Partida Rol por web

Jonah no tardó en responder. - Ha-hay u-una entrada a las-las viejas vías del me-metro, cerca de-de la estación de Sa-Saint Dennis. Ha-hace tiempo que-que está en des-desuso y puede que-que conecte con el complejo sistema de-der catacumbas ba-bajo la ciudad de Pa-París.*

Una búsqueda más exhaustiva le da nuevos frutos: la localización de la vieja entrada**.

- Os-os envío, la entrada a vu-vuestros móviles. - Si no tenía acceso permitido por los usuarios, estaba claro que en algún momento lo había hackeado para poder pasarles información importante evitando cualquier tipo de programa externo y rastreable.

- Sí, si esa co-cosa tiene mó-móvil... - No necesitó decir nada más. Con una distancia suficiente, podría intentar hackearlo y así tenerle siempre localizado, no solo por su situación, sino por las llamadas y mensajes recibidos. Pero para eso tenía que mover el culo y no quedarse allí parado. Allí arriba ya no pintaba nada.

-¡Jean, no te arriesgues sin motivo! -le gritó Dominique. Pero ya era tarde, su amigo ya se había marchado corriendo tras el ghoul. Se quedó de guardia en la ventana sin perder de vista el parque.

La posible visión del gul, no solo afecto a Dominique, sino que espoleo al resto. Ya que fueron varios los que lograron verlo, con su raída capa amarilla, desde las amplias ventanas del apartamento de Galle. Pasando varios a correr hacia la calle, hacia la zona donde este se había perdido de vista. Jonah sigue a sus compañeros, ya que ese momento y lugar, tal vez no sean los más adecuados para ponerse a realizar una búsqueda. El ímpetu de Jean os acelera a todos, que sin dudarlo tratáis de alcanzar al que parece una pieza clave del caso. 

En poco tiempo todos os encontráis en el parque (Ya habéis terminado con el apartamento del pintor, no había nada más que hacer allí), no muy lejos de la estación de metro de Saint Dennis, hay varios árboles, también arbustos, por lo que hay zonas que más parecen propias de un bosque que de un céntrico parque en la capital de Francia.

Jean y Jonah aunque llegan los primeros son incapaces de dar con huellas, ni de encontrar el menor rastro del posible camino seguido por el gul. Un poco más tarde llegan Dominique y Hékate, con mejor fortuna. Es Dominique, la que tras buscar el último lugar en el que vio al gul, da con un sendero, muy difícil de ver, que se interna en el parque y que lleva a lo que parece una entrada al subsuelo. 

Todos conocéis la inmensa red de túneles que hay bajo la ciudad, la habéis visitado en alguna ocasión. Bajo París corre una red de galerías y túneles enorme, casi formando otra ciudad bajo tierra. Aunque inicialmente era un complejo minero, a partir del siglo XVIII se convierte en un cementerio público. En ellas pueden verse paredes forradas de cráneos, osarios antiguos donde los huesos reposan en una mezcla sin identificar, y pequeños mausoleos donde los más ricos decidieron enterrarse para unir su muerte a la ciudad de París. Son un lugar protegido por un cuerpo de policía especial -los cataflics-, y también un destino turístico, al cual solo se puede acceder con un guía oficial, debido a lo fácil que resulta perderse en ellas por lo intrincado del laberinto de túneles que las forman.

Aunque lo normal es acceder a esta red de túneles por una serie de accesos oficiales, todos sabéis de otras entradas que se encuentran muchas veces relacionadas con el alcantarillado o con antiguas líneas de metro. En este caso parece que el gul, ha accedido a través de lo que parece una antigua línea de metro, ya hace tiempo abandonada.

Estáis frente a la entrada, bien oculta tras unos densos matorrales, a lo que parece la red de túneles que hay bajo la ciudad.

París 16:35 del 19 de abril de 2019.

Vuestro turno.

Por más que corrió lo más rápido que pudo, Jean no pudo llegar antes de que el goul se marchara. Para colmo estaba haciendo el ridículo como investigador; todas las pistas las iban encontrando el resto de los miembros del equipo. Por eso trabajaban tan bien juntos: se complementaban bien.

Frente a la entrada de una antigua línea de metro que parecía haber sido el medio de acceso del goul al alcantarillado Jean sacó su linterna y su arma, dispuesto a entrar.

_Todos atrás mío. Él aquí tiene ventaja, conoce mejor estas alcantarillas. Vamos con cuidado.

Hékate llegó la última, con las gafas oscuras en la mano, jadeando por la precipitación y maldiciendo por una carrera en las medias. Cuando vio el acceso a la linea de metro abandonada, dio un paso atrás dubitativa. Pero enseguida una voluntad determinada volvió a su mirada.

—¿Por qué volvería a la escena del crimen si ya tiene el anhelado amuleto amarillo? —comentó mientras descendía tras Jean—. ¿Quizás para asegurarse de que no queda nadie que de fe de la existencia del símbolo? ¿Quizás para eliminar la factura? Y si trata de borrar todo rastro del símbolo, ¿porqué el anticuario parece protegido de todo esto? Un poco de esa protección nos vendría bien. Tenemos que consultar ese libro que se empeñaba en esconder.

Con uno movimiento enérgico se deshizo de la hojarasca que se había adherido a los bajos de su abrigo púrpura. 

—¿Alguien tiene algo de luz?

_Estuve pensando al respecto y... creo que hay algo que le falta. Para lo que sea que quiera, necesita el signo y algo más. ¿Será el libro? Quizás el anciano supiera que se necesitan ambos para algún tipo de ritual o algo así y quería separar el signo del libro y por eso lo vendió tan barato. Yo tengo mi linterna.

Dominique le sujetó del brazo a Jean.

-¿Te has vuelto loco? No vamos a entrar en las catacumbas a perseguir a esa cosa ¿Y si hay más? ¿Acaso sabes orientarte? No te dejaré que te suicides ahí dentro y que los demás lo hagan contigo. Volvamos al anticuario y saquémosle toda la información que sepa, aunque sea a patadas. Ya estoy harta de correr de un lado para otro sin saber por qué.

- Pu-puede que en la-la red se-secreta encuentre al-algún vi-viejo plano de las cat-cata-catacumbas. - Añadió Jonah a las palabras de los demás. - So-solo nece-necesitaré un mo-momento. - Mientras hablaba ya estaba buscando y es que si tenía que esperar a terminar de decir las cosas se iba a hacer de día.

- Lo-lo que no-no nos dirá será si-si hay cri-criaturas allí a-abajo iguales ni-ni don-donde.- Añadió mientras buscaba con agilidad en su ordenador. Sabía que en cuanto entrase, se acabaría cualquier red WiFi a la que conectarse y adiós a Internet. Pero si descargaba los planos sería todo más sencillo.

- Bus-buscamos a uno co-con capa ama-amarilla Do-dominique. Los de-demás nos dan igu-igual. - Se atrevió a bromear y miró a Lacroix un segundo, poniéndose colorado al mirarla de reojo para ver su reacción ante su broma mientras seguía buscando en TOR.

No os lleva demasiado tiempo pasar del pequeño túnel a una zona mucho mayor, donde hay muchas galerías que se pierden en varias direcciones. Hay un rastro en el suelo, que os hace pensar que este es un camino que el gul ha frecuentado, y eso os permite continuar avanzando. Antes de avanzar Jonah consigue planos de las catacumbas, hay muchos y con notables diferencias, pero podrían serviros para no perderos.

La oscuridad es total, y tan solo lográis apartarla gracias a la luz de los móviles. Ya os habéis alejado mucho de la entrada, pero aun sería posible salir al exterior. Una travesía de este tipo requeriría de material que no lleváis encima, y no parece que el gul se haya quedado cerca de la salida, sino que el sendero que parece haber seguido se pierde hacia el interior de la tierra, muy lejos de la luz y de la superficie.

No todos los móviles están al cien por cien de carga, algunos están próximos a estar descargados.

Al frente túneles y galerías que se internan en la tierra, a vuestra espalda, cada vez mas lejos, la salida al exterior. Tenéis que tomar una decisión, continuar tras el gul, o regresar una vez estéis bien equipados. Dominique tiene muy claro que continuar es una locura, al menos tendréis que tener linternas y el equipo que consideréis oportuno. 

París 17:10 del 19 de abril de 2019.

Vuestro turno.

Hécate avanzaba con cautela pegada a la luz de Jean y a la de su propio móvil. La medium sonrió a Johan con picardía cuando el joven informático se permitió bromear. Intentaba ignorar la sensación abrumadora y claustrofóbica que la rodeaba desde que habían entrado. La presencia de las miles de almas enterradas bajo el subsuelo martilleaban sus sienes. Un sudor frío le recorría la espalda y le costaba ordenar sus pensamientos.

—Creo que tienes razón, querida —asintió a Dominique tocándose las sienes cuando esta detuvo al detective—. En cuando a acercarnos al anticuario, dejó muy claro que no quería volver a vernos en nuestra última visita. Quizás deberíamos salir, avisar a la inspectora, Jean. ¿Dónde estará? ¿Qué nos está ocultando? Empiezo a pensar que tiene implicaciones personales en esto.

Las dos mujeres del grupo desistían en cuanto a seguir adelante, y sus argumentos eran sólidos. El problema era que si abandonaban la pista en ese punto quizás nunca podrían recuperarla. Pero era cierto que también podía volver mejor equipados... e informados.

_Opino igual. Esa mujer esconde algo. Volveré a llamarla y volveré con el anticuario. Créanme que le haré cantar hasta algo de Édith Piaf. Vengan conmigo con el anticuario y luego vamos a la oficina a buscar equipo para la búsqueda o nos separamos, ustedes van a buscar equipo mientras yo hablo con el anticuario y volvemos a vernos aquí en un rato.

Pronto os queda a todos claro que no estáis en condiciones de continuar por los túneles, no es solo un equipo básico lo que os hace falta. Planos, linternas, comunicadores, agua y comida en forma de raciones bien conservadas. Botas y cuerdas y equipo similar.

Tardáis un rato en salir, respiráis con alivio el contaminado aire parisino, atravesáis el parque y pasáis de nuevo junto a la gran catedral de la capital francesa hasta llegar a vuestro coche, luego pronto estáis de nuevo en vuestro local. Allí tenéis todo lo que podéis necesitar. 

Aprovecháis para tomaros un café y tras haber preparado el equipo, hablar un rato del estado de la investigación, tenéis mucha información, pero son varios los problemas para los que aun no tenéis ninguna solución. Y entre ellos esta el papel de ese gul, al que tanto Françoise como Nicole, vieron cuando ellos tenían el signo amarillo. Pero es que vosotros no lo tenéis, de hecho pensáis que es el gul quien lo tiene, tras habérselo quitado a Nicole.

Tratáis de nuevo de avisar a la inspectora, sin éxito, lo que os hace pensar que algo no va bien. Y Jean piensa en ir a visitar al anticuario, pero tal y como acabaron las cosas, se da cuenta de que es posible que eso solo ocasionase problemas. 

París 18:10 del 19 de abril de 2019.

Vuestro turno.

La inspectora seguía sin responder y Jean seguía buscando en su cabeza la respuesta de cuál era su juego. Si no fuera por la pista que tenían allí, se habría plantado en la puerta de la comisaría hasta verla entrar o salir. Aunque primero habría ido a ver al anticuario que algo les estaba ocultando.

De algún modo se dejó convencer para no hacerlo y tras recoger el equipo necesario se dispuso a volver a las catacumbas. Seguía creyendo que el anticuario podía darles más respuestas, pero ya el equipo había estado haciendo todo lo que él había propuesto. En algún momento tenía que ceder y ése era el momento. Además era cierto que mejor terminar con esa persecución mientras aún fuese de día, aunque allí abajo no se notara demasiado la diferencia.

Una vez en la sede de vuestro grupo de investigación, pronto preparáis el equipo necesario y os sobra tiempo para hablar de que hacer a continuación. Dominique prepara café para  todos, y eso junto con algunas galletas os sirve de merienda.

No sabéis que es un gul, en la red hay algunas entradas que más bien son literatura, y entre ellas algunas que tienen más visos de ser reales. En estas os dicen que los gul aunque criaturas más muertas que vivas, siguen teniendo debilidades y pueden ser destruidas con fuego, o con armas. Ya que daños en la cabeza, o graves en el cuerpo acabarían con el gul. Aunque son mucho más resistentes que los seres humanos, de los que proceden.

No le encontráis sentido a que el gul os estuviera espiando, pero eso no quiere decir que no tenga el signo amarillo. Ya que según os han dicho tanto el espíritu de Nicole como Galle, el gul le quito el signo amarillo a Nicole y lo uso para controlar a Galle.

La otra opción que se os ocurre es la de ir de nuevo a la tienda del anticuario y tratar de haceros con el libro "El rey de amarillo" o al menos con unas fotos del mismo. Pero la mayoría pensáis que lo mejor es volver a los túneles y tratar de dar con el gul. Ya que el anticuario podría llamar a la policía y esto os podría poner en problemas.

Tras vuestros preparativos y un buen rato de descanso regresáis hasta los túneles, y tratáis de seguir el rastro del gul. pronto llegáis hasta un cruce en el que mientras un túnel desciende, el otro asciende de forma notable. Siendo este último en el que veis rastros del posible gul. Tras un rato de ascenso, parece que os encamináis hacia lo que era una antigua línea del metro. 

(Tirada de ingenio en vuestro siguiente post. Orden de avance y comentar que lleváis en las manos)

París 20:30 del 19 de abril de 2019.

Vuestro turno.

Como era de esperarse, el goul se había perdido en los túneles y hasta ese momento solo hallaban rastros de la criatura, pero no mucho más.

Jean se puso segundo y se sintió en la necesidad de explicar el por qué.

_Me gustaría ir primero pero tengo que reconocer que no soy quien tiene los sentidos más agudos aquí. Y además no quiero estar tan lejos del último, si es que el goul nos ataca por detrás.

Iba como le habían enseñado en la academia de policía, con sus brazos en cruz. En la mano derecha llevaba una pistola y en la izquierda, que a su vez servía de apoyo para la derecha, llevaba una linterna.

_¿Jonah, has podido encontrar una versión digital del libro? Que se llame "El Rey de amarillo" y que nuestro amigo lleve una capa amarilla no puede ser casualidad.

- Sa-sabía que al-algo se me ol-olvidaba en el pi-piso. ¿Por qué n-no me l-lo pe-pediste a-allí? Aquí no t-tengo co-cobertura pa-para buscar na-nada. - Le dijo a Jean mirando levemente hacia atrás, pues no sabía bien como había terminado el primero, al tiempo que alumbraba con su linterna hacia adelante en su mano zurda. En la diestra llevaba el arma ilegal que poseía por si acaso salía el ghoul de la nada. El arma estaba apoyada sobre la linterna, así, donde alumbrase dispararía. Lo había visto en una serie de policías no hacía mucho y le gustó la mecánica.

En la mochila en su espalda, estaba el portátil con el resto de cosas, incluidos planos de las catacumbas sacados de TOR. Si alguien llevaba el plano de la zona donde estaban, sin duda no era él, pues estaba abriendo paso con cuidado y seguía las indicaciones que daba quien estuviese más atrás y se pudiese permitir alumbrar un mapa y no hacia adelante.

_Lo habíamos hablado en la tienda, no quería insistirte -se encogió de hombros Jean-.

- Gracias Jean por dejarme en evidencia delante de Hécate. - Pensó para sí el joven informático. - ​​​​​La tie-tienda no e-es el pi-piso. Te-tengo mu-muchas cosas e-en la ca-cabeza.

No podía quedar mal delante de ella, aunque sabía que aquella guerra la tenía perdida, Jonah intentó defenderse como pudo.

Hécate parpadeó por la desfachatez de Jean. Inmediatamente después se sonrió por el morro que le echaba el inspector de la interpol. Jamás había visto una excusa tan mala para escaquearse del peligro. Por un momento olvidó que estaban rodeados de siglos de cadáveres que la llamaban desde sus infiernos particulares.

Estaba dispuesta a ir la primera cuando Johan, pistola en mano, se ofreció a abrir la marcha. Mejor, porque no tenía más armas que sus arcanos, con los que jugueteaba en el bolsillo izquierdo de su abrigo. La descarada medium dejó hacer al galante joven y le dedicó un guiño mientras pasaba por su lado. Tras la breve pelea dialéctica entre los dos compañeros, la joven hechicera sonrió ladinamente a Dominique, compartiendo con ella una mirada cómplice.

–Caballeros –sonrió desde la tercera posición en la fila–. Reservemos fuerzas para ese demonio amarillo.