Partida Rol por web

Seguro.

Amarro a los caballos si es necesario o regreso con ellos, no se como deba hacer para que me sigan, que les lanzo?

Aparte puedo cambiar esa segunda artesanía por joyeria o curtidor?

Es suficiente con que tires de las riendas o las ates a tu caballo.

No, ya es tarde para para cambiar esa artesanía eso me temo.

No hay problema sera en el siguiente nivel...

Y bueno esperare al siguiente nivel, hago lo que dices, ato las riendas y me los llevo...

Bien, pues puedes narrarlo ahora a tu gusto para que todo el mundo lo sepa.

Indica que han pasado un rato para que sepa todo el mundo que has estado por ahí

Media hora después de haberse retirado Melk y Jonas regresan. Jonas a lomos de un caballo de guerra pesado negro muy diferente al que había usado cuando partió. Además de la nueva adquisición le acompanaban otros dos caballos pesados, cuatro caballos ligeros siendo uno de ellos su anterior montura, y dos pequeños ponies.

Además de los equinos, en las alforjas traía tres tiendas de campaña grandes así como diverso material de campamento como ollas, leña para hogueras y demás. Al llegar con sus amigos comentó - Es increíble lo que la gente puede dejar abandonado a la intemperie, no sé como alguien puede dar ese trato a estas nobles criaturas. Una vez desmontó de su nuevo caballo empiezó a examinarlos a todos uno por uno.

Apoyando su espalda en el árbol y aún consternado Aldo escuchó atentamente las palabras de Grasp. El clérigo por momentos parecía benevolente en algunas situaciones y algo 'no tan bueno' en otras situaciones. Pero así erá él, era el reflejo del inmutable, aquel que no tomaba partido por el bien o por el mal, pragmático.

Si bien Aldo veía el bien o el mal como y cuando le convenía, a veces no estaba de acuerdo con algunas posiciones extremas o 'pragmáticas' como él las llamaba, Aldo nunca estaría de acuerdo en romperle las piernas y brazos a un prisionero para que no huyera, pero en esta ocasión era una excepción. Odiaba a ese hombre y le deseaba todo el mal, por él, que viniera un Baatezu y le robara su alma! No se opuso a la propuesta de Grasp e incluso mostró su aprobación con un gesto con la cabeza. Aunque fueran solo las piernas y los brazos, era algo.

Desafortunadamente conocía a sus otros amigos y muy probablemente el paladín y algún otro se opondría, pero al menos fue divertido pensar en la idea.

Algunos minutos pasaron y los cadáveres ya estaban ardiendo, Aldo se había levantado de su sitio y empezaba a preocuparse por Jonas, hacía bastante tiempo que se había ido y no daba señales -¿Le habrá sucedido algo a Jonas? - Alcanzó a decir claramente preocupado, pero sus amigos lo convencieron de que él sabía cuidarse solo en el entorno salvaje. Confió en ello y a los pocos minutos volvió con una manada de equinos detrás.

Abrió la boca para hacer una de sus acostumbradas bromas, pero no le salieron las palabras, decidió callarse y retomar camino -Incineremos esos cadáveres y partamos cuanto antes, ya perdimos mucho tiempo aquí y deseo llegar cuanto antes a esa Abadía.

A Nü lo recogió de las sombras su hermana, notaba como la luz le envolvía y volvía a él. Como un velo que se caía entró de nuevo en el mundo que él conocía y que hasta hace muy poco había abandonado por una breve estancia. Para él fueron siglos lo que había durado, pero sólo habían sido escasos minutos. Con ayuda se puso en pie y fue colina abajo. Escuchaba a su hermana darle consejos y a sus compañeros hablar sobre romper extremidades... Ese Grasp siempre igual... demasiado cansado para argumentar nada y mucho menos para discutir. Su hermana lo dejó con mucho cuidado y rápidamente cerró los ojos y se puso en la posición del loto. Notaba a Grasp hablar y bromeas mientras cosía sus heridas. Nü permaneció unos segundos estático. Juntó sus manos y dijo ¡JAI!  Una luz azul rodeó el cuerpo de Nü rápidamente. Al levantarse parecía que no había pasado absolutamente nada, sólo las roturas en su traje.
No hace falta partirle nada. Dijo Nü con un rostro serio y casi enfadado. 

Uso el cinturón curativo. No quería decirlo a los demás. "Jai" es el comando que lo activa. No sé cuanta vida tengo. Si es suficiente con una carga uso uno cara si no dos...

-Aguafiestas.-Estuvo tentado de susurrar el clérigo.-Como prefiráis.-Dijo en su lugar.

El grupo se reunió en torno Jonas cuando apareció con casi una docena de caballos atados a la grupa de una impotente montura de guerra de color negro. A medida que el druida tiraba de las riendas del gigantesco equino para refrenar sus impulsos y conseguir detenerlo en el camino, el odio en la cara de Lucaius crecía más y más hasta que sus mejillas mostraron el rojo de la ira que bullía en su interior. Un muchacho montando su preciado animal, ¿cuántas vejaciones más tendría que aguantar?. Con cada instante que pasaba su sentimiento de arrepentimiento era mayor. Un movimiento entre los arbustos cercanos sacó al mercenario de sus pensamientos. Se trataba de un pequeño perro gris que movía la cola y se acercaba dando saltos hacia el lobo que acompañaba al druida. Con unos ladridos estridentes que no hacía más que incomodar al ya de por sí molesto guerrero, Aaron daba la bienvenida a su dueño y a su amigo Melk. 

Los compañeros cargaron la impedimenta en las monturas sobrantes y subieron a sus respectivos caballos para reanudar la marcha hacia Puente de Plumanegra. Lucaius y el muchacho que había quedado inconsciente a manos de Nü fueron atados y colocados en sendas monturas. Ambos fueron separados para evitar que pudiesen hablar entre ellos o pusiesen en práctica alguna artimaña para intentar liberarse. 

Las pavesas que se desprendían de la hoguera surcaban los cielos con la ayuda del viento recordando a miles de mariposas atraídas por la luz. Sin embargo aquellos pequeños fragmentos que volaban formando espirales tenían un origen mucho más macabro. Las brasas chisporroteantes fueron la despedida a la compañía que había observado imperturbable cómo los cadáveres de sus enemigos ardían hasta los huesos. Cuando los ocho muchachos y sus prisioneros volvieron grupas hacia el sur sólo dejaron tras ellos una blanca columna humeante que fue visible durante varias millas.  El alto en el camino para comer fue postergado hasta la noche ya que la visión de los cuerpos siendo consumidos por las llamas y su olor había quitado el apetito a todos los miembros de la expedición.

Antes de que cayese la noche el grupo consiguió divisar las llanuras que se extendían a los pies de las colinas Rauvedon. A la derecha se encontraba la masa boscosa conocida en estos tiempos como Yevenwood, aunque el bosque había tenido distintos nombres a lo largo del tiempo, tanto es así que muchos lo llamaban El Bosque de Muchosnombres. Aunque si por algo era conocido el bosque, según indicó Aldo,  era por sus deliciosos y abundantes hongos comestibles conocidos como Setas Relshar. 

Más allá de los inmensos prados se atisbaban otras elevaciones sobre el terreno de color marronáceo. Tras ellas aguardaba la primera villa del Valle de la Pluma, el Puente de la Pluma Negra. La  villa era un reducto que había crecido alrededor de lo que en tiempos fue un puente de madera, pintando de negro para dar una sensación de robustez, que cruzaba el río Ashaba. Hoy en día el puente ha sido sustituido por un puente de piedra que permite con mayor seguridad el paso de mercancías a su través.

El Valle de la Pluma es el vecino tranquilo del sur del Valle de la Batalla. Los Plumetanos, al igual que los Batallenses, son gentes amigables y sumamente abiertas dedicados a las labores del campo. El río Ashaba es la columna vertebral del valle por el cual circulan mercancías y del que gran parte de la población recibe su sustento de una manera directa o indirecta.

Marcado de cerca, y con la atención de Yenian encima suyo, Lucaius con su puntual ayuda terminaron una pira que quedó como testigo el pago por las maldades que habían perpetuado los difuntos salteadores. Dejó claro a Grasp que sus formas no le parecían correctas y simplemente pensó que no estaría de más hacerse con unos grilletes en el próximo lugar donde pudieran adquirirlos, pues parecía ser que el destino se empeñaba en que su camino se plagara de bandidos.

Con las manos atadas los dos presos, atendidos lo mínimo para poder continuar con la marcha, iban cerca de Yenian, quien tiraba de las riendas de sus caballos ligeros.

El resto del día transcurrió de forma similar a la mañana justo antes de la emboscada, con las ropas mojadas y el entorno cubierto de un tono gris plomizo. 

Finalmente la poca luz que les guiaba fue menguando indicando la llegada del anochecer, por suerte, o mejor dicho las destrezas de Jonas, encuentran un sitio donde hacer noche.

Mientras los compañeros se disponían a montar el campamento el joven caballero ayudo a descender a los presos, maniatados para sentarlos contra un tronco, cada uno de ellos, en un distinto.

-No intentéis nada, comportaros y seréis tratados en consecuencia, complicad las cosas, y se os complicarán para vosotros.-Llamando la atención a Sally, quien era mucho más diestra que él, le preguntó.- ¿Me echas una mano con las cuerdas?

Dijo mientras daba un último vistazo a las prendas de los presos buscando cuchillas u otra herramienta que les pudiera servir para cortar las hebras de las ataduras. 

Una vez con los presos controlados, durante la comida, el joven propone.

-No estoy herido, ni cansado, Al, Nü, Jonas, propongo que descanséis. Grasp tu puedes hacer la primera guardia para descansar de un tirón el resto de la noche. El resto de las guardias sugiero que las hagamos Aldo, Sally, Zhaelin y yo. 

Sin problema por mi parte Yenian, yo haré la segunda guardia si no os importa.  - Dijo Zhaelín asintiendo ante la idea del paladín, a lo que después añadió en un susurro apenas imperceptible - Últimamente es mejor estar despierta que vivir dentro de esos sueños.

Zhaelín finalizó de montar la tienda para ella y su hermano y a continuación se dispuso a preparar un fuego que permitiese secar las ropas de todos los compañeros. En su rostro aún podía verse el rastro de preocupación por lo sucedido con Nü pocas horas antes.

Aldo tendió su saco de dormir en el interior de la tienda de campaña mientras pensaba en el largo camino que tenían por delante hasta lo que aquellos bandidos bajo el mando de Thekz llamaban el Colmillo del Oeste. Se quitó las botas para darse un masaje en los humedecidos pies y hacerlos entrar en calor. El simple hecho de notar sus pies mojados le aportó una idea que en un principio no había tenido en cuenta. Sin perder tiempo hizo un gesto a Yenian y Grasp para que se acercasen hasta él y poder comentarles su propuesta sin que los dos bandidos pudiesen escucharle.

¿Y si conseguimos un bote o un barco en El Puente de la Pluma Negra y remontamos el río hasta la abadía? Desde ahí podríamos adentrarnos en las colinas y apartarnos de la carretera, que probablemente esté más vigilada tal y como hemos visto.

Yenian, sospesa la propuesta de Aldo, pero niega al poco de meditarlo.

-Somos muchos y vamos cargados... y con monturas, una vez alcancemos tierra precisaremos de monturas para movernos rápidamente. Eso supondría ir con más de un bote, y me parece que nadie de los presentes tiene conocimientos de navegación... y remontar el Ashaba no parece algo desdeñable. No, yo propongo seguir con los caballos por los caminos.

El monje miraba su cuerpo. Donde antes había hendiduras y surcos de las flechas que casi acaban con su vida. Se tocaba con las yemas de los dedos, se acariciaba. Una especie de consuelo por un desastroso combate. Su hermana preparaba la tienda. Iba a ayudarla, pero sus miradas la disuadían. Iba a ofrecerse voluntario, pero parecía que el grupo le tomaba como un ser débil. Su inesperada caída en combate fue tan sentida que ni él se lo esperaba. Los rostros serios, le evitaban... Sólo podía sentir cierta vergüenza. Lo mejor será descansar Y eso hizo, se levantó abrazó a su hermana, besó su frente y posó unas palabras en sus oídos... 

Te quiero

Fue lo único que pudo decir, antes de seguir rumbo a sus sueños. Sin duda Zhaelín había sufrido más de la cuenta. En el campo sus heridas no fueron lo único que se abrieron, también una parte reprimida de el monje... Sus sentimientos.

Sally había permanecido callada durante muco tiempo. No dejaba de darle vueltas a que aquellos rufianes habían sido mandados allí a por ellos. Así que estaban molestando a alguien, a alguien lo suficientemente poderoso como para mandar a unos mercenarios a por ellos, para mandar sobre aquellas criaturas de las jaulas, por los dioses.... si hasta podían alzar a los muertos.

Y ellos, unos simples paletos, con ciertas aptitudes eso sí, pero unos críos al fin y al cabo. Hasta ahora habían conseguida escapar casi sin rasguños, pero la caída de Nü la había hecho recapacitar... ¿qué pasaría cuando alguno de ellos muriese? Si seguían este camino las posibilidades de que eso pasara eran bastante altas, ¿podría superar la pérdida de los que eran su única familia?

Yenian fue el que la sacó de sus pensamientos. Asintió y se dispuso a ayudarle con las ataduras de aquellos dos. Al día siguiente acompañaría un rato al más joven de los dos, quizás le pudiese sacar algo de información con falsas promesas de libertad.

Después preparó su zona descanso y dio una vuelta por los alrededores del improvisado campamento. Buscó sus puntos débiles y arrojó disimuladamente unos abrojos al suelo. Después buscó un árbol cercano donde tener una buena visión de la zona y de donde se apostaría en su turno de guardia. Trepó y ató una cuerda a la rama donde se situaría, después la enrolló, la usaría para descender rápidamente en caso de ataque o por si algún compañero necesitaba trepar hasta donde ella estuviese.

Jonas asiente a la opinion de su amigo, al ver a Melk y Aaron piensa que es buen momento para compartir con ellos y una vez instalada su tienda se pone a jugar un rato con ellos antes de dormirse...

Al-Baridel pasó el resto del viaje en silencio, cuando llegaron al lugar donde iban a acampar, buscó un lugar para poner su bolsa de dormir mientras se sentaba apoyando su espalda contra un árbol y revisaba sus libros, la imagen de la pira había revivido el momento que habían pasado días atrás y le había hecho reflexionar sobre muchas cosas, ¿estaba haciendo lo correcto?, ¿aún no era el momento indicado?... mientras terminaba de escribir en su antiguo Diario, esperó pacientemente que los demás terminaran de montar el campamento, la aventura cada vez se tornaba más y más peligrosa a medida que se acercaban a su objetivo, y tenía la certeza de que esto sólo era el comienzo, la aventura con la que soñó había empezado y ahora él mismo era el protagonista de ella, debería ser más precavido, más astuto y más suspicaz si quería sobrevivir a aquello, eso estaba claro.

Cuando la fogata estuvo lista, Al se acercó a sus compañeros y abriendo el libro en una página específica se las mostró a sus compañeros... -Había pasado de mostrarles algo que averigüé cuando estuvimos en Oaknoll, sabía que había escuchado hablar algo sobre el Reino de Miyeritar, pero no me explico cómo es que puede estar relacionado con este tal Loraeed, quien parece estar empeñado en acabar con nosotros.-

Las páginas del libro revelaban e siguiente texto:

Creación del primer enclave de Miyeritar fue construido por los elfos verdes y oscuros debido a diferencias políticas con los elfos dorados de Aryvandaar hace miles y miles de años en lo que hoy conocemos como la zona del Gran Páramo y Bosque brumoso. El reino de los elfos dorados de Aryvandaar se convirtió en su mayor amenaza desde el principio. Los gobernantes de este último comenzaron a intentar anexionarse diplomática y pacíficamente Miyeritar pero los Miyeritaii no cedían en su empeño de permanecer independientes. A pesar de estos problemas con sus poderosos vecinos, el reino de Miyeritar se convirtió en el centro de los elfos para el Arte y Alta Magia de los Reinos. Pero Aryvandaar no desistió en sus empeños y en menos de dos doscientos años se reanudaron las escaramuzas y el comercio comenzó decaer. Era sólo una cuestión de tiempo que una guerra de mayor envergadura surgiese. Eso ocurrió hará unos 12000 años!!!. Este fue el comienzo de la primera Guerra de la Corona . 

Pasaron otros doscientos años de guerras con mayor y menor intensidad hasta que llegó un momento en que los Aryvandaaran parecían haber ganado ya que ocuparon militarmente y anexionaron a la fuerza reino Miyeritar . Sin embargo, un número de clanes y fortalezas Miyeritari resistió y siguió luchando durante mucho tiempo. Recibieron ayuda de los elfos de Illefarn que, a pesar de su postura oficialmente neutral, proporcionaron lugares seguros y secretos para los refugiados Miyeritarii.

Al final por puro desgaste Miyeritar se consideró vencido al final de la primera guerra de la Corona en hace unos 11.300 años. Aryvandaar también conquistó otros reinos causando enfrentamientos de guerrillas y utilizando magos rebeldes procedentes de partes de Miyeritar y los territorios recién conquistados. Al final los Aryvandaaran usando la alta magia crearon una tremenda tormenta de la matanza que destruyó hasta los cimientos cualquier signo de vida en las tierras que una vez fueron Miyeritar. El evento se conoció como el desastre oscuro y nadie se pone muy de acuerdo en qué sucedió o que fue ese desastre oscuro. Pero lo único que quedó de todo aquello fue una campiña estéril y carente de vida y los Miyeritarii una más de las poblaciones que se sumieron en el olvido.

-Como pueden ver es un reino extinto... pero parece que ha comenzado a resurgir, o eso es lo que puedo concluir...- Expresó el joven mago a sus amigos, hablando lo mas bajo posible para evitar que los prisioneros escucharan su conversación... -Son muchas cosas que pasan por mi mente, pero en estos momentos sólo quiero descansar y recuperarme de esta condenada herida.- Dijo mientras se tomaba el costado, Plumas permanecía en los árboles, ya había cenado algunos gusanos e insectos que había encontrado por los alrededores, pero su emplumado amigo también estaba agotado, definitivamente era hora de descansar.

Loraed - repitió el monje desde su cama al unísono con Al. Se acercó para escuchar todo acerca de aquella historia desde la entrada de su tienda, mientras veía el fuego chisporrotear. En aquellas brasas podía ver perfectamente rostros gritando, ver el sufrimiento de todos aquellos elfos. Podía ver una guerra  como los Miyeritari se extinguían. Y sobre todo podía ver aquella magia que se unía en el humo del fuego, para luego sólo quedar el fuego de la acampada. Apoyado sobre sus brazos, parecía que el dolor había menguado y casi se sentía recuperado del todo. Un calor le ardía en el estómago, parecía que la cena le había sentado mejor que bien. Por unos segundos entrecerró los ojos y una brisa en la cara le hizo despertarse, para encontrarse cayendo al suelo de bruces. Unos pocos segundos para él, pero parecía que se había encontrado a sí mismo durmiendo. Todos parecían dormir y Sally parecía seguir en su posición. Ahora resulta que seré sonámbulo... espero no me haya visto o se reirá de mi. pensaba el monje avergonzado mientras se limpiaba. Con mucho disimulo volvió a su tienda intentando no despertar a su hermana.