Partida Rol por web

Otra mujer de fé, verdad? inquirió el hombre a la clériga, yo también soy uno de fé, y creo saber...mejor dicho, creo sentir lo correcto cuando veo a alguien. Comprendo su desconfianza, pequeña, el rostro del anciano vuelve a una expresión de desazón, y lamento haberlos hecho perder su tiempo. 

El anciano guarda el cofre pequeño entre su túnica y deja una moneda plateada y una dorada sobre la mesa. Se baja de la silla y junta sus manos, las cuales desaparecen entre las anchas mangas de la túnica, retoma una expresión complacida, y saluda de manera general a todos.

Fue un placer conocerlos, dejen mis mas sinceras reverencias a su músico, tiene mucho talento, espero que se recupere bien. 

El gesto de Daronna toca la fibra de la muchacha. Todos en aquella mesa tenían un pasado y aquella mujer envuelta en metal parecía tener más pasado que todos ellos juntos. Y aún así no perdía la compostura. Farrah acepta el trozo de pan y rápidamente se incorpora.

- ¡Espere, por favor! - por fin lo veía con claridad: ella sí que había perdido la compostura - Siento si mis palabras le han ofendido en modo alguno. No se marche. Estamos dispuestos a aceptar el encargo que nos ha pedido.

Farrah, con la mirada perdida, apoya las manos sobre la mesa.

- Ciudad Sirena es el lugar que me vio nacer - el tono de la joven cetrera se había vuelto mucho más sosegado - y como tal nada me interesa más que el bienestar de sus habitantes. Si este invento del que habla es capaz de lograr aunque sea una décima parte de lo que dice, estaré más que encantada en ayudar sin importar lo oscuro que sea el camino. Por favor, no se marche.

La muchacha vuelve a sentarse sabiendo que no puede hacer nada salvo esperar la respuesta del anciano.

Manga de desesperados

Observa atentamente el gesto del enano y nuevamente como empieza a muñequear para que accedan rápidamente a la misión. Experimentando cierto disgusto al ver el comportamiento impulsivo de Farrah como del resto de los presentes mientras sigue analizando el comportamiento de este.

-Con el debido respeto maese, pero nuestras preguntas son sensatas porque precisamos hacer bien nuestro trabajo y debemos tener conocimiento del panorama al que estamos enfrentando dentro de esta misión-.

Dice sin tocar la copa, ahora estudiando con más atención el comportamiento de este mientras mantiene el tono diplomático para calmar los ánimos pero sin bajar su posición.

-Y admito que su reacción me sorprende...más aun cuando es un asunto de negocios-.

Comenta en ese tono atento, pero dando a entender que a pesar de mostrar interés en el trabajo pero sin aprobar la acción arrebatada del enano como de los presentes.

-Si estamos acá,  entendemos que es el primer voto de confianza. Luego se realizan las preguntas no solo para ver si somos competentes o no sino para prepararnos bien en recursos que precisamos para este viaje y tener todos los planes posibles a la mano para enfrentar la adversidad-.

Hace pausa ahora deshaciendo su postura para gesticular con la mano que estuvo empuñada para dar dinamismo a sus palabras.

-De esa manera garantizar la satisfacción de sus intereses en esta misión propuesta-.

Manteniendo la sonrisa en su rostro.

La charla se volvía aburrida, eran demasiadas preguntas para una tarea tan sencilla que se les presentaba. Por su parte, al guerrero le parecía mejor no indagar tanto a la hora de aceptar un trabajo, aunque esa forma despreocupada de negociar le haya costado más de un mal rato.

Krig se encontraba con la mirada en otro lado, como distraído, pero escuchando la conversación, hasta el momento en el que se percató del anciano, esta vez parado y a punto de marcharse. Esto lo alertó, no podía dejar ir al sujeto que decía poseer un libro repleto de criaturas fuertes y posibles grandes desafíos, y menos sabiendo que estaba dispuesto a darlo como recompensa. Rápidamente se levantó de su asiento y quedó parado junto a la mesa en la que estaban, mirando al resto de sus compañeros.

- Vamos, que esto es demasiado. La tarea es fácil, no hace falta tanta duda, somos más que capaces de hacerlo.- Da una breve pausa y se gira al anciano. - Además, dijo que podríamos conseguir buenas recompensas, como el bestiario. ¿Verdad señor...- Hace una leve mueca, no podía recordar si el hombre dijo su nombre o si uno de sus compañeros lo había nombrado. - ...anciano?- Luego de esto le dará una amplia sonrisa al hombre delante de él.

Toda la charla resultaba un tanto confusa en la cabeza de la paladín. ¿Habían dicho que esa pequeña caja en manos de ese pequeño rojizo hombre es capaz de hacer el bien?. Daronna no lograba comprender qué podía encerrarse en tan pequeño espacio para prometer tamaña cosa; si los templos de piedra o los gigantes dioses venerados más allá de los horizontes no habían podido vencer al mal ¿cómo lo haría un delicado hombre con una pequeña caja? No tenía ningun sentido. Pero si el objeto era tan valioso, posiblemente valía la protección de seis aventureros y quizás mucho más; no sería la primera vez que una solución pequeña resultaba grandemente efectiva.

-Se va! Se lo guarda para si!

-El Bien? y se lo guarda para si mismo?

-Cuantas monedas valdrá el Bien para un enano rojo?

-Cuánto ha esperado aquí por nosotros y ahora se va?!

Las Diosas no parecían de acuerdo con la exploradora respecto al impacto que la caja podría tener para la ciudad ni con la actitud del hombre rojo. Sin embargo, hasta que ellas no tuvieran un veredicto respecto a qué hacer, Daronna no tendría una voluntad que seguir... razón para guardar silencio y esperar. El grupo, por su parte, parecía dividido y eso era siempre una señal de peligro. ¿Cómo ayudar a unos sin descubrir a los otros? Simplemente ningún escudo era tan grande.

Sin darse tiempo para pensarlo, con las voces aún discutiendo dentro de su cabeza, Daronna tomó las monedas de la mesa y con un movimiento ágil se puso de frente al enano. Mirándolo a través de su yelmo directamente a los ojos abrió su mano ofreciendo el dinero de vuelta.

-Esa cosa... cómo exactamente ayudará a la gente, señor?

Las voces de tus diosas hablan dentro de ti, y te encuentran justa para que veas por sobre cualquier mentira y falsedad, con ojos de rectitud y sabiduría. Te enfocas en el viejo hombre con el cual estuvieron conversando hace varios minutos que se alargan cada vez mas, y empiezas a notar algo.

Hay verdad en sus palabras, una profunda verdad, inamovible y cerrada. 

Entiendes que el hombre no miente, pero en tu cabeza queda resonando el fervor de sus palabras, que parecían salir directamente de su alma.

Se oye en la parte de arriba de la taberna a Einar, (ya en la cama de una de las habitaciones) que canta algo parecido a:

Llegamos a un mundo fantástico,

lleno de seres extraños,

el amo del calabozo,

nos dió poderes a todos,

tú el bárbaro, tú el arquero,

acrobata, mago y el caballero.

Dragones y mazmorras,

un mundo infernal

se oculta entre las sombras

la fuerza del mal.

Es un mago lleno de perversidad

peligroso y fatal

tenemos que luchar contra su maldad

o nos destruirá.

Dragones y mazmorras,

un mundo infernal

se oculta entre las sombras

la fuerza del mal.

El arco de fuego es mágico,

la maza sensacional,

la pertiga insalvable,

los magos son memorables,

y el escudo es algo muy serio

todos unidos así venceremos.

Dragones y mazmorras,

un mundo infernal

se oculta entre las sombras

la fuerza del mal.

Es un mago lleno de perversidad

peligroso y fatal

tenemos que luchar contra su maldad

o nos destruirá.

Dragones y mazmorras,

un mundo infernal

se oculta entre las sombras

la fuerza del mal.

Dragones y mazmorras,

un mundo infernal

se oculta entre las sombras

la fuerza del mal.

Nada, simplemente estoy borracho y cantando en la habitación, puedo estar desafinando como un gato moribundo, lo que quieras que pase, only for the LOL.

Desde el segundo piso del lugar, suena la voz del bardo, entonando una canción famosa que se enseña a niños de edad temprana, y si bien la recita sin errores, se puede escuchar un notorio temblor en su voz, consecuencia segura de la ebriedad del momento. 

Escuchan unos pasos que retumban en el viejo piso de madera de la planta superior de la taberna, y prosiguen hasta la escalera, allí un retumbe y un golpe traspasan la zona, y comprenden que el intérprete de la canción ha trastabillado y cae ahora por los peldaños, como si fuera un balón que rueda por una pendiente, y termina a los pies de la mesa, al lado de Alator, frenando éste su trayectoria.

El anciano vuelve a tomar la palabra, un poco impresionado por este suceso.

¡Este joven está lleno de talento, ademas de cantar, también es un acróbata increíble! 

Queridos amigos, todas sus preguntas son válidas, y tendrán respuesta, se los prometo. Sepan por ahora, que lo que se encuentra dentro de esta pequeña caja está seguro, nadie podrá abrirla, y será lo que cambie realmente el destino de las personas que habitan este gran imperio, el hombre frunce el ceño por primera vez, y aprieta el puño, la corrupción tendrá fin, junto con la injusticia y el maltrato, la gente entenderá que vive y vivió en un error siempre. 

El hombre presiona sus dientes entre si, y cambia claramente el gesto amable que mantuvo todo este tiempo. En menos de un segundo, recompone su sonrisa. 

¿Entonces lo harán, harían ese favor a un viejo cancino como yo? El hombre abre sus claros ojos, saca nuevamente el cofre de entre sus vestiduras y los mira a todos, aguardando su respuesta.

De acuerdo se lo llevaremos, pero tendrá que pagar una parte por adelantado, no es que no me fie, pero como ha dicho mi compañera esto suena muy surrealista para ser verdad y la verdad si es mentira, el mayor peligro seria mi ira y de todo lo que me llevaría por medio, hasta encontrarle y devorarle.

Lo digo con una sonrisa en la boca mientras mis ojos verdes brillan debajo del pelo.

La muchacha deja escapar una sonrisa y apoya una mano en el hombro del druida. Había compartido muchas aventuras con Alator y estaba ya acostumbrada a esa faceta animal que lo hacía tan impredecible. No podía culparle. Probablemente estuviese tan nervioso como ella.

- No se preocupe, maese - contesta Farrah invitando al anciano a tomar asiento nuevamente e ignorando el lamentable espectáculo que Einar les estaba ofreciendo - Nosotros velaremos porque la caja y su contenido lleguen sanos y salvos a su destino.

La exploradora observa por un instante a sus compañeros. Aunque muchas preguntas estaban aún sin resolver estaba segura de que podría contar con ellos si las cosas en algún momento se torcían.

- Díganos, ¿a qué punto de la ciudad debemos dirigirnos? y ¿con quién debemos contactar para realizar la entrega?

El hombre dirige su discurso a Farrah, la exploradora, y dice lo siguiente:

¡Oh, muchas gracias! Sabía que podía contar con ustedes. Mi olfato de viejo montaraz aún funciona. Este pequeño paquete, dice mientras toma el cofre con ambas manos y lo mira fijo, debe ir hasta el norte de Sirena, cruzando el puente que pasa por sobre el río Entweder, que divide los hemisferios de la ciudad. 

Casi pegado a la muralla mas extrema del norte de Sirena, se encuentra el taller de quien debe recibir este cofre. Allí encontrarán su buena paga por esta encomienda, y estoy seguro de que mi amigo les dará alguna de sus cientos de creaciones que adornan su taller. Como les dije, hay cosas muy exóticas.

Toma, toma, joven cetrera. Guarda esto como si tu alma descansara aquí. El anciano procede a acercar el cofre a Farrah. Yo debo irme ahora. Me esperan en otro lugar, y mis pasos son lentos y exiguos. Que el sol los acompañe donde sea que vayan.

Daronna, tengho unha cama prep... hip ...arada arriba Hip para ti hip y para mi, sube y deshcansa conmigo. hip