Partida Rol por web

Me acerco un poco y apoyo uno de mis pies en una roca.

- Pregunta - 

- Sigo sin entender que nos hace tan especiales - la verdad no sabía porqué nosotros, porqué esos sueños...

Resoplo, dando vueltas con los ojos.

- Por donde empiezo - la miro, pensativo - Crecio dice que tenéis ciertos dones concedidos por nuestro antiguo dios, que sois inmunes a la corrupción, que sois capaces de desarrollar la magia y mas... pero no sabemos si solo son fantasías suyas...  Aunque... él encuentra a muchos de vosotros, dice que mediante un... mmm... ¿como lo llama?... ¿enlace divino? - me autopregunto - bueno, da igual, dice que es capaz de ver en sus sueños a quienes sufren las pesadillas del Adversario y de situarlas vagamente... - dejo unos largos segundos para que vaya asimilando las ideas - Así que... os necesitamos para combatir el mal que puebla nuestro reino - por poco que me guste....

- ¿Enlace divino? - esa es la parte que sigo sin encajar demasiado bien. No saber que debo o no sentir me causa muy malas vibraciones.

Doy un respingo cuando veo la imagen. ¿Es posible que sea la misma que vi en mis sueños? ¿Qué significa todo esto? Me pregunto una vez más, cómo yo, un simple mercenario, terminó metido en todo esto.

- Sí, Crecio, quiero saber cuál es la situación -entrecierro los ojos-. ¿Quién es el Adversario?

Acerco mi mano al libro y empujo la tapa, cerrándolo, librando a mi invitado de la visión. 

- La situación es mala... - poso mi mirada sobre sus ojos, analizándolo y creando sin querer algo de intriga - ... la guerra esta próxima, el Adversario esta cogiendo poder y ya ha tensado suficiente las cuerdas para volver a iniciar otra guerra... y podría ser la ultima... Él es el mal desencadenado, se cuela en los corazones de los débiles de voluntad corrompiendolos poco a poco, llevando su plan a cabo por medio de ellos y... acabando por convertir a muchos en antihumanos... - me llevo la mano a la frente, apoyando mi cabeza en ella - Cualquiera podría estar bajo su yugo... - vuelvo la mirada sobre él de nuevo. - Pero tu... eres especial, tus sueños indican que has sido llamado por nuestro antiguo dios, El Puro, que has sido elegido para combatir contra el Adversario... - observo sus gestos y reacciones, no todos responden igual ante la magnitud de la situación.

- Si, así lo llama... Magia... la poca que queda... - 

La noto insegura, pero no se bien como ayudarla...

Con cada una de sus palabras estoy más y más confusa. - Pero yo nunca he practicado la magia, y además tampoco sé luchar.

Sonrío ligeramente, esperando que eso la relaje un poco.

- Tranquila, nosotros te enseñaremos lo que podamos. Mañana mismo puedes empezar a entrenar con el resto si quieres - hago una breve pausa -  El tema de la magia sera mas complicado, pero espero que Crecio pueda darte algún consejo... y tranquila, prácticamente nadie la ha usado, esta perdida... muy pocos tienen el poder para ello. 

- Muchas gracias. - Necesitaba palabras de apoyo en aquel momento. - ¿Qué puedo hacer hasta entonces?

Se le veía animada para cumplir con una misión que no eligió, espero que pueda con ello. 

- Ahora ya es tarde, descansa o... creo que llegara otro... elegido - digo sin saber bien como denominarlos -podrías ir a conocerlo cuando llegue - 

- Eso haré. - dije con una sonrisa y animándome un poco.- A ver si llego a sentir lo que decía Crecio.

Me paso una mano por la frente perlada de sudor, sin poder creerlo aún. Mis ojos dejan entrever incredulidad y miedo a la vez.

- ¿Yo? ¿A mí me eligieron los dioses? Soy... soy un mercenario. No soy nadie, trabajo para gente que muchas veces tiene el corazón podrido. No puedo creerlo. -Luego de unos segundos de silencio retomo el habla-. ¿Qué desea el Puro que haga? ¿Cómo puedo matar a ese, a ese Adversario, o lo que sea? No puedo hacer una cosa así yo solo... sólo soy un hombre.

Dejo pasar unos largos segundos de silencio, esperando que se calme, que deje salir todas sus dudas a la luz.

- Lo que hayas hecho en tu vida no importa, él ya te escogió antes incluso de que nacieras... como a tantos otros. El campamento esta lleno de gente como tu, elegidos por nuestro antiguo dios para combatir al Adversario. - hago una breve pausa mientra asimila lo que le cuento - Debes encontrar tu grupo afín e iniciar la búsqueda. Para acabar con el mal reinante hay que encontrar cinco piedras de poder, aun no sabemos exactamente su posición aunque tenemos ligeras indicaciones... Como ves - paso la mano con la palma hacia arriba por encima de la mesa, mostrando la cantidad de papeles y libros que atienden a una complicada colocación. - sigo estudiándolo, me llegaron hace poco unos nuevos documentos de unas antiguas ruinas...

Byron te muestra el campamento mientras llega el nuevo elegido. Ahora ya puedes situarte bastante bien diferenciando las distintas zonas: la de entrenamiento, la destinada al descanso (tanto la zona para los elegidos como la de los soldados de la orden), la zona de mando, los puestos de vigilancia y la de las comidas, que ya conocías. Así como la dirección que debes tomar para encontrar un río para traer agua al campamento o por si quieres asearte, y vagas indicaciones sobre las mejores zonas de caza o para recolectar comida. Dice que tienen alguna zona de cultivo dentro del bosque, que es bastante extenso. 

Una vez le muestro todo el campamento miro hacia la tienda de Crecio.

- Ya debería haber llegado, ¿vamos a ver? - 

 - Sí por favor - era bueno saber que no era la única recien llegada del campamento. Ahora que ya me situaba en el campamento podía centrarme en disipar mis dudas poco a poco con respecto a todo lo demás. Preguntas a las que estaba claro que Byron no podía contestarme.

- El grupo con el que cabalgaba antes... se dirigía hacia Karminof, dijeron que una de las reliquias estaba cerca del monte de Tuiek. Ahora entiendo su objetivo. ¿Nos dirigiremos hacia allí? -suspiro-. Supongo que tendré que buscar a un grupo al cual unirme. ¿Ya has elegido uno para mí, o voy a buscarlo?

Durante un instante un pensamiento terrible azota mi cabeza: que Crecio y todos los que están aquí en el campamento me han mentido, y que en realidad ellos están bajo las órdenes del Adversario.

Pero no, no es posible. Tengo que creer en que todavía hay gente que dice la verdad en este mundo, y que aún no ha sido corrompida.

- Si, esa orden lleva muchos años buscando las piedras pero ni siquiera saben donde buscar... no hacen mas que dar palos de ciego... El Adversario ha montado la organización para mantenerlos ocupados, solo siguen sus designios, quienes la lideran son seguidores directos. Así que no, no iremos al monte Tuiek...-

Paro de hablar cuando veo a Byron entrar en la tienda, lo miro, y tras él veo que viene otra de las elegidas.

- Vamos -

Empiezo a andar hacia la tienda de Crecio y entro en ella sin pedir permiso. Allí veo al viejo acompañado de un hombre desconocido para mi.

- Hola, ¿este es el nuevo? -

Pregunto despreocupado.