Partida Rol por web

El Secreto de los Buenos Hombres

Una aldea perdida en la sierra

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07/05/2011, 03:07
Director

El principio del viaje se presenta mucho más tranquilo de lo que esparaban. Los carromatos, si bien no avanzan tan rápido como una cuadrilla de jinetes, salieron de la los muros de la ciudad y se adentraron en los alrededores de la ciudad sin ninguna novedad. Las miles de granjas y pequeños villorreos donde la gente dormía confiada de que Dios velaba por ellos fueron el primer paisaje que los acompañó. Luego el sol comenzó a aparecer sobre los lejanos picos de los Pirineos, por lo que les tocó a todos retirarse para dormir.

Cuando la oscuridad ya había caido, todos los cainitas comienzan a despertar. Se dan cuenta de que han avanzado vastante como para no saber donde se encuentran. El problema es que ninguno de los mortales que van con ustedes tampoco saben muy bien en que lugar se encuentran, el joven fray Javier que viaja con Bernardo dice que pasaron temprano por la ciudad de Manresa, pero desde ahí no se han encontrado con ningún otro lugar, por lo que posiblemente se encuentran perdidos.

Notas de juego

Por si doy un mal la ubicación geográfica de un lugar, les pido comprensión. Estoy tratando de describirun lugar que está a 10.000 kilómetros de dónde estoy y que no conozco. Simplemente me guío por lo que leo ;D.

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07/05/2011, 12:24
María de Urgel

Notas de juego

No pasa nada, master. Yo misma no conozco esa zona, y soy de España xD

Una pregunta antes de postear: ¿Seguimos cada uno en nuestro carro, o estamos fuera?

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09/05/2011, 19:37
Fray Bernardo

-Está bien, Javier. Ahora duerme tú -contestó Fray Bernardo a su compañero, permitiéndole reposar en la paja del carro. Después se volvió hacia los otros cainitas. No los distinguía bien en la oscuridad y eso le daba algo de descanso espiritual. Sin la insinuante figura de Silvina en sus retinas y sin las prostitutas alrededor, podía volver a ser él mismo sin temor-. Parece que nos hemos perdido, y es un muy mal lugar para hacerlo. El demonio acecha en estos caminos.

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10/05/2011, 04:15
Director

Los viajantes comienzan a bajar de sus carromatos y ver que ocurre. La verdad es que es poco lo que pueden tomar como guía para saber por lo menos los puntos cardinales. Uno de los sirvientes de Silvina baja, lo que también hacen las chicas de Aziz, quienes parecen algo asustadas por el lugar en el cual se han detenido.

No obstante, lo más extraño fue la mujer de piel olivacea que siempre estaba callada y observaba todo con mucha atención. Esa mujer avanza un par de pasos adelante del carromato que guíaba la comitiva y se queda un momento quieta. Luego alza la vista al cielo y sigue así por un buen rato. Despues vuelve y en un castellano muy atropellado, les indica una dirección y dice:

- Allá, norte.

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10/05/2011, 14:07
Aziz, el Adulador

Bajo del carromato, viendo que la caravana se ha detenido y escucho las palabras de Fray Bernardo. ¿Nos hemos perdido? ¿Cómo que nos hemos perdido? ¿Qué clase de tipos son los que nos guían?

Abro la boca, para decir algo, pero la cierro de golpe viendo que una de mis acompañantes se queda mirando al cielo. ¿Sabe guiarnos en la noche? Observo la escena con atención y también a los presentes. Tomo una postura erguida y rostro sonriente, mostrando los colmillos fruto de la maldición de Caín. Tras esperar unos minutos escucho la respuestá de la chica.

En esa dirección está el norte. Sonrío, repitiendo lo mismo que ella ha dicho y me dirijo al jefe de la caravana, el encargado de guiarnos. Es un buen trabajo el que estás haciendo, buen hombre, seguro que podrás continuar ahora tu camino gracias a la orientación de mi chica. Por favor, continúa con tu labor tan bien como hasta ahora, ha sido un despite, solo eso. No hay nada de lo que preocuparse. Miro fijamente al tipo al que le hablo, mis palabras no denotan en favor, sino todo lo contrario. Aziz está acostumbrado a piropear a la gente incluso cuando no hace bien su trabajo. Nunca sabes lo que puedes sacar de los demás... es mejor mantener la calma. Fueron las palabras que volaron por la mente del setita.

¡Está bien compañeros! Tras este pequeño desliz podemos continuar nuestras andanzas siguiendo nuestro noble objetivo. Que no se estropeen nuestros perfectos rostros... lanzo una mirada furtiva a María pues no tenemos de qué preocuparnos.

Tras dedicar unas palabras a toda la comitiva me acerco a la chica de piel morena, tomo su cara con la mano y la acaricio. Pongo mi boca en su cuello y le susurro lentamente:

- Un trabajo perfecto, pequeña, estoy muy orgulloso de haberte traído conmigo. Me has dejado en buen lugar, tendrás tu recompensa. Pero no ahora... aunque será pronto... pronto.

Tomo las caderas de las dos sensuales mujeres que traje conmigo y beso la mejilla de cada una. Podéis descansar, aunque ya sabéis que estaréis listas cuando se os necesite. Bajo la mano por sus caderas hasta tocar sus glúteos y las palmeo como si fuesen yeguas para que se metan en su cuadra. Espero, mirando fijamente, a que se monten y me giro para mirar a Fray Bernardo. Podría hacerte un precio especial, mi especial acompañante lasombra. Tú sabes, el precio por ser la primera. Me río a carcajadas. Pero que no vuelen tus monedas, amigo, a la segunda ya te cobraría la cuota normal.

 

 

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11/05/2011, 13:09
María de Urgel

Era de esperar que los humanos se perdieran, pienso con un suspiro impaciente. Siempre hay que estar encima de ellos y vigilar que hagan bien su trabajo, pues son tan inútiles... Hasta los perros son más eficientes que ellos.

Permanezco en el carro observando el paisaje con la mirada perdida. No tengo ninguna intención de bajarme y ponerme a buscar el norte como si fuera un vulgar arriero, así que espero a que los demás lo busquen por mí. Aziz no para de hablar y aplaudir a su esclava por lo bien que se orienta en el bosque. Su comentario sobre los rostros me hace sonreír, a pesar de lo molesto que me resulta el continuo zumbido de su voz.

- Menos mal que ya hemos encontrado el rumbo - me quejo con voz suave - Este viaje está siendo más aburrido de lo que imaginaba.

Me cruzo de brazos y me dedico a mirar el cielo estrellado mientras la comitiva se pone de nuevo en movimiento.

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12/05/2011, 02:40
Director

Con una idea aproximada de donde deben dirigirse, los carromatos continúan sus por ese sendero a penas iluminado por las luces de las antorchas y lamparás de aceite. Así avanzan con lentitud hasta que llegan a una bifurcación en la cual hay algo que asemeja a una advertencia. Se trata de un pequeño campo lleno de personas colgadas a cruces. Deben ser por lo menos una docena, entre los que se pueden contar hombres, mujeres y niños de todas alas edades. Todos llevan puesto un sanbenito (el traje que los inquisidores ponen a los condenados por herejía) y sus cabezas han sido rapadas. Lo peor de todo es que parece que algunos todavía se encuentran con vida, pues piueden escuchar débilas gemidos.

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16/05/2011, 15:11
Fray Bernardo

-¡En el nombre de Dios! ¿Qué clase de aberración es esta? -exclamó Fray Bernardo, deteniendo su carro y saltando para mirar aquel dantesco espectáculo de cerca, y atender a los moribundos-. Javier, ven. Tenemos que salvar a quienes podamos.

A pesar de los sambenitos, Bernardo tenía claro que aquello no era obra del Santo Oficio. Jamás habrían matado a niños (no se les podía torturar hasta llegar a cierta edad), y nunca habrían utilizado la crucifixión para ejecutarlos. ¡Era una herejía!

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16/05/2011, 16:50
María de Urgel

La escena que estamos presenciando me hace sonreír. Parece ser que alguien se ha encargado de castigar a ese grupo de humanos. Algo habrían hecho para merecerlo, seguramente. El sistema que han usado para torturarlos me resulta exquisitamente práctico, así que me acomodo en el carro y entrecierro los ojos para analizar a los quejumbrosos hombres.

La reacción del monje me divierte, y no puedo contener una fría carcajada al ver cómo se acerca a los crucificados.

- Por fin algo interesante para alegrar nuestros ojos - comento con los ojos brillantes, curiosa por ver qué hará al soltarlos y hablando en voz más alta - Aunque a estas alturas poco podréis hacer con ellos, mi buen Bernardo. No servirían ni de cena, ¿no les oís?

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16/05/2011, 17:14
Aziz, el Adulador

Miro a todas esas personas y directamente pienso que no puedo sacar nada de ellas. ¿Qué pueden ofrecerme unos pocos de moribundos humanos? Uhmm... información. Quizá debería ayudar al fraile ese y que esa gente me deba su vida. Nunca está de más tener otro criado. Acudo después de Fray Bernardo, que se lanza con gran rapidez a socorrer a los crucificados. Justo al llegar, me quedo mirando a todos los que están allí. Mi vista no muestra lástima alguna, realmente todos me dan igual.

¿Cuál es la idea, Fray Bernardo? ¿Rescatar a los que aún respiren primero? ¿O tienes esperanza en que los niños siguen vivos? Comento con seriedad, no podía manchar mi imagen delante de la gente que iba a salvar. ¿Y cómo pretendes bajarlos? ¿Tienes alguna idea divina? Realmente tengo curiosidad por saber qué han hecho estas personas. Quizá luego Fray Bernardo se atreva a darles un juicio justo... Jajaja... Estos hombres de dios creen que pueden castigar bajo su propia condición, y siempre piensan que su pensamiento es el único y el mejor de todos. Pobres... viven tan engañados como el resto de imbéciles que les escuchan.

Notas de juego

Supongo que las cruces están algo elevadas y no llegamos para descolgar a las personas.

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17/05/2011, 03:34
Silvina Schibaldi

 Silvina agudiza su oido, y se muestra atenta a lo que sucede alrededor. Si bien es cierto que no le hace gracia que esas personas mueran, poco se puede hacer, y lo que hizo eso, puede rondar todavía la zona, por lo que será mejor, no perder de vista los alrededores. 

 Aún así, debería acercarse a los cadáveres, quizá una mirada atenta podría discernir marcas o signos que identifiquen la muerte de estas personas. 

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17/05/2011, 04:04
Director

La verdad es que la situación de auqellos que estan colgados es muy mala. Hay algunos que, or su aspecto, llevan varios días muertos y los que aún gimen lo estarán dentro de poco. No los habían clavado a esos arboles burdamente desprovistos de  su ramas para ser usados como cruz, la mayoria parecen haber muerto de sed, con las lenguas afuera las bocas llenas de espuma amarillenta.

Solo quedaban tres personas con vida, una de ellas era una mujer de mediana edad y carnes fofas y resecas por los días de tortura, un pequeño de unos 10 años y un hombre de complexión fuerte y cabello entre cano.

No es tan díficil bajarlos de las cruces, pues no son tan altas y con solo encaramarse en algo pueden llegar arriba para soltarles los brazos.

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17/05/2011, 11:38
Fray Bernardo

Bernardo, con ayuda de Javier, descolgó a los tres moribundos que aún tenían esperanza de salvación. Les dio agua del pellejo que llevaban para los mortales, con cuidado de que no se atragantasen.

El fraile se arrodilló junto a ellos y pronunció unas palabras para liberar sus almas de cualquier pecado que pudiesen albergar y se preparasen para ir al Cielo, y preguntarles por lo que había ocurrido. Estaba demasiado entregado en su tarea como para preocuparse de los crueles comentarios de sus acompañantes.

-Hijo mío -dijo al hombre canoso-. Dime, ¿qué es lo que ha ocurrido?

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17/05/2011, 14:38
Aziz, el Adulador

Espero que Bernardo baje a las últimas personas que quedasen vivas. Dado que él se va a por el hombre, yo me dirijo hacia el joven niño que había sobrevivido, realmente aquél hombrecito era digno de admiración. Sin decir ninguna palabra, tomo al chico en brazos y voy con él hacia la carreta, sin ningún tipo de pudor por mancharme, llevaba mudas de sobra y acababa de conseguir un nuevo siervo sin pagar más que un poco de agua y comida. Oh, gracias señor por tu benevolencia. Pensé con sarcasmo.

Entré en la carreta y puse al chico cerca de las dos mujeres que había traído. Dadle agua, limpiad sus heridas con un trapo húmedo y quitadle esa túnica, luego quemadla. Tras llevar al niño con mis queridas chicas, cojo algo de agua y vuelvo donde estaba Bernardo. Me acerco a la mujer que quedaba en el suelo y me pongo junto a ella, mojándole los labios e introduciendo algo de agua en su boca. Esta gorda no sé cómo no ha muerto de hambre, no me servirá ni para el local. Nadie va a querer una prostituta tan horrible, quizá sirva de cocinera, más le vale. O sino solo servirá como rebaño... si es que aún le queda sangre.

- Señora... está salvada. ¿Puede oírme?

Notas de juego

Qué difícil es interpretar a Aziz, joder xDDDD

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19/05/2011, 03:22
Director

Aziz toma al más joven de los sobrevivientes y se lo lleva a su carromato para volver a ver a la mujer que sigue sin conciencia.

En tanto, el hombre cano que se encontraba junto a Bernardo toma un poco de agua con anciadad, pero luego, cuando aclara un poco la vista y se fija en el hábito benedictino de bernardo, le dice:

- ¿Vienes para seguir torturándome, siervo del Diablo? ¿Por que no me deján morir de una vez por todas?.

Sus palabras eran asperas y miraba con mucho odio al fraile. No obstante, en ese momento comienza a escucharse un murmullo que parece venor de todos lados alrededor de ustedes. Al principio no era nada entendible, pero luego fue aumentando en volumen y pudieron darse cuenta de que trataba de una oración.

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19/05/2011, 05:44
Silvina Schibaldi

 Silvina un poco asustada, dirige su mirada hacia l lugar del que vienen los ruidos, no teniendo muy claro si para enfrentarse a ellos, o para salir corriendo tan pronto como sea necesario. Su mano se desliza entre sus ropajes hasta acariciar su cuchillo, permitiéndole sentirse algo más segura. 

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19/05/2011, 12:00
Fray Bernardo

-No soy un siervo del Diablo, sino de Dios, hijo mio. Soy un monje. Dime, hijo mío, ¿qué ha ocurrido aquí? ¿Quién ha hecho esta barbaridad? -preguntó Bernardo, procurando inspirarle calma y confianza.

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19/05/2011, 12:19
María de Urgel

He de admitir que ese extraño murmullo me inquieta. Pero no pienso dar muestra de ello, así que trato de mantener mi fachada imperturbable y me bajo con calma del carromato, observando a nuestro alrededor.

Cuando comienzo a distinguir la oración, una mueca de fastidio aparece irremediablemente en mi rostro. ¿Habrán sido los habitantes de algún pueblo cercano quienes han hecho esto? Seguramente, exhortados por la Iglesia y su estrechez de miras..., mi mente no deja de barajar posibilidades, pero lo cierto es que siento que estamos en peligro.

Me acerco a Aziz con paso rápido y le susurro al oído con aire altivo.

- Mi buen Aziz, sé que en vuestra noble acción no hay otra cosa que la búsqueda de un beneficio. Ya me han advertido sobre vos, y sé que no sois dado a las buenas acciones de corazón - le digo sin ningún tipo de reparo. El tacto es para la servidumbre. Los Tzimisce estamos a otro nivel, un nivel en el que podemos dar sin miedo nuestra opinión - ¿Escucháis eso? Es muy probable que quienes cantan y rezan sean los mismos que han crucificado estos desgraciados. Si nos encuentran aquí será extremamente molesto, ya que nos veremos obligados a tomar partido en este asunto. Quién sabe qué intenciones traerán...

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20/05/2011, 02:57
Director

El tipo de canas parecía no estar dispuesto a hablar.

El murmullo se hace mucho más fuerte con gente que reza el Padre Nuestro, cual les da la impresión de estar rodeado, ya que las voces parecen salir de todos lados. Entonces muchas luces de teas aparecen alrededor y ya están completamente seguros de que están ahí.

Los sirvientes de Silvina rodean a su señora por si alguien le quiere hacer daño. El hermano Javier se persigna mientras la luz de las antorchas se hacía más intensa y las mujeres de Aziz ni siquiera salieron de su carromato.

Entonces los que vienen salen a la luz y ven que se trata de campecinos con azadones y guadañas. Uno de ellos salio al frente y les dijo:

- ¿Quienes son ustedes y por quéhan bajado a esos herejes de las cruces?.

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20/05/2011, 10:31
Fray Bernardo

-Soy Fray Bernardo, de la orden benedictina -respondió el monje poniéndose de pie. ¿Quiénes eran aquellas gentes? ¿Por qué habían hecho eso?-. En el nombre de Dios... ¿qué salvajada es esta? ¿Con qué derecho crucificáis a niños y a mujeres? ¿Acaso hay quien dirima los asuntos divinos y de justicia entre vosotros?

Bernardo tenía lágrimas de sangre en los ojos, que rodaron por su mejilla y se apresuró en limpiar con el dorso de la mano.

-La ley de la inquisición prohibe la tortura a los niños menores de catorce años... ¿y acaso créeis que, incluso en el caso de los herejes, sería bueno igualarlos a Jesús en su martirio? La ley de la inquisición establece que a aquellos hombres arrepentidos se les ahorcará antes de quemarlos, y que a los herejes y brujos de corazón se los quemará directamente. ¿Y vosotros rezáis al Padre tras permitir esta herejía? ¡Sí, lo llamo herejía! ¡Va contra la ley de Dios!