Partida Rol por web

Jaali sigue al enano, aunque a cierta distancia.

Espero que el Emir no se crea que estamos robando la daga...

- Una taberna me parece genial. - dice el elfo que aún está dandole vueltas a lo del rastro. Su voz suena algo cansada - a veces un cambio de perspectiva ayuda a resolver un problema... y la verdad es que me apetece echarme un trago.

El grupo abandona el patio y se dispone a salir del palacio, pero antes de llegar a la puerta, en una habitación grande y vacia, llena de columnas decoradas, se encuentran a Mahir que les hace señales para hablar con ellos. Detrás del visir hay cuatro guardias armados, que se mantienen a una distancia prudencial, pero claramente visibles.

- Buenas tardes - os dice mientras de acerca Mahir - ¿Como va la investigación? - sin daros tiempo a contestar añade - Errr... ha llegado a mis oídos que habéis cogido pertenencias personales de Omar. Por desgracia no es posible sacar esos objetos del palacio sin el permiso del Emir. Me veo en la obligación de pediros que dejéis la daga en palacio y en el futuro pidáis permiso para retirar cualquier cosa. No os estoy acusando de nada - añade rápidamente, alarmado - Simplemente quiero evitar malentendidos.

Al ver a los guardias preparados, el instinto de Dorwas fue echar mano a su cimitarra, a pesar de que un Skars nunca atacaría a los hombres del Emir por propia voluntad.

Cuando Mahir comenzó a hablar en tono cordial, relajó su cuerpo, dejando solamente una mano reposada relajadamente y de forma casual sobre la empuñadura,

Cuando añadió el robo de una daga a la conversación, su mirada fue primeramente a Raffius pero luego se dio cuenta que el muchacho habría sido más listo, por lo que su dura mirada se posó sobre Morbo, Jaali y Ateela. ¿Daga? ¿Qué daga? gruñó entre dientes a los tres.

Esto pinta mal, pinta mal se dice asi mismo una y otra vez al posar los ojos sobre los guardias. Uno de ellos acerca la mano ligeramente a la empuñadura de su arma como si esperara problemas. Bethel traga saliva. Seguro que les han tendido una trampa. Quien esté detrás de la desaparición del principe puede haber organizado el robo de esa daga para poder cargarles con las culpas.

Y si es algo que se le ha ido de la cabeza. Bethel no recuerda nada de una daga, seguramente su mala memoria le está gastando otra de sus jugarretas - esto, ¿De que daga hablais mi buen señor? - pregunta timidamente - ¿Y que tiene que ver eso con nosotros?

Maldita sea, espera que Raffius haya tenido el sentido común de no robar nada de palacio. Solo lo ha perdido de vista unos momentos cuando ha ido al otro lado del muro, pero... No. Hasta él ha de tener ese mínimo de sentido común.

Jaali mira a Mahir con cara de sorpresa.

La daga se dejo en su sitio, con instrucciones precisas para que no se tocase nada. La habitacion de Omar es parte de la investigacion y no deberia prepararse para nadie hasta que hayamos terminado nuestro trabajo. Creo que vuestros criados se estan confundiendo. Verdad chicos? - Dice confiado ante Ateela y Morbo, totalmente inconsciente de que Ateela ha cogido la daga cuando el se fue de la habitacion

 La mujer del desierto avanzaba distraída, sumida en sus reflexiones acerca de la rareza de la desaparición del rastro cuando Mahir les corta el paso. Confundida, sus sentidos se activan, encontrando a los guardias, escuchando a medias las palabras del consejero.

 ¿Daga? 

 Era la primera noticia de ella, su mirada se dirigió a Morboa Jaali y a Ateela, buscando una explicación. El aprendiz de mago respondió. La joven buscó la reacción del consejero.

Ateela da un paso al frente y hace una reverencia: 

- Es un placer que el destino nos permita hablar de nuevo. La daga está aquí ---la joven ofrece abiertamente la daga a Mahir---, en perfecto estado, por supuesto. Me alegra ver que los criados os han avisado de que la habíamos cogido, tal y como les dije, aunque hubiera sido más rápido si ellos mismos hubieran avisado que no es posible sacar cosas de palacio ni siquiera en el curso de la investigación. Nos habríamos evitado un malentendido y tener que molestaros, lo cual lamentamos profundamente ---Ateela hace una nueva reverencia, muy breve---. También hubiera ahorrado un precioso tiempo para la investigación que estamos haciendo. Dado que la vida de Omar puede estar en grave peligro y cada minuto cuenta, pensamos que era más rápido actuar sin necesidad de perturbar vuestra ocupada jornada.

Hace una pausa para tomar aire, y continua:

- Esta daga de Omar puede suponer una pieza importante de la investigación. Si se nos permitiese sacarla de palacio (de forma excepcional, por supuesto) estoy segura de que pronto estaremos sobre la pista de Omar para traerle de vuelta sano y salvo. 

A veces los adultos son los que comportan como niños... -piensa Raffius expectante, sin nada que añadir, porque no sabe qué pasa, qué es esa daga, a quién pertenece y qué importancia tiene para unos y para otros... aunque... es muy bonita.

Ha tenido que soportar varias miradas de sospecha, pero no le importa demasiado. Para empezar, está acostumbrado, y para seguir, si se hubiera encontrado él la daga... quien sabe qué hubiera ocurrido...

Tal vez estaría conmigo ahora -sonríe con cierta picardía- y todas esas miradas tuvieran su justificación. Total, yo la iba a cuidar mejor que cualquiera de estos... -los mira con disimulado desdén, como miran a los adultos los jóvenes que parecen no querer madurar, o no entender dicho proceso- ... son tan serios en ocasiones... tan... inanimados y desesperanzados. Tan simples. Tan...tan... adultos...

Suspira.

Tres contra uno a que se pelean por el cuchillito...

Sin dudarlo Mahir toma la daga de las manos de Ateela.

- Gracias - contesta - Yo creo que es mejor dejarse de investigaciones y salir a buscar a Omar ya - dice - En cuanto esteis listo os preparo una caravana para ir en su busca - comenta - Mañana mismo podríais salir, pondré a vuestra disposición camellos y criados - tras una pausa como dudando añade - ¿Necesitáis mas dinero?.

- Camellos, tiendas, provisiones, mucha agua... - la costumbre de organizar expediciones hace hablar al elfo, cuando alguna que otra cabeza se gira a mirarle se calla. Por supuesto que sabrán organizar una expedición, seguro que tienen criados que se ocupan de eso casi a diario. Cierra la boca y no la lies más.

Se gira mirando a Ateela, ¿todo este maldito lio por una daga? Va a abrir una boca, pero mirando alrededor se lo piensa mejor. Guardias, criados, Mahir... mejor guardarse las preguntas para otra ocasión.