Partida Rol por web

El Retorno a la Tumba de los Horrores (5e)

2. La Academia Negra

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25/08/2019, 16:51
Director

La aversión de algunos de los compañeros a usar un medio de transporte acuático y más importante aún la falta del mismo, les hizo tomar la decisión de ir a pie hasta la "colina de la calavera".

Durante las primeras seis jornadas de viaje, bastante tranquilo, encontraron varias aldeas y comunidades abandonadas y en otras oyeron rumores de desapariciones y otros fenómenos extraños. Pero ninguna se acercaba al caso de Pitchfield, una comunidad azotada por una extraña afección que escapaba a vuestro conocimiento.

A las puertas del Gran Pantano, en el sexto día de viaje, los ánimos empezaban a flaquear al igual que las piernas. El aire comenzaba a ser húmedo y pegajoso y la ropa se adhería a la piel empapada en sudor. Las botas se hundían en fango a cada paso, liberando desagradables olores. Sin duda algo estaba corrompiendo el Gran Pantano.

Mientras se abrían paso con sumo cuidado entre la maleza, oyeron un extraño ruido no muy lejos de allí. Bornam y Grunther no dudaron en ir a investigar seguidos por el resto. El sonido parecía provenir de alguien pidiendo auxilio y, cuando llegaron al lugar donde debería estar aquel hombre, todo se sumió en un profundo silencio. Ninguna pista sobre aquel hombre, sólo silencio. Fue entonces cuando Adran recibió una terrible descarga eléctrica, proviniente de una especie de bola de electricidad nigromante. Otra de esas criaturas también impactó a Bornam, aunque con menos fiereza. Fue un difícil combate ya que esas formas eléctricas podían tornarse invisibles y aprovechaban los sonidos del pantano para utilizarlos con ventaja. La experiencia del grupo hizo que finalmente pudieran acabar con ellas con destreza.

Un par de noches más adelante, mientras el grupo descansaba, Bornam fue atacado por sorpresa por una criatura que se confundía con la densa bruma que se formaba cada atardecer. El paladín fue mordido en el cuello hasta en dos ocasiones, produciéndole un dolor terrible. La imposibilidad de distinguir a esta criatura hizo flaquear la confianza del grupo pero fue el mismo Bornam que imploró ayuda a Heironeus para expulsar a aquella impía criatura. Sin dejar el mínimo rastro, ese girón de niebla se desvaneció para siempre.

Continuaron avanzando, desconfiando de cualquier sonido o sombra que arrojaba el Gran Pantano. Sintiéndose perseguidos por alguien y observados por otros. Según las indicaciones de Grunther, pocos días de camino debían quedar hasta la "colina de la calavera" y con esa premisa se alzaba lo suficiente la moral de todo el grupo. 

De nuevo se encontraron con criaturas horrorosas. Una pareja de necrarios aprovechaban la oscuridad de la niebla para emboscar a los héroes. Gracias a un rayo mágico certero de Filzik y a los raudos golpes de Ereldul, pudieron saldar el enfrentamiento de forma rápida, sin lamentar grandes pérdidas.

Al día siguiente llegaron a una especie de turba que rodeaba un macabro muro que a su vez rodeaba una impía ciudad alrededor de un monticulo enorme con forma de cráneo. Grunther quedó sorprendido por el hallazgo, pues veinte años atrás, nada de esto existía.

Adran, que aseguraba que no había peligro de hundimiento al atravesar la turba a pie, se convirtió en águila y fue imbuido con un conjuro de invisibilidad por Filzik para reconocer el terreno más adelante. Sin embargo, cuando traspasó los límites del retorcido muro, unas serpientes enormes con cabezas humanoides emergieron de unas grandes grietas que salpicaban el mismo muro. Advirtieron al druida de que entrara legalmente a la ciudad por el Portal de Hueso o se sometiera a las desagradables consecuencias. Sorprendido, Adran vio que su invisibilidad no funcionaba con esas criaturas y decidió reconocer el perímetro del muro. Vio que la ciudad rebosaba actividad, se estaba utilizando esqueletos y zombis como sirvientes y un oscuro culto de innumerables miembros parecía dirigir y ocupar la ciudad.

Tras regresar con el grupo, observaron el intrincado portal que no parecía dar la bienvenida a nadie. Siendo por la noche, decidieron pasar la noche lejos de allí para probar acceder por la mañana. Durante la noche, a lo lejos, pudieron oír algunos grupos de cultitas entonando una fúnebre canción mientras atravesaban la turba. Pero la niebla y el desconcierto no les dejó descubrir mucho más sobre ellos.

A la mañana siguiente, con el cielo despejado y con la actividad de la ciudad en letargo, se decidieron a atravesar la turba. Pronto se dieron cuenta de que varias criaturas merodeaban bajo la misma y, a los pocos instantes, varias de ellas iban emergiendo tratando de agarrar y desgarrar los pies de cada uno de los del grupo. El peligro parecía interminable pues, a pesar de que no eran demasiado poderosos, su número parecía infinito. Una pareja de ellos logró paralizar a Filzik y lo sumergieron en la turba indefenso. Fue gracias a la determinación de Grunther y a los rápidos puños de Ereldul que pudieron salvar la vida del gnomo.

Finalmente la amenaza parecía haber sido abortada y llegaron a las puertas del macabro portal. La boca del mismo, pues parecía un enorme esqueleto de animal cornudo, les recibió con una pregunta en un tono gutural que les heló la sangre: ¿Cuál es el símbolo?.

Filzik, ni corto ni perezoso, respondió "El Devorador" sin tan siquiera consultar con sus compañeros. Por suerte para todos, el gnomo estuvo en lo cierto y el macabro portal se replegó hacia atrás con un sonido crepitante y horriblemente desagradable para abrir el paso a la ciudad.

No había mucha actividad en ella y el grupo decidió ir directo hacia la calavera. Un poco antes, en una replaceta, un gran obelisco se alzaba en su entrada. El mismo rezaba: "Acererak Carnina entre Nosotros." y bajo esta inscripción, el símbolo de Acererak que ya era familiar para Ereldul y Filzik también se encontraba grabado.

Muy sorprendidos por el complejo que había creado el liche, decidieron avanzar hasta una construcción erigida a los pies de la calavera. Allí había algo más de actividad, cultitas iban y venían y ocupaban algunos de los bancos en la entrada. 

Un gran guerrero, de aspecto poderoso y con algo parecido a un exoesqueleto haciendo las veces de armadura cuestionó las intenciones del grupo. Una vez más, Filzik se adelantó al resto respondiendo que "venían a rendir culto a Acererak". Algo incrédulo y dubitativo, el gran guerrero respondió que deberían acceder a la sala de alistamiento, aunque no dejó de fijar la vista en cada uno de los miembros de la comitiva, sospechando de su apariencia y en especial de la de Bornam.

Notas de juego

PNJs Importantes:

* Leon. Guardian de la Academia Negra.

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07/09/2019, 18:49
Director

Al tratar de acceder al interior de la calavera, León les dijo que estaba cerrado durante las horas diurnas y disuadió a los aventureros de internarse más allá del patio que formaba la boca de la calavera.

Filzik, intrépido y curioso, preguntó al hombretón sobre cosas o lugares de interés en la Ciudad Calavera. Éste le respondió que muchos iniciados tomaban inspiración en el llamado Muro de Danele. Una especie de mosaico con varias representaciones al otro lado de la ciudad. Al tiempo, Bornam fue interrogado acerca de sus símbolos sagrados. El paladín ocultó la verdad al guardia de la Academia pues no traería ninguna buena consecuencia.

Con mucho tiempo por delante y poco que hacer hasta la noche, los compañeros decidieron visitar el Muro. Las revelaciones allí encontradas fueron verdaderamente interesantes e incluso pudieron sacar algo de información de un humano marchito y enloquecido que parecía estar muy familiarizado con la pintura. Algunas de sus revelaciones fueron las siguientes:

"En la Conclusión, el Devorador aguarda vuestras almas."

"¡Acererak!"

"Nosotros hicimos que se convirtiera en aquello que es. El desprecio del hombre dio origen a la rabia del Devorador."

"La filacteria del Devorador contiene las almas de los condenados. Las almas solamente pueden ser salvadas por la luz pura del sol; todos los otros medios las llevarán a la perdición sempiterna."

Los augurios sobre que Acererak se encontraba detrás de todo esto se iban confirmando. Aunque tanto Ereldul como Filzik ya se habían enfrentado a él, no pudieron evitar un escalofrío y sentir un sudor frío recorrer su espalda.

La Ciudad Calavera era el lugar más siniestro en el que todos habían estado alguna vez, Grunther no conocía nada de eso y se limitó a decir que la Tumba se hallaba dentro de la calavera. La ciudad erigida alrededor iba cobrando vida, o mejor dicho, no vida conforme las horas de oscuridad se acercaban. Cientos de estudiantes con túnicas negras iban y venían y una gran cantidad de muertos vivientes hacían todas las labores de mantenimiento de la ciudad.

Los compañeros no dudaron en sustraer unas túnicas de un tendedero y disfrazarse. Era curioso ver que tanto la túnica de Grunther como la de Filzik eran de la misma talla y el guerrero casi no pudo ponérsela mientras el gnomo se perdía entre sus telas.

Siendo un grupo tan peculiar y variopinto, León les reconoció al instante. Para sorpresa de todos, tanto el guardia como los estudiantes que se iban encontrando eran bastante cordiales y no vacilaban en aconsejarles.

Ahora sí accedieron a la Academia Negra. Lo primero que se encontraron fue un recibidor con unas columnas ribereadas por espirales óseos acabadas en calveras. Éstas parecían seguir y vigilar sus movimientos, pero nada más. Un estudiante les dio ciertas indicaciones, pero antes de recorrer el interior del complejo, Adran se aproximó a una sala de la que emergía un murmullo. Al asomarse, vio como un cuerpo humanoide era diseccionado por un extraño hombre mientras varios alumnos asistían expectantes. Según las indicaciones del estudiante debería tratarse de Ngise, uno de los profesores de la Academia especializado en anatomía.

Rodearon el anfiteatro central y echaron un vistazo entre bastidores por una de las puertas traseras. Allí dos esqueletos se giraron hacia ellos quizá preparados para recibir órdenes. Era curioso ver cómo los encuentros con estos "sirvientes" no acababan en un combate abierto. Todo en este lugar era extremadamente siniestro.

Filzik, echó un vistazo tras una gran cortina en el pasillo sur de la Academia y vió una cámara alicatada en alabastro con una gran estatua de un esqueleto en el fondo. Decidió dejarlo para más adelante pues era allí donde León les había dicho que debían solicitar el ingreso pero el resto de estudiantes les disuadieron de enfrentarse a "la prueba".

Después accedieron a unos laboratorios comunes donde varios estudiantes, también amables, estaban desarrollando un extraño experimento cuyo único avance era un tremendo hedor a cieno.

Tras rodear por completo el anfiteatro accedieron a una especie de aula donde una gran hendidura en el centro de la sala albergaba un atril con un libro cerrado con las cubiertas de granito.

La curiosidad irrefrenable de Filzik le empujó a abrir el libro y varias horrendas visiones de muerte le asaltaron concluyendo con un naipe que representaba una calavera en llamas, algo que le resultó familiar. Del libro surgió una especie de parca horrenda que atacó al gnomo. Ereldul quiso defenderlo y al hacerlo, una nueva parca surgió del libro. Muchas representaciones de la muerte aparecieron hasta que dieron con la clave: el que provocaba su invocación debía enfrentarse en solitario a la misma o una nueva para aparecería.

Tras echar un vistazo al libro, Filzik decidió dejarlo donde estaba pues se trataba de un volumen maligno y peligroso. Accedieron a una especie de despacho desordenado donde un maltrecho gato luchaba por mantenerse en vida. De repente, una figura esquelética apareció en la estancia por otra puerta y una gélida brisa sobrenatural caló los huesos de los allí presentes. La criatura, que quizá se trataba de un muerto viviente, pidió a los compañeros que no fueran tan impacientes y que tomaran asiento, pues su clase iba a comenzar. Sin querer llamar mucho la atención, se mezclaron en la sala del libro junto a otros estudiantes. La charla trataba de artes nigrománticas y Filzik tuvo una vez más que ahogar su curiosidad y sus ganas de conocer más y hacer más preguntas.

Tras un pequeño descanso, accedieron al anfiteatro donde una veintena de estudiantes trataba de coger buen sitio para atender una conferencia que estaba a punto de comenzar. Al cabo de unos instantes, una bella mujer de aspecto vampírico accedió al estrado asistida por los dos esqueletos que ya conocían. Era tremendamente atractiva a la vez que siniestra y todos guardaban un gran respeto, ningún alumno se atrevió siquiera a murmurar mientras ella exponía su charla. Fue horrible todo su relato, hablando de trafico de humanoides, reanimación de cadáveres y otros asuntos que hiceron que todos sintieran nauseas y malestar general.

Las más inimaginables atrocidades se estaban llevando a cabo tanto en la Academia como en el resto de la Ciudad Calavera pero haber comenzado un enfrentamiento en ese momento hubiera acabado con una carnicería absurda que hubiera hecho que la misión fracasara. No pudieron pasar por alto el colgante de aquella mujer que, aunque se habían situado lejos, llamaba poderosamente la atención.

Tras dos horas de desagradable charla, la sesión se levantó. Todos los estudiantes esperaron unos minutos hasta cerciorarse de que la mujer había abandonado el anfiteatro para levantarse y comenzar a hablar entre ellos. Los compañeros, con muy mal cuerpo, decidieron salir al patio de la Academia para tomarse un descanso y vendar las heridas provocadas por las representaciones de la muerte.

Aunque todo lo que acontecía a su alrededor les resultaba aterrador a la vez que horrible, pensaron que era el momento de acceder a la sala de admisión y llegar al fondo de esta tenebrosa cuestión. Una vez más fue Filzik el que dio un paso al frente en la sala.

La estatua representaba a un esqueleto con ambas manos elevadas hasta la cintura, con las palmas hacia arriba. Insertada en cada una de ellas había un azulejo de obsidiana, liso y plano, que también tienía forma de palma. Las cuencas del cráneo de piedra comenzaron a despedir una luz de color rojizo a la vez que una voz profunda pronunció: "¡Entrad, y sed juzgados, suplicantes!"

Filzik posó sus manos sobre las del esqueleto, en las muescas de obsidiana, y la luz rojiza de sus ojos se centró en el gnomo. Al instante un rayo de energía eléctrica impactó con fuerza en él, dejándolo malherido mientras la voz profunda dijo: "Admisión denegada. ¡Siguiente!"

Mientras recuperaba el resuello, Filzik reveló que había encontrado una placa que parecía un pulsador tras el esqueleto, hecho confirmado por Ereldul que no dudó en pulsarlo en lugar de enfrentarse a "la prueba". La estatua giró silenciosamente
sobre unos goznes hacia un lado, dejando al descubierto un corredor lleno de sarcófagos que pasaron a investigar.

Tras un par de intentos fallidos, Grunther abrió uno de los sarcófagos que representaba a una guerrera humana con una armadura completa. Tras ella se hallaba una momia que el propio guerrero retiró, esta casi se deshizo en sus manos pero lo importante es lo que había tras ella.

Un pequeño botón de metal fue pulsado por Ereldul que sintió como una sustancia viscosa y helada se introducía en su cuerpo. Tras varios espasmos y escalofríos, el monje determinó que esa sustancia podría haber matado a cualquier humanoide. Por suerte para ellos, el elfo había desarrollado inmunidad a ese tipo de sustancias y pudieron acceder a un complejo de habitaciones tras la cámara.

Primero accedieron a una pequeña biblioteca de muros altos atestados de libros. El gnomo sintió la necesidad de estudiarlos uno a uno pero quizá su dueño podría aparecer en cualquier momento y el monje sólo cogió rápidamente uno con el símbolo del Devorador en su lomo y salieron rápidamente de la estancia. Un vistazo rápido reveló algo que quizá tanto Ereldul como Filzik ya imaginaban: La Tumba de Acererak es sólo el primero y menos importante de los intereses de éste.

Despues accedieron a otra cámara decorada para dar un aspecto agradable, aunque Aran descubrió sangre templada en una tetera en lugar de algún otro tipo de infusión lo que le hizo poner los pelos de punta a todos los presentes.

Dejando atrás esa pequeña estancia entraron a otra de similares características, en esta ocasión una habitación armoniosamente decorada. Al hallar una puerta secreta tras la cama, decidieron no tocar nada por miedo a cualquier terrible consecuencia.

Una ráfaga de aire frío sopló en torno al grupo en cuanto se asomaron a la cámara secreta. Un anaquel de piedra en la pared meridional soportaba un esbelto ataúd de madera de cerezo. Otro ancho anaquel, que parecía hacer las veces de escritorio, estaba iluminado por un cráneo llameante. De repente, el cráneo llameante se elevó en el aire y dijo: "Me habéis encontrado, iY yo soy la Muerte!"

Notas de juego

PNJ Importantes:

* Danele. Supuesto creador del Muro de Danele. Un hombre desquiciado que reveló algunas cosas interesantes.

* Profesor Ngise. Uno de los profesores de la Academia Negra. Experto en anatomía.

* Académico Drake. Otro profesor, este mucho más siniestro que el resto. Experto en nigromancia y aparente muerto viviente.

* Mistress Ferranifer. Una profesora de alto rango de la Academia Negra, quizá sea la directora. Su aspecto aunque muy atractivo es siniestro y vampírico.