Partida Rol por web

Tras separaros del resto del grupo no tardais en descubrir que llegar a las estancias de Omar no es tan fácil como parece. El palacio es laberíntico, formado por una mezcla de salas cuadradas y jardines a la que no le podéis encontrar mucho sentido.

Pero preguntado se llega a Roma, y preguntando mucho menos a la estancias de Omar. Cuando llegáis a los antiguos cuartos del joven, os encontráis a un grupo de cinco criados recogiéndolo todo. Al entrar os lanzan una mirada rápida y continúan con su labor, en la pared opuesta a la vuestra se ve claramente las marcas en la pared que dejo la colección de armas del joven, ahora desaparecida.

Pero... Pero... Que estais haciendo? - Jaali mira a los criados totalmente incredulo. Esto no entraba en sus planes - Dejad todo como estaba, la investigacion no esta concluida! - dice con voz chillona. Donde estan las armas de Omar?

Los criados se quedan quietos mirándoos. Al cabo de unos segundos uno consigue tartamudear:

- Pre...pre..preparando la habitación para su nuevo inquilino, señor - contesta inseguro. - Las armas están en una de esas cajas - añade señalando a media docena de cajas de madera alineadas contra una pared - Las hemos limpiado y cuidado con mucho esmero - dice con algo de orgullo.

Jaali se relaja al oir eso.

Eeehh... Esta bien, esta bien. - Mira a Morbo y añade - Tranquilo Morbo, no hace falta hablar de falanges en esta ocasion

Se acerca a donde estan las armas y mira a ver si esta la que piden en el templo.

Tenia Omar algun arma preferida? Os suena una daga un poco especial? - Jaali les describe la daga a los criados

Tras escuchar lo dicho por Jaali Morbo sin perder la sonrisa añade "Gracias Jaali, buen apunte" y mirando a los criados dice ¿y bien? ¿está en esas cajas el objeto descrito por mi... (con sorna) perspicaz compañero?" Ah, y podríamos saber quién es el nuevo inquilino?

Mientras realiza esta última pregunta empieza a dirigirse hacia las cajas que ha señalado el criado.

- O son fantasmas o... - gira la cabeza mirando hacia los lados a ver si hay alguien cerca que le esté oyendo. - ¡Diablos! Parece que se evaporan y aún así dejan olor - se rasca la cabeza desesperado ante este rompecabezas.

 La joven, al separse de nuevo vuelve a tomar iniciativa buscando activamente el jardín que correspondría al punto en el que Jarael les había conducido. Más poco acostumbrada a moverse por interiores, se fió más de las capacidades de reconocimiento de Dorwas. Mas parecía que quien fuera que dejara el rastro no había pisado aquella zona. Enotnces Jono se dedicó a comprobar las alturas...

Ateela deja que Jaali y Morbo se encarguen de asustar a los criados, que se les da bien, pero no les quita el ojo de encima por si escondieran algo (en particular, se fija en ver cómo reaccionan cuando se les habla de la daga; Ateela recuerda que esa daga estaba en esta habitación la última vez que pasaron por aquí). Algo no encaja...

"Qué raro que ya estén preparando la habitación para otra persona... Dan ya a Omar por muerto? Y entonces para qué estamos nosotros?"

La cabeza de la sacerdotisa empieza a dar vueltas:

"Por qué tanta prisa? No hace ni medio día que salimos de esta habitación... No se llora a los muertos en palacio ni se les guarda un tiempo de luto y respeto? Y aunque así fuera, el palacio es enorme y sobra sitio. Estarán intentando esconder algo? Y si es así, sabrán algo estos pobres diablos?"

Tenia Omar algun arma preferida? Os suena una daga un poco especial?

Los criados se miran unos a otros y a Morbo, claramente intimidados.

- Si, había una daga muy bonita, con una pantera en el filo - comenta por fin uno de ellos cuando reúne valor. - Creo que estaba en aquella caja - mientras habla se acerca a una de las torres de cajas, mueve varias y abre una.

Tras revolver un rato menea la cabeza, claramente asustado.

- Pensaba que estaba aquí - dice - Quizá en esa otra caja - y sin esperar respuesta empieza a indagar en una nueva caja.

Tras buscar durante un rato, claramente aliviado, saca una extraña daga de la caja, y os la muestra con una sonrisa de triunfo, que rápidamente se hiela al cruzarse su mirada con la de Morbo.

La muralla es un muro ornamentado de entre dos y tres metros de altura. Tiene almenas puntiagudas, pero es más un efecto decorativo que algo para defensa. Tendrá unos 40 centímetros de ancho en la parte de arriba, pero las almenas ocupan todo el ancho del muro. No esta pensado para que nadie pasee por arriba, pero, aunque fuera incomodo porque hay que saltar las almenas, sería posible hacerlo.

Que raro. Dorwas se pasó la mano por su calva cabeza. Podría ser que las plantas y los olores del jardín hubieran hecho que tu animal perdiese el rastro, porque dudo que nadie anduviese por lo alto de esas murallas sin necesidad...

Miró a un lado y a otro. Estamos seguros que este es el sitio, ¿no? Pues creo que estamos en un callejón sin salida... solo se me ocurre acercarnos a ver que hace cara bonita y sus dos compañeras...

 La joven niega mudamente ante la imagen del muro. Para mirar entonces alguna palmera u otro árbol que la pudiera servir para orientarse, por si realmente este fuera el lugar que daba al otro lado del muro donde se paró Jarael.

Jaali coge la daga y la observa atentamente. Algo ha leido sobre este tipo de armas en uno de los tomos sobre animales magicos que estudio...

No dijo el enano que la pantera de la druida habia seguido un rastro? Sera que olia a un animal parecido a ella? - piensa acariciando el leopardo de la hoja

En-Nebi, Blade of the Leopard

Source Pathfinder #19 68
Aura moderate transmutation; CL 9th
Slot weapon; Price 10,302 gp; Weight 1 lb.
Description
Crafted in Katapesh some 300 years ago, En-Nebi is a katar some 15 inches in length. An embossed image of a ferocious Katapeshi leopard adorns the weapon’s hilt, while strange shadowy patterns writhe across its damascened blade, even in strong light.

In combat, En-Nebi is treated as a +1 vicious punch dagger. As it strikes, the extra damage from the vicious property manifests as if a great cat’s claws had cruelly raked the victim’s flesh. While this effect can be unnerving, the consequences for the katar’s wielder are even worse: if he confirms a critical hit with the weapon, he must make a DC 15 Fortitude save or contract a form of lycanthropy, becoming a Katapeshi wereleopard lycanthrope.

Easily twice the size of common leopards, Katapeshi leopards are infamous for their savagery. Now extremely rare, these massive creatures once ranged from Nex to Thuvia (same stats as tigers). Treat Katapeshi wereleopard lycanthropes as chaotic evil weretigers.

- Podría pasar al otro lado y cuando llegue al lugar avisaros - se rasca la barbilla - aunque la verdad es que esto me parece cosa de magia, es como si se hubieran evaporado.