Partida Rol por web

Dagis te acompaña hasta la casa de Sarki, el cual está junto a su mujer esperándote. Ésta e suna mujer jóven y de no ser por lo castigada por la dura vida de la gente humilde, podría ser bastante atractiva.
Cuando te ve entrar corre hacia ti, se arrodilla y comienza a besarte la mano izquiertda. Parece ser que Sarkis le ha confiado vuestro secreto.

Observo con mirada ponderativa al Ejército colonial lunar. Son unos bastardos muy duros, y no me gustaría luchar contra ellos... de nuevo. Con una vez tuve bastante. Abro y cierro los puños, sintiéndome desnudo sin armas y con estas vestimentas ligeras. Cuando llegamos a la ribera no puedo evitar acercarme al agua... Por lo que sé, Corflu está en el delta, y el agua puede que sea salobre, pero deberíamos seguir bajo la influencia del río.

Introduzco la palma de la mano en el agua, sin saber muy bien qué esperar. Probablemente nada, supongo.

Camino hacia la casa del pescador con paso firme aunque soy consciente de que mi aspecto deja mucho que desear. Cuando la esposa de Sarki se arrodilla y me recibe con una lluvia de besos me incomodo. 

-Levanta mujer, no merezco tanta adulacion- intento comportarme como una de ellos- En realidad aun no se que pasa, todo esto me sorprende un poco- sonrio y cambio de tema- Solo vengo para agradeceros vuestra hospitalidad, para pedirte prestada algo de ropa y para charlar un rato contigo- la cojo suavemente del brazo y la llevo a dar un paseo alrededor de la casa- Por cierto... ¿Cual es la familia mas influyente de Corflu? 

Esta visita me deja más tranquilo. Me gustaría ver dónde se supone que iremos por la noche, para tener controlado posibles puntos de escapes, por si algo se da mal y posibles vías de escape de la ciudad.
De repente Observo a Fiddler, pensando que ha tenido muy buena idea y deseando que no pase nada separándome de la acción procurando pasar aún más desapercibido, mientras él mete las manos en el agua.

Tras un ligero repaso a la ciudad de Corflu, me dirijo a mis compañeros.

- Volveré más tarde, voy a buscar algo de información del lugar.

Así, me separo de Fiddler y Abdala para adentrarme en el mercado. El lugar donde, desde que soy esclavo, he pasado más tiempo. Comprando enseres varios, enterándome de información para mis dueños, y haciendo todo tipo de contactos.

La mujer de Sarkis paree sorprendida por tu disposición a pasar tiempo con ella, como si de algún modo no se sintiera digna de ello. Pensándolo bien, en tu antigua vida de noble, ni siquiera te habrías acercado a la esposa de un pescador.
-La familia más influyente de Corflu son los Tolkazzi. Son del norte, de Pavis, y llevan gobernando este pueblo desde hace muchos años. Desgraciadamente, no sé nada más de ellos.
Tu sí sabes que los Tolkazzi se dejan ver en contadas ocasiones por Pavis, en celebraciones religiosas o fiestas privadas.

Cuando termináis el paseo y te muestra la ropa de la que dispone, descubres que no hay nada que parezca ni remotamente más elegante que los harapos que ahora vistes.

A pesar de que tu aspecto no es el del típico pescador de la zona, el mercado e suna zona tan concurrida que te resulta fácil pasar desapercibido. Acercándote a los puestos de pescado oyes conversaciones varias entre los pescadores, pero hay un par de ellas que te llaman la atención.

Parece ser que el pescado está escaseando últimamente sobretodo las carpas de rio, que son el principal sustento de la población. Algunos achacan el problema a depredadores, mientras que otros hablan de algo más peligroso aún.

Por otro lado, las quejas contra los soldados lunares son plato común en las conversaciones. Al parecer están utilizando a tritónidos para dragar algunas zonas del delta, sin aparente utilidad. Los pescadores están preocupados por el objetivo de semejante trabajo.

Por lo demás, el mercado es un lugar tranquilo, vigilado por algunas patrullas lunares y transitado por todo tipo de gentes.

Cuando Fiddler mete la mano en el agua, Abdala da un paso atrás por si las moscas, pero aparentmente no sucede nada. Estáis preguntandoos qué significarán realmente las marcas cuando veis aparecer a un grupo de soldados lunares caminando hacia el agua. Llevan lanzas y espadas y armaduras pesadas en cabeza y pecho, pero van descalzos y sin protección alguna en las piernas. Les siguen media docena de tritonidos con tridentes, palas y capazos. Cuando el agua llega casi a la cintura d elos soldados, los tritónidos siguen avanzando hasta sumergirse completamente en el agua. Os dais cuenta de que no sois los únicos testigos de la escena, ya que ualgunos pescadores se han detenido a mirar. Por lo visto no se trata de algo demasiado común.

-Amigo Fiddler ¿qué diablos es eso? Tenemos que buscar algun arma y pronto.

Le hago un gesto a Abdala para que guarde silencio. No es muy inteligente hablar de conseguir armas delante de un puñetero pelotón de soldados lunares. Sobre todo teniéndolas ellos y no nosotros.

¿Qué demonios irán a hacer en el agua? Con esa armadura, nadar no, desde luego.

Decido esperar un poco antes de preguntar a los pescadores... es mejor no llamar la atención.

Tras encontrar información bastante interesante observo el tiempo. Sin tener demasiado claro si debía volver o aventurarse a encontrar algo más de información, pasa por el gremio de mercaderes. Y es entonces cuando se le enciende la bombilla:

- Si lo soldados están dragando el río, los mercaderes pueden saber algo.

Miro hacia el cielo para valorar si aún tengo tiempo antes de que anochezca. Si es así, empiezo la investigación disimulando, como tantas veces había hecho ya pasando desapercibido ante las miradas de otra gente y esclavos, intenta deambular por la zona, intentando, de nuevo, sonsacar algo de información de los mercaderes que se vayan encontrando en las calles colindantes al gremio.

Agradezco la información y cojo la ropa que me ofrece la mujer.
Aun me quedan unas horas hasta reunirme con los demás, así que decido cambiarme, dar un paseo hasta el río y lavar mi ropa. Nunca se sabe, puede que algún día haga una visita a los Tolkazzi y los harapos que me han prestado no serían adecuados para la ocasión.
Hay tiempo para ir al río, lavar la ropa y secarla al sol.

Parece ser que los tritónidos están dragando de algún modo esta parte del rio. Se sumergen con los capazos vacíos y salen de nuevo con éstos llenos de arena y limo que van amontonando en la orilla antes de sumergirse de nuevo. Es un trabajo extraño, ya que en este punto el Zola Fel es lo bastante profundo como para ser navegado por la mayoría de naves fluviales.
El papel de los soldados parece ser el de hacerles de escolta y salir en su defensa si algo sucede, aunque no tneéis demasiado claro qué clase de amenaza puede encontrarse en el agua. Durante el rato que miráis, no sucede nada fuera de lo común.

En general la zona del mercado no está tan agitada como la de los pescadores, pero logras sacar algo de información de allí.
Al parecer se ha visto algún trafico de mercancias extraño ultimamente. Por un lado hay un barco proveniente de Esrolia en el muelle marítimo y sus ocupantes, además de no caer demasiado bien a los nativos, parecen tener una prisa fuera de lo común por descargar sus mercancías y cargar de nuevo.
Por otro lado están llegando enormes cantidades de cajas de lana desde el norte. Nadie se explica quién puede demandar tanta lana, ya que por lo visto las cajas que la contienen son enormes y muy numerosas.

Hablando bastante bajo le digo a Fiddler
¿Qué te parece si investigamos las vías de escape y la guarnición?
Espero su respuesta para ver lo que hacemos

Hago un gesto con una mano a Abdala para que contenga su impaciencia y me acerco a los pescadores.

- ¿Están drenando el delta por alguna razón, amigo? -intento no darle demasiada importancia al comentario.

De hecho, probablemente no la tenga y estemos dándole importancia a un trabajo normal de mantenimiento.