Partida Rol por web

     Después de regresar de uno de tus esporádicos viajes a Francia para dar algunas conferencias en diferentes universidades descubres el buzón de tu casa está lleno de correspondencia. La mayoría de las cartas son invitaciones para asistir a importantes eventos médicos, otras son facturas y propaganda de diversa índole. Cuando te dispones a meter todo en un cajón, un sobre amarillo con un sello de cinco peniques cae al suelo. Al abrirlo te das cuenta de que es una carta de tu viejo amigo, el Dr. Brewer.

  “Querido Frederick, estoy seguro de que te mueres de ganas de venir a visitarme para poder comprobar los avances de mi investigación. Deseo mostrarte cuanto antes el desarrollo de mi trabajo. También estoy ansioso por ponerte al día de mis experimentos. Ha habido muchas novedades excitantes desde la publicación de mi artículo en el “Diario de la sociedad Británica de Psicología” hace unos meses (espero que lo hayas leído). Habrá sorpresas, demasiadas... puedes contar con ello.
     Mi soledad es bastante tolerable. El personal y yo nos tratamos como si fuésemos familia. El viejo Ebenezer (lo conocerás sobre la marcha) siempre está listo para llevarnos a la civilización cuando sentimos necesidad de ello. Este verano hemos sido bendecidos con cenas regulares en compañía del Sr. Shelly, un estudiante graduado en el King´s College de Londres. Reside en la playa norte de la isla, y lleva acabo cierto estudio sobre las aves. Estoy seguro de que te resultará simpático e ingenioso.

Deseando verte pronto,
Dr. Aldous Brewer"

     Sin dudarlo un instante te preparas para este inesperado viaje. Brewer es un buen amigo que comparte muchas de tus inquietudes, y aunque no siempre estáis de acuerdo sabes que es una de las pocas personas que comprenden tu extraño carácter. La última noticia que tuviste sobre él es que se convirtió en el director de un psiquiátrico situado en una de las pequeñas islas de St. Marys. La única forma de llegar hasta ella es navegando desde Land´s End, un pequeño pueblo costero situado al oeste de Cornwall.

     Al día siguiente dejas tu casa en Londres y te encaminas hacia tu destino. Tras tres horas en coche y nueve más en tren llegas finalmente a Land´s End. El lugar parece el típico pueblecito costero, con casas de madera castigadas por el salitre, numerosos barcos de pesca permanecen varados en un pequeño puerto. Tras preguntar por la zona, un hombre te explica que el viejo Ebenezer es el encargado de llevar a los viajeros hasta la isla de Bryher, donde se encuentra el sanatorio. Según dice, podrás encontrarlo en su barcaza, amarrada en el muelle 13. Sin más dilación te diriges hacia allí.

     Descubres al viejo Ebenezer cosiendo una red en un viejo paquebote de no más de seis metros de eslora. Su barco parece casi tan viejo como él, hace tanto tiempo que perdió su color original que es imposible discernir si era verde o azul. Al acercarte al viejo, este se levanta y se quita su gorra a modo de saludo.

     Bienvenido a bordo señor. Se dirige usted al sanatorio, ¿no es así? Partiremos a medio día, aún tiene que venir más gente. Mientras tanto puede darse una vuelta por el pueblo, hay un par de cervecerías y una tienda de comestibles, ¡ah, y también puede visitar la iglesia!

     Sin muchas más opciones decides hacer algo de tiempo hasta que llegue la hora de partir dando una vuelta por la zona. Sientes curiosidad por saber quien más podría querer visitar un sanatorio en una isla perdida de la mano de Dios.