Partida Rol por web

El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

El Espiritu Kami.

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25/04/2017, 08:51
Punta Arena: Petunia.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Petunia continúa bailando al son de las palmas y las palabras de Giorgino. Parece que el buen ambiente y la música están animando a todos los lugareños, incluso entran en la posada otro par de granjeros jóvenes, quizá animados por lo que se escucha desde fuera.

La mirada de Petunia se cruza brevemente con la de uno de los dos jóvenes granjeros cuando éstos llegan a la barra. El muchacho es bastante apuesto y Petunia se sonroja levemente, pero evade la mirada y vuelve a bailar con más ahínco cerca de Giorgino.

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25/04/2017, 11:28
Giorgino Vhiski.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Giorgino se giró hacia su tío mientras bailaba y agitó los brazos con alegría mientras llamaba su atención.

-¡Eso, una buena cerveza! ¡Tito dame una jarra!

La otra había desaparecido misteriosamente en manos de Petunia, incluso parecía que se le estaba subiendo un poco porque Giorgino la encontró algo colorada. Entonces vio a otros vecinos de por allí que comenzaban a unirse a la fiesta y los saludó.

-¡Hola chicos! Estamos celebrando el cumpleaños de mi abuela. ¡Uniros al baile!

El muchacho se acercó un poco a su tío con cara de decepción por sus palabras.

-¿Tu también vas a empezar como la abuela? ¿Acaso no se puede seguir a ambas? No veo porque no se pueden hacer las dos cosas a la vez. Así como Desna y Shelyn me cuidan, también podría viajar contigo y estar con Petunia. -Entonces comentó muy ilusionado.- ¡Solo tendríamos que llevarla con nosotros! ¿Que te parece tito? Te ayudaremos mucho, yo puedo conducir uno de los carros y Petunia es muy trabajadora, mira todo lo que hizo aquí para la fiesta...

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25/04/2017, 14:07
Vankor Dalmuvian.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Tomó una de las jarras de cerveza y sujetó el pichel con ambas manos sorbiendo lentamente. Observaba desde su posición a Giorgino, revoloteando como una mariposa alrededor de Petunia. Se sentía tentado de advertirle que conforme más se acercaba a ella, más se evidenciaba en sus calzones una creciente excitación, pero dudaba que no lo advirtiera él mismo. Posiblemente, no le diera mucha importancia.

Tras ello vio al Jefe Sandru dar su regalo a Koya. Se le abrió la boca admirativamente ante lo que alcanzaba a ver. Aquel era un regalo importante y sin duda, caro además de valioso. Quizá otro hombre se hubiera sentido humillado por la sustancial diferencia entre los regalos hechos, pero para Vankor, que el regalo de Sandru fuera mejor no le afectaba. Se alegraba de que Koya recibiera de los suyos lo más que le podían ofrecer y aunque su pasador era sencillo, era cuanto había podido comprar con sus ahorros y la vieja adivina, además, lo había honrado colocándoselo entre sus cabellos con presteza. Y aquel, sin duda, era el mejor regalo que a su vez ella podía hacer a Vankor.

Tras un nuevo sorbo, escuchó abrirse la puerta de la posada, dando acceso a dos granjeros. Los miró sin curiosidad, tratando de poner nombre a sus rostros. De forma inconsciente, siguió la mirada fija de uno de ellos. Fue así como descubrió el sonrojo de Petunia. Su reacción inmediata, bailando desaforada en torno a su primo, le hizo fruncir el ceño. ¿Qué ocurría allí? Para Vankor, algo así hablaba de culpabilidad. ¿Acaso Petunia conocía a aquel granjero?

Se puso en movimiento. De una mesa cercana tomó dos jarras de cerveza llenas y se encaminó hacia los recién llegados.

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25/04/2017, 14:26
Vankor Dalmuvian.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Decidido a descubrir si sus sospechas eran ciertas o solo un exceso de imaginación, Vankor se encaminó hacia los recién llegados, llevando consigo sendas cervezas, además de la suya.

-Hola, bienvenidos a la fiesta de la vieja Koya. La posada celebra su cumpleaños e invita a cerveza a todo el que viene -dijo ofreciendo las dos jarras a los paisanos-. Soy Vankor. ¿Y vosotros?

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26/04/2017, 11:06
Viejo Hattori.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Hattori rememora tiempos antiguos, de cuando era joven, de las fiestas del pueblo donde vivía. En su juventud se le dieron bien las mujeres y no fueron pocas con las que el viejo compartió lecho o paja o lo que le quedase a mano. Sin embargo, desde bien pronto sabia cual iba a ser su futuro y su cometido. Servir a la familia Kajitsu y estar siempre alerta. Eso imposibilitaba mucho el tener una pareja a la que poder atender.
Por ello las relaciones que tuvo Hattori eran esporádicas, pero todas ellas eran advertidas de este hecho antes del encuentro.

Giorgino le recuerda un poco a él en sus inicios, extrovertido y amable, vital. Ahora esta mas apagado y es mas arisco. Siente orgullo de cuidar de Ameiko, pero en realidad ha sacrificado una vida y eso se nota.

Se siente cansado y viejo, mas anquilosado de lo normal y esta convencido que es mas psicológico que mental. Quizás necesite una aventura o algo que le reactive.

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28/04/2017, 06:10
Sandru Vhiski.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Sandru observa como Giorgino regata con él tratando de convencerle de que la chica viaje con ellos. Y eso contando que ni siquiera él tiene concedido ese viaje. El chico podría ser un buen mercader, sólo por el empeño que pone en sus argumentos. El maduro varisio susurra unas palabras de vuelta a su pertinaz sobrino.

Giorgio, lo que creo es que estamos en la fiesta de tu abuela, y que es lo que nos debería preocupar ahora mismo, ¿no crees? – Una sonrisa y un guiño acaban la frase, en un claro aplazamiento al debate.

Y puede que ni sea necesario sacar más el tema… – Piensa Sandru para sí mismo con una mezcla de alivio y pesar. No ha dejado de registrar el silencioso intercambio de la muchacha con uno de los recién llegados, un atractivo chico local, y teniendo en cuenta las edades de los chicos y su constancia en estos asuntos, puede que los amoríos de su sobrino tuvieran una vida más bien corta.

Aparte de todo ello, aún no había oído ni una palabra con respecto a la opinión de su cuñada al respecto, y si algo estaba en las prioridades de Sandru era el no llevar más pesar a la vida de su cuñada, que bastante amargura soportaba ya diariamente.

El varisio dio un abrazo  a su sobrino, mientras le palmeaba el hombro con firmeza.

Sí que es hora de que te tomes otra jarra, sobrino. – Sandru le tiende una jarra de la nueva ronda que ha servido, la cual esta convenientemente aguada. Ahora que los paladares estaban calientes, sólo un avezado bebedor notaría la diferencia, y no quería que su sobrino llegara a casa borracho y tener que soportar las iras de su madre. Unos bandidos eran cosa de risa, una tormenta en el camino un mal menor, un dragón algo preocupante, pero Martha enfadada era algo a evitar.

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28/04/2017, 07:43
Giorgino Vhiski.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Su tío era un duro negociador, eso tenía que admitirlo, por eso se había convertido en el mejor caravanero de toda Punta Arena. Pero la buena noticia es que aquel día no se había negado rotundamente y que tan solo parecía aplazar la decisión para más adelante, quizás en un ambiente más tranquilo donde pudieran hablar, a Giorgino eso le bastaba, aún no estaba todo perdido y conservaba intactas sus esperanzas. Para rematar la cuestión su tío le ofrecía una jarra de cerveza y esta vez a él solo, aquello era una forma de oficializar delante de todos que Giorgino se había convertido en uno de sus hombres de confianza, así que cogió la jarra con alegría y la alzó en un brindis.

-¡Por mi abuela! ¡Que podamos celebrar muchos más cumpleaños todos juntos! ¡Y por nuestros futuros viajes, que todos sean prósperos y llenos de aventura! Ya verás abuela, nos iremos todos juntos y yo puedo conducir tu carro. ¿Donde te gustaría ir?

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02/05/2017, 08:56
Koya Mvashti.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

Para una vieja de huesos doloridos era agradable sentir el reconfortante candor que desprendían los jóvenes. El impetuoso Giorgino iba y venía, entre Koya y Petunia, como si se debatiera allí mismo entre Desna y Shelyn. Pero Koya era perra vieja y sabía que, a corto plazo, poco tenía que hacer. Así que se limitó a disfrutar del momento, los ratos que su nieto tenia a bien concederla, bailando con él o sonriendo ante sus zalamerías.

Disfrutó también del contacto con Sandru, cuando éste la tomó de los brazos. Sus palabras inflamaban su corazón como en el pasado sus amoríos lo habían hecho. Estaba preparada.

- Estoy preparada, hijo. - Era su deseo y se lo había prometido a su madre antes de que muriese. Pero aquel Viaje de los Viajes no era el único regalo que su querido Sandru tenía preparado. Envuelto en coloridas telas Koya descubrió, con la ilusión de una chiquilla, una caja de excepcional factura.- ¡Oh!- Sostenía la funda con una mano mientras que con la otra, temblorosa, se tocaba la mejilla sonrojada. Era el regalo perfecto. El contenedor perfecto para el mazo de cartas familiar que había heredado de Madame Niska Mvashti.- ¡Me encanta!- ¿Dónde guardar mejor que en aquel regalo el valioso mazo de cartas si iban a emprender un largo viaje?- Muchas gracias, hijo.- Recibió con gusto los sonoros besos de Sandru y le devolvió otros tantos. Aún se quedó un rato ensimismada, pasando su nudosa mano por los relieves de símbolos varisios, la rueda de carro fielmente representada y que marcaba su sino, así como las representaciones de su diosa, Desna.

Volvió a tomar asiento y humedecer los labios en la cerveza, cautelosa. Observó, con la calma que dan los años, a su Giorgino y a Petunia. Sabía que la alegría desbordante de su nieto no duraría para siempre. y eso le provocaba sentimientos enfrentados. Por una parte se haría un hombre de provecho pero, para ello, tendría que sufrir antes. Ella estaría allí para guiarle por el camino adecuado y no dejar que los malos momentos le hiciesen perder el norte.

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04/05/2017, 08:46
Punta Arena: Boram. Granjero Joven Promesa.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena.

El más joven de ambos hombres sonríe a Vankor y asiente aceptando la cerveza.

- “¡Por Koya!” – Pronuncian los dos antes de alzar las cervezas en gesto agradecido hacia Vankor. Luego se presenta.

- “Soy Boram, y él es mi amigo Evan.” – Ambos miran la alegría que se desborda alrededor en toda la posada.

- “Parece que hemos escogido un buen día para venir.” – Comenta Boram.

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04/05/2017, 11:43
Vankor Dalmuvian.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena

Vankor elevó también su jarra y cabeceó afirmativo mientras sonreía.

-Sí, la vieja Koya parece más que dispuesta a festejar su casi inmortalidad -rió suavemente-. Y las muchachas de la posada están poniendo toda la carne en el asador tocando y bailando. La peliroja te ha echado un buen vistazo y se ha puesto a juego con su pelo -rió nuevamente, con camaradería-. Una muchacha guapa sentenció-. ¿La conocéis?

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20/05/2017, 11:38
Punta Arena: Boram. Granjero Joven Promesa.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena

Boram lanza un vistazo hacia Petunia y tras un par de segundos devuelve la mirada a Vankor.

- "La he visto un par de veces por el pueblo." - Afirma. - "Petunia creo que se llama, ¿no?." - Asiente mientras da otro trago a la cerveza.

- "Pero no, ni siquiera hemos hablado. No me olvidaría de una belleza así." -

Evan sonríe y niega con la cabeza, indicando que él tampoco se olvidaría de alguien como Petunia.

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22/05/2017, 20:51
Vankor Dalmuvian.

Vigésimo séptimo día del mes de Neth del año 4707. Finales del otoño. Posada el Dragón Oxidado. Punta Arena

-Sí, Petunia -dijo asintiendo vehementemente con la cabeza-. Vaya, creía que la conocías. No he podido evitar sorprender la mirada que te ha dirigido al entrar. Bueno, serían imaginaciones mías. ¡Salud! -dijo brindando con los recién llegados y aliviado de que sus sospechas no tuvieran fundamento.

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07/06/2017, 19:18
Ameiko Kaijitsu.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.


No he estado presente en el momento de la despedida. Desde mi atalaya particular en la buhardilla de la posada, veo cómo van llegando a recoger lo que les he dejado preparado. La situación me supera y me siento particularmente desasosegada. Una fría losa ha hallado aposento en mi pecho y me oprime con cada inhalación. Me encuentro dividida entre dos lealtades, entre deber y deseo. El deber de cuidar de las responsabilidades heredadas de mi familia y el deseo de aventura, de ir tras ellos, volver a sentirme libre en la senda.

Y aún así, no puedo. La losa tira pesadamente, anclándome a la realidad. Elevo una plegaria silenciosa a Shelyn cuando los veo partir, ocultándome en las sombras de la ventana para no ser vista. Me empapo de cada detalle, consciente de que bien pudiera ser la última vez que los vea. Allí permanezco hasta que ya no los distingo en el camino del pantano.

Me quedo en mi sitio, sentada allí, en mi refugio particular. Extiendo la mano y alcanzo mi samisén. La música se eleva, tan taciturna y solitaria como yo misma me siento ahora.

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07/06/2017, 20:12
Koya Mvashti.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.

Koya había visto cómo Sandru tomaba entre sus manos el paquete que Ameiko le había dejado preparado. A la vieja zorra no se le pasaba desapercibido el amargo gesto en el rostro de su hijo al no ver a la tien presente en la despedida. Sin embargo allí estaba ella para despedirle con sus cariñosos y sonoros besos y las bendiciones de Desna que repartía a diestro y siniestro.

Desde la puerta abierta del Dragón Oxidado, Koya observaba el avance de sus amigos y familiares hacia el pantano, alejándose de ella cada vez más. No aguantó mucho mas allí, de pie, pues sus huesos comenzaban a protestar, así que se internó al confortable calor del fuego del hogar.

- Ponme algo para refrescar el gaznate, Bethana.- Le dijo carraspeando un poco. Con la vejez no sólo se secaba la entrepierna sino todas las mucosas, y hacía falta humedecerlas de vez en cuando.-¿Dónde está Ameiko?- Tan pronto como preguntó, como si la misma Desna respondiera a sus palabras, una celestial música vino de escaleras arriba. La anciana se puso de pie haciendo crujir las oxidadas articulaciones.- Me va a hacer subir allí arriba, ¡demonios!- Son las pruebas que la Diosa le ponía en su camino. Así que, despacio pero sin pausa, tomó su jarra de cerveza y emprendió la subida para ver a su amiga.

- ¿Ameiko? ¿Estas aquí, hija mía?

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07/06/2017, 22:05
Ameiko Kaijitsu.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.


Escucho la voz de Koya y dejo de tocar el samisén. No soy muy dada a que nadie entre aquí, en mi buhardilla, pero Koya es distinta al resto del mundo. Me acogió con cariño y, a pesar de todo, me sigue tratando como alguien de la familia. Igual que Sandru.

Abro la puerta y la recibo con la mejor sonrisa que soy capaz de componer. Hay ligeras sombras oscuras bajo mis ojos que hablan de la inquieta noche que he pasado.

—Buenos días, Koya-digo mientras la abrazo y doy dos sonoros besos en sus mejillas-. ¿Qué haces despierta tan pronto? ¿Acaso esos hombretones te han hecho levantar para prepararles el desayuno?

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08/06/2017, 22:11
Koya Mvashti.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.

- Pues prácticamente.- Protestó como solía hacer, aunque la verdad es que quería despedirse de Giorgino, inquieta como estaba por la suerte que pudiera correr. En algunos momento se arrepentía de no haber acompañado al grupo al pantano pero luego pensaba con la cabeza fría y sabía que Sandru estaba con ellos. Si alguien podía conseguir llevar a buen puerto algo ese era él. A pesar de ello siempre le quedaba la espinita clavada profundamente en el corazón de  lo ocurrido con Alder.- Pero no dejes de tocar por mí, sabes que me encanta ese cachibache tuyo.- Los instrumentos tien no eran lo suyo. Prefería la sencillez de un compás llevado con las palmas, la pandereta, un canto con voz desgarrada, pero Ameiko tenía un don, y era hacer que la música que tocaba reverberara dentro de uno, tocando fibras muy sensibles.- Le dí a Sandru el paquete que le preparaste.

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10/06/2017, 08:23
Ameiko Kaijitsu.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.


Entramos a la buhardilla. Está amueblada con un poco de esto y un poco de aquello. No es ni tien ni varisio... es una mezcla ecléctica de utensilios que ya no uso pero aquí me hacen servicio. Acerco a Koya hasta una silla y después de vuelvo a sentar en los cojines, mientras vuelvo a tocar el samisén. La música ahora es más dulce y apaciguada. Muchas veces, sin darme cuenta, dejo que la música revele mi estado de ánimo. Pero sólo cuando me siento a gusto y en familia.

Lo curioso es que nunca tuve esa misma sensación en mi casa. Mi padre, tan estricto en sus mandatos, constreñía mi ímpetu natural. Después todo lo que pasó con mi hermanastro... Una nota discordante en medio de la dulce melodía. Muy tenue, pero que me devuelve al presente. Para recordar que gente a la que quiero ha marchado al peligro por algo que puede ser legado de mi familia. Estamos demasiado lejos de Minkhai como para que esos barcos naufragados no tengan relación conmigo. 

Tras unos instantes de silencio mientras toco y reflexiono, agradezco a Koya sus atenciones:

—Gracias por entregárselo, Koya. Tan sólo espero no verlo brillar en la distancia. Ese pantano tiene muchos peligros ocultos... Oye, ¿trajiste tu mazo? Nunca me has leído las cartas.

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11/06/2017, 10:49
Koya Mvashti.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.

Koya agradeció que Ameiko le ofreciera una silla en vez de los cojines donde se sentó la joven. No estaba su huesudo culo para sentarse en el suelo. Atendió al recital de su amiga, a la que casi sentía como una hija más, disfrutando de cada nota que sacaba del exótico instrumento. Era una virtuosa y de eso no cabía duda alguna.

- Siempre lo llevo encima.- Nunca se separaba del mazo de cartas que su madre le había ofrecido antes de morir. Era la herencia más importante que le había dejado y su bien más preciado. Siempre que pensaba en aquellas cosas se angustiaba por el simple hecho de tener que pensar a quién iba a dejarle ella aquel preciado bien. Como no había tenido hijos propios no tenía claro quién podría hacer un buen uso de su mazo de cartas. Si al menos Giorgino hubiera elegido el correcto camino de la fe, pero, dada su juventud y voluble corazón, Shelim era la que había elegido, aunque soliera decir que su corazón estaba dividido a partes iguales entre ella y Desna.- Siempre pareces tan segura de ti misma, y de tus decisiones, que pensé que no necesitabas que Desna echara algo de luz sobre tu camino. Eres una mujer fuerte y decidida. De todas formas, para mí sería uno honor ayudarte si algo te inquieta, te hace dudar, o te perturba.

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11/06/2017, 11:30
Ameiko Kaijitsu.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.

Las palabras de Koya no dejan de sorprenderme en cierta forma. Quizá el hecho de haber tenido la familia que he tenido me ha forjado a aparentar más que a ser. Niego con la cabeza.

—Me gustaría que Desna arrojará algo de luz sobre mi camino. Ha estado siempre tan lleno de curvas, de sorpresas y pérdidas a cada recodo del camino que... no sé, me gustaría tener algo de luz en vez de incertidumbre en mi vida. Desde que conocí a tu familia conocí lo que es vivir plenamente, con las alegrías del día a día y también con los pesares más profundos. Esos que sólo salen en las horas de vigilia solitaria en la madrugada. ¿Lo harías, Koya?

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11/06/2017, 12:05
Koya Mvashti.

MITAD INVIERNO DEL AÑO 4708 RA.

DÍA DE LA LUNA, SIETE DE ABADIO.

POSADA DEL DRAGÓN OXIDADO, POR LA MAÑANA. 

TRAS LA MARCHA DEL GRUPO AL PANTANO.

- Claro que lo haría, con mucho gusto.- Ameiko era una mujer lista y a la que tenía mucho aprecio. A veces leer las cartas no añadía más que una mayor incertidumbre a las propias dudas que se tenían sobre un asunto, pero Koya haría lo posible por despejarlas, si estaba en su mano y Desna se dignaba a no ponerlo complicado.- Dime hija, ¿cuál es tu pregunta? ¿Qué es lo que te inquieta?