Partida Rol por web

El sacerdote vuelve al comedor

Amigos, creo que se está haciendo tarde y mañana será un día muy muy duro.
Seguidme por favor.

Seguis al sacerdote hasta vuestros aposentos.
Bien , vendré después del amanecer y después de desayunar nos iremos a buscar el cáliz. Dulces sueños.
El sacerdote desaparece por la puerta, os tumbáis para disimular.

Os empezáis a marear , a encontrar mal. Tenéis mucho sueño y uno a uno empezáis a quedaros dormidos.
Despertáis, y el castillo sigue estando oscuro , por lo que deducís que no ha transcurrido mucho tiempo. Os duele la cabeza como un día después de varias jarras de vino, sólo que hoy no os habéis emborrachado. Serapio se despierta medio desnudo, y el cáliz no aparece por ninguna parte.

¡Bribón! ¡¿Que habéis tramado ese cura y tú?! - Se dirije a Serapio. Guillem está enfurecido, dDebería haber actuado y no esperado- Grrrr.

Se viste iracundo. Vamos a buscar al cura.

MALDICIÓN -digo mirando el lamentable estado en el que me encuentro- Ese hijo de Belcebú nos ha engañado, seguro que nos ha drogado para dormirnos... ¡Y NOS HA ROBADO! Bien, ahora, esto es personal, conseguiré ese cáliz, y dentro guardaré las vergüenzas de ese desalmado...

abro mis ojos y la cabeza me empieza a doler, el estomago se siente algo raro y retumban en mis oidos las voces de mis compañeros. poco a poco estas molestias empiezan a disminuir y mis pensamientos se van ordenando.
"maldición, me he quedado dormido" es lo primero que viene a mi mente, pero esa pregunta es respondida por mis compañeros. "algo nos hizo esa escoria, no pudimos habernos dormido todos y encima falta el Cáliz"

-Preparemonos y salgamos a su búsqueda, el Cáliz es nuestra responsabilidad, asi como también parte de nuestra mision. no debe estar muy lejos- digo con voz autoritaria

Bueno, pues en posición de combate buscaremos una salida. Cargamos todo el equipo y los heridos.
Es una propuesta, ojo. No soy el jefe...

¿Por casualidad no tendréis una piedra de afilar? -digo mientras saco el cuchillo de la manga de mi hábito- Cuando queráis iremos a cortar las vergüen... digo a por ese malnacido y a por el cáliz...

Salís de la habitación en busca del cáliz,Andrés se levanta y pese a estar herido y no poder combatir también os acompaña.
Inspeccionais los alrededores y no encontrais ni rastro del cura. La única sala que merece la pena es la capilla. Hay diez ferétros de piedra instalados en estanterías también de piedra. Todos son de la familia Brosky. Incluyendo el del propio Roberto.

¡Acabemos con esta farsa! -el soldado se dirije al féretro del Barón- Este féretro está vacío.

Guillem se dispone a levantar la tapa. Que alguien me ayude

Qué cosa más lúgubre, vive Dios.-Digo antes de soltar un gemido de dolor.-No es muy cristiano ir por ahí abriendo féretros en criptas de capillas. Aunque tampoco lo es, ciertamente,-gemido-, ir robando a tus huéspedes.

Nada de lo visto es cierto.-mira fijamente a Andrés- Ni el Barón esta en este sarcófago, ni el cura era un hombre de Dios, a pesar de sus hábitos. El hábito no hace al monje, de eso somos testigos. -Concluye mirando de reojo a Serapio.

Lo del cura no te lo niego. Si es un hombre de Dios yo soy sarraceno. Luego, lo del sarcófago habrá que verlo.Me acerco al sarcófago. Como hay Dios que esto me da escalofríos.

-Basta de charla y pongamonos en accion. tratemos de descubrir este misterio y saber que es lo que hay adentro de este féretro es un comienzo. yo te ayudo Guillem- digo mientras trato de ver la forma de abrirlo.

Guillem y Bizen empuja la tapa a un lado pero no pueden evitar que al desplazarla caiga al suelo partiéndose la losa en mil pedazos. En el interior están los restos de un hombre vestido con ricos ropajes. En sus manos sostiene una nota.

¿Y bien, sabéis lo que pone?