Partida Rol por web

-Sí, suena raro tanto recelo. Bien, adelante con la investigación que apunta, James. Sin embargo no estoy tan de acuerdo con usted, Charles. Pero entiendo sus temores, aunque es mi trabajo, yo sí debería intentar colarme en esa ceremonia. Lo haría intentando entrar sin ser visto. Creo que debería intentar forzar esa trampilla exterior y meterme en el sótano, esconderme hasta la noche. Ustedes podrían vigilar mientras lo hago, después esperar a la noche realizando las pesquisas que proponen y volver para quedarse en el exterior para comprobar que Bermont acude, porque no creo que esté ya en el interior de la Iglesia. ¿Qué les parece...?

Se giró aguzando los ojos, en dirección al coche que había traído a la mujer, y que seguía aparcado junto a la acera.

- Por cierto, me ha parecido que el joven al volante es un poco... ¿raro? No lo he visto bien, he cruzado disimulando, pero tiene un aire extraño. Quizá alguno de nosotros debería acercarse e iniciar una trivial conversación con él, como quien no quiere la cosa...

La cara de Charles no dejaba a dudas de que el plan no le gustaba lo más mínimo.

-Bueno ese...¿rito de pasaje? viene a ser el equivalente a un bautismo en la religión católica ¿no? No me resulta extaño que sea una ceremonia íntima. Y supongo que es una ceremonia que se celebrará con cierta regularidad. No digo que  no lo tengamos en cuenta, pero me parece un tanto arriesgado que se intente infiltrar en la ceremonia por una corazonada. Si quiere, nos quedaremos observando desde fuera a ver qué sucede, pero hágame el favor de no meterse en ese sótano. Como le descubran, estará en un buen lío. 

El muchacho intentó aguzar la vista para fijarse en el conductor del vehículo. Sí, le había parecido algo raro, pero desde esta distancia, apenas era capaz de percibir el coche, como para ver a su ocupante. 

-Está bien. Yo me acerco. 

Comenzó a caminar distraidamente, como si buscara algo mientras se iba acercando al vehículo. De pronto, hizo como si se fijara en el coche y se acercó. 

- Buenos días, caballero ¿Sabe dónde está la parada del autobús que va al centro? Creo que es la linea 3. Me aseguraron que habría una parada cerca de la capilla de St. Michael, que debe de ser esta ¿no?

Mientras Charles cruzaba la calle para acercarse al joven del coche tanto James como Jeremy observaron el vehículo con detenimiento. Parecía un coche nuevo y aunque era un modelo común tenía algunas partes personalizadas que denotaban que se trataba del vehículo de alguien con dinero. Y era muy nuevo. Algo en la forma en que el muchacho pasaba la mano por encima del volante de vez en cuando parecía indicar que se trataba de un regalo reciente.

Cuando el ayudante de bibliotecario llegó hasta la ventanilla notó un intenso olor a colonia. El muchacho se había perfumado a conciencia aunque en medio de dicho olor notaba un cierto regusto desgradable. ¿Quizás una falta de higiene enmascarada? Estando casi a su lado vio que las marcas del cuello eran pliegues de piel arrugada. Cuando le preguntó por la calle el chico, de forma institintiva, subió el cuello de su camisa un poco para ocultar aquella deformidad que sin duda le avergonzaba.

Su tono, sin embargo, fue amable en la respuesta al desconocido:

—No, le han indicado mal. Debería retroceder por allí y luego subir  aquella calle. La parada está un poco lejos. Será mejor que pregunte cuando llegue al cruce.

En ese momento la señora salió de la Iglesia y se subió al coche con cierta prisa:

—Vamos Leopold. ¡Se nos echa el tiempo encima!— le dijo al muchacho sin mirar siquiera a Charles.

El muchacho sonrió con esa enorme boca torcida como disculpándose con Charles mientras ponía en marcha el coche y arrancaba.

Cuando Charles regresó de su pequeño diálogo con el chófer, Leopold según lo había nombrado la señora, Jeremy seguía dudando entre la necesidad de introducirse en el sótano de la Iglesia y la de mantener la discreción.

-¿Le ha parecido un hombre extraño, Charles? La mujer era una estirada, muy adinerada por su aspecto. E iba de negro, quizá fuera familiar del fallecido, si es que esa Ceremonia es efectivamente algún tipo de  funeral.

Sacudió la cabeza pensativo, debatiéndose entre posibilidades.

-Mi sugerencia de colarme esta noche va más orientada a ver si aparece el Necronomicon como parte de la liturgia, o si nuestro joven Bermont acude a ella. Pero quizá sea arriesgado, incluso para un detective privado, no estoy seguro. Quien haya robado el libro no es alguien del hampa, si la intención es usarlo en una ceremonia, en una iglesia. Pensé que lo habían sustraído por su valor económico, y en ese caso nos enfrentaríamos a criminales. Pero no, el robo lo han efectuado miembros de un culto, y la intención no es criminal. Aunque juntos, un montón de sectarios, posiblemente no sean inofensivos si me descubren...

Charles no tuvo siquiera oportunidad de despedirse del tipo, que a pesar de su extraño aspecto, había sido notablemente cortés.

-A...adios, gracias-acertó a decir tímidamente cuando Leopold ya no podría ni oirle-.

Regresó junto a sus compañeros. 

-¡Y tanto!-contestó a Greystone, cuando este le interpeló-A parte de sus extraños rasgos faciales, tenía unos pliegues en el cuello nada habituales. Quizá una malformación de nacimiento. El hombre se los intentó tapar cuando notó que me fijaba en ellos. Además, apestaba a algún tipo de perfume. Sospecho que intentaba ocultar su olor real, pues notaba un olor pestilente de fondo. Respecto a su idea, yo ya le he dado mi opinión. Me parece temerario intentar colarse ahí. El sacerdote ya le conoce. Ahora bien, si tiene la determinación de hacerlo, yo no podré disuadirle. 

- ¿Quizá olía a puerto? - preguntó James. - Puede que viva o trabaje cerca de donde limpien pesado y el olor esas entrañas debe ser peor de quitar que el de abono de granja...

Miró la Iglesia de nuevo y, viendo que en ese momento tenían poco que hacer, volvió a su sugerencia.

- Podemos buscar una dirección para Blech o Bermont y, en todo caso, siempre podemos regresar a última hora de la tarde para ver si localizamos al joven Bermont.

Lo de que el chófer trabajara también en el puerto era una opción muy plausible, había que ganarse la vida. Y esos ricachones a veces escatimaban las monedas a los subalternos con cualquier excusa. Jeremy asintió, no había que darle más vueltas, pobre hombre. 

Las palabras de James le hicieron decidirse de una vez, o por lo menos posponer sus dudas.

-De acuerdo, iniciemos una fase de pesquisas, ya veremos si iniciamos otra de acción más tarde. A ver si localizamos al tío abuelo de Bermont, el de la Marina Mercante que le ayudaba con la tesis, según Dupont era de aquí. También podemos investigar quién es esa señora, por si está relacionada de algún modo con todo lo nuestro. Si su familia es la protagonista de la Ceremonia, igual está implicada en la desaparición del Libro. Ipswich, la ha nombrado el sr. Blech. Y, por cierto, éste también ha mencionado a su iniciador en el culto y fundador de la parroquia, un tal reverendo Lewis. 

Había varios hilos de los que tirar, si cuando lo hacían con uno éste se quebraba entre sus dedos.

-¿Por dónde empezamos? ¿Sugerencias? Yo propongo buscar directamente en la Sociedad Histórica. El folleto la mencionaba. Pero podemos echarle un ojo más a fondo al panfleto turístico, a ver si tenemos una idea mejor. E intentar soltarle la lengua a nuestro posadero, parecía bien dispuesto.

De pronto, al girarse de nuevo hacia la fachada de la Iglesia, Jeremy dio un respingo. Su mirada se había clavado en el aviso que aparecía sobre un panel de corcho, anunciando la Ceremonia.

-¡Joder!... Perdone usted, Miss White... -murmuró disculpándose por el exabrupto- ¡Leopold! Es el chófer, ¿no? Pues es el del aviso... o por lo menos se llaman igual...

Señaló al cartelito, allí estaba escrito, con todas las letras:

Veneración a nuestra Señora del Mar.

Viernes 27 a las 22:00h

Rezaremos por la reunión de nuestro siervo Leopold con la Madre del Mar.

Plegarias por los buenos vientos para nuestros marineros.

- ¡Impresionante, Señor Greystone! - exclamó James sorprendido por la habilidad del hombre al recordar el aviso de la entrada, dejando claro por qué se dedicaba a la investigación.

- Si es el mismo... - se rascó levemente bajo la gorra - está claro que es algún tipo de iniciación y no funerario.

Miró el folleto de nuevo, volviendo a la sugerencia de Greystone.

- Seguramente allí se pueda encontrar información, habla del pasado marítimo y los fundadores. - dijo señalando el parrafo que anunciaba la Sociedad Histórica.

-¡Oh!-dijo Charles-No había reparado en ese dato. Y eso que vi el cartel antes ¿Entones entiendo que el conductor se va a iniciar en el culto al mar? Hubiera sido interesante preguntarle al respecto.

Charles se tomó unos segundos para deliberar sobre los posibles pasos a seguir, aunque en realidad para él no había mucha duda. 

-La sociedad histórica me parece un excepcional punto de partida. Además, espero serles de más utilidad allí que en los otros sitios que pudiéramos barajar como alternativa. 

-No creo que sea una iniciación, caballeros. El reverendo me habló de algo parecido a la confirmación católica. Por tanto, será un paso más "profundo" -Hizo comillas con las manos, sonriendo- perdón por la broma fácil. Pero extraño, porque sí que es cierto que parecía más un funeral que otra cosa. Lo que me refuerza la idea de acudir esta noche. Bien, pues vayamos a la Sociedad Histórica. ¿Vamos todos? ¿Nos dividimos...?

Charles se tomó un momento para contestar, esperando que alguien lo hiciese primero.

-C...como deseen-dijo Charles-Yo desde luego, iré a la biblioteca. Si creen que puedan hacer algo para agilizar las cosas mientras otros investigamos allí, no duden en hacerlo. El tiempo apremia, especialmente si esta noche ha de pasar algo remarcable.

-¿A la Biblioteca? Oh, bien, de acuerdo. Yo sigo interesado en ir a la Sociedad Histórica, si hay alguna posibilidad de que sepan algo del culto, es allí. Si alguien más quiere acompañarme, será bienvenido. 

Miró primero a Miss White, quien podía encajar en el papel de su esposa aparentando una pareja de recién casados, y luego a James, con una mirada distinta. Tras lo cual cogió el mapa del folleto, y estudió la ubicación de la entidad, dispuesto a no perder más tiempo.

James fue claramente consciente de las miradas que el detective cuando valoró a los dos que quedaban para acompañarles, por lo que se encogió de hombros y se acercó a Charles.

- En la biblioteca tendrán guía de teléfono y quizá algún censo de la población. - sugirió para dejar claro dónde iría él.

Los libros no eran su punto fuerte pero sí había tenido que utilizar varios catálogos a la hora de reparar maquinaria, por lo que quizá podría sacar partido a su experiencia previa.

-Perdón. Me refería a la biblioteca de la sociedad histórica-dijo Charles-...esperaba que nos dejasen acceder a ella. Si hay otra en el pueblo, tampoco descartaría visitarla, pero dado la índole de nuestras investigaciones, supongo que la información que oibtengamos en la sociedad histórica será más valiosa que la que podamos obtener en una biblioteca generalista. 

- Vayamos entonces todos a la Sociedad. - dijo James con un pequeño suspiro, a la vista que el viaje y la visita a la Iglesia había descoordinado lo que hasta entonces había sido un buen grupo de trabajo a las órdenes del señor Greystone.

Miró al detective, esperando que aprovara dicho procedimiento.

- Siempre podemos entrar en dos grupos...

Mientras decidían la forma de abordar la entrada se dirigieron a la sociedad histórica. El lugar se encontraba por una de las cuestas que subían hacia la colina que dominaba la ciudad y se trataba de un amplio edificio de piedra con varias entradas. Destacaba una principal que parecía dar de forma directa a un pequeño museo central que en aquel momento albergaba una exposición sobre 'Grandes Navegantes de Nueva Inglaterra'.

Había un ala con ventanales que parecía ser la biblioteca del centro y al lado contrario lo que probablemente serían las oficinas de administración del lugar.