Partida Rol por web

Lunes, otra aburridísima semana comienza para el detective local de Arkham Heisenberg. El despacho francamente, no va nada bien, al menos la sede de Arkham. La oficina del cual es regente tu socio Marlowe en Boston, es otro cantar. Claro que tú no eres él, en cuanto a pericia detectivesca se refiere...

El caso es que llevas seis meses, sí seis ya..., llevando casos de muy poca monta en Arkham, algún atraco que la policía no se molesta en investigar y alguna que otra infidelidad.

Abres la caja fuerte y compruebas que te quedan muchísimos menos dólares de los que pensabas, el dinero pronto empezará a acabarse, necesitas algo y pronto. Ya no sólo por el dinero, sino por prestigio profesional, por amor propio, por ti mismo. Sabes que eres un gran detective, o mejor dicho, puedes llegar a serlo, únicamente es que nadie te ha dejado demostrarlo, en una ciudad pequeña y aburrida y eclipsado por tu socio, poco puedes hacer... necesitas salir de Arkham cuanto antes, eso lo tienes claro. Llevas semanas navegando en los periódicos del estado y bueno, a decir verdad, en los periódicos nacionales , intentando encontrar algo interesante, un caso para ti, hecho a tu medida. No obstante la búsqueda ha sido infructuosa.

Caminas hacia la estantería y abres uno de los armarios para acceder a la licorera, abres el tapón de la frasca de cristal y hueles el contenido de la misma,  el aroma a vermut bueno inunda tus fosas nasales.

Como esto siga así, pronto no tendrás para Vermout... y eso sí que no lo podrías soportar.

Terminas de servirte la copa y tras un par de tragos, ves las cosas más fáciles o desde otro punto de vista, el caso es que cuando te diriges a desparramar las posaderas sobre tu cómodo sillón de cuero, alguien llama a la puerta del despacho. ¡ Que sea un caso! - piensas.

Heisenberg termina de llenar la copa. Una interrupción inoportuna, aunque sea de una gran oportunidad no le va a quitar de llenar su espirituoso.

Cuando la última gota cae en el vaso, el color amarillo de la bebida le descubre una sonrisa. Da un primer sorbo de la bebida y se acerca a la puerta.

Un momento, por favor.

Abre la puerta con aire taciturno.

Discúlpeme, la secretaria está de vacaciones y el despacho está algo alejado. ¿Qué desea?

Inclina la cabeza respetuosamente quitándose el sombrero para entrar -disculpe que le moleste. ¿ Es usted el Señor Heisenberg? Soy Curtis Mathieson, arqueólogo.- Mira en el interior del despacho -¿ Puedo pasar?- pregunta con impaciencia.

Heisenberg sonríe de medio lado y con el brazo que sostiene el vaso de alcóhol hace un gesto para indicar al arqueólogo que pase.

Adelante. Mi casa es su casa.

Sentándose lentamente - ¿ No se acuerda de mí verdad ? no veo que no. Nos conocimos en un cócktail en la Universidad hará unos años ya, creo que han debido pasar más de cinco años, pues por aquél entonces era adjunto de dirección del departamento, ahora soy el director del departamento de Arqueología de la Universidad.¿Ha leído los periódicos últimamente Señor Heisenberg? - ladea la cabeza - ¿ Ha leído lo de Groenlandia ?

Heisenberg ha permanecido con mirada graciosa mientras escucha al profesor parlotear. Bebe otro sorbo de su vaso de whisky, intuye que lo va a necesitar.

No, no he oido hablar de Groenlandia desde lo de Papá Noel. Pero estoy seguro de que me pondrá al día rápidamente. Estoy intrigado por saber para qué busca a un detective privado para un asunto de Groenlandia.

Parece sorprendido - Vaya debe ser usted de los pocos que no sabe nada. Toda la ciudad anda revolucionada, no le quiero cansar mucho con mi parloteo pero verá hace ahora un mes, unos esquimales que cazaban morsas en la costa oriental de Groenlandia encontraron un bloque de piedra que había quedado a la vista debido al deshielo primaveral.- pausa -en ese bloque parece ser que hay unos extraños jeroglíficos y el dibujo de un Dios o un héroe o algo por el estilo. Nadie ha sabido descifrar ni una cosa ni la otra. - pausa para relamerse y humedecerse los labios -la Universidad de Miskatonic, ha tenido el honor de hacerse con los permisos del gobierno Danés* para organizar una expedición hasta allí. - algo ruborizado- modestia aparte, soy el director y uno de los mayores expertos en civilizaciones desaparecidas que existen. He buscado la atlántida en tres expediciones diferentes- obviamente sin éxito, piensas- y la tarea de organizar y comandar la expedición ha caído sobre mis hombros. La Universidad ha alquilado un barco a una empresa privada, el Darlene, que nos espera en una dársena en el puerto de Boston, listo para el viaje hasta allí.

Tengo ya casi todo el grupo y he oído hablar de su socio y de usted, sé que ambos son grandes investigadores -evidentemente le interesa más tu socio que tú- y me gustaría contar con sus servicios. El viaje no estará exento de peligros , además puede que los esquimales se muestren hostiles con hombres blancos en su territorio, no sería la primera vez. - señala al teléfono -podría usted telefonear a su socio y discutirlo con él. La Universidad les pagaría 500$ a cada uno ahora y 1000$ al volver.- sonrie -la misión de ambos será de protección mientras mi equipo y yo limpiamos el bloque y excavamos en el terreno circundante. - hace un gesto con la mano para tranquilizarte -como ve nada del otro mundo, ustedes tienen también unas dotes deductivas que quizás nos puedan ayudar también en nuestro cometido doctrinal.

Es decir. Que el gobierno de Dinamarca plantea realizar una expedición al Polo Norte a buscar marcianitos y quieren que vayamos hasta el hielo. ¿Eso vale 1500 dólares?

Heisenberg está dispuesto a aceptar el trato. Por eso no negocia más allá, pero quiere tratar de ver hasta qué punto puede sacar algún dólar extra por la expedición.

Negando con la cabeza -No son marcianitos, sino una civilización humana perdida. De este planeta, no de Marte o cualquier otro planeta. Y... bueno ... lo cierto es que la expedición corre de nuestra cuenta, claro que no podemos traernos el bloque, el gobierno Danés no lo permitiría, pero ya que nuestra Universidad paga los miles de dólares de la expedición. Las conclusiones y descubrimientos serán nuestros - dice con avidez -y eso, mi querido amigo, son cientos de miles de dólares para Arkham, para la Universidad y como no, para nuestro querido país.- Señala al teléfono-le dejo que lo consulte con su socio por supuesto.

El doctor habla de sus propias pretensiones, pero nos les ha incluido en el plan del reparto de beneficios. Pero Heisenberg no está en condiciones de negociar duramente, él no es el bueno de la agencia. Tal vez con su amigo podrá hacer más presión.

Hace una mueca, vuelve a dar otro sorbo a su whisky y coge el teléfono.

Me habla usted de sus pretensiones personales.-Dice mientras marca el teléfono de su compañero.-Pero no de lo que nosotros obtenemos si le ayudamos a tener éxito. Sin embargo, tengo curiosidad por saber a dónde nos lleva esto.

Heisenberg descuelga el teléfono y llama a su compañero.

Heisenberg llama por teléfono al despacho de Boston, donde John no tarda ni tres tonos en responder.

¿John? Soy Heisenberg. Ha venido un científico a nuestra oficina de Arkham con un trabajo un tanto especial. Se trata de acompañarlo en un largo viaje.

-Un científico, caramba esto sí que es nuevo. De hecho por serlo me inspira curiosidad. ¿De qué universidad? ¿Qué especialidad? ¿Qué tipo de viaje? Dame detalles.

Mientras escucho al bueno de Heisenberg me sirvo una copa de coñac de la botella que tengo sobre el escritorio.

Heisenberg apura lo que le queda de su copa. La aburrida conversación con el doctor le ha ayudado mucho a beber unos cuantos tragos.

Es un doctor en arqueología. Garantiza haberme conocido en un cócktel en la universidad, seguramente de Arckam, aunque ya le he dicho que no le recuerdo. Si te soy sincero, creo que muestra el mayor interés por ti.-Dice mirando fijamente al doctor.-Ofrece 1500 dólares por realizar una expedición a su lado en la labor de detectives. Por lo visto necesita a gente culta, pero sobre todo ojos atentos. El viaje es una travesía larga. Promete gloria futura, pero a mi me llama la atención sobre todo el sueldo, aunque me parezca un poco bajo.-Vuelve a mirar al doctor.-Y ahora mismo lo tengo delante mío en el despacho. ¿Qué te parece?

Sonrie a la par que inclina la cabeza sin perder detalle de  la conversación mientras tamborilea con los dedos sobre el escritorio, como si estuviese algo impaciente por arrancarte una respuesta.

-Bueno, en principio me resulta interesante, por lo menos es una novedad respecto a lo que estamos acostumbrados. No obstante me interesa saber de qué tipo de expedición estamos hablando, no me vale el genérico de "arqueológica", su objeto de estudio y ante todo que te aclare de forma más concisa para qué necesita ojos atentos. Quizá llevo demasiados años en este negocio, pero no me huele muy bien el asunto. Si lo tienes ante ti puedes pasarle el teléfono para que hable conmigo.
Respecto a los honorarios, dependiendo de la duración de esa expedición deberían tener modificaciones. Recuérdale que habla con M&H. Somos una empresa de categoría, una universidad puede pagar más de lo que ha ofrecido. Y también que cobramos por horas.
A todo esto, no me hablaste de un cóctel en la universidad. ¿Qué hacías allí?

Me apoyo sobre el respaldo de mi sillón. 1500 dólares por una expedición de Dios sabe cuánto tiempo. ¿Qué se habrá creído? Heisenberg y yo regentamos una empresa de respeto, no me hice rico precisamente trabajando de barato. Qué rico está este coñac. Debo acompañarlo de un buen habano.

Los cócteles son mi debilidad. Ya lo sabes. Con respecto a lo demás, lo mejor es que hables con el buen doctor porque ya te dije que eres la persona en la que de verdad está interesado.

Heisenberg le acerca el teléfono al arqueólogo.

Hable con mi compañero. Pero ya le advierto que es un hueso mucho más duro de roer que yo.

Cogiendo el teléfono con la mano derecha

- ¿ Señor Marlowe? , Doctor Curtis Mathieson al aparato.  Me dice su socio que es usted una persona dura de roer... eso está bien , no esperaba menos de ustedes. Al señor Heisenberg le parece algo bajo 1.500$ para cada uno de ustedes por un trabajo de varias semanas en Groenlandia  y la reputación de ser la escolta de los científicos que descubrieron fehacientemente la existencia de una civilización perdida. Imagínese la de casos que les lloverían, ¡ Por Dios serían mundialmente conocidos! - exagera.