Partida Rol por web

El Genlock miró a la espada de la mujer y, después, miro a ésta justo antes de descargar su hacha de batalla contra la desprevenida mujer que, debido al giro que había realizado, tenía descubierta su guardia. El golpe impactó de lleno en el pecho de la fémina que reculó unos centímetros. Afortunadamente su armadura de malla repelió gran parte del impacto pero eso no evitó que la fémina mostrase un dolor agudo en la expresión de su cara.

Unathe se sentía impotente, ella no estaba hecha para la lucha, ni siquiera tenía un arma propiamente dicha. Sus pensamientos nublaban su capacidad de ataque y, cuando intento acuchillar al Genlock, eso se notó. Su falta de descoordinación hizo que el genlock sólo tuviese que dar un paso atrás para evitar la cuchillada de la elfa.

Ser bridget había reculado debido al golpe del Genlock y dicha situación fue aprovechada por el Urlock. La gran bestia descargó un feróz golpe sobre el pecho de la mujer que a punto estuvo de tumbarla en el suelo. Los ojos de la mujer eran una muestra palmaria de lo que estaba a punto de pasar....

Se encontraba indefensa y el Urlock descargó un poderoso golpe contra el hombro de la mujer que cayó de rodillas al suelo... El Urlock dió una zancada y se puso enfrente del joven muchacho sobre el cual descargo su arma a dos manos. El niño empezó a sangrar profusamente de una herida abierta en su pecho.

La bestia gritó de placer...

Una nueva flecha ocupaba de nuevo el arco de Colban. La situación se estaba calentando y el avvarita no quería fallar. Nuevamente aguantó la respiración y soltó los dedos. La flecha silbó y fue a alojarse en la armadura del Genlock. Con suerte había conseguido atravesarla y herir al engendro.

La flecha de colban se clavó en el muslo del engendro tenebroso pero, no consiguió frenar su avance. El grupo defensor se encontraba en serios apuros, Colban lo sabía y por eso no acabar con ninguno de los engendros le estaba fastidiando más de la cuenta.

La joven niña, al ver a la mujer en el suelo, trató de redoblar esfuerzos e impactó en la rodilla del Genlock con su bastón. Sin embargo, la bestia ni se inmutó...

 Fijé mi atención en el Urlock, y, enfadado de como había herido al chico, saqué una flecha y le disparé...

Lindel tensó su arco y disparó. El Urlock aún estaba gritando de placer cuando una la flecha del elfo impactó en su armadura de malla. Quizá eso fue lo mejor que le pudo pasar al elfo, que el Hurlock no estaba preparado para un segundo ataque tan rápido.

Con una pasmosa agilidad el elfo recargó su arco y disparó de nuevo al pecho del Hurlock. Lindel sabía que la bestia llevaba una armadura de malla pero también sabía que intentar impactar al engendro en la cabeza sería mucho más difícil y prefería tratar de ralentizarlo y, quizá, con un poco de suerte encontrar un hueco en aquella armadura...

Mientras tanto el joven adolescente se agarraba la herida provocada por el Hurlock. Debía ser consciente del potencial del engendro tenebroso porque prefirió descargar su espada sobre uno de los Genlocks que asediaban al grupo defensor.

Su ataque fue débil, quizá tan débil como él lo estaba, pero aún así, consiguió impactar en el brazo de la bestia que reculó unos centímetros.

Por tu parte, el varón adulto se debatía con la mirada entre ayudar al joven o ayudar a la mujer que yacía de rodillas, terriblemente herida, pero luchando por incorporarse. Finalmente descargó su lucero del alba contra el Genlock al que unos segundos antes había atacado el joven adolescente. Sin duda alguna fue una decisión acertada ya que el golpe del adolescente propició que el Genlock bajase la guardia y el lucero del alba causase estragos en el hombro del engendro tenebroso.

Alenka actuó con rapidez y trató de cubrir a la mujer que se trataba de incorporar. Su bastón lanzó un rayo de energía hacía las piernas del Hurlock, tratando de debilitarle. No obstante Alenka sabía que el grupo no podría aguantar mucho más y descargó un nuevo rayo contra el Genlock que luchaba contra los dos varones. Sin embargo, esta vez Alenka no tuvo tanta suerte y el Genlock desvió el rayo con su escudo.

La joven elfa cada vez se estaba poniendo más nerviosa. Vio como caía cubierta de sangre la defensora que protegía a los niños y levantando de nuevo su bastón descargó su energía contra el Genlock herido.

Lanalla descargó todo su poder mágico sobre el Genlock pero aún así, éste no cayó. El tesón o la falta de inteligencia de aquellas bestias hacía que siguiesen atosigando al grupo defensor sin cesar.

Lo mujer trató de atacar, casi desde el suelo, al Hurlock. Su espada se deslizó por el aire e impactó en la rodilla del Hurlock, la cual se dobló por el impacto y tambaleo al gigante engendro.

Por su parte, uno de los Genlocks se avalanzó sobre la niña y clavó duramente su hacha de batalla justo entre la intersección del cuello y el hombro de la niña que profirió un grito de dolor agudo que heló los corazones de todos los allí presentes, salvo los de los engendros tenebrosos que gritaban enfurecidos.

El grupo defensor estaba casi paralizado, los dos niños estaban gravemente heridos y la situación no parecía mejorar.

Uno de los Genlocks se dió cuenta de que la maga -Alenka- era una feroz enemiga y descargo su hacha de batalla contra el brazo izquierdo de la maga impactando en el biceps de ésta, del cual empezó a manar sangre, de forma descontrolada...

Unathe trató de clavar su daga en el cuello del Genlock más débil pero su falta de destreza en combate sólo podía derivar en un mal ataque, débil y descoordinado que la bestia esquivó con suma facilidad.

Pero lo peor estaba por llegar, el Hurlock, cansado de los rayos de la maga, se alió en el ataque de su compañero. La bestia clavó su espada a dos manos en la cadera de la maga. Todos los presentes pudieron oír como su cadera se partía en dos por el brutal impacto y su gritó sólo recalco lo evidente... La situación estaba empeorando y el grupo defensor tenía muy difícil su supervivencia.

Colban intentó afinar la puntería. El hurlock parecía ser la criatura más fuerte del grupo así que abandiéndole sembraría la desconfianza en los genlocks. Pero la flecha del avvarita se desvió demasiado de su objetivo. Colban chasqueo la lengua y acto seguido su áspera voz resonó.

—Proteger a los heridos. Que se acerquen hacia aquí —gritó mientras trataba de acoplar otra flecha.

La niña miró a Colban y asintió con la cabeza. Mientras trataba de llegar hacia donde se encontraba Lanalla, descargó su bastón sobre uno de los Genlocks. Sin embargo su ataque no tenía demasiada convicción y su bastón no logró impactar en el engendro tenebroso.

 Fijé mi atención en el Urlock, saqué una flecha y le disparé...

El disparo de Lindel impactó de lleno en el pecho del Urlock. Sin embargo su impresionante armadura de malla desvió la flecha del elfo como si ésta fuera de papel.

Por su parte el varón más joven siguió a la niña, en su camino por llegar hasta la posición de Lanalla. Intentó asestar un mandoble a uno de los Genlock pero su ataque fue desviado por el escudo de éste sin lograr causar ningún daño.

Por su parte el varón adulto gritó -Niños, tratad de llegar con el Avvarita, el cuidará de vosotros mientras acabamos con los engendros- mientras su lucero del alba se descargaba sobre la cabeza de uno de los Genlocks, tratando de evitar que los engendros siguiesen a los niños.

Alenka, viendo que los niños ya estaban en la posición de Lanalla golpeó al más débil de los Genlocks, descargando un rayo sobre su hombro, del cual empezaron a salir virutas de humo...

Cuando los niños llegaron hasta ella intentó protegerlos de los engendros empujándolos para que se dirigieran hacia el avvarita, mientras ella levantaba de nuevo su bastón para atacar.

Lanalla descargó su potencia mágica contra uno de los Genlock pero, una vez más su ataque fue inútil puesto que rebotó contra la armadura de malla de éste.

La mujer adulta, terriblemente herida y, viéndo que los niños corrían hacía el avvarita, hizó de tripas corazón y, de rodillas, descargó su espada contra las piernas del Hurlock. El golpé fue certeró y una mueca de dolor se dibujó en la cara del engendro tenebroso. No obstanté la bestia continuaba en pie...

Sin embargo esa fue su última acción, su último aliento puesto que uno de los Genlock dirigió su hacha de batalla al cuello de la mujer separándo la cabeza de su cuerpo...

La última mirada de la mujer se dirigió a los niños que corrían hacía el avvarita...

La batalla continuaba. Uno de los Genlock, sintiéndose fuerte, descargó su hacha de batalla sobre el costado del varón que se defendía con uñas y dientes. El golpe no fue todo lo eficiente que le hubiese gustado al engendro tenebroso pero aún así hirío el brazo del aguerrido defensor.

Por su parte Unathe trató de atacar al más mermado de los Genlocks, con la esperanza de poder hundir su daga en el cuello de la bestia. Sin embargo, sus ataques eran demasiado débiles y predecibles como para que la bestia se dejase alcanzar. Una vez más Unathe se sentía totalmente impotente...

Poco le duró la impotencia a Unathe cuando sintió que en su espalda el acero del Urlock se hundía. El ataque fue feroz y brutal, penetrando su armadura de cuero y haciendo que la sangre de la elfa se empezase a derramar en el suelo...

El gesto de Colban se torció ante la pérdida de Ser Bridget. El resto no estaba mucho mejor y eso le hizo tensar la cuerda del arco con más tino. Esta vez no podía fallar.

Nuevamente la sonrisa se dibujó en el rostro de Colban. La flecha salió certera hacia el hurlock que había acabado con la vida de Ser Bridget. Con algo de suerte la flecha continuó su camino yendo a atravesar la armadura del genlock que seguía fanático la furia de su líder.

Colban cargó una nueva flecha e hizo un gesto a los niños para que se colocaran detrás suyo.