Partida Rol por web

- Los designios de los dioses son inescrutables, y unos escriben en renglones más torcidos que otros...

Ateela ayuda al mago a levantarse y a caminar detrás de Haidar.

 Jonova exhala lentamente el aire contenido, sin percatarse de ello, durante los momentos de mayor tensión, afortunadamente la cosa había ido... ¿bien? En cualquier caso no había llegado a las armas ni Haidar se había ido.

 La muchacha se incorporó y empezó a recoger su equipo dando entender claramente que aceptaba bajar con el resto. A su lado, Jarael se estiraba, bajando su torso y encorvando su lomo, con un bostezo en el que sus tremendos dientes asomaban bajo sus labios.

 Al terminar de guardar sus pertenencias en la mochila la joven dijo un simple lista, mientras aguardaba que el resto se preparara.

Haidar espera a que esteis listos y os guia de vuelta al piso de abajo. Baja el agujero con una agilidad felina, y espera abajo, de pie, sin ni siquiera hacer un gesto de ayudaros a que bajeis el resto, incluyendo la dificil operación de bajar a Jaali.

Tras lo cual os guia a traves de la habitación de las estatuas, atravesandola hasta salir por el oeste a una habitación llena de polvo. Las paredes muestran unos frescos desconcertantes en la que unas esfinges demoniacas desmembran lo que parecen representaciones de almas (humanos transparentes). En la pared oeste hay cuatro nichos, de los cuales uno esta vacio y en los otros hay restos de unas estatuas de madera destrozadas.

Haidar se dirige a la pared sur, y tras tantear un poco llega a un lugar donde su mano parece atravesar la pared. Os hace un gesto para que lo sigais y atraviesa la pared como si fuera solo una ilusión.

Con alguna duda lo seguis hasta una habitación espaciosa, iluminada por unos grandes braseros de terracota. Haidar la atraviese rapidamente. Desde el techo podeis oir unos ruidos extraños, como si alguna extraña criatura de buen tamaño viviera allí arriba.

Finalmente llegais a un pasillo tortuoso que acaba en la camara más grande que habeis visto hasta el momento. La habitación, claramente un antiguo escriptorium esta llena de polvo. Restos de mesas, de estanterias, fundas de pergaminos, rollos rotos, llenan la habitación. Hay tres alas laterales en las que es casi imposible entrar, tapadas por una pila de pergaminos y libros en un terrible estado de conservación. Pero lo más extraño es una extraña niebla brillante de color purpura que parece emanar de la pared sur, y que cubre alcanza casi un metro de altura en la parte más alejada de la habitación.

- Aqui esta, el lugar donde he pasado la mayoría de estos años - Haidar rompe el silencio y señalando a la niebla añade - y el aliento de Nethys. Espero que nos sirva de ayuda. - no puede evitar un ligero tono de amenaza en la última frase.

El elfo, que ya se veía entre las garras del jaguar y el licantropo suspira aliviado cuando Morbo parece despertar su interes. Por un momento había considerado usar su único conjuro a la desesperada. Más de una vez le ha salvado la vida el encantamiento, claro que otras tantas le ha metido en muchos lios.

No puede evitar bajar las escaleras con la mano moviendose inconscientemente hacia el arco de su espalda. Más si cabe cuando oye los ruidos del techo en la sala que pasan. ¿Qué será? Se pregunta mentalmente, y se responde rápidamente, mejor no saberlo.

Cuando se encuentra frente a la extraña niebla y viendo a Jaali dando tumbos, el elfo la estudia intentando ser util al resto del grupo. La druida y los guerreros han demostrado su valía en combate. Ateela es capaz de curar terribles heridas con la magia de su diosa. Tu apenas has hecho saltar unas astillas de una estatua. Más vale que te apliques Bethel.

Lo único que tienes claro es que esa bruma no es natural, hay algo mágico en ella que hace resonar tu propio poder. Al acercarte a ella sientes como si de alguna manera, y en una proporción minúscula, pero que se puede notar tus capacidades mágicas aumentaran.

Tras esperar unos segundos, mientras os aclimatáis a la extraña habitación Haidar se da la vuelta.

- Os dejo aquí para pasar la noche, no intentéis salir solos, la habitación de ahí - señala el pasillo por el que pretende irse - es bastante peligrosa y no parece que esteis en estado de luchar. Volveré por la mañana.

 Jonova contemplaba con ojos curiosos los pasajes por donde cruzaron, llamándole la atención los sonidos que llegaban de entre las sombras del techo. No obstante el seguir los pasos de Haidar le dan otras cosas en que preocuparse. Posiblemente sea algún tipo de alimaña grande.

 Finalmente el licántropo se detiene ante una misteriosa neblina. No parece nada natural, ese color, ese movimiento... un leve calambre sacude la espalda de la joven, erizando el vello de su nuca y brazos. No le gustaba estar aquí.

 Entonces Haidar les comenta que están seguros si se quedan aquí. La joven mira hacia atrás, allí donde escuchó los sonidos en el techo.

 - No es que me guste, pero lo mejor será descansar aquí.

Dorwas se dirige a Morbo y le señala la niebla con la mano. Compañero, creo que esa va a ser la respuesta y si realmente te habló, se te fue la cabeza o tenía yo razón.

Miró a Haidar antes de marcharse. ¿Estaremos seguros aquí o bloqueamos la entrada?

Creo que nos ha dado un buen consejo, lo que sea que había allí fuera era grande.

Después, reuniendo fuerzas se decide - esa niebla parece potenciar la magia, parece un catalizador. No se que efectos puede tener, pero me voy a arriesgar - termina la frase avanzando hacia la niebla - si no vuelvo, ha sido un honor - dice unas últimas palabras antes de que la niebla le envuelva

Haidar sonríe ante la pregunta del enano.

- Las bestias de la habitación de al lado nunca entran aquí, y no hay muchas cosas que puedan atravesar la habitación anterior sin ser comidas. - contesta con una sonrisa - Aquí estáis mucho más seguros que arriba - añade antes de abandonar la habitación.

Mientras tanto Bethel se introduce en la niebla, hasta el punto donde le cubre un poco más de la cintura. El elfo parece desconcertado, ya que no ocurre nada especial en absoluto.

Dorwas sonrió al ver la cara de Bethel mientras empezaba a moverse buscando un lugar cercano a la niebla para dormir. Tranquilo, amigo, creo que por lo que decían los entendidos señaló tant a Morbo como a Jaali tiene que ver más con el sueño que con otra cosa. Así que preparemonos para dormir.

Jaali se ha arrastrado como ha podido por el Templo, agarrado a Ateela. Entre el aire opresivo, ver toda su sangre reseca en la primera habitacion y el hedor que hay en la sala de los gruñidos, vuelve a sentirse mareado y con ganas de vomitar, con lo que no responde nada a Haidar antes de que este se marche. Indicando a Ateela que le deposite en la niebla, va a decirle a Bethel que hay que dormir en la niebla, no pasear por ella, pero Dorwas se le adelanta.

Mejor, no tengo ni fuerzas para hablar… Esperemos que la niebla nos de respuestas… O soluciones.

Mirando a Dorwas, churruscado y aun como si nada, vaya excepcional compañero de taberna Morbo asiente.

- Yo no sé compañero, espero que salgamos vivos de esta. Ahora solo quiero dormir, ya mañana veremos con qué nos sale el día. A ver si hay suerte y acabamos bebiendo cerveza con un Dios y rodeado de mujeres hermosas!

se gira y camina lento hacia Jaali, y con tono seco y la mirada endurecida dice:

Mago! ¿Qué es esta niebla? Es conveniente dormir en ella? 

y por último mira a su dichosa espada... Y pensar que maté para conseguirla y puede que me maten por escucharla, tiene narices! 

Eramos pocos y pario el beholder - piensa el mago ya tumbado

La niebla regenera tejidos, Morbo. Duerme en ella y a lo mejor despiertas convertido en una linda princesita. - dice con hastio. Que mosca le habra picado ahora?

Lo único que tienes claro es que esa bruma no es natural, hay algo mágico en ella que hace resonar tu propio poder. Al acercarte a ella sientes como si de alguna manera, y en una proporción minúscula, pero que se puede notar tus capacidades mágicas aumentaran