Partida Rol por web

Parecía que las palabras de la volva habían calmado al Dvengar y ya se disponía a retirar sus armas y depositarlas en el suelo cuando las palabras de Herdis la dejaron paralizada. Lo que me faltaba... a mí que no me meta en esto. Resignada y sin atreverse a decir algo, terminó de soltar sus armas tal como el Dvengar había pedido.

Se sentía un poco desnuda sin su espada, pero sabía que era lo mejor que podía hacer. Miró torvamente a Kjandi, el cual parecía ser el causante de todo aquel dolor y no sintió ninguna lástima por él... si había hecho algo en contra de su pueblo ahora tendría que pagar por ello.

Esperó pacientemente la contestación del Dvengar.

Bjondir miro a sus compañeros ante la petición del Dvengar. ¿¡Bajar las armas!? ¿Será de fiar? Pensó. Pero al ver que él había bajado las suyas antes que nadie y que sus compañeros se deshacian de las suyas, proceder de igual modo. Dejó su hacha en el suelo despacio y con cuidado, no quería enfadar al Dvengar que parecía estar dispuesto a colaborar y no usar la violencia.

El dvengar sonríe de oreja a oreja y le dice a Herdis:- Hablo de de ti, y si ahora mismo no tuviéramos que discutir cosas importantes, te estaría cortejando, hablando con tus padres y pidiendo que dote desearían por ti.- Pero se aclara la garganta y mirando con desprecio a Kjari responde a tu pregunta:- Uno de sus hombres encontraron mi lugar de reposo, donde vivo apartado de todos los seres vivos, por construir un objeto con el que se puede dar ordenes a los mismos dioses, utilizándolo bien. Por lo que me maldijeron que todo lo que tocara con esta mano- Alza su mano de plata- Se convierta en plata. Me enclaustrarón en este lugar, permitiendo vivir lejos de todo el mundo hasta ahora. Pero no me amilane y llegue a un pacto con este hombre., yo haría que siempre tuvieran una vena de plata viable, a cambio de de no ser molestado,  y que me llevasen una ofrenda de comida y bebida, que aunque puedo existir sin comer, prefiero  tener algo con lo que alimentarme, y ahora que te he visto también preferiría tener una esposa.-

El Dvengar carrapea como queriendo volver a sus pensamientos y prosigue:-Pero hace 15 dias no volví a saber de mi joya, no me crei sus mentiras y los maldije con una plaga, hoy han vuelto espada y hacha en mano a matarme para retirarla, por lo que les he enloquecido y enviado  fuera. Y pienso sacarle donde esta mi joya a este personaje.-Kjari grita:-¡ No la tengo yo, te lo puedo jurar por todo lo que quiero, no la tengo!

Cuando se dio cuenta de que el Dvengar hablaba de ELLA, Herdis empezó a sentir el rubor subiéndole a las mejillas. Como si las pecas estvieran a punto de explotar. No tuvo tiempo de saber si se sentia más avergonzada o asustada cuando la criatura declaro su enamoramiento.

Yo...yo...

Entonces llegó a la parte del plan de Kjari y sintio la furia crecer de nuevo en su interior.

-La codicia...! Ese es el verdadero veneno que esta acabando con nosotros, entonces! Kjari, traidor! Irresponsable! Criminal! ¿Sabes lo que se ha perdido por tu codicia? Esos mineros enloquecidos estan quemando el pueblo entero! LA choza de mi madre ha ardido!

¡REDUCIDA A CENIZAS POR TU CULPA!

A medida que subia el tono de sus palabras, la Volva avanzo hacia el cautivo y empezo a golpearlo con su escasa fuerza. Los golpes eran inofensivos pero Herdis no era ya consciente entre lágrimas.

Cuando se hubo calmado, aun de rodillas y entre sollozos hablo en voz queda pero terrible. Una voz grave y cargada de resentimiento.

Cuéntanos lo que sabes o te juro que dejaremos que el Dvengar te torture hasta que desees morir...

Thyra escuchó la historia que contaba el Dvengar con auténtico asombro. Así que todo ese cúmulo de desgracias que habían caído a plomo sobre el poblado se debía exclusivamente a la avaricia de Kjari y sus hombres. Plata a cambio de muerte, hambruna y desolación.

La rabia empezó a invadir a la mercenaria que a punto estuvo de recoger su arma para matar a aquel cobarde, rastrero y traidor, pero fue Herdis la que explotó. Thyra, consciente del dolor y la ira que embargaban a la volva, no hizo ningún gesto para intentar calmarla y mucho menos la apartó del hombre causante de todo aquel mal. Simplemente la dejó que descargara el rencor que lleva dentro.

- Maldito traidor, sabes todo el daño que has causado al pueblo por tu estupidez - sus mejillas se sonrojaron por la rabia.
Quiso acercarse pero la presencia del dvengar lo abrumaba y se mantuvo a distancia prudencial con el arco todavía en su mano.
- Gran... - se aclaró - retira la maldición, podemos llegar a un acuerdo.

Kjari os mira asustados, pero se recompone como puede y os  contesta:- Si de acuerdo, quería almacenar esa plata para cuando llegarán malos tiempos para mi clan, pero te aseguro que nunca haría algo tan estúpido como robar a un dvengar, predisponiéndonos a su ira, es lo que le he intentado decir. Yo cumplo con mis pactos y...- El dvengar le mira con tal ira que al final se calla y el dvengar se mesa la barba, eso si sin tocarla con la mano de plata y al final le dice a Audun:- Rescíndire la maldición, pero no sabéis lo peligrosa que es esa joya, sea quien sea que la tenga, podría desatar algo tan devastador como el Ragnarock, dominar a cualquier criatura de la existencia es cuanto menos peligroso... Y no os podre un plazo, pues creo que puedo fiarme de vosotros...- Pero parece que se acuerda de algo y tras buscar por la habitación saca un brazalete de plata muy trabajado y arrodillándose ante Herdis se lo ofrece:- Un pequeño regalo de mi... admiración por usted. Ha perdido su cabaña con esto podrás comprar una casa mejor.-

Herdis sonrió con sinceridad y dulzura cuando la criatura le dio aquel obsequio. Podía parecer retorcido y grotesco pero había demostrado una gran calidez y comprension al fiarse de ellos de aquella manera. Herdis sintio que se podía confiar también en aquella criatura y acepto su obsequio, roja como un tomate. Aun asi, intento mantener la compostura.

-Erm...Os lo agradezco de corazón -dijo con una calida sonrisa. Os juro que mantendremos nuestra parte del acuerdo y encontraremos la joya. Quizas entonces podamos charlas mas tranquilamente.

Audun enmudece ante las palabras de la mítica criatura. Ragnarok. Sus ojos se abrieron como platos. La situación se complicaba cada vez más. Si ese Kjari era inocente? ¿Quién andaba detrás de todo eso?.
- Bueno, si es verdad que eres inocente ¿quién robó ese objeto tan peligroso? - pregunta dirigiéndose hacia el prisionero.

Aquello cada vez parecía que se complicaba más. La confesión de Kjari sobre el robo de la plata seguía sin echar luz sobre el verdadero problema... alguien había robado una joya muy peligrosa y nadie parecía saber quién lo había hecho. La actitud del Dvengar sorprendió gratamente a la mercenaria, que ya se veía empuñando su espada para poder salir con vida de allí, pero la solución que se les planteaba le parecía más sensata... aunque bastante difícil.

Sonrió para sus adentros ante la demostración tan caballerosa frente a la volva, desde luego la joven le había impactado gratamente y el Dvengar bien que lo demostraba.

- Sería importante tener alguna idea de por dónde tenemos que empezar a buscar.

Audun solo puede ver verdad en las palabras de Kjari, aunque no ha traicionado a su clan y si a la aldea, no es un hombre que rompa un pacto con alguien más poderoso que él, sabiendo las consecuencias que al final han cubierto de sangre su clan en un intento de ocultarlo todo. Kjari niega la cabeza:- No se lo dije a nadie, solo el que lo encontró que es de toda confianza y yo sabíamos de la existencia del Dvengar, les hice creer a los demás que esta plata era una vena natural y que la guardábamos para casos de necesidad, la hubiese vendido para comprar comida y demás pertrechos, pero el invierno no lo permite...- El Dvengar gruñe y dice:- LLevaos a esta parodia de hombre lejos de mi vista, sino le cercenare la cabeza yo mismo...- Después se gira hacía vosotros y os dice:- Me temo que sera imposible, me propuse que no pudiera ser encontrada por métodos mágicos... Solo los dioses sabían de mi descanso en este lugar, aunque tiene una poderosa maldición que hace que ningún dios pueda utilizarla...- Parece que os está llegando la imagen mental de un hombre guiado por alguno de los dioses para encontrar la piedra y poder utilizarla en su propio uso...

Para Bjondir estaba claro que el Dvengar era de fiar, sobretodo después del gesto hacia Herdis.

Mientras hablaban, Bojondir atendia en silencio. Empezaba a estar harto de tantos secretos, estos, a su parecer, lo único que hacian era crear conflitos dentro de la aldea y debilitarla por dentro.

Cuando el Dvengar suelta a Kjari, el berserker se apresuró para agarralo fuertemente y mirandolo fijamente y de manera intimidatoria le preguntó:

- Quizas ese de quien hablas no es al final de toda confianza. ¿Quien es? Tenemos que hablar con él tambien. Quizas él se haya ido de la lengua y haya hablado más de la cuenta.

Thyra asintió ante las palabras de su compañero, desde luego si nadie más sabía del tema ese hombre en el que Kjari parecía confiar tanto se la había jugado.

- Bjondir tiene razón, tenemos que hablar con ese hombre así que será mejor que nos digas de quién se trata. Parece que confias plenamente en él pero ¿acaso sabes si no está bajo el influjo de alguna fuerza superior? Quizás alguien le esté manejando... necesitamos su nombre. ¿O prefieres que te lo sonsaquemos a la fuerza?

Kjari piensa un momento y negando:- Imposible, él nunca diría nada a excepción mia, es un hombre de plena confianza... Pero en este caso, supongo que él tiene que haberlo filtrado...- Suspira, se ve perdido en todos los sentidos, si lo lleváis ante el Thing, seguramente le destierren a él, incluso en el peor de los casos a toda su familia.- Se llama Orj, es el orfebre que vive al lado de tu casa Bjondir. Suele venir de vez en cuando a echar una mano en la mina- En vuestra mente se hace la imagen de un hombre algo delgado que siempre parece estar nervioso, que parece que nunca puede dejar de moverse del sitio haga lo que haga.

- El orfebre... ¿quién si no iba a querer tanta plata? -Aquello parecía tener bastante lógica, por lo menos en la mente de la mercenaria.

Se volvió hacia sus compañeros, especialmente hacia Bjondir, para ver si decían algo, pero parecía que a todos les había sorprendido aquella noticia.

- Está bien, iremos a ver al tal Orj y que él nos explique que está pasando. Esto tiene que solucionarse de una vez.. me muero por una buena cerveza y un buen descanso. - Empezó a caminar de nuevo hacia la salida.- Bjondir es tu vecino así que le conocerás mejor ¿qué opinas del orfebre?

Herdis se esforzó en recordar al tal Orj pero se le escapaba su cara. Era lo que tenía ser una inadaptada social. Thyra se puso a pensar ya en la celebracion del exito pero la völva no era tan optimista. Habría que tener cuidado con aquella joya. Desde luego, parecía cosas de los dioses que se dieran tantas circunstancias mágicas juntas en un pueblo tan pequeño...

Sí, claro tiene sentido. Pero era demasiado evidente. Audun no estaba seguro pero tenían que empezar por algún lado. A juzgar por la cara de sus compañeros ese orfebre iba a pasarlo realmente mal.

- Sí, pongámonos en marcha - comenta Audun - por algún sitio tendremos que empezar.

El Dvengar dice:- En tanto me quedaré con este hombre en custodia, espero que tengáis suerte en recuperar mi joya.- Kjari calla, aunque su intención no fuera hacer mal al pueblo sino enriquecer a su familia, esto ha terminando llegando demasiado lejos. Cuando volvéis a la sala donde el Scalda ha dejado dormidos a los 6 mineros os encontráis que otros se han unido a ellos por lo menos otros 6 y los han desatado. Al veros venir de las profundidades, uno de ellos pregunta:- ¿Donde esta Kjari? ¿Y que estabais haciendo en la mina que está a cargo de nuestra familia?- Se ven notablemente perturbados como si hubiesen despertado de una notable cogorza y de mal humor, algunos de ellos todavía portan sus armas, pero no parecen amenazantes al menos por ahora.

De nuevo rumbo al exterior Thyra iba ensimismada pensando en cómo se iba a solucionar todo aquello, si el orfebre no era el responsable entonces difícil lo iban a tener. Cuando llegaron al nivel donde habían dejado atados a los mineros se encontraron con que estos habían sido liberados y ahora estaban rodeados de más compañeros, demasiados para ser abatidos en caso de ataque.

- Kjari se encuentra en las profundidades vigilado por un Dvengar. -Esperó a ver la reacción de aquellos rudos hombres al escuchar aquellas palabras.- Se está causando un gran mal en la aldea y nuestra intención es saber por qué y, si podemos, solucionar el problema. Vosotros estais sacando plata de esta mina a espaldas de la aldea, os quereis enriquecer a costa del resto de familias pero eso se va a acabar. Ahora, dejadnos marchar y no causéis más problemas.

¿Orj? ¿Mi vecino? Pensó Bjondir cuando Kjari dijo su nombre y quedó pensativo. La verdad es que conocerlo, no lo conocía mucho, alguna vez le compró alguno de sus trabajos pero poco más. Recuerdaba mucho más a su mujer, una joven belleza nordica. Entonces Thyra le pregunta por él, sabiendo que es vecino suyo.

- Poco se de él. Alguna vez le he comprado algún trabajo pero hablar no hablamos más que para saludarnos. - Calló un momento, no era de interes lo que podría decir de su mujer. - Es el típico hombre que su vida personal no transciende más haya de las paredes de su casa... aunque ahora que lo pienso, últimamente pareciera tener más prisa que la de costumbre, como si tuviese algo que esconder, aunque no se si será este tema u otro.

Justo cuando terminaba de hablar, entraban en la sala donde los mineros estaban. Thyra se adelantó a hablar y para enfatizar sus palabras cogió fuertemente su hacha y se colocó al lado de la mercenaria.