Partida Rol por web

Una oscuridad nubla tu mente, inconsciente de qué eres y nada puedes recordar de lo último acontecido.

El peso de tu cuerpo te impide moverte, como si no estuviera acostumbrado a hacerlo y el simple hecho de ir tomando consciencia poco a poco hace que tu cuerpo suplique por permanecer inerte, ajeno a lo que es capaz de lograr.

Unos ruidos confusos entran dentro de tu cabeza, pero no consigues separarlos u ordenarlos, añadiendo más confusión a lo que te rodea.

Ni siquiera sabes cuanto tiempo has estado en ese estado, consciente y aletargado recibiendo estímulos incoherentes.

Poco a poco consigues identificar algunos ruidos, algunas voces, incluso tu respiración se torna agradable de sentir.

El primer impacto visual que detecta su cuerpo al abrir por primera vez los ojos se vuelve tan confuso como los anteriores, pero ya sabes lo que es salir de ese estado y esta vez la transición se hace más rápidamente, aunque tu percepción temporal no podría darte a entender cuanto tiempo tardas en "despertar".

Tu cuerpo se empieza a mover y da muestras de vida con actos involuntarios que tornan tu deforme cuerpo en una posición más natural y tus partes se acostumbran a su propio peso, haciéndote fácil moverte.

Ahora eres consciente de lo que te rodea, un recinto cerrado apenas iluminado. Estás en el centro de la sala y, por curioso que pueda parecer, recuerdas momentos fugaces de donde estabas antes de estar ahí y una voz llamándote a ese "lado".

Tus ojos se acostumbran rápidamente a la oscuridad y lo único que ves es una entrada, pero sin puerta, sólo con unas telas moradas que impiden que algún ojo indiscreto las atraviese.

No recordaba demasiado de como había llegado hasta allí. ¿Acaso alguien me había llamado? Tenía esa sensación, pero no sabía quien podría haber sido. DE hecho era dificil pensar en otra cosa. La propia inercia e instinto animal me impulsaban a salir de aquel recinto. 

Observé mi oscuro alrededor y descubrí aquella apertura sin puertas. Solo una fina tela que obstruía el paso. Debía ir hacia allí, solo porque no había otras opciones. Aquello me intrigaba, quería saber más de aquel sitio, por lo que comencé a arrastrarme.

Mi cuerpo no reaccionaba como quería. Seguía algo embotada y mis extremidades estaban debilitas, pro el deseo de avanzar y la curiosidad me motivaban a seguir adelante, hacia la siguiente sala. 

Al atravesar la cortina, el escenario continuaba igual que en la sala anterior, con asépticas paredes de piedras apoyadas unas sobre otras haciendo un pasillo en forma de arco que se perdía en la oscuridad a izquierda y derecha.

Antes de que el pequeño demonio pudiera elegir el camino tomar, unas pequeñas botas salieron de la oscuridad a su izquierda de manera silenciosa y, gradualmente una figura humanoide se iluminó con alguna luz que se filtraba desde la sala anterior.

Una figura pequeña y grotesca le miraba fijamente y, aunque el primer instinto fuera prepararse para la lucha, aquella criatura no cambió su rostro al verle y simplemente emitió unos pocos sonidos guturales mientras volvía sobre sus pasos, dándole la espalda al demonio.

AL atravesar el pasillo me encontré con un camino aun más gigantezco. No importaba si miraba a izquierda o derecha, no conseguía observar los límites de aquellos enormes senderos. Entonces la indecisión se vio interrumpida por la aparición de un ser goblinoide.

- Oye, tu... ¿Dónde estoy? - Traté de preguntar en mi idioma a aquella desdichada y horrible criatura. Pero aquel parecía no estar pendiente de mi, como si buscase otra cosa o me considerase algo simplemente insignificante a lo que podía ignorar.

- ¡Oye! Te estoy hablando no me des la espalda. - Exclamé mientras que le seguía y me pegaba a sus talones.  - ¿Qué es este sitio?

Aquella criatura hizo caso omiso al pequeño demonio y siguió andando apenas diez pasos más, hasta que giró una esquina de lo que ya parecía más reconocible como una gruta subterránea donde las paredes no había sido acabadas y dejaba ver la roca viva.

Entonces, en la nueva sala más iluminada, otra figura de algo menor tamaño pero algo menos horrenda a la vista, si podía ser, escudriño con su mirada a aquel ser y con un leve gesto de la mano hizo que su "escolta" se marchase.

- ¿Sólo esto? - Dijo mientras te examinaba de arriba a abajo, aunque no hubiera demasiado que mirar. - Esa pequeña granuja debió de equivocarse en su conjuro, pues...

Tras aquella introducción a su propio monólogo, dicho sujeto se percató de que tus ojos le devolvían la mirada y seguían sus movimientos y casi inconscientemente, entabló una conversación.

- Mis disculpas, mi nombre es Yg y soy el encargado de este lugar. Ya sabes, mantener la jerarquía, repartir las provisiones y dar órdenes. - Empezó lo que ya parecía un diálogo entre ambos. - O bueno, no lo sabes. Lo cierto es que nuestra situación es precaria y pedimos a "aquel que no ama la luz" que nos ayudase.

Su mirada cambió a un gesto de cierto desagrado.

- Y bueno, tú eres lo que nos ha mandado, así que dudo de que nuestra plegaria fuera bien entonada. - Soltó una maldición por lo bajo tras su última palabra. - O puede que no, pero esperaba algo más, todo sea dicho.

Aquel viejo ser parecía no recortar sus pensamientos a la hora de hablar y pudiera ser ignorante de que Phil se sintiera herido por aquellas palabras, pero no parecía que fuera capaz de percibir emociones ajenas.

- Bueno, haré como siempre, con lo que tengo, lo mejor que pueda. - Sentenció dando por acabada su introducción.

Como no me quedaba más opción seguí a la criatura hasta la siguiente sala dónde encontré a más de esos monstruos. Este segundo aparecido disponía de mayor inteligencia que el primero, pues al parecer si disponía de la capacidad del habla.

Entrecerré la mirada mientras oía sus explicaciones y daba a entender que era el mandamás en aquella fortaleza, o lo que fuera aquello, entonces empecé a recordar vagamente que antes yo vivía en la tierra de la oscuridad y había sido enviada hasta aquí.

- ¡Ja! ¿"solo esto"?  Está claro que no sabes quien soy. Soy Kalia, demonesa de las tierras crepusculares, poseedora de la oscuridad seductora, escultora del deseo de miles. Podría solucionar cualquier problema que aquí tuvierais con suma facilidad. 

Volé de un saltito hasta el pecho del ser goblinoide para observarle directamente a sus malignos ojos mientras daba mi discurso. Claro, aun no tenía mi verdadera forma desarrollada, pero eso no quería decir que tuviese miedo de las criaturas de por allí.

- Dime que problemas son los que aquejan a las criaturas de la socuridad por aquí - demandé a Yg

Aquel ser enarcó una ceja al escuchar tu discurso, aunque hizo un amago de risa.

- Sí, sí. Disculpad mi torpeza Kalia de las tierras crepusculares. - Ironizó vehementemente para luego cambiar a un tono más serio. - Pues mira donde estamos, escondidos en las entrañas de la tierra y reducidos a unos pocos. Buscábamos alguien que nos ayudase con el conflicto que nos traemos entre manos.

En contraposición con la actitud inicial de aquel ser, la mostrada en ese momento era una mezcla entre preocupación y desesperanza.

- Siete son los que aquí sobrevivimos, ocultos a nuestros enemigos. - Decía mientras repasaba sus libros de cuentas. - Cada día luchamos por sobrevivir y no ser encontrados, así que siendo la poseedora de la oscuridad del deseo de miles deberías ser capaz de solucionarlo, más cuando gastamos nuestros pocos recursos en traerte hasta aquí.

No pasó desapercibido que aquel anciano había mezclado sus títulos, casi a propósito, pero luego de cerrar el cuaderno que leía, pareció mostrar interés en ti.

- Ni siquiera creo que seas capaz de vencer a Gro. - Señaló al improvisado guía de la gruta. - Mucho menos acabar con esa sacerdotisa que se sigue resistiendo a ser derrotada.

- ku ku ku Una demonesa como yo podría drenar a "Gro" en cuestión de instantes. - Dije con absoluta seguridad, pues la oscura presencia de mi cuerpo corpóreo me daba cierta confianza sobre los acontecimientos que estaban por llegar. 

Las fuerzas de la oscuridad reducidas en su último bastión y replegadas bajo tierra. Era simplemente inaceptable, mi misión sería revertir aquella y para eso debía recuperar mis fuerzas y energías demoníacas. Aunque antes que nada precisaba de información.

- Antes que nada dime dónde están nuestros enemigos y de que fuerzas disponen, además de esa sacerdotisa que mencionas. - Volví a exigir, esta vez enrrollando mis pequeñas extremidades en la barba del goblin y tirando de él.

El encargado de aquel lugar pareció satisfecho con las palabras del pequeño demonio y toleró todo lo que estaba haciendo con su cuerpo.

- No están a más de unos kilómetros en dirección oeste y teniendo por seguro que no han conseguido refuerzos, nos debe haber más de una decena de personas. - Explicaba mientras miraba un libro con pésima caligrafía que Kalia pudo ver pero apenas era capaz de leer. - Sólo hay un hombre viejo y el resto son mujeres, guerreras para más señas, aunque la sacerdotisa que lidera ese grupo mantiene una barrera que nos hace imposible acabar de exterminarlos.

- Por ahora intentamos asaltarlas cuando salen a buscar suministros, pero no contamos con suficientes efectivos para cubrir todo el terreno y es por ello que pedimos ayuda, aunque no se cómo va a poder ayudarnos algo tan pequeño.

Yg volvía a despreciar a Kalia por su pequeño tamaño, pero parecía que realmente su entendimiento era limitado y se fundamentaba en que el grande era más fuerte que el pequeño y por causa de ello, Kalia le parecería evidentemente débil.

 - ¡Ja! ¿una decena? cuando termine con ellos no serán más que un añadido en los ejércitos de la oscuridad. - Aunque traté de descifrar el contenido del libro, esto era casi imposible. Y no porque se tratase de de un lenguaje desconocido, sino porque era la peor caligrafía que había visto en mi vida. No me sorprendía que aquellos seres tuvieran problemas para organizar una guerra si no podían siquiera organizar un puñado de palabras en un papel. 

- Soy pequeña justamente para poder infiltrarme, viejo bobo. - Dije con tono orgulloso. - Pero seguiremos con el plan de asaltarlas de  poco. Primero quiero ver a que nos enfrentamos. Organiza una partida, vamos a capturar a una de esas mujeres. 

Empezaba a hablar como si fuera la líder de todos ellos. Pues de todas formas si me habían llamado era porque pretendían que hiciera lo que ellos no eran capaces. - Llama a tus hombres que conozcan el camino. No quiero demoras.

Yg arqueó una ceja ante aquellos comentarios.

- Nosotros no somos más de seis, y no todos somos guerreros. Si esta situación fuera tan fácil, no necesitaríamos ayuda. - Sentenció con un aire de desasosiego. - Ahora mismo sólo puedo disponer de un acompañante para ti, además de Gro, que es el guardián de nuestro hogar.

Aquel anciano hizo un gesto con la mano a Gro, supuestamente para que encontrase a quien debía de acompañarte, si aceptabas y, mientras llegaba, siguió su conversación.

- Ahora mismo, nuestros miembros restantes están vigilando las rutas de suministros de ese poblado o buscando nuestros propios víveres, así que esperábamos que tú... - Hizo una pausa especialmente larga volviéndote a escudriñar. - Bueno, haz lo que puedas. Cuando reunamos suficiente poder mágico volveremos a invocar a alguien más.

Aquel comentario podría ofender a Kalia, pero lo cierto es que nada había demostrado para hacer que aquel viejo cambiase de opinión respecto a ella, salvo hablar.

- ¿¡Seis!?  - Solté una tétrica carcajada - Tenéis suerte que me hayan enviado a mi y no a cualquier demonio de poca monta. Está claro que con vuestro número no podrías aspirar a nada mejor, pero os ofreceré mi ayuda de todas formas. 

Entonces medité mientras escuchaba lo que Yr tenía para decirme. Muy bien, tendría que valerme con uno de ellos y además de mis oscuras habilidades. 

- Muy bien, dile a Grog que partiremos de inmediato. Con alguien que conozca el camino me basta. - Me separé de las barbas de Yg y me alejé levitando, esperando que me guiásen a la salida. 

Con la guía de Gro, el anciano se despidió de ti cuando marchaste a encontrarte con quien sería tu guía, hasta que al salir de la gruta aquella en la que todos residían y tú habías aparecido dejó ver unos campos verdes hasta los bosques cercanos y un cielo azul resplandeciente, muy diferente al entorno que parecía desprender el túmulo.

- Hola, soy Kana, debes ser la ayuda que nos prometieron. - Dijo aquella especie de demonio goblin que portaba un hacha casi tan grande como ella atada al cinto. - Supongo que ahora estás a mi cuidado, o yo al tuyo.

Con cada frase tu nueva compañera reía jovialmente, demostrando que el mal caracter que tenía Yg o el silencio de Gro no eran la tónica común de aquel lugar.

- ¿Qué quieres hacer primero, cazar o reconocer el lugar? Quizás hoy mismo podamos por fin reunirnos con el campamento del Norte. - Seguía hablando al tiempo que Gro volvió su camino. - Gro, no te tomes tan en serio tu trabajo que sólo es proteger a los viejos. Pero bueno, tú te pierdes la diversión.

- Así que tu serás mi guía. Bien bien, se te ve más inteligente que los otros dos. No me gustaría estar rodeada de incompetentes. - Asentí varias veces ante la presentación de Kana y por el vistazo de arriba a abajo que le di supe rápidamente que se trataba de un guerrera además de una simple exploradora. Sería de gran ayuda sin duda por si mis poderes aun no eran suficientes. 

Era una de las desventajas de llegar a un nuevo mundo, era dificil acostumbrarse al mismo y recuperar mi poder y forma, pero debía comenzar cuanto antes. 

¿Hay otro campamento de los nuestros en el norte? - Pregunté con interés ante la mención de dicho grupo. - De momento me interesa reconocer el lugar, pero tal vez debamos arriesgarnos a intentar capturar a un humano. La información que podríamos sacarle sería muy útil para nuestros propósitos. Dicen que tu sabes como moverte por la zona.

¿Nuestros? Bueno, aun no sabía que tramaban aquellos demonios, pero yo si tenía mis motivaciones. En todo caso capturar a un humano serviría para mis deseos. 

Kana asintió antes las palabras de Kalia.

- Más que campamento, es una comunidad entera, muy diferente a los restos que aquí quedamos. - Se lamentó. - Al haber cortado sus suministros, el campamento humano esta obligado a salir a cazar y, seguramente, podamos capturar a una de esas exploradoras.

Tras pensar un rato sobre el devenir de la cacería.

- Creo que deberíamos ir hacia el oeste, ya que lógicamente saldrán a buscar alimentos lo más alejados de nosotros como sea posible, seguramente en el bosque que hay allí.