Partida Rol por web

El Regente de Jade I: El Legado de Muro de Salmuera.

Los Velos del Pasado.

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23/05/2017, 19:14
Koya Mvashti.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Koya se quedó un tanto sorprendida cuando escuchó su nombre pero su rostro se iluminó con una sonrisa cuando vio a Giorgino y, junto a él, a su hijo Sandru.

- ¡Loada sea Desna!¡Qué bueno veros!- Les plantó un par de besos en sendas mejillas para luego concentrarse en la incontinencia verbal de su nieto.- A ver, a ver, a ver. ¿Y con qué dinero vas a comprar todo eso?- Dijo tratando de refrenar el ímpetu del chaval. La verdad es que por mucho que se hiciera de rogar le había enternecido el corazón el gesto de Giorgino para con ella. ¿Había sido tan evidente para todos que a Koya le había sentado mal que no le dieran la capa de Buentócon? Se sonrojó un poco ante semejante idea.- Cariño, no necesito todo eso.- Lo que pensaba de verdad es que Petunia no necesitaría el vestido.- Te acepto la capa de buen agrado, sin embargo. Mira esta tela tan bonita.- Señaló una tela de fondo azul oscuro que estaba adornada con multitud de estrellas blancas estampadas.- Esta sería perfecta. Será mi regalo de cumpleaños atrasado, jeje. - Las estrellas eran símbolo de Desna.- Pero no quiero el vestido. Ahórratelo, querido. - Dio su visto bueno a las telas para el vestido y capa para su madre y arrugó ligeramente el morro cuando el material era para Petunia.- Ese no me gusta demasiado para alguien tan joven.¡Uy! Ese le hará las caderas anchas. Ese no va bien con el color de sus ojos...- Así una y otra vez, parecía no estar conforme con ninguno.

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23/05/2017, 19:41
Giorgino Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Giorgino disfrutaba con la presencia de su abuela y también con la oportunidad de poder comprarle algo, siempre había deseado poder hacerle un buen regalo para su cumpleaños y nunca había tendio oportunidad. Y aunque el cumpleaños de Koya había pasado, ahora tenía el dinero de los goblins y no pensaba dejar pasar la oportunidad.

-Pues con el dinero que el tío Sandru me dio de la recompensa que había por los goblins abuela. Y lo que sobre se lo dejaré a mamá para que pueda pagar a alguien que le ayude cuando yo no esté en casa. Porque pronto marcharemos de viaje ¿Verdad tío?

Giorgino no quiso decirlo allí delante de un extraño, pero si tras calcular lo que necesitaba su madre aún sobraba algo de dinero podría ofrecérselo a su tío por si necesitaba invertir en mercancías o algo de su nueva caravana. En cualquier caso esperaría a estar en familia para hablarlo. Volvió a centrarse en las telas y aceptó de buen grado que su abuela solo quisiera hacerse una capa, si no le gustaban el resto de telas para hacerse un vestido tampoco podía obligarla. Y con la tela de la abuela y su madre ya elegidas faltaba la del vestido de Petunia, pero ninguna parecía ser del gusto de la mujer y ya las habían visto todas. Giorgino se volvió hacia su tío para que le echara una mano.

-Tío Sandru. ¿Tu ves alguna que te guste para Petunia?

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24/05/2017, 00:08
Sandru Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Tras saludar afectuosamente a su madre, Sandru se sumerge en el trabajo de un buen mercader y se dedica a desbaratar cualquier intento por parte de su colega de gremio de cobrar de más a su sobrino, y tras alguna alusión a las habilidades de Koya, el compañero varisio transige en una drástica rebaja sobre sus precios.

Su madre elige una hermosa capa azul que además de los ostentar los colores de Desna, le servirá como abrigo en las noches frías de cualquier viaje. Sandru duda si Koya será capaz de acometer un viaje como el que lleva soñando toda su vida. El cuidado de su madre enferma, ciertamente la ha tenido atada al Punta Arena durante largos años, si bien Sandru hubiera pagado gustoso por cada uno de los minutos que hubiera pasado con sus fallecidos progenitores.

Giorgio le saca de su ensimismamiento último, al preguntar por el vestido para Petunia. Koya no daba puntada sin hilo, y si la madura mujer no daba alas a esa decisión es porque algo sabía o sospechaba. Y Sandru tenía confianza en su madre.

- La verdad Giorgio es que deberías pensar en ahorrar. Una boda es harto cara, y tener el dinero suficiente para acometerla es algo fundamental. ¡Y más aún para hacer el regalo preciso en el momento de las nupcias! Por no hablar de la dote, claro. Mi consejo es que aguantes la bolsa en pro de una oportunidad que merezca la pena, ¿no crees? -

Sandru acabó de regatear con su homónimo, y sellando el trato con un apretón de manos, cerró el precio para las compras de su sobrino. Petunia debería esperar.

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24/05/2017, 06:08
Giorgino Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Giorgino se quedó pensativo, tenía mucha ilusión por regalarles algo a las tres mujeres de su vida, aunque era cierto que tampoco quería equivocarse y precipitarse, así que siguió los buenos consejos de su abuela y de su tío.

-Tenéis razón, si no hay nada adecuado prefiero esperar, quiero que sea algo especial. Tio Sandru si llega otro comerciante o compras algunas telas ¿Me avisarás? -Giorgino liquidó la deuda con el amigo de su tío, después de que Sandru consiguiera los mejores precios y después siguió hablando con sus familiares.- ¿Estás contenta abuela? Espero que te guste tu regalo, en el próximo viaje no pasarás nada de frío con tu nueva capa, ya verás. -Mientras hablaban el pequeño grupo se iba acercando al carro de Koya, lejos de los oídos de otros integrantes del campamento.- La verdad es que no sabía que una boda conllevaba tantas complicaciones. ¿Y tu tío como sabes tanto de bodas? ¿Acaso piensas casarte y no nos has dicho nada? Si quisieras casarte creo que conozco una jovencita ideal para ti.

Bueno, en realidad Ameiko, que era en quien Giorgino pensaba, ya no era tan jovencita, debería haberse casado hace años, pero su tío tampoco era ningún jovencito así que podrían formar una buena pareja. Para Giorgino esa unión no reportaba más que ventajas para todos.

Y seguro que la tita Ameiko dejará la cerveza gratis a su sobrino favorito...

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24/05/2017, 10:44
Sandru Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadio de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Sandru mira a Giorgino con una mezcla entre diversión e irritación. El mocoso lo quería casar. ¡A él!

- Giorgio, te puedo asegurar que he bebido en más bodas, he despedido a más amigos de la soltería, y he yacido con más Damas de Compañía en enlaces, que los años que tienes. Así si me preguntas qué sé de bodas te diré: "Mucho más que tú, rapaz", ¡¡Jo, jo, jo!! -

El varisio ayuda a empaquetar al joven los regalos para su madre, mientras le mira de reojo con una idea dando vueltas en su cabeza.

- Bueno sobrino, ¿y quién es esa pobre desafortunada que tendrías en mente para un desastre de hombre como yo? -

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24/05/2017, 11:24
Giorgino Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadio de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Giorgino escuchó la respuesta de su tío y aunque parecía ofendido el muchacho creía que tan solo estaba disimulando y que la pregunta le había hecho gracia.

-Bueno... ¡Eso es verdad tito! Debes de haber visto muchas bodas...

Giorgino dejó de hablar y se puso colorado, dedicando miradas fugaces a la abuela Koya llenas de timidez y vergüenza que decían: "Jijiji. El tito Sandru ha dicho yacer con damas de compañía delante de la abuela". Había temas que aún no estaba acostumbrado a hablar en público y menos delante de su abuela. Decidió empaquetar los regalos para su madre dando por terminado el tema, aunque parecía que a su tío le había picado la curiosidad. Miró a Sandru y después a Koya sin saber muy bien que decir. Tampoco es que la idea fuera suya, mucha gente de Punta Arena pensaba que Sandru y Ameiko eran mucho más que amigos, pero a Giorgino ella le caía bien y no le importaría que se convirtiera en alguien oficial de la familia, dejando a un lado lo de las cervezas gratis.

-Pueeees... La Señorita Ameiko. Ya debería haberse casado y no creo que ningún jóven la corteje ya, es muy mayor y además dicen que ha rechazado cientos de peticiones. Pero creo que haríais buena pareja ¿No piensas así tito? Sois muy amigos, casi como Petunia y yo. -En realidad eran mucho más amigos que Petunia y él, pero en aquellos momentos ese era su estandar comparativo y además pensaba que no podía existir nadie en el planeta que estuviera más unido que ellos.- ¿Nunca lo has pensado? Quizás los rechaza a todos porque quiere casarse contigo... ¿Se lo has pedido alguna vez?

Tampoco entraba en sus esquemas que a Sandru no le gustara una chica como Ameiko, para él era bastante joven y había que reconocer que, tras Petunia, era la muchacha más bonita del pueblo y la más exótica. Además se llevaban bien, habían compartido muchos viajes y aventuras juntos... Todo encajaba a la perfección en la mente de Giorgino.

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25/05/2017, 18:30
Koya Mvashti.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

- Me encanta, cariño.- La anciana acarició la tersa mejilla de su nieto y se divirtió mucho viendo a Sandru mercadear con las telas para el resto de regalos. Desde luego a Koya le picaba el gusanillo de partir en una caravana con su hijo. 
Lo que otros podrían percibir en Giorgino como la impertinencia propia de la juventud, Koya lo experimentaba como un soplo de aire fresco tras haber estado un buen tiempo encerrada. Su madre, a la que había adorado, olía a cerrado y a viejo, mientras que su Giorgino olía a un prado recién florecido. 
- JAJAJAJA.- Rió con ganas ante las preguntas indiscretas y la propuesta de novia para su hijo.- Ameiko sería perfecta, estoy de acuerdo.- Sin embargo Koya no creía que Sandru acabara con ella. Demasiadas cosas habían pasado entre ellos, a parte de haberse criado casi como hermanos. La anciana endiñó una colleja a su nieto a traición.- ¿Qué debería haberse casado?- Elevó los brazos al cielo para que Desna perdonara a Giorgino y no le fulminara con un rayo en ese mismo momento por las barbaridades que había soltado por la boca.- ¡Demasiado mayor, dice! Pero, ¿es esto lo que te ha enseñado tu abuela? Una mujer no tiene una edad para casarse, chiquillo. ¡Qué sabrás tú de la vida, mocoso! Que ya debería haberse casado...pffff, menuda tontería. ¿Te lo puedes creer, Sandru? ¿Qué es lo que piensas de tu abuela, entonces? Te aseguro que no descarto encontrar aún el amor y, si me apuras, casarme. ¡JA! Ya me puede quedar bien esa capa que me regalas o quizá le diga a la Srta. Ameiko lo que piensas de ella, jeje.

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26/05/2017, 10:53
Giorgino Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Giorgino asintió con la cabeza con efusividad cuando su abuela le dio la razón en que Ameiko sería una excelente esposa para su tío Sandru. Aunque después las cosas parecieron torcerse por lo que había dicho después, así que el muchacho intentó justificarse ante su abuela, no quería que malentendiera sus palabras.

-Bueenoooo... Abuelaaaa... Es que la mayoría de mis amigos o se han casado o están a punto de hacerlo, yo también en cuanto hable con Petunia y su familia, ahora tengo dinero para darle una buena vida ¿Verdad? -En realidad a sus ojos Ameiko era una muchacha ya bastante mayor, claro que si la comparaba con su abuela parecía un bebé.- Bueeenoooo... Creo que tienes razón, además la señorita Ameiko no se ha casado porque está esperando que tito Sandru se lo pida jajaja ¿Verdad tito? ¿A que a ti la señorita Ameiko te parece una chica joven? Haz caso a la abuela, ella nunca se equivoca ¿Verdad abuela? -La última parte en la que su abuela hablaba de casarse no le convencía del todo, claro que su abuela podía hacer lo que quisiera, él seguiría queríendola.- Tienes razón abuela, tu sabes mucho más que yo, más que nadie. ¿Piensas en casarte? Eso no me lo esperaba, la verdad. ¿Quieres que haga unos rezos a Shelyn para que te ayude? Tito, puedo hacerlo por ti también. ¿Y tienes alguien pensado? ¡Ya se! ¡El señor Hattori! ¿A ti también te impresionó en el pantano? ¡Menuda energía, nunca lo hubiera imaginado! ¡Y por favor! ¡No le digas nada a la señorita Ameiko, no quería ofenderla...! ¡No quiero que se enfade conmigo y no me deje entrar en su posada...

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27/05/2017, 15:31
Sandru Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Sandru observa al aparentemente inagotable Giorgio mientras pugna por meter baza en todos los asuntos habidos y por haber en Punta Arena. El mundo no parece ser suficiente para él.

- Bendita juventud, que nunca volverá... -

- La verdad Giorgio, es que siento el mayor de los respetos por Ameiko. Es una amiga, y es el tipo de lazo que se forja desafiando la muerte juntos como aventureros, no el que se forma en una taberna bebiendo licores. - Sandru hace una pausa.

- Por otra parte, el apellido Kaijutsu, dista mucho del Vhiski en cuando a alcurnia y nobleza. Somos simples varisios y ella pertenece a una clase alta. Los lazos que nos unen están más allá de toda prueba, pero hay pruebas que no deben llevarse a cabo. Y espero que me entiendas cuando te digo desde el cariño: Déjalo estar. Bastante tengo con escuchar los absurdos rumores de media Punta Arena, y que tenga que escucharlo en mi casa, sería algo realmente triste. -

La mirada de Sandru se ha vuelto algo acuosa, como si observara algo lejano o estuviera mirando al sol, pero parece volver en sí y mirar a su madre con una sonrisa creciente.

- ¿Has dicho que Koya no se casará? ¡Cuando ella quiera! No será por que no le falten pretendientes, ¿eh madre? ¡Ja,ja,ja! Y sí, ese viejo Hattori es un pájaro de cuidado, le voy a tener un ojo echado encima... -

Sandru parecía hablar en broma, pero había algo de verdad tras sus palabras. El anciano tenía algo que le erizaba el vello de la nuca, algo a lo que nunca hasta ahora había prestado atención.

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28/05/2017, 10:44
Giorgino Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

Giorgino escuchó a su tío con respeto, aunque no le quedó muy clara la respuesta, todo lo contrario, aunque si le quedó claro era que Sandru no quería hablar de ello ni que volviera a sacar el tema. Giorgino asintió obediente ante la petición de su tío.

-Sí tío, no volveré a decirte nada, lo siento.

Miró hacia su abuela a ver si ella también estaba confundida o al contrario parecía comprender lo que pasaba por la mente de Sandru. Además quería ver como le sentaban los comentarios sobre Hattori. ¿Sería él el afortunado en el que se había fijado?

Comprendo que el tío Sandru le tenga cariño a la Señorita Ameiko, han vivido muchas cosas juntos, pero pensé que eso ayudaría a que se gustaran. Claro que puede que el tío la vea solamente como una... ¡Hermana pequeña! No lo se... ¿Y eso de los apellidos y las clases sociales? ¿Desde cuando le ha importado eso al tío? ¿Y lo de las pruebas de que no debe llevarse a cabo? ¿Le pediría el tío alguna vez ser algo más y ella lo rechazó como al resto? Eso explicaría porqué no quiere hablar del tema. Pobre tío... Ojalá pudiera ser tan feliz como yo lo soy con Petunia, nosotros si que nos queremos.

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28/05/2017, 21:22
Koya Mvashti.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

- No me ofendas, Giorgino.- Le contestó a su nieto con el ceño fruncido ante su ofrecimiento pero sin decirle si se molestaba por lo de Hattori o por lo de Shelyn.- Las mujeres Mvashti somos intensas y no estamos hechas para el contenido carácter de los tien, jeje.- Asintió cuando su juicioso hijo Sandru comentó que debería prestar más atención a Hattori.

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29/05/2017, 06:07
Giorgino Vhiski.

Día del Fuego, 5 de Abadar de 4708 RA. Campamento Varisio del Tío Sandru.

-Pero abuela... Yo no... Yo no quería ofenderte.

Aunque no tenía muy claro si la ofensa había sido por hablar del viejo Hattori o por hacer lo propio con Shelyn, pero sería mejor dejar de hablar de romances, ya habían tenido bastante aquella mañana y no habían hecho muchos avances.

-Pues el viejo Hattori no parecía muy contenido en el pantano. ¡Menuda sorpresa! Yo no me lo podía creer.

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09/08/2017, 03:33
Sandru Vhiski.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

El carromato avanzaba penosamente lento por el terreno del camino. A pesar del frío clima, en las semanas pasadas apenas había habido precipitaciones excepto en forma de ligera nieve, por lo que el piso era transitable, si bien ligeramente congelado y duro.

Finalmente había partido. Llevaba semanas planeando esta salida, y aunque en principio se decía que sería algo para un conocido, finalmente Sandru Vhiski se dio cuenta que estaba planeando su propio futuro. Y ese futuro pasaba por dejar atrás Punta Arena y a Ameiko.

Había comprado los carromatos, caballos y con la ayuda de su madre Koya y los Dalmuvian, tenía un futuro en mente. Un medio para empezar el negocio con el que todo varisio soñaba: Una caravana. Ahora llevaba el último carromato recién adquirido de camino a la posta, donde se reuniría con el resto, y pasarían lo que quedaba de invierno en Magnimar. El clima era más amable, y Sandru podría atar ciertos cabos sueltos antes de emprender los negocios que tenía en mente.

El severo invierno no ayudaba a enfriar los agitados ánimos que bullían en el interior del varisio. No había podido aguantarlo más. Estar cerca de Punta Arena era una tortura diaria que no soportaría por más tiempo. No soportaba verla a ella. Demasiadas imágenes venían asociadas con la suya. Las aventuras, la mina, Alder, la serpiente, los caníbales... Debía partir, aclarar su mente y dejar que la rabia se fuera diluyendo. Si es que lo hacía alguna vez. Lo más triste es que la mayor parte de ella iba dirigida contra si mismo.

- Si hubiera sido más rápido, si hubiera sido más listo, si hubiera sido más sigiloso... -

Puede que ni en su mejor momento sus sentidos hubieran percibido que algo acechaba al solitario carromato, pero puede que un sexto sentido le avisara de que algo ocurría. De repente parecía hacer más frío y el caballo piafaba intranquilo...

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14/08/2017, 14:18
Shalelu Andosana.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

Si aquel humano había pretendido marcharse sin que nadie le siguiera estaba muy equivocado. Le había visto marcharse sin avisar ni despedirse, le había sentido, pero no le había concedido mayor importancia hasta ver la reacción de Ameiko. Y fue esa reacción la que le hizo cambiar de parecer sobre la idoneidad de su marcha. Porque podía haberlo ignorado. Podía haber decidido no hacer nada y olvidarlo como podía olvidarse de aquello que no le importaba. Pero a Ameiko sí le importaba, y comprendiera o no sus razones, las compartiera o no, era algo que no tenía intención de dejar pasar.

Se marchó con una excusa como siempre hacía, si bien sabía que las excusas no eran necesarias. Lo poco que en Punta Arena conocían de ella se reducía a que la elfa iba y venía a su antojo sin dar cuentas a nadie, como una leve brisa, sin mayor justificación que su naturaleza y dejando como único recuerdo un roce para alivio de los que en el calor añoraban el frescor de su toque.

No le costó encontrar el rastro y a buen ritmo no tardó en alcanzar a los que se habían marchado sin mayor celo para ser seguidos que el no haberse despedido. Los siguió por bastante tiempo ocultándose tras recovecos y agazapándose en las sombras. Oyó sus risas y sus quejas, la emoción por lo que en el camino les esperaba y los recuerdos que dejaban atrás. Y aun así, a pesar de todo lo que había para ver y oír, Shalelu solo tenía ojos y oídos para un hombre y era en ese hombre en el que su atención se centraba. Dudaba qué hacer, cómo actuar o qué decir, hasta que en un momento dado se decidió a dejarse ver. No por todos, solo por él.

Abandonó las sombras que la copa de un árbol le proporcionaba y desde sus ramas observó con cierto desdén al varisio, lo justo para que él la mirara. Cuando lo hizo la elfa volvió a desaparecer esperando la reacción de él. 

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14/08/2017, 15:40
Sandru Vhiski.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

Chasqueó la lengua un par de veces tratando de tranquilizar al caballo. Y entonces la vio. Fue apenas un segundo, una figura apenas entrevista entre las sombras de las ramas del árbol. Sandru se quedó paralizado, las riendas se aflojaron y el caballo continúo la marcha por propia iniciativa, estaba acostumbrado a avanzar sin las atenciones de quien llevaba el carromato.

- ¿Shalelu? ¿Que haría la mujer elfa aquí? ¿Y porqué sólo se había mostrado un segundo? -

Era casi como si tratara de buscar una reacción en él, provocar algo. Había algo en su mirada, un brillo frío que hablaba de contención. Pero con la elfa no se estaba seguro, era como tratar con un gato, nunca sabías qué esperar. Quizás la elfa sólo estaba asegurándose de que salía de la zona sin percances. Rondaba por las tierras alrededor de Punta Arena desde hacía muchos años, y no daba explicaciones a nadie. Sandru decidió parar por cortesía.

- ¡Soooooo, caballo! ¿Hola? ¿Hay alguien? ¿Shalelu? -

Tiró de las riendas y echó el freno al carromato examinando las ramas donde la exploradora había desaparecido.

- Hablando de gatos... -

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15/08/2017, 18:58
Shalelu Andosana.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

Palabras y más palabras. Cómo le gustaban las palabras al varisio y aun así, a pesar de lo mucho que disfrutaba valiéndose de su lengua, no se había molestado lo más mínimo en usarla para despedirse de quien debía hacerlo. Pero lo que más inflamaba los ánimos de la elfa era su reacción al verla, esa naturalidad con la que actuaba en la que no se apreciaba el más leve rastro de remordimiento. Eso era todo lo que le importaba Ameiko.

Aun oculta llevó su mano a una de las flechas en su carcaj...

No la merecía, no merecía su amistad. La preocupación que consumía a Ameiko, su tristeza, no era correspondida. No se había quedado allí para apoyarla. No le había dedicado ni una sola palabra. El aprecio de ella se lo había pagado con la más completa indiferencia, una indiferencia que exhibía sin pudor.  

Situó la flecha en el arco y lo tensó...

No era el momento de palabras. No sería ella la que hablara. Silencio era lo que merecía, un silencio que luchaba por no forzar en él.

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15/08/2017, 20:11
Sandru Vhiski.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

Sandru resopló con desgana. No tenía cuerpo para discutir con nadie, y era el momento de alejarse de Punta Arena. El que la elfa anduviera de aquí para allá no era algo de extrañar, así como que no diera explicaciones a nadie por sus acciones.

Decidió que era el momento de partir, y agitó las riendas a la vez que chasqueaba la lengua urgiendo al caballo a retomar la marcha. Que Shalelu rondara cuanto quisiera en los árboles, él no pensaba prestarse a sus comportamientos antisociales. La verdad que compadecía a su joven retoño, porque tener una madre como la elfa no debía ser fácil. Aunque por otro lado era mejor tener una, que visitar su lápida.

Dirigió un gesto de despedida a las copas de los árboles, y arreó al caballo para que se pusiera al trote. Estaba deseando poner muchas leguas entre sus recuerdos y él.

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19/08/2017, 17:43
Shalelu Andosana.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

¿Acaso aquel hombre se estaba recochineando? ¿Le dedicaba a ella un gesto de despedida y no había tenido la decencia de hacer lo mismo con Ameiko? Ya podía ver lo que le había costado acercarse a ella tan pronto la había visto, la mucha prisa que tenía que le había permitido alejarse de la caravana mientras esta seguía avanzando para hacer algo que no había tenido los redaños para hacerlo cuando debería hacerlo y con la persona que debería haberlo hecho.

Liberó la flecha que había estado apuntando para que perforara la tierra justo delante de los cascos de su caballo.

No sabía qué les había pasado la última vez que se habían marchado, no sabía la razón por la que a su vuelta Ameiko había dejado de ser quien era. Su humor, su forma de ser... No era la misma. Y no había importado cuántas veces se lo preguntara, en lugar de respuestas obtenía aun mayor tristeza. Pero aquel, aquel era el último desprecio que le obsequiaba Sandru había sido la gota colmaba el vaso

Casi en el mismo instante una segunda flecha volvió a clavarse, en el suelo otra vez y muy próxima a los cuartos traseros del caballo.

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21/08/2017, 01:06
Sandru Vhiski.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

El caballo se encabritó asustado cuando la flecha se clavó delante suyo, y Sandru tuvo que hacer verdaderos esfuerzos por evitar que se desbocara. La segunda flecha no ayudó mucho, pero por fortuna la montura no se percató de ella, y el furioso aspirante a mercader sólo tuvo que aplicarse un poco más para calmar al animal. Después juró a placer.

- ¡Tú, especie de LOCA! ¿Se puede saber qué infiernos estás haciendo? -

En la mente de Sandru sobrevenían muchas imágenes, pero una idea consiguió abrirse paso. Si la elfa hubiera querido acertarle, lo hubiera hecho. Los disparos sólo querían llamar su atención o incomodarle. La cuestión era, ¿Para qué?

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25/10/2017, 21:30
Shalelu Andosana.

Día del Fuego, 6 de Kuthona de 4706 RA. Terreno boscoso al sur de Punta Arena, camino de Magnimar.

Entrecerró los ojos ante las exclamaciones del varisio. ¿Especie de loca? La locura no entraba en ningún momento en sus planes, ni esa noche ni en ninguna. Ahora que había conseguido la atención del humano, se adelantó unos pasos para quedarse entre las sombras de unos árboles, oculta pero lo suficiente visible para que Sandru viera la sombra de la flecha que estaba apuntando hacia él.

- ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué le has hecho tú a Ameiko? – preguntó con voz fría, pero con un fondo de furia. ¿Cómo osaba hacerle eso a su mejor amiga? Quería añadir más, reclamarle el dolor que estaba sufriendo la joven tien ahora mismo… Pero primero oiría sus escusas, pensó con acritud.