Partida Rol por web

Todos los números (colocados para que se sepa rápido quien contra quien:

Tu número es el: 17

Tu número es el: 8

Tu número es el: 15

Tu número es el: 14

Tu número es el: 25

El día del examen ha llegado y todos estamos aquí.

Desde luego somos muchos los que estamos aquí... La pregunta es ¿cuántos lo lograremos?

Al llegar allí, voy preparado. 

Llevo un traje "Shadow" completo, con unos guantes y unas botas que no llegan a ser "normales". A mi espalda llevo una espada, en la parte baja de la cintura una daga y en el muslo derecho una pistola. En las espinillas, en ambas, llevo un pequeño bastón. Por todo el traje llevo diferentes bolsillos y compartimentos que, a simple vista, parecen llenos de algo... 

Según nos explican, parece ser que el examen consiste en una prueba de supervivencia en medio de la jungla. Tenemos diez días para recorrer una distancia de 500km... De manera que lo ideal sería recorrer unos 50km al día aproximadamente. Añaden, como regla, que no podemos estar a menos de doscientos metros de otro equipo, de manera que no hay opción de ayudar a otro equipo si estos tienen problemas... Aunque hay una excepción... Si alguien tiene en su pulsera un número que junto con el mío suma 29... Puede matarme y aprobar directamente... ¿En serio alguien querrá matar a un compañero por esto? Por desgracia, seguro que sí... 

Por eso, cuando cojo mi pulsera intento tapar el número mientras me lo guardo en uno de los bolsillos. 

- Intentar que no se vean vuestros números. - Digo en un susurro a mi equipo, Kyle y Alexis.  

Atacada. Ese era el estado de Nataly. Había tenido que tomarse una tira doble para poder dormir y calmar sus nervios y su entusiasmo. El examen no era moco de pavo y como cualquier otra práctica a ella le importaba dar lo mejor y ganar. Mucho más en esta ocasión. Se sabía una de las fuertes y lo cierto es que estaba muy feliz con su equipo. A pesar de los piques entre Brooke y Sandra, sabía que las tres podrían lograr aprobar. 

Se había tomado su tiempo para arreglarse en condiciones, esta vez recogiendo su largo y pelirrojo cabello en una coleta para sentirse más cómoda y repasó varias veces las cosas que tenía en su mochila. Cuando se reunió con los demás compañeros en el avión ya estaba mentalizada. Escuchó las instrucciones que les dieron y no pudo evitar sonreír ampliamente. Comprarse las motos había sido una buena inversión. Ahora que se trataba de una carrera tenían ventaja sobre los demás. Chocó los puños con Sandra en un gesto cómplice.

Después miró su número. Sabía que si iban a formar equipo debía confiar en ellas y que ellas confiaran en la propia Nataly, por ello unió las cabezas de sus compañeras y les susurró:

- Si queremos ganar esto debemos confiar. Lo mejor es enseñarnos los números y asegurarnos de que no nos traicionaremos en ningún momento.

Iba preparado, había escuchado tiempo atrás historias sobre algunos exámenes y sabía que podía encontrarse en ellos… por desgracia eso englobaba casi cualquier cosa, por esa razón iba preparado para cualquier cosa.

- ¿Con que terreno boscoso y urbano y recorrer cincuenta kilómetros?

Miró las dos motos… habían acertado en llevarse eso, probablemente acabarían las primeras… si no las mataban con el ruido que hacían. Tras eso, recogió su identificación, la miró y anunció en alto mientras miraba a todos.

- ¡Soy el veintidós! Quien tenga el siete puede venir a por mí… no quiero hacerle daño a nadie, pero me defenderé con todo de aquél que intente alguna tontería.

Nataly notó como Sandra se quedaba algo pálida mirando a Frank y su sonrisa se volvía algo forzada… para otro pasaría desapercibido aquel detalle, pero ellas se conocían demasiado.

Emocionada. Entusiasmada. Preparada. Así se sentía Brooke aquella mañana en que había partido de su casa enfundada en el ragnasiak, con una mochila colgada a su espalda y conduciendo a toda velocidad sobre su moto que petardeaba de forma satisfactoria.

Por supuesto, su estado interno no se reflejaba en su imagen. Apoyada en su moto y fumándose un cigarro, parecía que nada le importara, que con aquel examen no hubiera nada de su interés en juego. Por cómo bostezaba entre calada y calada cualquiera diría que se aburría aunque la realidad era que había dormido menos de lo que le gustaría, pensando en la prueba que se avecinaba.

- Ei - había saludado con una mano a sus compañeras de equipo y luego a Rox, que parecía estar en su mundo como era habitual en ella. Esperaba que se hubiera preparado. Fueran o no juntas, lo último que quería era que su amiga sufriera algún daño.

De todos modos, no le expresó su preocupación porque pronto llegaron el par calavera y empezó a explicar las condiciones de aquel examen, haciendo que enarcara ambas cejas en su habitual expresión socarrona.

- ¿Trabajo en equipo? ¿Para qué? Los héroes no deben aprender a trabajar juntos. Pero por lo visto, matarse entre si, sí. Eso se premia - les comentó a sus compañeras sin molestarse en bajar la voz. Gran sentido, por supuesto -. Meh, no sé, Pecosa, tus ideas de bombero no me acaban de convencer. Como tengas tú el número que complementa el mío, te mato ahora mismo - bromeó. O por lo menos, parecía una broma -. Pero en un acto de buena fe y esas chorradas, seré la primera. Si quieres matarme, directa a la yugular. Agonizar suena bastante aburrido.

Sin perder el tiempo, colocó su identificador oculto entre sus manos primero frente a una de sus compañeras y luego a la otra, de modo que sólo ellas pudieran verlo - ellas y la persona más descarada del mundo -. Tras lo cuál, se abrió la armadura sin pudor y se colocó su identificador en el sujetador.

Aunque dubitativa, decidió enseñarles a sus compañeras su número

Kyle iba bien preparado, con ropas cómodas y un gran rifle colgando a la espalda. Era un arma muy grande como para esconderla.

- No te preocupes por los números, es una forma de hacernos de desconfiar entre nosotros - le comentaba a sus compañeros de equipo, en un tono no muy alto - No creo que nadie quiera seguir ese camino para transformarse en un héroe.

La situación le imponía pero, lo que más le asustaba eran las bestias que pudiesen encontrarse, sobre todo las de rango superior a "Destructor", aunque él se ocuparía de que su grupo se mantuviese lejos de todo lo que pareciese mínimamente peligroso.

Tras tomar su número miró a su alrededor, vio como todo el mundo menos el chico bomba, se mostraban recelosos con respecto a su número. Aunque, ¿Quién se acercaría al que puede autodestruirse? Es absurdo, casi era una forma de decirle a quien tuviese el siete que o cometía suicidio o se concentrase en aprobar el examen de formas convencionales.

- Creo que es buena idea hacer lo que hacen el resto y, enseñarnos nuestros números, para ir más relajados y sin agobiarnos sobre la idea de recibir una puñalada trapera en cualquier momento.

Les comentó a Nick y a Irania, había muy pocas posibilidades de tuviesen los números opuestos por lo que parecía la mejor idea. Tras eso, les enseñó el suyo, en muestra de confianza.

Tras enseñarse las tres los números, Sandra suspiró relajada, ninguna tenía el número opuesto de ninguna.

- Parece que podemos ir tranquilas y además, con nuestras motos creo que en pocos minutos estaremos a una gran distancia de cualquiera de ellos.

Estaba convencida de ello y sabiendo los números de las tres, aquello no les afectaría en nada durante el examen.

Alan, que sutilmente estaba mirando a Roxy, logró con suerte ver su número y entonces, su risa pudo escucharse por el avión, llamando la atención de todos.

- Bueno Roxanne, parece ser que aunque vayas sola, podremos estar juntitos durante el examen, nuestros números suman veintinueve ¿sabes?

La chica miró con terror a Alan y sorpresa a Alan ¿Qué posibilidades había de que el número que sumaba con el suyo le tocase a él? ¿Seria cierto lo que había dicho?

El chico no lo dejó ahí, y continuó hablando.

- Tampoco tienes que verlo como algo malo, yo también estoy solo y según las reglas podemos estar todo lo cerca que queramos... eso es muuuuy cerca.

Sujetó la mano de Sandra antes incluso de saber cuál era su número. Nunca, jamás, permitiría que Frank se le acercara. Nataly lo daba todo por ganar y ser la mejor, pero la única línea que nunca pasaría sería la de Sandra. Sandra estaba por encima de todo y de cualquiera.

- No te preocupes. No se enterará y ya está. Ya sabemos que podemos confiar entre nosotras. En cuanto bajemos, arrancad y listo. Seremos las primeras. Sandra, ten lista el arma de dardos tranquilizantes. Como se nos acerque alguna bestia tú dispara, ¿ok? Yo conduzo.