de un grupo de turistas, incluyendo al director del museo y ministro de antigüedades Zahi Hawass. No se sabía mucho de ello, el país se aferraba a la versión oficial, pero extrañamente, desde ese momento había empezado la construcción del nuevo museo egipcio junto a las pirámides.

—Historia medieval, eso mola - contestó a Ayalga asintiendo. De todo lo que había estudiado, la historia antigua y sus innumerables curiosidades era casi lo más divertido.  Siempre le había fascinado como vivían en aquellos tiempos y como, con muchísimos menos medios, habían logrado erigir, construir, pintar e idear tantas maravillas

Borja se quedó en silencio tras los comentarios de Abyr Salah acerca de su supuesta competencia como ingeniero. Su sempiterna sonrisa se había quedado algo mustia, apagadilla.  No sabía si lo que había pasado era una confusión o por el contrario, alguna clase de push strategy entre papá y el señor Masfurrol para obligarle a ponerse las pilas. Pero una cosa era motivarle a superarse a sí mismo y otra ponerse a hacer cálculos estructurales.  

Muy a su pesar, pues se había hecho ilusiones con pertenecer al equipo, tendría que hablar con el antiguo compañero de juergas de su padre y hacerle saber que habían traspapelado su expediente y las capacidades que poseía, de algún modo difícil de explicar.

Y sabiendo que hablaría con Masfurrol en breve, se quedó super tranquilo.  Nada de presión autoimpuesta, de sentirse mal por estar ocupando el lugar en la historia de un señor anónimo que había estado soñando con entrar en una cámara sin hollar durante treinta y seis siglos.  

Porque la alternativa si que suponía algo más de estrés, como poco ¿Podría ponerse a estudiar cálculo de estructuras a tope durante dos o tres días, enfocado en el problema de la pared de la cámara, para poder salvar el prestigio del más pequeño de los Stuart? Había aprobado a menudo estudiando a última hora los apuntes inmaculados de alguna de sus amiguitas y ésto, si se documentaba lo suficiente, elegía problemas de estructuras similares, no debía de ser muy diferente.   

Salieron de la antigua tumba y se dirigieron al cercano campamento de Dra Abu el-Naga. Las típicas precauciones necesarias en los países árabes, incluido el más o menos progresista Egipto, con sus siempre problemáticos estallidos de integrismo religioso y el bigotry, machismo casi medieval, que mostraban bastantes de sus ciudadanos.  

—Comodidades modernas como duchas — alzó las cejas y sonrió. El comentario sutilmente sarcástico del egiptólogo no se le había pasado por alto. Gracias a Fernanda conocía la tendencia de los de países en vías de desarrollo clasificar a los de de países ricos como 'blandos'' o 'comodones'.  

Ya me disponía a ir con Enzo a la habitación y empezar a hablar de las guapísimas chicas que nos acompañaban cuando Abyr llamó a Enzo.

-Vale, Enzo. Te espero en la habitación.  Se ducharía aprovechando el lujo del agua corriente, se pondría algo de ropa más sport e iría a hablar con Masfurrol.   Pronto le tocaría ir a comprarse algo más de ropa, quizás pudiese ir a algún centro comercial que no estuviese obscenamente lejos y hacer valer gracias al cambio favorable sus tristísimos cien euros.

El tal Enzo era un listillo. Mariona sonrió detrás de su mascarilla al escucharle. -podría ser que nos adentraramos en alguna cámara secreta con trampas de esas que te echan toda la arena encima y mueres sepultado o aplastado. - su sonrisa seguía ahí detrás mientras hablaba con el chico y se formaba una idea de graciosete. -pero vaya, que si eso sucede, o alguno de nosotros se cae en un foso con pinchos tipo Data en los Goonies, tendrás que sacar tu látigo y salvarnos, Indiana Jones. Quiero volver sana y salva a Cataluña, me voy casar con mi novio y no espero morir en este viaje. -bromeó con el chico. Tras esto, guardó su cámara de fotos en su correspondiente mochilita pequeña, puesto que no quería que pillase polvo. Se había fijado como el andaluz mandril-eño, (si, porque con ese pelo largo parecía un andaluz al que le molaba la rumba), sacaba su iPhone y se ponía a echar fotos sin ningún criterio artístico. Mariona se había posicionado desde distintos ángulos. Se la había podido observar de puntillas, flexionando las rodillas, apartándose a los laterales de la cámara funeraria. Es decir, buscando el ángulo de profesional. 

Escuchó de pasada que estudiaban sus compañeras, y no se sorprendió, era lo lógico que la mayoría de ellos tuviera conocimientos sobre historia y Egiptologia. Luego estaba ella y Borja baby, quien al parecer era ingeniero. Nunca lo habría pensando. -vaya Borja, veo que en tu familia meais bastante alto. No te imaginaba estudiando eso, pensaba que te dedicarías al diseño de moda, como Caprile, o que estudiarías empresariales para heredar los negocios de la familia. Igual es tu hermano el que se tiene que encargar de eso. - en un momento se había metido de lo lindo con la familia Stuart. 

Mientras la catalana observaba el panorama, y los distintos cruces de miradas y palabras entre sus compañeros, ella prestaba atención a la respuesta del señor Salah. Abrió la boca, mucho, tanto que parecía que fuese a recibir la tranca vasca de Patxi, tanta fue su sorpresa al escuchar lo que la expedición de Carter había malogrado sin piedad en la tumba de ese faraón despedazado después de tantos años conservando intacta su voluntad. -me parece una crueldad que lo tratasen así. Es que aunque no tuvieran los mismos medios para analizar la Momia, creo que una cosa tan sagrada como la última voluntad de un difunto, debe respetarse a pies juntillas. Ese señor, fuese faraón o un humilde trabajador del campo o las pirámides, lo que quería era que su cuerpo se preservase en esta vida para alcanzar plenamente la otra. Es de bárbaros, es como si Franco se hubiera cagado sobre el cadáver de Lluís Companys. - bien, Mariona, que se note que has estudiado como va el tema de la momificación, y de paso reivindica a esta gente un poco de cultura indepe. 

Escondida media cara bajo su mascarilla, el señor no pudo ver su rictus serio cuando se medio burló de ella por su temor infundado Hollywoodiense a las maldiciones. Por si acaso ella se había traído dos colgantes o amuletos. Siguiendo el sabio consejo de Benny en la Momia. Una estrella de David, si aparecía una puta Momia cabreada frente a ella como la de Imhotep, rendiria pleitesia tal que una esclava israelita moderna. Si resultaba que eso no funcionaba, tiraría mano del uraeus, el emblema protector de los faraones, y quizás con suerte la tomaban por una princesa de la dinastia del siglo XXI. 

Abandonaron la tumba siguiendo al señor Salah y se plantaron en el campamento base. Al principio Mariona estaba pensando que tendría que dormir con la mascarilla puesta, no tenía pinta de que los fueran a llevar a ningún hotel, pero luego ya se tranquilizó al ver los edificios de chicos y chicas. Me tendría que haber traído a Patxi metido en la maleta. Como si no supiera lo que va a pasar, 2+2, solo espero que haya alguien más con quien pueda hablar mientras trabajo y los demás ligan entre ellos. - porque si, tenía clarisimo que aquellos compis se iban a enrollar.

Apuntó mentalmente el consejo del pañuelo, se había traído uno, y por lo demás procuraria no salir sola, no fuera que algún cabrón egipcio o poli abusivo la pillase por ahí con alguna excusa barata y le metiera los dedos para comprobar su virginidad, como ya había pasado con otras estudiantes malparadas, durante movimientos reivindicativos.

-¿una sorpresa? Vaya, tendré que cambiarme de ropa, con esto que llevo ahora parezco, no sé, una tía salida de la playa. Muchas gracias por todo señor Salah, quedamos en buenas manos. - vio al profesor Garau y lo saludó de lejos con la mano. Luego se giró hacia Ares y Ayalga. -supongo que toca ver como es el sitio donde dormiremos en los próximos días. -se sacó la mascarilla y ya entonces si, pudieron ver su sonrisa amplia y blanca.